Alvaro Uribe, las Farcs y los secuestados
EDITORIAL. de El País, 1/07/2007;
Uribe no cede
El trágico caso de los 11 legisladores del valle del Cauca, en Colombia, que estaban en poder de las FARC, y en cuya muerte sus captores tuvieron indudable responsabilidad, si es que no fueron ellos mismos quienes se la dieron a sangre fría, no conmueve al presidente Uribe, que ha reiterado su negativa a hacer concesiones para liberar a un grupo de secuestrados que la guerrilla dice canjeables. Entre ellos están Ingrid Betancourt, ex candidata presidencial, así como tres ciudadanos norteamericanos, pero ya sólo son 45 en vez de 56, porque el 18 de junio, según las FARC, murieron los 11 diputados provinciales, "en un fuego cruzado", en una operación rescate del Ejército o paramilitares.
La historia es inverosímil; de 12 legisladores secuestrados en 2002 sólo se salva uno, que estaba en otro campamento, y en el tiroteo con unas fuerzas que los terroristas insurrectos identifican mal, mueren los 11 vallecaucanos. Los comunicados oficiales, hoy con Uribe y antes con sus predecesores, Andrés Pastrana o Daniel Samper, han merecido en ocasiones el escepticismo de la opinión, pero éste no es el caso. El presidente niega de manera airada, acongojada y convincente que hubiera rescate. Y se mantiene en su negativa a abandonar a las FARC -el llamado despeje- dos municipios, Florida y Pradera, para discutir un canje que afectaría a cientos de insurgentes detenidos, en el marco de una cierta humanización de la guerra. El propósito de los marxistas trocados en terroristas y narcotraficantes es diáfano: que el mundo les vea tratando de igual a igual con el poder, como ya hicieron, sin que ello sirviera de nada, con Pastrana.
¿Qué hay que hacer en estos casos? ¿Qué tiene precedencia, la vida o la razón de Estado? Sin ser colombiano parece difícil dar una respuesta tajante. Pero, entretanto, y bajo la conmoción que ha suscitado la masacre, condenada en el mundo entero, sí que hay que pedir que las FARC vengan con un cuento mejor que el del "fuego cruzado"; que entreguen los cadáveres de inmediato, operación para la que ya se ha ofrecido la Cruz Roja, porque la autopsia de los cadáveres permitirá establecer si hubo o no tiro en la nuca, y que accedan al canje sin condiciones. Eso haría un patriota, cualquiera que fuese su actitud ante el poder del Estado. De esa manera, cabe que la presidencia hiciera alguna concesión. Pero una pandilla de asesinos, bandoleros y terroristas nunca obrará así.
Por todos los secuestrados/ Editorial, EL TIEMPO.
EL TIEMPO publica hoy un especial dedicado a los 3,000 rehenes colombianos.
El asesinato de los 11 diputados del Valle ha tocado una fibra. En el mundo, por supuesto, y también en Colombia.
No es para menos. Un país como este, que ha pasado en estos años de conflicto armado por todos los horrores concebibles -masacres, secuestros, atentados terroristas y una interminable lista de crímenes atroces-, ahora asiste estremecido a lo que parece ser la ejecución sumaria por sus captores de 11 personas con más de cinco años de cautiverio. Todo -las circunstancias, el extraño comunicado de las Farc, la suerte de los cautivos- ha contribuido a que a una voz el país se diga: esto no puede seguir. Desde el Eln, pasando por los desmovilizados de las autodefensas, las voces piden parar este desangre. Y una condena unánime, universal, a los que todo el mundo considera responsables de lo sucedido: las Farc.
Hoy publicamos un informe especial sobre el secuestro en Colombia. El país ostenta un macabro y triste récord: más de 3,00 hombres, mujeres y niños -sí, niños y niñas se cuentan por docenas entre ellos- están privados de su libertad por quienes los usan como moneda de cambio, en una violación del derecho internacional humanitario que emula la esclavitud.
Es un homenaje a cientos de colombianos, conocidos y anónimos, víctimas de ese crimen. Algunos van a cumplir 10 años en manos de sus secuestradores. Otros salen en silencio cada año pagando sumas grandes y pequeñas, pues, desde que se extendió como práctica de financiación de la guerra, no hay víctimas de mejor o peor familia. Otros, botín 'político' para sus secuestradores, llevan años a la espera de un acuerdo humanitario. Y muchos, más de mil, han sufrido la suerte de los diputados del Valle. La exigencia de su liberación y la condena a los secuestradores debe movilizar al país entero. ¿O es que a los colombianos no nos conmueve ya nada?
editorial@eltiempo.com.co
Reportaje de El Tiempo, 30/06/2007;
24,000 colombianos han sido secuestrados en la última década; 1.269 han muerto en cautiverio
Ese delito hace que Colombia tenga dolorosos récords: hoy, hay 3,43 compatriotas en poder de grupos ilegales y somos el país con el registro de más niños secuestrados: 2,700 en la última década.
También, tenemos a uno de los seres humanos con más tiempo en cautiverio: el sargento del Ejército Pablo Emilio Moncayo, a quien, literalmente, se lo está tragando la selva desde hace 3.479 días (9 años y medio).
En el tema de los niños secuestrados, está el caso del pequeño Emmanuel, quien nació en cautiverio y tuvo como parteros a sus captores: un puñado de guerrilleros que plagiaron hace 5 años a su madre, Clara Rojas, en compañía de la ex candidata a la Presidencia Íngrid Betancourt. A tal degradación ha llegado esta práctica -convertida en delito de lesa humanidad- que los huesos del ganadero Julio Calderón solo volvieron a la libertad cuando, en 1997, sus hijos cumplieron tres condiciones del Epl: entregar una fuerte suma, unos guantes de plástico y 2 bolsas negras de basura para el cadáver.
Tenemos también al único canciller en el mundo, Fernando Araújo, nombrado mes y medio después de huir a pie de un campamento guerrillero en donde perdió 6 años de vida, 20 kilos de peso y a la mujer que amaba.
Primer eslabón: génesis
Esta oscura página del país se empezó a escribir el 31 de enero de 1933, cuando se produjo el primer secuestro del que se tenga noticia.
Elisa Eder, una niña de 3 años, hija del industrial Harold Eder, fue la víctima. En ese entonces, su padre pagó 50 mil pesos por su libertad; 30 años después, fue asesinado cuando intentaron plagiarlo.
Curiosamente, el caso de Elisa ocurrió en Aguacatal, en las goteras de Cali (Valle), muy cerca del lugar donde, 69 años después, las Farc secuestraron a los 11 diputados cuyas muertes tienen perplejo al país y a la comunidad internacional. Sus nombres acaban de engrosar una infame lista de 1.269 muertos en cautiverio en la última década.
Y es que en Colombia la libertad se convirtió en mercancía canjeable por plata, réditos políticos y hasta por botas de caucho y celulares.
Segundo eslabón: solidaridad
En los últimos 20 años el delito arreció a tal punto, que por primera vez Colombia reaccionó en masa. A finales de 1996 se produjeron 6 multitudinarias marchas diciendo 'ya no más'.
Hoy, 11 años después, la historia podría repetirse. Este jueves, el país volverá a desafiar -marchando otra vez- a los 'paras', la guerrilla y la delincuencia común, que en estas dos décadas han obtenido más de 2 mil millones de dólares por la vía del secuestro.
A una sola familia, la del japonés Chikao Muramatsu, se le exigieron 25 millones de dólares -el más alto rescate de nuestra historia- a cambio de su libertad. El industrial fue plagiado por ex policías que, en el 2001, lo 'vendieron' a las Farc en 30 millones de pesos.
El epílogo del caso: un cadáver tirado en un paraje y un presidente (Álvaro Uribe) pidiendo perdón.
Un final similar golpeó a la familia del industrial Eduardo Puyana, también secuestrado con fines extorsivos. En 1993 su cadáver fue hallado.
Ese mismo año, el empresario Carlos Upegui logró ser rescatado tras 154 días en poder de las Farc, que también le pusieron precio a su vida.
Ni la Iglesia Católica se ha salvado de este flagelo en el llamado país del Sagrado Corazón: monseñor Jesús Emilio Jaramillo, de 70 años, fue secuestrado en 1989 por el Eln, que tras algunas horas y la promesa de que solo lo querían para enviar un mensaje, lo acribillaron.
Y en mayo 1999, ese mismo grupo entró a la iglesia La María, de Cali, y se llevó a 180 personas, en uno de los secuestros masivos más cobardes. Un mes después, y al mejor estilo del terrorismo internacional, se llevaron a 46 ocupantes de un avión que cubría la ruta Bucaramanga-Bogotá.
Con cuentagotas y tras el cobro de algunos rescates, el Eln -que hoy intenta negociar con el Gobierno- fue liberando a sus cautivos.
Tercer eslabón: los rescates
En noviembre del 2002, monseñor Jorge Jiménez y el sacerdote Desiderio Orjuela fueron las víctimas. Pero el Ejército logró rescatarlos 5 días después sumando el caso a los 4.422 rescates militares exitosos en 10 años.
Sin embargo, no todos estos operativos -hoy cuestionados por familiares de secuestrados y gobiernos como el francés- han tendido un final feliz. Basta recordar nombres como los de Guillermo Gaviria, gobernador de Antioquia; Gilberto Echeverri y Consuelo Araújo, ex ministros; y Diana Turbay, hija del ex presidente Julio César Turbay...
Ella, Diana, no tuvo la suerte con la que -a pesar de un cruel cautiverio- corrieron el hoy vicepresidente de la República, Francisco Santos; la ex ministra Maruja Pachón y el ex presidente Andrés Pastrana, que lograron librarse del capo Pablo Escobar, otro maestro de este vil método del que tampoco escapó el desaparecido movimiento M-19: a ellos, la historia les cobra casos como el del líder sindical José Raquel Mercado.
Cuarto eslabón: gente como ud.
¿Ya tocó a su puerta el secuestro? En esta triste bitácora hay miles de colombianos del común cuyo plagio ni siquiera salió en la prensa.
William Albarracín es uno de los 916 conductores plagiados; Miguel López es uno de los 740 agricultores secuestrados; Elvia Gómez es una de las 431 amas de casa plagiadas; Pablo Andrés Valencia es uno de los 503 estudiantes secuestrados... A todos (3.143 en total), los estamos esperando.
Los encadenan y los esconden bajo tierra
Una hora de sol. Para impedir que equipos satelitales y sensores detecten calor humano en la selva, los plagiarios construyen búnkeres subterráneos, donde esconden a sus víctimas y solo les permiten una hora de sol al día.
Jaulas alambradas. El 'Mono Jojoy' le mostró al mundo a soldados y policías detrás de cercas de alambres de púa, en plena manigua.
Encadenados. El policía John Pinchao, que se escapó tras casi 9 años de secuestro, narró cómo las Farc ponen cadenas alrededor del cuello de los secuestrados. "Todo el tiempo nos tratan como a cerdos y nos maltratan física y mentalmente".
Cambuches. Un plástico atado a cuatro estacas de madera es la 'casa' de muchos de los secuestrados, quienes además son atados de un pie a un árbol y deben dormir en el suelo o sobre unos cuantos maderos.
Desde el 2001 disminuyeron los casos
A pesar de las aterradoras cifras del secuestro en el país, los casos se han disminuido, especialmente en el último lustro.
En el 2000, el país tuvo el pico más alto con 3.211 secuestros ese año y 234 muertos en cautiverio.
Luego, esa cifra cayó a 2.917 en el 2001. Durante el primer mandato de Álvaro Uribe, en el 2002, los plagios fueron 2.882, según Fondelibertad. Y en el 2006 la cifra fue de 687 plagios.
Las cifras de muertes en el secuestro también han caído: el año pasado se conoció el fallecimiento de 30 cautivos. El Gobierno Nacional ha destacado esta reducción como parte de su política de seguridad. Pero aún falta por hacer.
184 Es el número de secuestrados entre enero y mayo de este año. El 2001 tiene la peor estadística: 3.532 secuestros.
4.442 El número de rescatados en operativos realizados por las autoridades entre 1996 y el pasado mes de mayo.
2.769 Los comerciantes plagiados en los últimos 11 años, el grupo social más afectado. Y de los 454 políticos secuestrados, 428 desaparecieron en 1997.
6.772 Número de plagios por las Farc desde 1996. Ese grupo es responsable del 29 por ciento del total de secuestros ocurridos en el país. Le siguen el Eln, con 5.389; la delincuencia común: 3.775; y las Auc: 1.163. En 5.105 casos no se conoce el autor del plagio.
UNIDAD INVESTIGATIVAu.investigativa@eltiempo.com.co
Farc se comprometen a entregar los cuerpos de los 11 diputados del Valle
Esta es la carta enviada por las Farc el 28 de junio de 2007, la tome de la evista Semana.
Doctor Alvaro Leyva Durán
Doctora Fabiola Perdomo
"Con la presente me permito certificar ante ustedes la veracidad de la información suministrada en el Comunicado firmado por el Comando conjunto de Occidente, fechado el pasado 23 de los corrientes, dando cuenta de la trágica muerte de los once diputados de la Asamblea del Valle.
Nosotros nos sumamos a las voces de condolencia para los familiares y amigos de los diputados por la infausta pérdida de sus seres queridos. Haremos los esfuerzos pertinentes para coordinar con el Comando Conjunto la pronta entrega de los despojos mortales a los dolientes, cuya concreción dependerá de la disminución de la confrontación militar en las zona donde sucedieron los hechos, que por estrictas razones de seguridad nos abstenemos de mencionar por ahora.
Los pueblos y gobierno del mundo escuchan perplejos los permanentes gritos del Presidente Álvaro Uribe, instando con vehemencia a sus generales al inmediato rescate militar de los prisioneros, sin ninguna consideración por la vida de las personas retenidas, sin atender las súplicas por el intercambio humanitario de los familiares, del mismo doctor Alvaro Leyva, de los tres países facilitadores, de la Iglesia, entre muchos interesados en concertar con las FARC los acuerdos.
Uribe prefiere obstinarse en las aventuras de su eterna guerra antes que pensar en salvar vidas. Nosotros pese a lo sucedido, con independencia de la soberbia de Uribe, insistiremos con ustedes en la exigencia del despeje de los dos municipios como prerequisito indispensable para dar inicio al encuentro de los voceros de las dos partes en el propósito de evitar nuevas fatalidades originadas en la política de los rescates a sangre y fuego ordenados por el presidente."
Atentamente Raúl Reyes Montañas de Colombia, junio 28 de 2007
Ego sum qui sum; analista político, un soñador enamorado de la vida y aficionado a la poesía.
30 jun 2007
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