Rueda de prensa del papa
Francisco en su regreso a Roma desde Filipinas.
Usted ha citado la encíclica
Humanae vitae de Pablo VI, y ha mencionado que pidió a los sacerdotes que
fueran misericordiosos con los casos particulares. ¿Podria decirnos si se puede
alargar este margen para casos particulares?
El número que usted ha
mencionado, tres hijos por familia, según dicen los expertos, es el ritmo para
mantener la población. La palabra clava para responder a su pregunta es
paternidad responsable, y cada persona, en el diálogo con su pastor, busca cómo
concretar esa paternidad… Perdonen, pero hay algunos que creen que para ser buenos
católicos debemos ser como conejos. Paternidad responsable: para ponerla en
práctica en la Iglesia hay grupos matrimoniales; expertos en estas cuestiones,
y hay pastores. Yo conozco muchas vías lícitas, que ayudan. Pero le digo otra
cosa: para las personas más pobres, cada hijo es un tesoro; es cierto que hay
que ser prudentes, pero un hijo es un tesoro. Paternidad responsable, pero
también considerar la generosidad de esos padres que ven en el hijo o en la
hija un tesoro.
Pregunta de Nicole Winfield.
¿Tiene previsto incluir una etapa en California para la beatificación de
Junípero Serra? ¿Entrará en Estados Unidos a través de la frontera con México?
¿Irá a África? ¿Viajará a América Latina para beatificar a Monseñor Romero en
El Salvador?
Entrar a los Estados Unidos
por la frontera de México sería una cosa hermosa, como signo de hermandad, pero
ir a México sin visitar a la Virgen de Guadalupe sería un drama… Creo que van a
ser estas tres las ciudades estadounidenses.
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“¿Qué puede hacer su santidad para luchar contra la corrupción no solo en el gobierno sino también en la Iglesia?”
“La corrupción hoy en el mundo está a la orden del día y la actitud corrupta encuentra fácilmente un nido en las instituciones, porque una institución que tiene muchas ramas aquí y allá, tantos jefes y vicejefes, como que, es muy fácil caer o proveer un nido para la corrupción y cada institución puede caer en esto.
La corrupción quita a la gente. Esa persona corrupta que hace acuerdos corruptos o gobierna corruptamente o se asocia con otros para negocios corruptos, roba a la gente. Las víctimas son aquellos, ellos son aquellos que dijiste estuvieron detrás del hotel lujo, ¿no? Ellos son las víctimas de la corrupción.
La corrupción no se encierra en sí misma, sale y mata. ¿Entienden? Hoy en día la corrupción es un problema mundial. Una vez, en el 2001 más o menos, le pedí al jefe del gabinete del presidente de entonces, el cual era un gobierno que pensamos no era tan corrupto, y era verdad, no era tan corrupto, el gobierno: ‘Dígame, la ayuda que usted envía al interior del país, sea en efectivo o comida o ropa, todas estas cosas, ¿cuánto llega al lugar?’ Inmediatamente este hombre, que era un verdadero hombre, limpio (dijo) ’35 por ciento’. Eso fue lo que me dijo. Ese año 2001 en mi país.
Y ahora, la corrupción en las instituciones eclesiales. Cuando hablo de la Iglesia me gusta hablar de los fieles, los bautizados, la Iglesia entera, ¿no? En ese caso es mejor hablar de pecadores.
Todos somos pecadores, ¿no? Pero cuando hablamos de corrupción, hablamos de personas corruptas o de instituciones en la Iglesia que caen en la corrupción. Y hay casos, sí, hay. Recuerdo una vez, en el año 1994, cuando fui apenas nombrado Obispo del barrio de Flores en Buenos Aires, dos empleados o funcionarios de un ministerio vinieron a decirme ‘usted tiene muchas necesidades aquí con tantos pobres en las villas miserias’. ‘Oh sí’, dije, y se los dije. ‘Podemos ayudarlo. Tenemos, si usted quiere, una ayuda de 400.000 pesos’. En ese tiempo, el tipo de cambio con el dólar era de uno a uno. 400.000 dólares. ‘¿Usted puede hacerlo?’. ‘Sí, sí’. Escuché porque, cuando la oferta es tan grande, también el santo duda. Pero ellos continuaron: ‘Para hacerlo, nosotros hacemos el depósito y después usted nos da la mitad’. En ese momento pensé qué debería hacer: O insultarlos y darles una patada donde no les da el sol o me hago el tonto.
Me hice el tonto y dije, en verdad, nosotros en el vicariato no tenemos una cuenta, tú tienes que hacer el depósito en la oficina de la arquidiócesis con el recibo. Y eso fue todo. ‘Oh, no lo sabíamos’. Y se fueron. Pero más tarde pensé, si estos dos aterrizaron directamente sin pedir una pista –es un mal pensamiento- es porque alguien más dijo sí. Pero es un mal pensamiento, ¿no?
La corrupción es fácil de hacerla. Vamos a recordar esto: Pecadores sí, corruptos no, corruptos nunca. Debemos pedir perdón por aquellos católicos, aquellos cristianos que escandalizan con su corrupción. Es una herida en la Iglesia. Pero hay tantos santos, tantos santos. Y santos pecadores, pero no corruptos. Vamos a mirar al otro lado, también, la Iglesia es santa. Hay algunos aquí y allá. Gracias por tener el coraje de preguntar esto.
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