La misiva al ministro Zaffaroni
Francisco
invita a fomentar la reinserción del ex-delincuente en la sociedad
El
Santo Padre envía una carta al Congreso de la Asociación Latinoamericana de Derecho
Penal y Criminología
Ciudad
del Vaticano, 03 de junio de 2014 (Zenit.org)
El
papa Francisco ha compartido una serie de reflexiones en torno al derecho penal
con magistrados y juristas, a quienes "invitó a pensar su actividad
ofreciendo algunas claves del magisterio de la Iglesia". Asimismo, les
habló de "la reparación del daño causado, la confesión y la contrición del
hombre que comete un delito y del amor misericordioso y sanador de Dios".
La
carta del Santo Padre, informa la agencia AICA, fechada el 30 de mayo, fue
leída en el encuentro de referentes judiciales en el marco del XIX Congreso
Internacional de la Asociación Internacional de Derecho Penal y del III
Congreso de la Asociación Latinoamericana de Derecho Penal y Criminología.
El
Papa recuerda, al inicio de la misiva, que desde los primeros tiempos
cristianos, los discípulos de Jesús se han esforzado por hacer frente a la
fragilidad del corazón humano, tantas veces débil. Y explica que "de
diversas maneras y con variadas iniciativas, han acompañado y sostenido a
quienes sucumben bajo el peso del pecado y del mal", añadiendo que "a
pesar de los cambios históricos, han sido constantes tres elementos: la
satisfacción o reparación del daño causado; la confesión, por la que el hombre
expresa su conversión interior; y la contrición para llegar al encuentro con el
amor misericordioso y sanador de Dios".
Francisco
indica que la doctrina cristiana enseña una “necesaria asimetría” entre el
delito y la pena, porque “un ojo o un diente roto no se remedia rompiendo
otro”. Además, el Papa señala que la confesión “es la actitud de quien reconoce
y lamenta su culpa”, y afirma que “si al delincuente no se le ayuda
suficientemente, no se le ofrece una oportunidad para convertirse, termina
siendo víctima del sistema”.
“Es
necesario hacer justicia, pero la verdadera justicia no se contenta con
castigar simplemente al culpable: hay que avanzar y hacer lo posible por
corregir, mejorar y educar al hombre para que madure en todas sus vertientes”,
observa.
Por
otra parte, el Pontífice se refiriere a la contrición, indicando que “es el
pórtico del arrepentimiento, es esa senda privilegiada que lleva al corazón de
Dios, que nos acoge y nos ofrece otra oportunidad, siempre que nos abramos a la
verdad de la penitencia y nos dejemos transformar por su misericordia”.
Más
adelante, el Papa añade que “la actitud de Dios, que primerea al hombre pecador
ofreciéndole su perdón, se presenta así como una justicia superior, al mismo
tiempo ecuánime y compasiva, sin que haya contradicción entre estos dos
aspectos. El perdón, en efecto, no elimina ni disminuye la exigencia de la
rectificación, propia de la justicia, ni prescinde de la necesidad de
conversión personal, sino que va más allá, buscando restaurar las relaciones y
reintegrar a las personas en la sociedad”.
A
continuación, el Papa explica que la Iglesia “plantea una justicia que sea
humanizadora, genuinamente reconciliadora, una justicia que lleve al
delincuente a su rehabilitación y total reinserción en la comunidad”.
“¡Qué
importante y hermoso sería acoger este desafío, para que no cayera en el
olvido!”, exclama el Papa en su carta. Para finalizar, les pide que "vayan
adelante en este sentido, pues entiendo que aquí radica la diferencia entre una
sociedad incluyente y otra excluyente, que no pone en el centro a la persona
humana y prescinde de los restos que ya no le sirven".
Texto
de la carta del Papa (formato PDF)
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