Excelsior, 10 de abril de 2015
El miércoles, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos colocó en su lista de las organizaciones criminales más peligrosas al cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y al de Los Cuinis. Unos días antes, en una nueva emboscada de grupos criminales en una carretera a Puerto Vallarta, fueron asesinados 15 policías de la fuerza única de Jalisco, varios quedaron heridos y más tarde mataron al director de Seguridad Pública de Zacoalco de Torres, Miguel Caicedo.
Es verdad que, como dijeron las autoridades locales, ese ataque terrible sería consecuencia de la detención de un líder regional del Jalisco Nueva Generación, pero ello demuestra, por una parte, el nivel de control de esa organización sobre ese territorio y, por la otra, el grado de intimidación: imaginemos por un momento qué estarían dispuestos a hacer ante un golpe mucho más duro, si por la detención de un jefe regional matan a quince policías y a un director de seguridad. En los últimos meses son ya 32 los elementos estatales que han sido asesinados en Jalisco por el CJNG. Un par de semanas atrás, como reseñamos aquí, esa misma organización emboscó en Ocotlán a elementos de la Gendarmería matando a cinco de sus integrantes (los primeros caídos de esa institución).
Como dicen las autoridades de
Estados Unidos, esos cárteles, mucho más el Jalisco Nueva Generación, se han
convertido en un verdadero desafío para las autoridades, las locales y las
federales. Y el tema ya era, desde muchos meses atrás, una de las principales
preocupaciones de instituciones como la PGR y su agencia federal de
investigaciones. No sé si esas advertencias fueron tomadas en cuenta a tiempo o
no, lo cierto es que desde hace semanas la actividad de ese cártel se ha vuelto
cada día más intensa y violenta, con costos humanos mayores.
Eso ya lo tiene identificado
el gobierno estadunidense. El comunicado del Departamento del Tesoro dice que
“el CJNG y Los Cuinis han hecho crecer rápidamente su imperio criminal en los
últimos años mediante el uso de la violencia y la corrupción”. En la lista se
incluye a los líderes de ambos grupos criminales, Nemesio Oseguera Cervantes y
Abigael González Valencia. Ambos son considerados como Narcotraficantes
Especialmente Designados, de conformidad con la Ley de Designación de
Cabecillas Extranjeros del Narcotráfico (Kingpin Act). Ya están en las grandes
ligas de los narcotraficantes del país y del mundo.
Pero lo preocupante, además
de la violencia (no deja de llamar la atención que mientras la percepción
global de inseguridad se ha reducido 4.5% a nivel nacional, esté creciendo en
Jalisco y en estados contaminados por estos mismos grupos como Querétaro, donde
precisamente por ello crecen las posibilidades de Francisco Domínguez), es la
corrupción, como dice el Departamento del Tesoro. A raíz de este anuncio del
Tesoro queda prohibido a los ciudadanos estadunidenses realizar transacciones
financieras o comerciales con grupos o personas relacionadas directa o
indirectamente con ellos, y bloquea cualquier activo que puedan tener bajo la
jurisdicción de Estados Unidos. Es una decisión que ataca a personas o a
algunas empresas en concreto, pero que puede tener un alto grado de
contaminación en otras actividades económicas. Y ya ha habido estados donde ese
tipo de contagio ha costado mucho, social y económicamente. Es un tema de
realidades y también de percepciones.
Desde hace meses el CJNG se
ha convertido en un problema grave de seguridad pública e interior. Hace más de
un año incluso lo había advertido el presidente Peña en una entrevista con El
País en España; lo advirtió el entonces procurador Jesús Murillo Karam; volvió
a destacarlo el presidente Peña en noviembre, cuando colocó a Jalisco entre los
estados con mayores desafíos de seguridad, junto con Michoacán, Guerrero y
Tamaulipas. Y la semana antepasada provocó una fuerte llamada de atención la
emboscada a agentes federales en Ocotlán. Es hora de tomar el tema con toda
firmeza. Estamos hablando, como dice el Departamento del Tesoro, de
organizaciones que se han expandido rápidamente mediante el uso de la violencia
y la corrupción y que se sitúan, ahora, “entre las más poderosas del tráfico de
droga en México”.
Por cierto, muy extraño el
caso de la nueva avioneta con cocaína localizada en Venezuela, donde una vez
más encuentran el avión, pero no a los pilotos y éstos dejan nada menos que sus
pasaportes, junto con la droga en el avión. Y resulta que uno de esos
pasaportes es de un exfuncionario de la PGR, dado de baja hace ya algunos años
por sospechas de irregularidades en su actividad (relacionada precisamente con
la flota aérea de la Procuraduría). ¿Usted cree que alguien al huir dejaría
nada menos que su pasaporte en un avión lleno de droga? Los designios del
régimen de Nicolás Maduro son inescrutables
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