El terrorismo islamista
EE UU supo que se preparaba un ataque
Los servicios secretos tenían datos suficientes para haber evitado el atentado fallido de Detroit -
Los republicanos cargan contra Obama por los fallos de seguridad
ANTONIO CAÑO - Washington - 31/12/2009
Los servicios de inteligencia y de seguridad norteamericanos poseían suficiente información el día de Navidad como para haber evitado el atentado frustrado del avión de Detroit, algo que el propio presidente ha reconocido y que ha desatado duras críticas de la oposición sobre la incapacidad de la Administración para proteger adecuadamente al país de la amenaza terrorista.
Los servicios de inteligencia y de seguridad norteamericanos poseían suficiente información el día de Navidad como para haber evitado el atentado frustrado del avión de Detroit, algo que el propio presidente ha reconocido y que ha desatado duras críticas de la oposición sobre la incapacidad de la Administración para proteger adecuadamente al país de la amenaza terrorista.
A medida que avanza la investigación se acumulan pruebas de que diferentes agencias de información poseían datos que, adecuadamente conectados, deberían haber impedido que el nigeriano Umar Farouk Abdulmutallab hubiera subido al avión de Northwest Airlines en Lagos cargado con material explosivo.
Funcionarios norteamericanos han reconocido que el Gobierno poseía información de que un individuo de nacionalidad nigeriana estaba envuelto en un compló para atacar a Estados Unidos. El dato había sido obtenido por la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, en sus siglas en inglés) como consecuencia del seguimiento que desde hace tiempo se hace de la organización terrorista Al Qaeda en la Península Arábiga, que se ha declarado autora de este suceso.
La información recogida por la NSA no precisaba el nombre del nigeriano ni la fecha o las circunstancias del atentado, pero el Gobierno sí sabía que el padre de Abdulmutallab, un respetado banquero nigeriano, se había presentado el mes pasado en la Embajada norteamericana en Lagos para denunciar las actividades extremistas de su hijo.
El padre habló allí con representantes de la CIA, a los que, movido por la preocupación y el amor a su hijo, se ofreció a colaborar en el hallazgo del paradero del presunto terrorista para evitar que llegase a implicarse más en actividades radicales.
La oficina de la CIA en Lagos pasó esa información a la central en Langley (Virginia), donde procedieron a incluir a Abdulmutallab en una lista de 550.000 sospechosos de terrorismo, pero no en otra más limitada de 4.000 personas a las que se impide volar a Estados Unidos, o en la de 14.000 a las que se exige un control especial. Un portavoz de la CIA ha declarado a la prensa norteamericana que no disponían de información sobre Abdulmutallab hasta que su padre denunció el caso.
Entre esa denuncia en la embajada de Lagos y el día de Navidad transcurrió, sin embargo, tiempo suficiente (más de un mes) como para haber cruzado esos datos con los que la NSA había aportado sobre la operación prevista por Al Qaeda y haber llegado, con toda probabilidad, hasta Abdulmutallab. De haberse hecho eso, Abdulmutallab nunca se habría subido a ese avión, máxime sin llevar equipaje y después de que se le hubiera rechazado un visado para entrar en el Reino Unido.
Barack Obama ha admitido desde su estancia de vacaciones en Hawai que se ha producido "un fallo sistemático" con consecuencias "potencialmente catastróficas". El presidente aseguró que se procederá a "un control en todos los niveles" de los servicios de seguridad.
Todavía no se ha dado el paso de convertir esas palabras en anuncios de dimisiones, pero ese día puede no tardar en llegar si la oposición republicana tiene éxito en la presión que ha iniciado sobre la Administración. Las dos figuras más vulnerables en estos momentos parecen ser la secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, que en su primera reacción consideró correcto el trabajo de las agencias de seguridad, y el director de la CIA, Leon Panetta.
No es un buen signo para Napolitano el hecho de que el presidente tuviera que salir el martes en su defensa tras la dura crítica hecha por el líder de los republicanos en la Cámara de Representantes, John Boehner. "Durante todo este año nos hemos estado preguntando cuál era la estrategia de esta Administración para mantener a este país a salvo de la amenaza terrorista. No hemos obtenido hasta ahora una respuesta satisfactoria, y las declaraciones de la secretaria de que el sistema funciona correctamente no inspiran mucha confianza", manifestó Boehner.
Peter Hoekstra, el republicano de más rango en el comité de Inteligencia de la Cámara, ha anunciado una campaña de donaciones populares para "contrarrestar los esfuerzos demócratas para debilitar al país".
Ésta es una oportunidad para la crítica y para la demagogia también -algunas tan desmedidas que hacen pensar qué habría ocurrido si el atentado hubiera tenido éxito-. Éste es un episodio que puede llegar a condicionar la política antiterrorista de Obama en el futuro.
Hasta ahora, esta Administración había abandonado la denominación de "guerra contra el terrorismo" a la campaña que se lleva en Afganistán y en otros países contra Al Qaeda y organizaciones afines, y pretendía combinar las acciones de fuerza con algunas medidas políticas para reducir la tensión con algunos gobiernos hostiles.
Esa estrategia puede verse ahora afectada por la actuación de Abdulmutallab. Entre otros cambios, Yemen se convierte en un foco prioritario. Más novedades pueden anunciarse en los próximos días. De momento, Obama tendrá hoy sobre su despacho el informe detallado que ha solicitado sobre la descoordinación entre las agencias de seguridad en relación con el atentado de Detroit.
Atentados de Al Qaeda en Yemen
- Octubre de 2000: ataque en el puerto de Adén contra el barco de guerra norteamericano Cole, en el que mueren 17 marinos.
- Noviembre de 2002: Un avión no tripulado estadounidense mata al líder de Al Qaeda en Yemen, Abu Ali al Harithi.
- Febrero de 2006: 26 milicianos, entre ellos el cerebro del ataque al Cole, escapan de una prisión de máxima seguridad yemení.
- Septiembre de 2006: Ataque de varios suicidas con bomba contra dos instalaciones petroleras.
- Julio de 2007: Ocho turistas españoles y dos ciudadanos de Yemen mueren cuando un terrorista suicida lanza un coche bomba contra una caravana de automóviles que abandonaba unas ruinas en Marib.
- Septiembre de 2008: Los milicianos asaltan la Embajada estadounidense en la capital, Saná, y matan a 17 personas
- Enero de 2009: Al Qaeda en Yemen anuncia la refundación de su célula bajo el nombre de Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA).
- Agosto de 2009: AQPA reivindica su responsabilidad en el intento de asesinato del viceministro del Interior de Arabia Saudí, el máximo reponsable antiterrorista que trabaja en la región con Estados Unidos.
- Diciembre de 2009: El día 17 mueren más de 60 militantes de AQPA, según la versión de las autoridades de Yemen, en un ataque contra el edificio en el que están reunidos sus principales dirigentes. EE UU reconoce que ha suministrado información y medios militares. En esa reunión se encuentra presente el supuesto líder de AQPA, Al Nasir al-Wuhayshi, quien aparentemente sobrevive al ataque.
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Explosive in Detroit terror case could have blown hole in airplane, sources say By Carrie Johnson
Washington Post Staff WriterTuesday, December 29, 2009; A01
A dangerous explosive allegedly concealed by Nigerian student Umar Farouk Abdulmutallab in his underwear could have blown a hole in the side of his Detroit-bound aircraft if it had been detonated, according to two federal sources briefed on the investigation.
Authorities said they are still analyzing a badly damaged syringe that Abdulmutallab allegedly employed as a detonating device on Christmas Day. But preliminary conclusions indicate that he allegedly used 80 grams of PETN -- almost twice as much of the highly explosive material as used by convicted shoe bomber Richard C. Reid.
A day after Homeland Security Secretary Janet Napolitano said there was "no indication" the incident was connected to a larger plot, there were increasing signs that the failed bombing may have represented one of the most serious terrorist threats in the United States since the attacks of Sept. 11, 2001.
President Obama interrupted his vacation in Hawaii to declare that authorities "will not rest until we find all who were involved and hold them accountable." He also said he had ordered a review of the nation's terrorist watch-list system.
In a statement, al-Qaeda in the Arabian Peninsula, a group based in Saudi Arabia and Yemen, asserted responsibility for the attempt to destroy the Northwest Airlines jet, saying it was a response to U.S.-backed airstrikes against the group in Yemen. Meanwhile, Yemen's government confirmed that Abdulmutallab was in the country from early August to early December after obtaining a visa to study Arabic at a language institute, and said that he had previously studied at the school.
The suspect, 23, has told federal investigators that he had ties to al-Qaeda and that he had traveled to Yemen to collect the incendiary device he tried to use on the plane.
The Obama administration suffered blistering criticism for another day from national security experts and from Republican lawmakers, who demanded changes to the airline screening system and the use of more intrusive technology to detect explosives. Napolitano acknowledged on NBC's "Today" show Monday that "our system did not work in this instance. No one is happy or satisfied with that."
In London, Britain's home secretary, Alan Johnson, told the BBC that Abdulmutallab had been placed on a watch list in May and had been banned from entering the country. A British government source said the move came after Abdulmutallab, who in 2008 graduated from University College London, applied for a new visa to attend a college that was not deemed legitimate by authorities there.
Johnson said he also suspected Abdulmutallab may have been working with others: "We don't know yet whether it was a single-handed plot or were there other people behind it -- I suspect it's the latter rather than the former."
Law enforcement officials in the United States, Yemen, Nigeria and Britain spent a fourth day tracking the contacts and travel of Abdulmutallab, who is incarcerated on terrorism-related charges in Milan, Mich., 45 miles south of Detroit, until a bond hearing next week. His public defender, Miriam Siefer, did not return calls for comment.
Authorities remain particularly interested in the development of Abdulmutallab's radical beliefs. They are tracking Web postings and other communications he may have had with clerics in Yemen, including Anwar al-Aulaqi, who corresponded with the alleged Fort Hood, Tex., shooter, Maj. Nidal M. Hasan, months before the Nov. 5 gunfire rang out on the Army's largest base, sources said.
Abdulmutallab's relatives issued a statement from their home in Abuja, Nigeria, describing attempts by his father, a prominent banker, to warn Nigerian intelligence agencies and the U.S. Embassy there "about a month and a half ago" and to seek help in regaining contact with his son.
"The disappearance and cessation of communication which got his mother and father concerned to report to the security agencies are completely out of character and a very recent development," the statement said.
Authorities said there was no reason to suspect Abdulmutallab of dangerous activity until his father visited the embassy in Abuja on Nov. 19. The next day, under a program called Visa Viper, mandated by Congress to ensure all terrorism-related information is promptly reported to Washington, the embassy sent a cable saying the father was "concerned that his son was falling under the influence of religious extremists in Yemen," a State Department official said.
The State Department, under existing procedures, passed the Viper information to the National Counterterrorism Center for entry in its terrorism database. Neither the State Department nor the NCTC, officials said Monday, checked to see if Abdulmutallab had ever entered the United States or had a valid entry visa -- information readily available in separate consular and immigration databases. "It's not for us to review that," the State Department official said.
According to the Department of Homeland Security, Abdulmutallab has twice obtained U.S. visas, and before this month had visited the United States once in 2004 and once in 2008.
An intelligence official said that because Abdulmutallab had not previously been entered into the system as a terrorism suspect, procedures did not include such checks. Administration officials said these apparent gaps are among those to be studied in the review Obama has ordered.
Sen. Dianne Feinstein (D-Calif.), chairman of the Senate Select Committee on Intelligence, said there should have been swift action after a prominent Nigerian alleged that his son was becoming radicalized.
"It seems to me that when this happens, the person should go automatically on the no-fly list," she said. "I'd rather, in the interest of protecting people, overreact rather than underreact."
"The Obama administration is flying solo on national security right now," said Rep. Peter Hoekstra (Mich.), ranking Republican on the House Intelligence Committee. Hoekstra said he wants to know more about Abdulmutallab's e-mail and other connections to radical clerics to determine whether red flags may have been missed.
"He also had no baggage. They knew he had been to Yemen. Come on, come on, come on. That is pretty suspicious," said Rep. Sue Myrick (R-N.C.), also a member of the House intelligence panel.
State Department spokesman Ian Kelly said that at the time the latest visa was issued, "there was nothing in his application nor in any database at the time that would indicate that he should not receive a visa. He was a student at a very reputable school. He had plenty of financial resources, so he was not an intending immigrant. There was no derogatory information about him last year."
In its statement, translated by SITE Intelligence Group, a Bethesda-based analytic service, al-Qaeda in the Arabian Peninsula praised Abdulmutallab. It said he had "penetrated all modern and sophisticated technology and devices and security barriers in airports of the world, with courage and bravery, without fearing death and with seeking the help of Allah."
A senior Yemeni government official insisted that al-Qaeda affiliates in the country are not getting stronger. But the branch's assertion of responsibility, the official said, underscores that fighting terrorism is a global issue and that Yemen needs help in tackling terrorists inside its borders. The statement of responsibility, if deemed credible by U.S. intelligence agencies, may mark the first time al-Qaeda affiliates outside Afghanistan or Pakistan have targeted American soil.
One of the top leaders of al-Qaeda in the Arabian Peninsula is Said al-Shihri, 36, a Saudi national. He was captured in Pakistan in December 2001 and spent six years in the U.S. prison at Guantanamo Bay, Cuba, before being transferred to Saudi Arabia in November 2007.
In Saudi Arabia, he entered a highly praised rehabilitation program that uses dialogue and art therapy to persuade former militants to renounce extremism. But after graduating, Shihri crossed the border into Yemen and rejoined al-Qaeda.
Correspondent Sudarsan Raghavan in Sanaa, Yemen; special correspondents Karla Adam in London and Aminu Abubakar in Nigeria; staff writers Anne E. Kornblut in Hawaii and Karen DeYoung and Carol D. Leonnig in Washington; and staff researcher Julie Tate in Washington contributed to this report.
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