Ernesto Núñez
Reforma, Cd. de México (19 septiembre 2017).-
Un grupo de brigadistas acarreaba cubetas de piedras y tierra sobre la calle Torreón, en la Colonia Roma Sur, cuando el edificio del que sacaban los escombros terminó de venirse abajo.
El estruendo rompió el silencio que habían formado los espontáneos brigadistas, que intentaban escuchar si, de entre las ruinas, surgía el grito de alguien pidiendo auxilio.
Uno de los edificios que colapsaron en el sismo de este martes se ubica sobre el Viaducto Miguel Alemán, entre Torreón y la Cerrada Bajío, a unas calles de Parque Delta.
Hasta ahí llegaron Bomberos, personal de Protección Civil, la Cruz Roja y decenas de policías. Pero, también, cientos de hombres y mujeres que, en cuestión de minutos, formaron una línea desde Viaducto hasta Obrero Mundial. Un corredor de manos que se pasaba entre sí botes llenos de tierra, pedazos de pared, vigas, varillas, grandes rocas; los restos de un edificio de departamentos de cuatro niveles en donde se espera que pueda haber alguien con vida.
Del otro lado, sobre Viaducto, otro grupo de espontáneos estacionó una camioneta Pick Up cargada con garrafones de agua.
¡Mientras de un lado salen escombros, del otro se surte agua para los brigadistas.
Otros consuelan a la gente que alcanzó a salirse del edificio y que ahora está sentada en la banqueta de Viaducto, frente a los restos de su vivienda. Otros se acercan al derrumbe preguntando por sus familiares.
Los voluntarios se multiplican hasta cinco calles a la redonda, forman grupos de diez o quince, montan lonas para cubrirse del sol, organizan el reparto de botellas de agua o se ofrecen a agilizar el tráfico.
A la gente mayor, a los niños o a quienes aún no han contactado a sus familiares, les dan agua, un pan o simplemente un abrazo.
En la esquina de San Luis Potosí y Medellín, en la Roma Norte, un montón de escombros son escalados por hombres vestidos con chalecos anaranjados.
Alrededor del edificio colapsado, se han formado vallas de muchachos y muchachas que llegaron, cubeta en mano, a ver en qué podían ayudar.
Desde lo alto de la montaña de escombros, un hombre grita instrucciones: "apaguen su celular, guarden silencio, ¡cállense!".
De boca en boca, esas instrucciones avanzan hasta 15 metros, en la misma valla que, mientras pasa el mensaje, acarrea escombros de mano en mano.
Se pide silencio para tratar de escuchar a algún sobreviviente.
En la calle de Medellín, otros vecinos se han apostado en los cruceros para acordonar la zona.
La Policía de Tránsito está ocupada tratando de controlar el caos sobre avenida Insurgentes, donde se reportan varias fugas de gas.
Un tanque ha explotado en el número 13 de la calle Hermosillo, 10 minutos después del temblor, lo que provoca angustia entre los vecinos.
El Metrobús tiene que pararse entre Álvaro Obregón y Baja California, pues su carril confinado es utilizado por la gente para tratar de alejarse de los edificios donde se acumula el olor a gas.
Nuevamente, los espontáneos se encargan de hacer lo que la Policía no alcanza a hacer. Algunos con silbatos, otros con cartulinas improvisadas y la mayoría sólo con las manos, frenan y dan el paso a vehículos y peatones.
Han pasado unas cuantas horas desde que la tierra se sacudió, y las muestras espontáneas de solidaridad son incontables.
Vive La Roma desolación
A lo largo de Avenida Nuevo León, en la Colonia Cuauhtémoc, decenas de edificios lucen dañados.
Los destrozos más graves tienen lugar después de cruzar Viaducto, de sur a norte.
Un edificio colapsó en Ámsterdam y la calle Laredo, y otro en Eje 2 Sur casi en la esquina con avenida Álvaro Obregón.
Policías de la Ciudad de México mantienen acordonada la zona e impiden el paso a personas desesperadas por ayudar a los rescatistas que retiran escombros.
En dos camiones de transporte de tropas de la Secretaría de la Defensa Nacional los elementos se limitan a observar.
A tres cuadras de ahí, sobre Avenida Sonora, el servicio de urgencias del Hospital Durango está saturado con heridos.
En Ámsterdam y Laredo, unas mil personas frente al edificio colapsado retiran los escombros en cubetas, en filas de hasta 500 metros sobre el camellón del circuito. Otros edificios en esta calle presentan vidrios rotos y cuarteaduras.
La mayoría de los vecinos están en la calle, no hay luz.
Insurgentes es un río de gente. Los peatones caminan en ambos sentidos. Está suspendido el servicio de Metrobús y la avenida está cerrada al menos desde Viaducto hasta la glorieta del Metro Insurgentes.
En esta avenida y Baja California hay una fuga de gas y voluntarios y rescatistas piden a peatones no encender sus celulares.
Las tiendas oxxos, seven eleven y la mayoría de comercios están cerrados, las estaciones de gasolina en Xola y Eje 2 y la de División del Norte y Avenida Coyoacán no están dando servicio por falta de luz.
Personas se están congregando en torno a puestos callejeros de tacos o de hot dogs. La mayoría de restaurantes están cerrados.
Ricardo Pérez Zúñiga Hora de publicación: 18:26 hrs.
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