REVELACIONES DE UN 'MAXIMATO'
Millán se confiesa: entre narco y política
El libro de Santamaría rompe con una regla del sistema priista en Sinaloa: nunca antes un ex Gobernador había aceptado dar tantos detalles, sobre hechos que marcaron sus años en el poder.
José Alfredo Beltrán
"Tú no eres mi amigo". Este fue el argumento central con el cual Juan Sigfrido Millán Lizárraga, ex Gobernador de Sinaloa, y a quien se le atribuye un Maximato en el poder, aceptó por primera vez revelar hechos no conocidos de sus pasos en la política, al Doctor Arturo Santamaría Gómez, los cuales revela en el libro "Juan S. Millán. Auge y declive del Maximato en Sinaloa. Memorias y crítica".
Muchos periodistas y escritores se lo habían propuesto. Nunca aceptó.
"Yo le pregunté por qué a mí sí", nos relata el investigador y académico de la Universidad Autónoma de Sinaloa, "y él me dijo, 'bueno, son mis amigos, y tú no eres mi amigo'. Fue la explicación para aceptar. Interpreté yo que él quería un trabajo de una persona más distante de él, crítica de él, no de alguien cercano a él".
¿Cómo surge la idea del libro?
Primeramente Joel Hernández Niño, que es un hombre muy cercano a él, en octubre de 2015 se comunica conmigo y me pregunta si me interesaría no entrevistar, sino platicar con Juan S. Millán. Yo le dije "sí". Fuera de dos ocasiones en que platiqué con Francisco Labastida hijo, y con Alejandro Higuera, al que le hice dos entrevistas y una plática, yo jamás me había entrevistado con algún político. Todas mis columnas las escribo con información que leo en la prensa, revistas, libros, pero nunca reuniéndome con políticos, como acostumbran muchos columnistas.
Santamaría llegó a la reunión del sábado 25 de octubre al restaurante El Presidio, en Mazatlán, a las 2 de la tarde. También estaba invitado el Doctor Ernesto Hernández Norzagaray. De ese encuentro, éste publicó un par de artículos en Noroeste.
Después de una segunda plática con Millán, Santamaría le hizo la oferta. "Fui yo, no él, le dije 'Oiga, ¿Le interesaría un libro donde usted me responda muchas preguntas que yo le haga sobre su trayectoria política y que además incluya los artículos que he escrito por más de 20 años sobre usted?' Y aceptó de inmediato".
Los 'mensajeros' del narco
La obra, de 458 páginas, recoge una serie de diez conversaciones de Santamaría con Millán, a lo largo de 17 meses. La última de éstas, de febrero de 2017.
Por primera vez, el ex Mandatario responde a diversos pasajes, todos polémicos, en los que ha intervenido: su propia sucesión y cómo operó la candidatura de Mario López Valdez en el PAN. Sus relaciones con empresarios como Javier Salido, dueño de El Debate; Manuel Pérez, de Línea Directa. O con los principales hombres del poder político: Jesús Vizcarra Calderón, Manuel Clouthier Carrillo, Héctor Melesio Cuén Ojeda.
Pero también, habla de sus "acercamientos" con los poderes fácticos: los narcos.
¿Qué puede esperar un lector del libro sobre Millán, hallazgos, revelaciones?
Sí, yo creo que sí, al menos para el lector común, para los que no hemos estado cerca de los círculos del poder, de personas que toman decisiones políticas muy importantes en Sinaloa y en el país. Para mí fueron muchas cosas reveladoras, por ejemplo le pregunto si los capos del narcotráfico se le acercaron siendo Gobernador, y sí, me dice que hubo intentos, que hubo mensajeros de Ismael "El Mayo" Zambada hacía él. Por ejemplo Miguel Félix Gallardo le propuso financiar su campaña.
En 1982, según lo que usted narra en el libro...
Sí, no sé qué tan conocida es esa información. Para mí sí lo es, que platica con detalle cómo el mensajero se le acercó, lo que le respondió, cómo lo hizo...
Esta parte es reveladora, de que un político acepte que un narcotraficante quiso financiar su campaña, aunque él dice que no aceptó...
Exactamente, es algo inédito, igualmente cuando habla con mucha franqueza y con detalle de cómo consiguió la candidatura de Malova con el PAN; cómo prácticamente lo empuja a romper con el PRI, lo jala porque Malova se le esconde. Cuando ya titubeó, después de que Manlio Fabio Beltrones y Beatriz Paredes Rangel se le acercan y le dicen a Malova que "no rompa", finalmente Juan S. Millán lo busca, le dice "vas a ir o no", lo convence, lo orilla a romper, le dirige la campaña y también revela cómo convencieron al PAN a que apoyara a Malova. Nosotros sabíamos algo de eso, pero nunca los detalles, las personas que operaron para darle la candidatura del PAN a Malova.
Hombre de estatura política, pero no es un estadista
El libro de Santamaría rompe con una regla del sistema priista en Sinaloa: nunca antes un ex Gobernador había aceptado dar tantos detalles, sobre hechos que marcaron sus años en el poder.
Y aunque si bien trata de la versión que el propio Millán acepta contar, el texto permite entender muchas de las decisiones que han marcado el presente y futuro de la entidad.
"No hay", dice el autor, "libros de memorias de Alfonso G. Calderón ni de Antonio Toledo Corro ni de Leopoldo Sánchez Celis, ni de Francisco Labastida Ochoa. Si bien no es un libro de memorias, hay mucha memoria a lo largo del libro".
¿Qué opinión tenía usted sobre Juan S. Millán antes de escribir este libro?
Confirmo por lo menos dos cosas. Una, que es un político de mucho olfato, de una gran habilidad, con un oficio muy trabajado y que pertenece a una escuela de políticos que al menos en el PRI están desapareciendo. Me doy cuenta con las nuevas generaciones, que tienen mucho menos sutileza, menos conocimiento de la clase política, de su partido, de la realidad del País. Al parecer Millán es de esos políticos que les gusta conversar con académicos, no sé qué tanto lo haga en Sinaloa, pero en México sí lo hacía con Héctor Aguilar Camín. Como que políticos priistas de ese nivel, no sé si también del PAN o PRD, pero de ese nivel y de esa generación suelen reunirse muchos de ellos con escritores, intelectuales.
¿Ve en Millán estatura política?
Yo creo que es un político de una estatura muy grande, pero yo creo que él, al privilegiar sobre todo en la política el poder, qué bueno, finalmente es lo más importante en la política, pero el poder por encima de cualquier cosa, creo que le ha hecho, le hizo, y todavía le ha hecho perder un aspecto que lo hubiera situado a él en un sitio de reconocimiento. Cuando conoces a las personas como que quieres ser más suave con la crítica, pero lo tengo que decir: yo no veo en él a un estadista, porque finalmente le ha concebido a las instituciones políticas su estatus legal, el pleno respeto a ello. Doy un ejemplo: él tiene un gran respeto a Héctor Melesio Cuén por su habilidad política, a pesar de que yo le insistí de que Cuén utilizaba una institución muy importante, que ni en términos éticos ni legales ni morales ni ideológicos, en ningún sentido, pueden ser utilizadas para fines partidarios. Pero eso creo que lo hizo de lado, lo ha ignorado y para él lo más importante ha sido la capacidad política de Cuén y que tenga poder. Yo diría que le da un reconocimiento a eso, lo dice, y para mí esa es una gran falla. Creo que un estadista jamás podría aceptar que una institución educativa, una universidad tan importante fuera utilizada como un ariete, como un trampolín, como una plataforma política, para un individuo y para un partido. Ese ejemplo y otros te dan la medida de quién es un estadista y quién es un político muy hábil y experimentado. Yo diría que es un político de una extraordinaria habilidad, con una visión prospectiva sorprendente, pero que finalmente por el ejemplo que doy y otros, para mí no tiene la estatura de un estadista. Ahora quiero decir que en México en el PRI yo no veo a nadie como un estadista; yo diría que los poquísimos que hay Porfirio Muñoz Ledo, Cuauhtémoc Cárdenas, pero muy pocos, en el PRI no, aunque haya políticos habilísimos, son quizá los más hábiles y experimentados, sobre todo de la vieja generación.
Con Quirino, Millán 'jugó sin balón'
La publicación, que empieza a levantar expectativa, estará a la venta el 4 de mayo, con la primera de una serie de presentaciones, que empiezan en Culiacán. Aunque ya circula en algunas manos.
¿El suyo es un libro de alabanzas, de culto a la personalidad de Juan S. Millán?
No, de ninguna manera, porque primero están incluidos mis artículos escritos en el momento en el que él hizo campaña, en el que él fue presidente del PRI en Sinaloa, cuando fue Gobernador, cuando impulsó a Jesús Aguilar padilla, a Malova, son artículos muy críticos, y no le cambié nada. Aparecieron en su momento en Noroeste, los conjunto, los eslabono, los trato de juntar con las entrevistas. La mitad del libro es de entrevistas, y la mitad son artículos de opinión míos. No están todos, hay muchos que eliminé, muchísimos.
No deja de ser un libro donde Millán responde a muchos cuestionamientos, críticas, incógnitas, que hubo a lo largo de su vida política...
Sí, yo le pregunto sobre la corrupción por ejemplo, que se le adjudica. Él se defiende, no acepta, hablo de sus propiedades, de Línea Directa, de El Debate, de la Isla de la Piedra, en fin, de diferentes propiedades que se han adjudicado, y dice no, "no es cierto". Me da su explicación. Yo no hice una investigación de archivo, para ver si lo que él me decía es cierto; lo que sí recogí de otros reporteros, por ejemplo, fue lo que investigaron sobre las propiedades que tiene la familia, y que, se dice, las adquirió como funcionario. Lo incluyo, pero no hay una investigación mía, a fondo, sobre propiedades.
¿Se puede hablar de que su libro "es un retrato" del personaje?
Sí, aun cuando él se defiende las acusaciones que le han hecho y de las que yo le pregunté, revela mucho de lo que es él como persona y como político; alguien que tiene experiencia, que sepa leer, entre líneas, se da cuenta a quiénes defiende, dónde están sus fobias, dónde están sus filias. Tiene más fobias hacia priistas que hacia otros que no son priistas. Se puede ver mucho de su personalidad y de sus intereses, de sus decisiones, a través, sobre todo en lo que él responde.
¿Después de realizar este "retrato", de estos encuentros, puede concluir que Juan S .Millán sigue siendo un hombre con poder?
Sí, sin duda, él intentó direccionar, dirigir el proceso para la candidatura del PRI en las últimas elecciones de 2016. Norzagaray escribió sobre eso. Sí lo intentó. No encontró las condiciones para hacerlo, pero sin duda tuvo la habilidad para participar en la campaña de Quirino, "jugando sin balón", dijo él, y la muestra es que, sin duda, su opinión, los cuadros de él, participaron en campaña, contribuyeron con Quirino y el gabinete también. Millán es de los ex gobernadores que siguen políticamente activos, que siguen teniendo una influencia en el Gobierno, en la política de su estado, en las decisiones del poder.
OFRECIMIENTO DE FÉLIX GALLARDO
Con autorización del autor, reproducimos uno de los fragmentos en los que Millán habla sobre los ofrecimientos del narco: "En 1982, en mi primera campaña para Senador, los dos personajes que voy a mencionar, todavía viven. Uno está preso: Miguel Félix Gallardo. El otro, un amigo mío, notario público, licenciado muy respetado en Culiacán, que un día llega y me dice: 'te traigo un ofrecimiento y es de Miguel Félix. Dice que te ve con una enorme simpatía y quiere hacerse cargo de todos los gastos de tu campaña'. 'Dile a Miguel que se lo agradezco muchísimo. Que haga de cuenta que le dije que sí y que recibí el apoyo. Pero su ofrecimiento me llega una semana tarde. Si me lo hubiera hecho hace dos semanas le hubiera dicho sí, adelante'. Porque traía la angustia de lo que me iba a costar la campaña".
"'Pero fíjate que todos mis amigos, los sindicatos de todo el estado, de a poquito, el presupuesto que hicimos para mi campaña ya lo tenemos. Totalmente. Pero dile a Miguel que ahí me guarde el ofrecimiento. Si faltando un mes o 15 días para terminar mi campaña se me acabó, me quedé corto y si me hace falta, voy a recurrir a ese ofrecimiento. Por lo pronto no quiero abusar' ¿Por qué le di esta respuesta? Porque un desaire también era peligroso, había que tener cuidado".
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