Caso
Monreal: el eslabón perdido/Informe Confidencial
En La Silla Rota, 8 de abril de 2013
Juan
Carlos Guardado desapareció la madrugada del 3 de febrero de 2011, hace más de
dos años. La historia de su familia había sido por años cercana a la de los
Monreal, especialmente a David, actual senador, y a Ricardo, diputado federal,
todos ellos ligados con Fresnillo, Zacatecas. Esa historia, en sus aspectos
conocidos y en otros ignorados hasta ahora, estuvo a punto de concluir con el
asesinato de los legisladores federales, la semana pasada.
El
paradero de Juan Carlos es una incógnita desde aquella mañana fría en que se
trasladaba en una camioneta junto con su chofer, Javier Vázquez, con destino a
Mazatlán. Su círculo cercano diría después a las autoridades que Juan Carlos
tenía una reunión de negocios en el puerto sinaloense la mañana de ese mismo
día 3. Hacia las 0:02 horas de esa fecha, él envió a una persona muy cercana un
mensaje escrito mediante su celular, en el que anunciaba: “Estoy entrando a
Durango”. Sería la última comunicación que alguien sostendría con él.
Su
hermano Ángel Guardado se dio de inmediato a la tarea de dar con su paradero.
Juan Carlos era una persona sumamente conocida en Zacatecas y especialmente en
Fresnillo. Se había desempeñado como secretario del ayuntamiento cuando el
presidente municipal fue su amigo David Monreal (2007-2012), hermano de quien
había sido gobernador del estado, Ricardo Monreal Ávila (1999-2004). Cuando
David dejó el cargo para él mismo buscar la gubernatura, en marzo de 2010, Juan
Carlos asumió interinamente la alcaldía.
La
cercanía de los Guardado con los Monreal incluía un compadrazgo de Ricardo
Monreal y otro integrante de la familia, Jaime Guardado, como sus hermanos,
empresario agrícola de la región.
Información
aportada a este espacio apunta en el sentido de que Ángel Guardado, quien
durante este tiempo ha conducido la búsqueda de su hermano Juan Carlos,
responsabiliza a los Monreal por la desaparición y eventual muerte de su
hermano.
Fuentes
cercanas a los Monreal dicen que ello se debe a que David Monreal invitó a Juan
Carlos a participar en política y ello lo llevó a enfrentarse con mafias del
narcotráfico. Otras veces aseguran que Ángel Guardado culpa también a los
Monreal de no haber intercedido por su hermano, y añaden que un funcionario
actual del gobierno de Zacatecas, que encabeza el priísta Miguel Alonso Reyes,
ha inducido por meses en los Guardado la convicción de que los Monreal tienen
una responsabilidad en la probable muerte de Juan Carlos.
En
el círculo cercano a Ricardo Monreal se asegura que cuando éste fue informado
de la desaparición de Juan Carlos Guardado, en aquel febrero de 2011, concertó
citas y acompañó a miembros de la familia a reuniones con el entonces
secretario federal de Seguridad Pública, Genaro García Luna, y con quien era la
procuradora de la República, Marisela Morales.
Reportes
disponibles confirman que ante la falta de resultados, Ángel Guardado
estableció contactos con grupos del crimen organizado en busca de su hermano, e
incluso aceptó pagar por concepto de rescate una cifra cuyo monto fue de entre
uno y dos millones de pesos. Un narcotraficante al que se atribuían nexos con
la desaparición fue arrestado, pero unas horas después fue ejecutado en el
interior de un penal.
En
diversas ocasiones, entre ellas en una conferencia de prensa, miembros de la
familia Guardado han acusado a las autoridades de pasividad en las indagatorias
por la desaparición de Juan Carlos. Específicamente, han acusado de apatía al
nuevo procurador de Justicia de Zacatecas, Arturo Nahle, quien se desempeñó como
secretario general de Gobierno durante la gestión de Ricardo Monreal al frente
de la administración estatal. Argumentan que nunca hubo seguimiento al hecho de
que tres días después de su desaparición, alguien utilizó una de las tarjetas
de crédito que portaba Juan Carlos.
Existe
un eslabón perdido en esta historia, que conecta los hechos ocurridos hace más
de dos años con la decisión de Ángel Guardado, a quien se señala de contratar a
un grupo de sicarios que montaron guardia durante varios días en las afueras
del Senado de la República, donde se hallan las oficinas del senador David
Monreal, lo mismo que de la zona en donde se halla el despacho del diputado
Ricardo Monreal.
Se
considera extraoficialmente que agentes de seguridad del gobierno federal descubrieron
dicha vigilancia –o la detectaron porque ellos mismos monitoreaban las
actividades de dichos legisladores– y turnaron la información a la Secretaría
de Gobernación, cuyo titular, Miguel Osorio Chong, informó personalmente el
martes pasado a Ricardo Monreal sobre el riesgo inminente que corría su vida, y
lo convenció de aceptar la compañía de al menos dos escoltas de la Policía
Federal, lo mismo que para su hermano David.
Quizá
ha llegado el momento de que los hermanos Monreal dejen de invocar al Santo
Niño de Atocha y expliquen por qué un integrante de una familia amiga buscaba
matarlos.
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