Los
negros de México que han sido "borrados de la historia"
Revista Semana, 11 de abril de 2016
Son
una comunidad de casi un millón y medio pero pocos en ese país están
conscientes de su existencia.
Comunidad
negra sufre de discriminación en México
Un censo interino en 2015 indicó que la población negra era de 1,4
millones. Foto: Imagen tomada de BBC BBC
Pero
son poco conocidos más allá del estado de Oaxaca, en el sur del país, una
situación que los líderes de la comunidad quieren cambiar radicalmente.
"Una
fue deportada a Honduras y la otra a Haití porque la policía insistía que en México
no hay gente negra. A pesar de tener documentos de identidad mexicanos, las
deportaron".
Con
la ayuda de los consulados mexicanos, pudieron regresar pero no recibieron
disculpa alguna ni indemnización, resalta López.
Comunidad
ignorada
Mexicanos
de raza negra han vivido en la región de Costa Chica, en la costa Pacífica de
Oaxaca, desde que sus ancestros fueron llevados como esclavos desde África, en
el siglo XVI.
Ganaderos
coloniales españoles frecuentemente los utilizaban como capataces, para que se
hicieran cargo de los trabajadores indígenas que no estaban acostumbrados a
animales del tamaño de las vacas o los caballos.
Sin
embargo, por fuera de la región de Costa Chica, hay poca consciencia de su
existencia.
Un
censo interino en 2015 indicó que la población negra era de 1,4 millones, o
1,2% de la población mexicana. En el mismo estado de Oaxaca son apenas 5% del
total.
En
comparación, los pueblos indígenas constituyen casi 10% de la población en
México, según el censo de 2010.
La
apariencia física de aquellos que se identifican como mexicanos negros varía
considerablemente. Algunos son difíciles de diferenciar de los indígenas
mexicanos.
"No
se trata únicamente del color de la piel, también es de cómo te sientes",
explica Tulia Serrano Arellanes, una trabajadora distrital. "Tú puedes
haber tenido una abuela negra y sentirte negra, aunque no lo parezcas".
Buena
parte de su identidad está basada en dónde viven. Si vives en un pueblo negro
como Santiago Llano Grande, de donde viene Chogo "El Bandeño", muy
probablemente te sientes negro.
Cultura
africana
Pero
también se comparte una cultura común.
Por
ejemplo, hay un estilo de música característica llamada la chilena, introducida
a Costa Chica en el siglo XIX por marineros chilenos que pasaban camino a la
quimera de oro en California, que ha sido adaptada por músicos negros.
Le
han agregado instrumentos afromexicanos como la quijada, un maxilar seco de
burro con dientes que repiquetean.
También
está el bote, un tambor de fricción, que tiene un palo adherido a la membrana
que se frota para producir una especie de bramido. Estos sonidos son parte
central de la vida musical de los afromexicanos.
También
hay bailes que se remontan a los días de las haciendas coloniales, incluyendo
la Danza de los Diablos, que se ejecuta alrededor del Día de los Muertos, a
finales de octubre y comienzos de noviembre.
Los
bailarines tienen máscaras de diablo y son conducidos por un personaje áspero
conocido como Pancho, el capataz de la hacienda.
Se
pavonea por el lugar con un látigo, mientras su voluptuosa esposa
"blanca" –interpretada por un hombre negro- coquetea descaradamente
con los "diablos" y hasta con el público.
En
los pueblos de Costa Chica, hasta los niños de edad preescolar aprenden los
pasos del baile y se les inculca el orgullo en su herencia africana.
Reconocimiento
Pero
hay frustración en la región por la falta de consciencia que hay en México
sobre los afromexicanos y porque aún no han sido reconocidos oficialmente como
una minoría por el gobierno.
Según
Humberto Herbert Silva Silva, el director de la Oficina para Asuntos
Afromexicanos en Oaxaca, se debe a que los afromexicanos hablan español, como
la mayoría de los mexicanos y no tienen su propia lengua.
"Cuando
solicitamos reconocimiento como minoría, salen con excusas o nos dicen que no
tenemos una lengua autóctona. El lenguaje es el verdadero criterio", dice.
"Estamos siendo discriminados".
Si
los afromexicanos fueran clasificados como minoría, recibirían fondos
adicionales para la promoción de su cultura y para programas de salud pública.
Pero
los activistas como Israel Reyes, un maestro, quieran algo más que dinero.
También es importante para ellos que la existencia de los afromexicanos será
reconocida por el Estado mexicano.
"La
historia de la población negra ha sido ignorada y borrada de la historia",
afirma.
Los
esfuerzos de los activistas ha dado algunos resultados.
En
el censo interino de 2015, los encuestados tuvieron por primera vez la opción
de identificarse como negros, aunque ese no sea el término que todos los
afromexicanos usan. Muchos de ellos se llaman a sí mismos "morenos" o
utilizan otro término local para describirse.
Pero
algunos afroamexicanos están impacientes de que no se les dé mayor
reconocimiento.
Silva
Silva dice que la comunidad negra está considerando incluso seguir la ruta del
levantamiento indígena zapatista en Chiapas, en los años 90.
"Hasta
ahora las comunidades negras han soportado discriminación y se han mantenido
dentro de las vías legales, que ya están agotadas", expresa.
"Con
los zapatistas, los indígenas se levantaron, y fue un levantamiento armado para
reivindicar sus derechos. Y, bueno, nuestra comunidad está pensando hacer lo
mismo. Está pensando, en un futuro distante, hacer un levantamiento",
dice.
"Podría
ser la única manera de obtener los derechos que nos merecemos. No puede ser
correcto que la Constitución de nuestro país no nos reconozca. Hay una gran
brecha entre los que los políticos dicen y lo que hacen. Tendremos que tomar
acción para enviarles una advertencia".
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