20 jun 2018

La calumnia es el inicio de las dictaduras, papa Francisco....

La calumnia es el inicio de las dictaduras, papa Francisco. /
Servicio religioso celebrado la mañana del lunes 18 de junio en la Capilla de la Casa Santa Marta
Ahí el papa recordó  la seducción del escándalo y del poder de la comunicación calumniosa.
Las dictaduras adulteran las comunicaciones
“También hoy, en muchos países, se usa este método: destruir la libre comunicación”.
Hizo una reflexión a partir de la historia de Nabot, narrada en el Primer Libro de los Reyes y propuesta en la Primera Lectura.....*
 Se comienza con una mentira dice el papa y, “después de haber destruido sea una persona, sea una situación con aquella calumnia”, se juzga y se condena.....

Aquí la homilía del Papa Francisco...
El primer libro de los Reyes (21,1-16) nos cuenta hoy la historia de Nabot. El rey Ajab desea la viña de Nabot y le ofrece dinero. Pero ese terreno forma parte de la herencia de sus padres y el hombre lo rechaza. Entonces Ajab, que era caprichoso, hace como los niños cuando no consiguen lo que quieren: llora. Luego, por consejo de su cruel mujer, Jezabel, lo acusa falsamente, hace que lo maten y le arrebata la viña. Nabot es un mártir de la fidelidad a la herencia que había recibido de sus padres: una heredad que iba más allá de la viña, una heredad del corazón.

La historia de Nabot es paradigmática de la historia de Jesús, de San Esteban y de todos los mártires que fueron condenados mediante calumnias. Y es también paradigmática del modo de proceder de tanta gente, de tantos jefes de Estado o de gobierno. Se empieza con una mentira y, después de haber destruido a una persona o una situación con esa calumnia, se juzga y se condena. También hoy, en muchos países, se usa este método: destruir la libre comunicación. Por ejemplo, pensemos: hay una ley de medios de comunicación; se elimina esa ley, y se da todo el aparato de la comunicación a una empresa, a una sociedad que calumnia, dice falsedades, debilita la vida democrática. Luego vienen los jueces a juzgar a esas instituciones debilitadas, a esas personas destruidas, y las condenan. Así avanza la dictadura. Las dictaduras, todas, empezaron así: adulterando la comunicación, para dejarla en manos de una persona sin escrúpulos, de un gobierno sin escrúpulos.
Y en la vida ordinaria pasa lo mismo: si se quiere destruir a una persona, empiezo con la comunicación: criticar, calumniar, decir escándalos. Porque contar escándalos tiene una seducción enorme, una gran seducción. ¡Los escándalos seducen! Las buenas noticias no son seductoras: “¡Qué cosa más buena ha hecho!”. Y pasa… Pero un escándalo: “¿Has visto? ¿Has visto eso? ¿Has visto lo que ha hecho aquel? ¡Qué cosas! ¡No, no se puede seguir así!”. Y la noticia aumenta, y aquella persona o institución, aquel país acaba en la ruina. Al final, no se juzga a las personas. Se juzgan las ruinas de las personas o instituciones, porque no pueden defenderse.
La seducción del escándalo en la comunicación lleva directamente al rincón, a la esquina, es decir, te destruye, como le pasó a Nabot que solo quería ser fiel a la heredad de sus antepasados, no venderla. En este sentido, también es ejemplar la historia de San Esteban que da un largo discurso para defenderse, pero los que lo acusaban, prefieren lapidarlo antes que escuchar la verdad. Es el drama de la codicia humana. Tantas personas son destruidas por una comunicación perversa. Muchas personas, muchos países destruidos por dictaduras perversas y calumniosas. Pensemos por ejemplo en las dictaduras del siglo pasado. Pensemos en la persecución a los judíos, por ejemplo. Una comunicación calumniosa contra los judíos; y acababan en Auschwitz porque no merecían vivir. Oh… es un horror, pero un horror que sucede hoy: en las pequeñas sociedades, en las personas y en tantos países. El primer paso es apropiarse de la comunicación, y después la destrucción, el juicio, y la muerte.
El Apóstol Santiago habla precisamente de la capacidad destructiva de la comunicación perversa. Os animo a releer la historia de Nabot en el capítulo 21 del primer libro de los Reyes y a pensar en tantas personas destruidas, en tantos países destruidos, en tantas dictaduras de ‘guante blanco’ que han destruido países.
Debora Donnini – Ciudad del Vaticano, 18 de junio de 2018
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Lectura comentada por el Papa Francisco:
I Reyes 21:1-16
1 Después de estos sucesos ocurrió que Nabot, de Yizreel, tenía una viña junto al palacio de Ajab, rey de Samaría,
2 y Ajab habló a Nabot diciendo: «Dame tu viña para que me sirva de huerto para hortalizas, pues está pegando a mi casa, y yo te daré por ella una viña mejor que está, o si parece bien a tus ojos te daré su precio en dinero.»
3 Respondió Nabot a Ajab: «Líbreme Yahveh de darte la herencia de mis padres.»
4 Se fue Ajab a su casa triste e irritado por la palabra que le dijo Nabot de Yizreel: «No te daré la heredad de mis padres»; se acostó en su lecho, volvió su rostro y no quiso comer.
5 Vino a donde él su mujer Jezabel, y le habló: «¿Por qué está triste tu espíritu y por qué no quieres comer?»
6 El le respondió: «Porque he hablado con Nabot de Yizreel y le he dicho: "Dame tu viña por dinero o, si lo prefieres, te daré una viña a cambio", y me dijo: "No te daré mi viña."»
7 Su mujer Jezabel le dijo: «¿Y eres tú el que ejerces la realeza en Israel? Levántate, come y que se alegre tu corazón. Yo te daré la viña de Nabot de Yizreel.»
8 Escribió cartas en nombre de Ajab y las selló con su sello, y envió las cartas a los ancianos y notables que vivían junto a Nabot.
9 En las cartas había escrito: «Proclamad un ayuno y haced sentar a Nabot a la cabeza del pueblo.
10 Haced que se sienten frente a él dos malvados que le acusarán diciendo: "Has maldecido a Dios y al rey" y le sacaréis y le apedrearéis para que muera.»
11 Los hombres de la ciudad, los ancianos y notables que vivían junto a Nabot en su ciudad, hicieron lo que Jezabel les había mandado, de acuerdo con lo escrito en las cartas que les había remitido.
12 Proclamaron un ayuno e hicieron sentar a Nabot a la cabeza del pueblo.
13 Llegaron los dos malvados, se sentaron frente a él y acusaron los malvados a Nabot delante del pueblo diciendo: «Nabot ha maldecido a Dios y al rey»; le sacaron fuera de la ciudad, le apedrearon y murió.
14 Enviaron a decir a Jezabel: «Nabot ha sido apedreado y ha muerto.»
15 Cuando Jezabel oyó que Nabot había sido apedreado y muerto, dijo a Ajab: «Levántate, toma posesión de la viña de Nabot, el de Yizreel, el que se negó a dártela por dinero, pues Nabot ya no vive, ha muerto.»
16 Apenas oyó Ajab que Nabot había muerto, se levantó y bajó a la viña de Nabot, el de Yizreel, para tomar posesión de ella.

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