16 ene 2018

El papa Francisco se reunió con víctimas de abuso sexual

El papa Francisco se reunió con víctimas de abuso sexual en Santiago de Chile
En su segundo día en Santiago de Chile, el Sumo Pontífice se reunió con víctimas de abuso sexual. Foto: AFP 

La Nación, MARTES 16 DE ENERO DE 2018 • 22:20
Nota de Elisabetta PiquéS
SANTIAGO DE CHILE.- Al cabo de una jornada en la que el Papados veces pidió perdón por el escándalo de abusos sexuales de menores por parte del clero, su vocero, Greg Burke, anunció que Francisco se reunió con "un pequeño grupo" de víctimas, en la nunciatura, después del almuerzo.
"El encuentro ha tenido lugar en forma estrictamente privada y no había nadie más presente, solamente el Papa y las víctimas. De ese modo han podido contar sus sufrimientos al papa Francisco, que les ha escuchado, rezado y llorado con ellos", dijo Burke, leyendo una declaración durante una rueda de prensa en la sala de prensa montada por el gobierno para la visita, en un salón del hotel Sheraton.
Burke no quiso dar detalles ni de cuántas víctimas, ni si se trataba de varones o mujeres, ni tampoco si se trataba de abusados por el sacerdote Fernando Karadima, el caso más emblemático en Chile, condenado en 2011 y suspendido. Sólo especificó que la reunión duró "media hora".
No es la primera vez que Francisco se reúne con víctimas de abusos sexuales cometidos por sacerdotes. Ya lo había hecho en el Vaticano, en su residencia de Santa Marta y en Philadelphia, durante su viaje a Estados Unidos de septiembre de 2015.
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El Papa Francisco se reúne con un grupo de víctimas de abusos sexuales del clero chileno
EFE Santiago de Chile, 17 ENE. 2018 01:22
El Papa Francisco se encontró este martes con un grupo de víctimas de abusos sexuales por parte del clero chileno en la nunciatura de Santiago de Chile, en un momento de pausa de su visita a este país, informó el portavoz vaticano, Greg Burke.
El encuentro fue con un pequeño grupo de víctimas y ha tenido lugar en forma privada después del almuerzo y no había nadie presente, "Solo el Papa y ellos y de este modo han podido contar sus sufrimientos, que les ha escuchado y orado con ellos", explicó el portavoz.
Burke no quiso dar más detalles del grupo por la privacidad de estas personas, ni reveló a qué casos se referían sus historias.
El portavoz vaticano explicó que las dos palabras en las que se puede resumir la jornada de hoy, la primera oficial de la visita a Chile, fueron paz y perdón.
Recordó que el papa pidió perdón por los abusos de menores durante el discurso a las autoridades en el Palacio de la Moneda y después volvió a tocar el tema en el encuentro con los religiosos.
La llegada de Francisco ha reavivado el escándalo de los curas pederastas y la organización Bishop Accountability publicó esta semana un listado con 80 sacerdotes, clérigos y una monja acusados de abusos sexuales en contra de menores de edad en el país suramericano.
Francisco se reunió en Filadelfia (EEUU), durante su viaje a este país y a Cuba en 2015, con un grupo de víctimas de abusos sexuales cometidos por miembros de la Iglesia, y también ha mantenido encuentros de este tipo en el Vaticano.
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En la Catedral de Santiago, el Papa volvió a referirse a los casos de abusos a menores
El Papa volvió a referirse a los casos de abusos a menores. Foto: Reuters 

La Nación, MARTES 16 DE ENERO DE 2018 ç
SANTIAGO DE CHILE.- Como había hecho por la mañana, en su primer discurso pronunciado aquí, el Papa volvió a referirse esta tarde a la cuestión de los abusos sexuales en el clero, un tema aquí al rojo vivo. Lo hizo en un encuentro con sacerdotes, religiosos/as, consagrados/as y seminaristas, en la catedral metropolitana de esta ciudad.
En un discurso interrumpido varias veces por aplausos, en el que llamó a los religiosos a no ser autorreferenciales, sino a renovarse y a ser creativos, volvió a referirse a un flagelo que dañó como nunca a la Iglesia católica, cuando habló de las "turbulencias". Entonces, volvió a urgir a los sacerdotes a pedir perdón, pero también reconoció que muchos curas inocentes de haber cometido ese grave mal tuvieron que sufrir por culpas ajenas.
"Conozco el dolor que han significado los casos de abusos ocurridos a menores de edad y sigo con atención cuanto hacen para superar ese grave y doloroso mal", dijo. "Dolor por el daño y sufrimiento de las víctimas y sus familias, que han visto traicionada la confianza que habían puesto en los ministros de la Iglesia. Dolor por el sufrimiento de las comunidades eclesiales, y dolor también por ustedes, hermanos, que además del desgaste por la entrega, han vivido el daño que provoca la sospecha y el cuestionamiento, que en algunos o muchos pudo haber introducido la duda, el miedo y la desconfianza", indicó. "Sé que a veces han sufrido insultos en el metro o caminando por la calle; que ir «vestido de cura» en muchos lados se está «pagando caro». Por eso los invito a que pidamos a Dios nos dé la lucidez de llamar a la realidad por su nombre, la valentía de pedir perdón y la capacidad de aprender a escuchar lo que Él nos está diciendo", sentenció.
El obispo Barros, presente
Entonces el cuestionado obispo de Osorno, Juan Barros -acusado de encubrir los abusos sexuales perpetrados por Fernando Karadima, pero jamás enjuiciado por ello-, estaba entre los prelados que lo escuchaba en la catedral. Barros por la mañana también asistió, en primera fila, a la misa en Parque O'Higgins, causando indignación entre el grupo de víctimas.
En el discurso, el Papa también invitó a los religiosos a ser realistas. Y los llamó a "no caer en la tentación de recluirnos y aislarnos para defender nuestros planteos que terminan siendo no más que buenos monólogos. Podemos tener la tentación de pensar que todo está mal, y en lugar de profesar una «buena nueva», lo único que profesamos es apatía y desilusión", advirtió. "Nos guste o no, estamos invitados a enfrentar la realidad así como se nos presenta", agregó.
Tras recordar que Jesús trató al apóstol Pedro con misericordia, también subrayó que "no estamos aquí porque seamos mejores que otros". "No somos superhéroes que, desde la altura, bajan a encontrarse con los «mortales». Más bien somos enviados con la conciencia de ser hombres y mujeres perdonados". "Estamos invitados a no disimular o esconder nuestras llagas. Una Iglesia con llagas es capaz de comprender las llagas del mundo de hoy y hacerlas suyas, sufrirlas, acompañarlas y buscar sanarlas. Una Iglesia con llagas no se pone en el centro, no se cree perfecta, sino que pone allí al único que puede sanar las heridas y tiene nombre: Jesucristo. La conciencia de tener llagas nos libera; sí, nos libera de volvernos autorreferenciales, de creernos superiores", disparó.
Finalmente, instó a "pasar de ser una Iglesia de abatidos desolados a una Iglesia servidora de tantos abatidos que conviven a nuestro lado". "El problema no está en darle de comer al pobre, vestir al desnudo, acompañar al enfermo, sino en considerar que el pobre, el desnudo, el enfermo, el preso, el desalojado tienen la dignidad para sentarse en nuestras mesas, de sentirse «en casa» entre nosotros, de sentirse familia. Ese es el signo de que el Reino de los Cielos está entre nosotros. Es el signo de una Iglesia que fue herida por su pecado, misericordiada por su Señor, y convertida en profética por vocación. Renovar la profecía es renovar nuestro compromiso de no esperar un mundo ideal, una comunidad ideal, un discípulo ideal para vivir o para evangelizar, sino crear las condiciones para que cada persona abatida pueda encontrarse con Jesús. No se aman las situaciones ni las comunidades ideales, se aman las personas. El reconocimiento sincero, dolorido y orante de nuestros límites, lejos de alejarnos de nuestro Señor nos permite volver a Jesús sabiendo que «Él siempre puede, con su novedad, renovar nuestra vida y nuestra comunidad y, aunque atraviese épocas oscuras y debilidades eclesiales, la propuesta cristiana nunca envejece. Cada vez que intentamos volver a la fuente y recuperar la frescura original del Evangelio, brotan nuevos caminos, métodos creativos, otras formas de expresión, signos más elocuentes, palabras cargadas de renovado significado para el mundo actual» Qué bien nos hace a todos dejar que Jesús nos renueve el corazón. Cuando comenzaba este encuentro, les decía que veníamos a renovar nuestro sí, con ganas, con pasión. Queremos renovar nuestro sí, pero realista, porque está apoyado en la mirada de Jesús. Los invito a que cuando vuelvan a casa armen en su corazón una especie de testamento espiritual, al estilo del Cardenal Raúl Silva Henríquez. Esa hermosa oración que comienza diciendo: «La Iglesia que yo amo es la Santa Iglesia de todos los días. la tuya, la mía, la Santa Iglesia de todos los días. Jesucristo, el Evangelio, el pan, la eucaristía, el Cuerpo de Cristo humilde cada día. Con rostros de pobres y rostros de hombres y mujeres que cantaban, que luchaban, que sufrían. La Santa Iglesia de todos los días». ¿Cómo es la Iglesia que tú amas? ¿Amas a esta Iglesia herida que encuentra vida en las llagas de Jesús? Gracias por este encuentro, gracias por la oportunidad de renovar el «sí» con ustedes. Que la Virgen del Carmen los cubra con su manto. Por favor, no se olviden de rezar por mí."
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