Antonio Collado Mocelo, defensor del exsecretario general adjunto del PRI nacional, Alejandro Gutiérrez Gutiérrez, presentó una queja ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) por presunta tortura contra su cliente.
Gutiérrez se encuentra preso desde el pasado 21 de diciembre en el Centro de Readaptación Social (Cereso) estatal número 1 de esta capital, luego de que un juez de Control le dictó prisión preventiva por el delito de peculado agravado.
De acuerdo con un comunicado difundido este martes por el despacho de Collado y Asociados, la queja por tortura psicológica fue entregada al ombudsman nacional Luis Raúl González Pérez.
Refirió que en la queja interpuesta también quedó asentado que el personal carcelario le ha pedido al priista que coopere con información para poder procesar a Luis Videgaray, y al y a Manlio Fabio Beltrones.
"En diversas ocasiones han entrado personas que de manera violenta le dicen que se agache, que no levante la cabeza y tomándolo de los brazos lo jalan mientras le dicen: camina, apúrate; al tiempo que lo empujan, llevándolo a la enfermería del penal, en el cual le dicen que siga agachado y, pegándole en la cabeza, le mencionan que no puede ver, que cierre los ojos y que no se enderece", refiere.
El priista asegura que lo llevan a un lugar que ubica como la enfermería del Cereso, le piden que siga agachado, le pegan en la cabeza y le advierten que no puede ver, que cierre los ojos y no se enderece.
Una vez agachado durante varios minutos, le dicen que coopere. “Que mencione que Beltrones y Videgaray fueron los que organizaron todo, que si no lo hace lo van a tener ahí guardado por años, que piense en su familia, ya que lo pueden mandar al área de población general donde se encuentran personas muy peligrosas de diferentes bandas delictivas”.
En su comunicado, Collado Mocelo indica que el domingo 14, cuatro custodios del penal ingresaron a la celda de Gutiérrez para realizar una diligencia, sin la presencia del defensor, por lo que el reo se opuso ante esa arbitrariedad.
Y asegura que su cliente es sometido todo el día a vigilancia, con una cámara de videograbación instalada en su lugar de reclusión, además de que mantienen una lámpara prendida de manera permanente, lo que le impide descansar y afecta su salud física y mental.
Por esos hechos y por considerar que se trata de actos considerados como tortura, según el artículo 22 de la Constitución, pide acreditar la queja por la flagrante violación a los derechos de Alejandro Gutiérrez.
En ese sentido, demanda a la CNDH que realice la investigación y se ponga a salvo a su representado, “ante los actos crueles, inhumanos y degradantes de los que está siendo víctima”.
De igual manera, solicita que le admitan la queja para requerir a las autoridades responsables “el informe sobre la materia de la queja, con la copia de la misma y anexos que se acompañan (…) y emita recomendación a las autoridades responsables, precisando las medidas para la efectiva restitución de los derechos fundamentales afectados y, en su caso, para la reparación de los daños y perjuicios que se le han ocasionado a su representado”.
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