22 jul 2020

Hartos de criticar/Andrés Clariond Rangel

Hartos de criticar/Andrés Clariond Rangel
en REFORMA, 22 Jul. 2020
En días pasados algunos de los intelectuales más connotados del país lanzaron un desplegado en el que acusan a López Obrador de someter a los demás poderes federales, de deteriorar las instituciones, polarizar a la sociedad, despreciar a la comunidad científica y cultural, y a las mujeres. Rematan su escrito proponiendo una alianza para lograr que la siguiente legislatura sea un contrapeso presidencial.
Ninguna novedad en la queja de Aguilar Camín y compañía: enunciaron las evidentes fallas de la 4T. Si lo dijera cualquier otro pasaría desapercibido.
Sin embargo, al Presidente y a su bando les caló hondo. López Obrador agradeció a los firmantes haberse quitado la careta, demostrado su afinidad con el viejo régimen, mientras que los seguidores de AMLO los tildaron de chayoteros y mercaderes.

Desde que México es una democracia se vive en el país una crítica abierta. Nunca cuestionar al gobierno o a los políticos había generado mayor división. Al contrario, atacar a Peña Nieto, Fox o Calderón se volvió deporte nacional. Si algún intelectual los criticaba lo último que se le cuestionaba era su objetividad o integridad. Más bien se celebraba su valentía.
Hoy las cosas han cambiado y ser crítico hacia el partido en el poder o el Presidente no es redituable. AMLO se siente el gobernante más atacado de la historia y quizá tenga razón, aunque a la vez es el político a quien menos mella le hacen los cuestionamientos. El costo de atacarlo es muy alto y los beneficios escuálidos.
Cuando un analista hace una crítica espera dos cosas principalmente: primero, provocar un cambio o una reflexión, pero ante un gobierno con el nivel de terquedad de la 4T y la soberbia de sentirse perfecto, cualquier juicio que se hace es en vano.
La segunda intención al criticar es hacer comunidad, es sentirnos unidos en una apreciación. Sin embargo, con un pueblo dividido e iracundo esto tampoco se logra.
Por eso se equivocan los aduladores de AMLO al decir que los intelectuales están desganados y derrotados porque "ya no reciben prebendas y chayote". Los intelectuales están desanimados porque sus críticas se estrellan en un muro de intolerancia, fanatismo y de un teflón que las hace resbalarse rápidamente y no servir para mucho.
Los intelectuales y analistas les hablan a quienes piensan igual que ellos. Convencer al círculo rojo de lo que ya cree no tiene ningún mérito. Semana tras semana vemos artículos de periódicos y programas de televisión manejar las mismas críticas. ¿Para qué? Para aumentar el convencimiento de los creyentes y la furia de quienes apoyan al gobierno.
Aunado a esto, hacer crítica se ha vuelto muy aburrido. Gracias a las mañaneras, Andrés Manuel impone la agenda y nos tiene a todos hablando de lo mismo. Como consecuencia, el reto intelectual del analista es mínimo.
Con un Presidente tan burdo y un discurso tan simple hay poco margen para el análisis. ¿Qué se puede decir de su comentario de quienes estudian en el extranjero más allá de que es una estupidez?
Y del sentido del humor de López Obrador mejor ni hablar, ni la barra cómica de Televisa en sus peores momentos manejó tan pobre nivel de chistes y puntadas. ¿Cómo le hacen quienes rodean a López Obrador para soportarlo?
En serio que después de ese suplicio Tatiana Clouthier merece la gubernatura de Nuevo León, y Poncho Romo merece que su suegro lo perdone y lo reciba cual hijo pródigo.
No hay matices en este sexenio ni delicadeza, es el blanco o el negro, el todo o la nada. Por más que uno como analista busque la objetividad, se ve arrastrado por la pasión. Ser objetivo se vuelve un imposible cuando las pifias brotan por todos los rincones como un barco lleno de agujeros en alta mar. Y cuando finalmente uno se lanza al espacio polarizado y emite una crítica, en redes sociales lo espera un ejército de bots para lincharlo.
¿Será éste el fin de la crítica? ¿Estará logrando López Obrador su cometido de callarla? Aunque parezca lo contrario porque todos los días vemos cuestionamientos a AMLO y él se cree el Presidente más atacado, la realidad es que la crítica en México está cansada y a este paso quién sabe si acabe sana y salva el sexenio.
Gran noticia para la 4T, pésima para México.

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