Columna Alhajero/Martha Anaya
24 Horas, 3 de noviembre de 2016
No
te enojes, Manlio
Hace
siete años –finales de 2009–, Mario López Valdez era un senador muy tranquilo
y, hasta cierto punto, tímido.
Tan
discreto resultaba que, un día, el entonces líder de la bancada priista en
Xicoténcatl, Manlio Fabio Beltrones, le preguntó que por qué nunca iba a verlo.
El
sinaloense le contestó –y así era en realidad– que porque ya tenía bastante
chamba con tanto senador que le consultaba cosas, o le pedía viajes o le
hablaban de mil y un asuntos.
Pero unos meses después, en los
primeros días de marzo de 2010, Malova tocó a las puertas de Beltrones:
-Vengo
a pedirte un favor-, le dijo.
-¿De
qué se trata?
-Me voy a ir del PRI y no quiero
que te enojes, ni que me pidas que me quede.
(Aquellas palabras eran más que suficientes
para dejarle en claro al jefe de la bancada tricolor que López Valdez –relegado
por el PRI para la candidatura a la gubernatura de Sinaloa– se iría a competir
por su estado bajo las siglas de Acción Nacional).
-Sí me voy a enojar –repuso
Manlio–. Pero si ganas, y me invitas un tequila, se me va a quitar lo enojado.
Cruzaron
algunas frases más. Pero antes de partir, Beltrones le dio un consejo: No te vayas solo…
Semanas
más tarde, como candidato ciudadano, Malova encabezaría con el PAN, PRD, PT y
Convergencia, la alianza Unidos por Sinaloa, con la que lograría el triunfo el
4 de julio de 2010.
Y sí, ya gobernador, el sinaloense
invitaría a Manlio Fabio el tequila pendiente. Se le quitaría lo enojado.
Viene
a cuenta la anécdota porque ahora, a menos de dos meses de entregar el gobierno
del estado, Malova considera haber
llevado a la práctica –de algún modo– lo que hoy impulsa Beltrones con
vehemencia: los gobiernos de coalición.
Efectivamente, la Sinaloa de Malova
podría ser un ejemplo de lo que se busca con los gobiernos de coalición, aunque
con el ingrediente propio, pues el de Sinaloa de Leyva (poblado serrano donde
nació) considera que los candidatos, al
tomar posesión, deben vacunarse de los partidos y los partidos, a su vez,
vacunarse de los políticos en el poder.
En fin, cada quien con su visión.
Entre tanto, Sinaloa se prepara de nuevo para
el cambio. Quirino Ordaz (PRI) se apresta a tomar posesión y López Valdez
guarda en el portafolio las últimas cifras del INEGI (segundo trimestre de 2016) que ponen a Sinaloa como el estado con mayor
crecimiento económico en el país: 8.3%.
Sí, a pesar de lo difícil y de lo violento de
la entidad –recordemos tan sólo la emboscada al ejército hace un mes–, el sinaloense es de los pocos mandatarios
que, por lo que se sabe hasta ahora, saldrá sin escándalos graves o
señalamientos de corrupción.
No, al menos, al son de lo que se ha visto en
los últimos tiempos con ex gobernadores como Rodrigo Medina (Nuevo León),
Guillermo Padrés (Sonora), Javier Duarte (Veracruz), Roberto Borge (Quintana
Roo) y César Duarte (Chihuahua).
GEMAS. Obsequio del académico Sergio Aguayo:
“La última de Miguel Ángel Mancera es su intención de entregar a
desarrolladores ¡10.5 hectáreas de la tercera sección del bosque de
Chapultepec! Frenémoslo mientras cambiamos de régimen”.
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