Dolores Castro Varela, la última de los Ocho poetas mexicanos/ FA
Hoy cumple 93 años, felicidades!
La poeta y narradora Dolores Castro Varela nació en Aguascalientes un jueves 12 de abril de 1923, este martes cumple justamente 93 años de edad. Aunque nació en Aguascalientes se considera zacatecana ya que de 40 días se fue a vivir a ese lugar; su padre fue abogado y su madre -María Valera Vázquez del Mercado- era gente del campo; su bisabuelo y su abuelo paterno dirigieron el Instituto de Ciencias de la Normal de Zacatecas.
La familia se transladó a la Ciudad de México, ahí estudió en el Colegio Francés y en tercero de secundaria en conoció a la que fue su gran amiga y “hermana“: Rosario Castellanos. Juntas estudiaron la preparatoria e ingresaron a la Universidad a estudiar derecho, empero Rosario desistió y entró a estudiar Filosofía y Letras. Dolores hizo lo mismo, además de seguir a la par la carrera de su padre . Ambas se fueron a estudiar a la Universidad Complutense de Madrid.
Era 1948 y la facultad de Filosofía y Letras, estaba el edificio de Mascarones, en la calle de San Cosme, en la Santa María La Rivera, ahí las dos amigas conocieron a muchos escritores y poetas entre ellos a Ernesto Cardenal, Ernesto Mejía Sánchez, Tito Monterroso, Otho Raúl González, Carlos Illescas, Ernesto Mexía Sánchez, Manuel Durán Gili, Ramón Xirau, Jaime Sabines, Emilio Carballido, Sergio Magaña, Luisa Josefina Hernández, Luis Rius, Juan Bañuelos, entre otros.
Dolores se metió de lleno a leer poesía, y no sólo abrevó del poeta nayarita Amado Nervo, de Concha Urquiza y de Enrique González Martínez, sino de toda la generación del 27, Machado, Cernuda, Salinas, et al.
- El grupo de los Ocho.
Dolores Castro formó parte de los Ocho poetas mexicanos a quienes los unió “una doble devoción: el amor a la poesía y el milagro de la amistad”.
Ellos eran Roberto Cabral del Hoyo (1913), Alejandro Avilés (1915) Efrén Hernández (1904), Rosario Castellanos (1924), Javier Peñalosa (1921), Honorato Ignacio Magaloni (1898), Octavio Novaro (1910), y Dolores Castro (1923).
En aquel tiempo todos ellos fueron criticados por sus amigos de la izquierda por ser católicos. La verdad es que no fue así. El grupo tuvo influencia sin duda del padre Alfonso Méndez Plancarte, director de la revista Abside, de inspiración cristiana y confesional. De hecho fue Méndez Plancarte quien en 1955 publicó “Los Ocho poetas mexicanos“, bajo el sello de editorial Jus -Bajo el Signo de “Ábside”.
Por ese sólo hecho se les consideró poetas “católicos”.. Efraín Huerta, sin pensarlo, decía: “Esos son mochos, publicaron en Abside, son curas, curas destripados, beatos”.
Pero la mayoría de ellos eran absolutamente laicos. Además de que Octavio Novaro y Honorato Ignacio Magaloni eran gente de izquierda. En tanto, Dolores Castro, Javier Peñalosa, Rosario Castellanos y Alejandro Avilés si tenía influencia cristiana, pero no eran militantes católicos como muchos creen. Eso sí la influencia de la revista Abside los llevo a leer a muchos poetasd entre ellos a San Juan de la Cruz..
Una vez Dolores Castro dijo en una entrevista a la revista Proceso (6 de julio de 1991): ni Octavio, Ni Efrén, ni Roberto ni mucho menos Magaloni eran católicos. En Alejandro Avilés había una auténtica necesidad religiosa: “entiéndase bien: religiosa, no devota.“’
Del mate al café: la poesía está en manos de ustedes
Pero en aquel tiempo, los hermanos Méndez Plancarte - y Alfonso Junco (1896- 1974), Octaviano Valdés (1901-1991) y Emma Godoy (1918-1989), entre otros, se reunían “en torno al mate” -recuerda Alejandro Avilés en una entrevista en la revista Proceso- y Alfonso Méndez Plancarte le sugirió que organizaran otra tertulia, que se reunieran “en torno al café”.
Así lo hicieron desde entonces. Méndez Plancarte les dijo según cuenta Cabral del Hoyo: “muchachos, formen un grupo, sean amigos Creo que la poesía de América está en manos de ustedes“.
Las reuniones del grupo de los Ocho se realizaron de 1952 a 1956.. Los ocho poetas se reunían desde el inicio de la tarde hasta la madrugada en la casa de Rosario castellanos, leían y comentaban poesía, la de los grandes clásicos de la lengua española y la propia, cenaban, tomaban café y bromeaban. Eran felices leyendo y haciendo poesía..
¡Maravilloso!
En ese ambiente Dolores Castro conoció a quien fue el papa de sus siete hijos, Javier Peñaloza con quien tuvo 7 hijos... Ella lo comenta así; “esa noche todos estuvimos particularmente ingeniosos No dejamos de reírnos desde que llegamos hasta que salimos de su casa, y entre Javier y yo se dio una proximidad peligrosa, próxima al amor(...) Me bastaron unos cuantos días para comprender que era una persona única en el mundo. Lo dije por esos días, lo que es muy común, y lo repetí a los veintitantos años de casados, lo que ya no es tan común Javier y yo tuvimos siete hijos“.
El grupo de los Ocho tenía de invitados a Elías Nandino, Carlos Pellicer, José Gorostiza, Salvador Novo, Octavio Paz y un largo etcétera.
Fueron discriminados, por Paz, Chumacero, Pachecho y Aridjis.
-¿A qué lo atribuye?-. le preguntan a Cabral del Hoyo.
Y responde que el libro de los Ocho poetas salió publicado en Absidde: Fue una injusticia, subrayó.
Dolores castro es la única que vive del grupo de los Ochos...
Hoy cumple 93 años de edad, felicidades a ella y a doña Cástula también, quien ha sido su colaboradora de toda la vida.
Por estos días se difunde su libro “El fino pincel de la luz". El Instituto Zacatecano de Cultura informó que el libro es coordinado por María Guadalupe Dávalos Macías y cuenta con la colaboración de 11 escritores, entre ellos Manuel Andrade y Armando Adame; el volumen incluye fotografías del Archivo Tomás Montero y personales de Dolores Castro.
Para Castro la poesía no es más que una actitud ante la vida, rasgo intrínseco a la gran necesidad de entender el mundo y del profundo amor que le tiene a la vida. Sea por eso que aún sigue escribiendo y leyendo, nutriendo el significativo quehacer del poeta.
“Dentro de mí hay una necesidad todavía de seguir averiguando qué pasa. Además tengo alegría de vivir, necesidad de conocer más. Ya que sólo una vez estamos en la vida, hay que aprovecharla”, comentó en entrevista para el Instituto Nacional de Bellas Artes.
Dolores Castro tiene ene reconocimientos en vida..
Se le ha otorgado el premio Nacional de Poesía Sor Juana Inés de la Cruz, el premio
Nacional de Poesía, Mazatlán, 1980; el premio III Nezahualcóyotl (junto con José Emilio Pacheco), 2004; el premio Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde 2013; y junto con Eraclio Cepeda recibió el premio Nacional de Ciencias y Artes en el área de Lingüística y Literatura.
Hay un plantel de Conalep que lleva su nombre y dos premios de poesía con su nombre: el Premio Estatal de Poesía Dolores Castro que otorga el Instituto Tlaxcalteca de Cultura y el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, y el Premio Dolores Castro de Narrativa y Poesía Escrita por Mujeres que otorga el Ayuntamiento del Municipio de Aguascalientes a través del Instituto Municipal Aguascalentense para la Cultura.
Lo mejor de los poetas es leer su poesía...
Lo haré con gusto.
-¿La poesía es entonces una actitud ante la vida, aunque uno no escriba?-., le pregunta Adriana del Moral en una entrevista.
“-¡Claro que es una actitud ante la vida!, y desde que abres los ojos. Mi mamá le escribió una carta a mi papá porque él no estaba cuando yo nací en Aguascalientes, y mi papá estaba viajando porque era agente del Ministerio Público. En la carta le decía mi mamá: “Ya tienes una nueva hija. Es morena, pero tiene los ojos muy vivos.” No los tuve grandes, pero vivos sí.“
-El papel que para usted tiene la poesía, ¿ha cambiado a lo largo de todos estos años dedicados a escribir poemas?
- Yo creo que ha cambiado, pero nunca ha dejado de ser un interés profundísimo. Ha cambiado porque cada vez tengo más necesidad de comunicar y comunicar bien. Comunicar con un trabajo constante para que la palabra sea transparente.
- ¿Escribe cada vez más?
-Sí, escribo cada vez más, no sé si cada vez mejor.
¡Felicidades a Dolores Castro y que viva 101 años feliz!
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“Algo le duele al aire”
Algo le duele al aire,
del aroma al hedor.
Algo le duele
cuando arrastra, alborota
del herido la carne,
la sangre derramada,
el polvo vuelto al polvo
de los huesos.
Cómo sopla y aúlla,
como que canta
pero algo le duele.
Algo le duele al aire
entre las altas frondas
de los árboles altos.
Cuando doliente aún
entra por las rendijas
de mi ventana,
de cuanto él se duele
algo me duele a mí,
algo me duele.“ Dolores Castro
De: “Algo le duele al aire” – 2011., Ed. del Lirio.’’
La imagen de Dolores Castro y de Rosario Castellanos es del archivo Tomas Montero.
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