García Lorca el viaje a México que nunca realizó
A 75 años de su asesinato, reconstruimos el vínculo emocional que el poeta tuvo con este país
El Universal, Sábado 20 de agosto de 2011
Yanet Aguilar Sosa |
“En 1936, Lorca iba a venir a México para estar presente en una temporada que tendría en el Palacio de Bellas Artes la compañía de Margarita Xirgu, ella estaba en La Habana justamente en 1936 y Federico había quedado en alcanzar a la compañía, aquí en México”, recuerda el investigador Miguel Capistrán.
Pero el 18 de agosto de 1936, en Granada, el gobierno franquista asesinó al poeta, dramaturgo, músico y dibujante. Ese día, todos los planes y proyectos creativos que tenía el poeta español nacido el 5 de junio de 1898 fueron truncados violentamente.
A 75 años del asesinato de Federico García Lorca, el ensayista e investigador de Miguel Capistrán recupera para EL UNIVERSAL la historia de ese viaje que el autor de Yerma, Bodas de sangre y La casa de Bernarda Alba no hizo a México.
“Federico García Lorca ya estaba planeando la salida. Se dice, aunque no hay una confirmación exacta, que incluso ya tenía comprados los pasajes, lo cual es muy probable porque se sabe que por esa razón estaba en Granada, que había ido allí para despedirse de sus padres; la desgracia es que llega justo cuando estalla el levantamiento de la Guerra Civil”, señala Miguel Capistrán.
El “Romancero” no pisó esta tierra
Con la ejecución de Federico García Lorca en España, México perdió la oportunidad de recibir al creador que ejerció el teatro, el dibujo, la música, la literatura epistolar y de viajes y especialmente la poesía.
Fue un artista que recogió la voz del pueblo y de su época y que con un grupo de amigos crearon la compañía teatral La Barraca, una compañía itinerante que hacía teatro popular por diferentes partes de España.
Pero también Lorca perdió la oportunidad de estar en México, de reencontrarse con Salvador Novo, integrante del grupo de Los Contemporáneos, a quien conoció años atrás en Buenos Aires; de volver a conversar con Alfonso Reyes, su gran amigo mexicano, y con Jaime Torres Bodet, a quien conoció en España.
En esa visita que Lorca planeaba, la Compañía de Margarita Xirgu tuvo funciones en distintos teatros, entre ellos el Palacio de Bellas Artes, donde presentó varias piezas de Federico García Lorca. Margarita Xirgu era una de sus actrices favoritas.
Sin embargo, el viaje a México en 1936 no pudo realizarse e incluso el poeta postergó en varias ocasiones la visita, según cuenta Capistrán:
“Por investigaciones posteriores se sabe que García Lorca quería que lo acompañara uno de los jóvenes actores que trabajaba en la compañía La Barraca, del que Lorca estaba muy enamorado, pero al parecer los padres de este muchacho no concedieron el permiso para que saliera; tenía unos veintitantos años y aún era estudiante”.
El deseo de que ese joven actor lo acompañara a México hizo que García Lorca aplazara ese viaje que tenía muchas ganas de hacer, así se lo comentó al mexicano Salvador Novo cuando se conocieron en Buenos Aires.
“En esa ocasión, García Lorca comentó con Novo muchas cosas sobre México, varias de esas cosas las contó el maestro Novo en algunas de sus obras de teatro y en un libro que escribió sobre su viaje a Sudamérica, que es cuando cuenta el encuentro con el poeta granadino en Buenos Aires”, comenta Miguel Capistrán.
El amor de Novo
El ensayista e investigador que fue muy cercano a Salvador Novo al final de su vida, asegura que Novo se enamoró de García Lorca al conocerlo, y aunque nunca escribió de ese amor, “el maestro Novo me lo contó a mí, pues tuve el privilegio de trabajar con él los últimos ocho años de su vida”.
Incluso, dice Capistrán, Novo, inspirado en ese amor, escribió el poema “Romance de Angelillo y Adela”, donde justamente el personaje de Angelillo, que es un torero andaluz, es sin duda García Lorca, y Adela es Novo, personaje que también apareció en una frustrada novela de temática gay donde el personaje se llama Adelaida.
Por eso, la muerte de García Lorca dejó a Novo muy traumatizado. En homenaje al poeta, cuando salió la segunda edición de su libro de poemas El nuevo amor, en su versión francesa, Novo le anexó la dedicatoria: “A la memoria de Federico García Lorca”.
Capistrán asegura que El nuevo amor es la evidencia que hizo Novo respecto a Lorca. “Federico García Lorca fue una de las personalidades más definitivas para el maestro Novo”, afirma el investigador Miguel Capistrán.
Relación cercana con mexicanos
El interés de Federico García Lorca por México era mucho y el viaje al país de Los Contemporáneos era muy anhelado. Cuando conoció a Novo en Buenos Aires, una de las personas por las que primero preguntó García Lorca fue Antonieta Rivas Mercado, quien acababa de morir. En sus cartas, Lorca se refería a ella como una de las mujeres más inteligentes que había conocido.
Pero también tenía un gran aprecio por Alfonso Reyes. Capistrán ha estudiado la relación entre García Lorca y Reyes y ha dictado varias conferencias. Ahora incluso está inmerso en escribir un ensayo amplio sobre ese tema.
“Federico García Lorca tuvo mucha relación con Alfonso Reyes cuando éste estuvo en España, también cuando estuvo en Brasil camino a Buenos Aires; allí visitó a Alfonso Reyes, quien estaba en ese país por cuestiones diplomáticas; allí, Reyes le entregó la edición que había hecho, con muy pocos ejemplares, la editorial Alcancía, de su libro de poemas Oda a Walt Whitman, que es otro punto de relación de García Lorca con México”, dice Capistrán.
Y aunque se sabe también que en España el poeta granadino había conocido a Torres Bodet, quien era diplomático, su mejor amigo mexicano y el más conocido era Alfonso Reyes.
“Sin embargo, no sostuvieron correspondencia; he buscado en el archivo de Reyes y sólo encontré una tarjeta postal. Con quien sí hubo correspondencia fue con Novo, al menos tres cartas, pero desgraciadamente se perdieron.
“García Lorca nunca visitó México, el del 36 sería su primer viaje, pero México era uno de los países más cercanos a él, incluso en su conferencia ‘Teoría y juego del duende’ (el duende es algo así como cierta presencia o don que se encuentra en las cosas e interviene en muchas situaciones), García Lorca decía que los únicos países que se identifican por el culto a la muerte son España y México”, comenta Miguel Capistrán.
Federico García Lorca, el autor que en España fue objeto de una gran exposición en 1998, cuando se cumplió el centenario de su nacimiento, nunca piso México, donde como en muchos países es muy leído, ni tuvo la fortuna de conocer o reencontrarse con los escritores que le interesaban.
“Le interesaban los Contemporáneos, sabía de ellos por Antonieta Rivas Mercado; pienso que Alfonso Reyes influyó en la Generación del 27 o la del Centenario, a la que perteneció Lorca, fue tan importante que los hizo fijarse en Góngora, que en ese tiempo era muy trabajado por Reyes”, dice Capistrán.
A 75 años del asesinato de Federico García Lorca, el ensayista e investigador de Miguel Capistrán recupera para EL UNIVERSAL la historia de ese viaje que el autor de Yerma, Bodas de sangre y La casa de Bernarda Alba no hizo a México.
“Federico García Lorca ya estaba planeando la salida. Se dice, aunque no hay una confirmación exacta, que incluso ya tenía comprados los pasajes, lo cual es muy probable porque se sabe que por esa razón estaba en Granada, que había ido allí para despedirse de sus padres; la desgracia es que llega justo cuando estalla el levantamiento de la Guerra Civil”, señala Miguel Capistrán.
El “Romancero” no pisó esta tierra
Con la ejecución de Federico García Lorca en España, México perdió la oportunidad de recibir al creador que ejerció el teatro, el dibujo, la música, la literatura epistolar y de viajes y especialmente la poesía.
Fue un artista que recogió la voz del pueblo y de su época y que con un grupo de amigos crearon la compañía teatral La Barraca, una compañía itinerante que hacía teatro popular por diferentes partes de España.
Pero también Lorca perdió la oportunidad de estar en México, de reencontrarse con Salvador Novo, integrante del grupo de Los Contemporáneos, a quien conoció años atrás en Buenos Aires; de volver a conversar con Alfonso Reyes, su gran amigo mexicano, y con Jaime Torres Bodet, a quien conoció en España.
En esa visita que Lorca planeaba, la Compañía de Margarita Xirgu tuvo funciones en distintos teatros, entre ellos el Palacio de Bellas Artes, donde presentó varias piezas de Federico García Lorca. Margarita Xirgu era una de sus actrices favoritas.
Sin embargo, el viaje a México en 1936 no pudo realizarse e incluso el poeta postergó en varias ocasiones la visita, según cuenta Capistrán:
“Por investigaciones posteriores se sabe que García Lorca quería que lo acompañara uno de los jóvenes actores que trabajaba en la compañía La Barraca, del que Lorca estaba muy enamorado, pero al parecer los padres de este muchacho no concedieron el permiso para que saliera; tenía unos veintitantos años y aún era estudiante”.
El deseo de que ese joven actor lo acompañara a México hizo que García Lorca aplazara ese viaje que tenía muchas ganas de hacer, así se lo comentó al mexicano Salvador Novo cuando se conocieron en Buenos Aires.
“En esa ocasión, García Lorca comentó con Novo muchas cosas sobre México, varias de esas cosas las contó el maestro Novo en algunas de sus obras de teatro y en un libro que escribió sobre su viaje a Sudamérica, que es cuando cuenta el encuentro con el poeta granadino en Buenos Aires”, comenta Miguel Capistrán.
El amor de Novo
El ensayista e investigador que fue muy cercano a Salvador Novo al final de su vida, asegura que Novo se enamoró de García Lorca al conocerlo, y aunque nunca escribió de ese amor, “el maestro Novo me lo contó a mí, pues tuve el privilegio de trabajar con él los últimos ocho años de su vida”.
Incluso, dice Capistrán, Novo, inspirado en ese amor, escribió el poema “Romance de Angelillo y Adela”, donde justamente el personaje de Angelillo, que es un torero andaluz, es sin duda García Lorca, y Adela es Novo, personaje que también apareció en una frustrada novela de temática gay donde el personaje se llama Adelaida.
Por eso, la muerte de García Lorca dejó a Novo muy traumatizado. En homenaje al poeta, cuando salió la segunda edición de su libro de poemas El nuevo amor, en su versión francesa, Novo le anexó la dedicatoria: “A la memoria de Federico García Lorca”.
Capistrán asegura que El nuevo amor es la evidencia que hizo Novo respecto a Lorca. “Federico García Lorca fue una de las personalidades más definitivas para el maestro Novo”, afirma el investigador Miguel Capistrán.
Relación cercana con mexicanos
El interés de Federico García Lorca por México era mucho y el viaje al país de Los Contemporáneos era muy anhelado. Cuando conoció a Novo en Buenos Aires, una de las personas por las que primero preguntó García Lorca fue Antonieta Rivas Mercado, quien acababa de morir. En sus cartas, Lorca se refería a ella como una de las mujeres más inteligentes que había conocido.
Pero también tenía un gran aprecio por Alfonso Reyes. Capistrán ha estudiado la relación entre García Lorca y Reyes y ha dictado varias conferencias. Ahora incluso está inmerso en escribir un ensayo amplio sobre ese tema.
“Federico García Lorca tuvo mucha relación con Alfonso Reyes cuando éste estuvo en España, también cuando estuvo en Brasil camino a Buenos Aires; allí visitó a Alfonso Reyes, quien estaba en ese país por cuestiones diplomáticas; allí, Reyes le entregó la edición que había hecho, con muy pocos ejemplares, la editorial Alcancía, de su libro de poemas Oda a Walt Whitman, que es otro punto de relación de García Lorca con México”, dice Capistrán.
Y aunque se sabe también que en España el poeta granadino había conocido a Torres Bodet, quien era diplomático, su mejor amigo mexicano y el más conocido era Alfonso Reyes.
“Sin embargo, no sostuvieron correspondencia; he buscado en el archivo de Reyes y sólo encontré una tarjeta postal. Con quien sí hubo correspondencia fue con Novo, al menos tres cartas, pero desgraciadamente se perdieron.
“García Lorca nunca visitó México, el del 36 sería su primer viaje, pero México era uno de los países más cercanos a él, incluso en su conferencia ‘Teoría y juego del duende’ (el duende es algo así como cierta presencia o don que se encuentra en las cosas e interviene en muchas situaciones), García Lorca decía que los únicos países que se identifican por el culto a la muerte son España y México”, comenta Miguel Capistrán.
Federico García Lorca, el autor que en España fue objeto de una gran exposición en 1998, cuando se cumplió el centenario de su nacimiento, nunca piso México, donde como en muchos países es muy leído, ni tuvo la fortuna de conocer o reencontrarse con los escritores que le interesaban.
“Le interesaban los Contemporáneos, sabía de ellos por Antonieta Rivas Mercado; pienso que Alfonso Reyes influyó en la Generación del 27 o la del Centenario, a la que perteneció Lorca, fue tan importante que los hizo fijarse en Góngora, que en ese tiempo era muy trabajado por Reyes”, dice Capistrán.
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