Pilar de Valderrama: el verdadero amor de Antonio Machado/NIEVES HERRERO
El Mundo, Madrid, 27 ABR. 2019;
El poeta Machado le dedicó versos con el nombre de Guiomar, un libro recuerda su historia.
"Si estás leyendo estas líneas es que yo he muerto. No quería llevarme mi gran secreto a la tumba y he dejado por escrito mi última voluntad. Deseo reivindicar que Guiomar existió. No fue una entelequia del poeta, no fue un recurso literario para sus poesías. No. Guiomar fui yo. La musa que llenó de luz sus últimos años de vida. La mujer que vivió hasta el final de sus días con el recuerdo del hombre que conquistó su alma...". Así arranca mi última novela: Esos días azules, basada en la increíble historia de amor que protagonizaron la escritora Pilar de Valderrama y el poeta Antonio Machado.
Esta historia llegó a mí de la mano de Alicia Viladomat, la nieta de Pilar, que quería reivindicar la figura de su abuela. Había llegado el momento de narrar la verdad de ese amor que el paso del tiempo se había encargado de dejar en una nebulosa, hasta el punto de borrar a la mujer y a la escritora, que se escondía detrás del nombre que el poeta hizo universal en sus versos. En aquellos años, a finales de 1920, hubiera sido un escándalo que la sociedad de la época hubiera sabido que en realidad Guiomar era una mujer casada y con tres hijos. Las circunstancias, el destino o la vida quisieron que los dos, presos de las soledades de sus propias vidas, se conocieran o mejor dicho, se "reconocieran" como le gustaba decir a Machado.
El encuentro se produjo en Segovia, a donde ella acudió para saber qué hacer con su vida después de que su marido, Rafael Martínez-Romarate, le confesara que había tenido una amante durante dos años. Ella reaccionó con despecho hacia su marido, pasando del amor al odio. La ciudad del acueducto, cuya estación de tren hoy lleva su nombre, le cambió la vida. Allí conoció a Machado y allí se enamoró. A partir de ese momento, como decía el poeta: "En el amor, la locura es lo sensato”.
Pilar Valderrama
Lo bonito de esta historia es que los dos, Antonio y Pilar, se enamoraron de la persona, dejando a un lado sus mundos y sus ideologías. Pilar pertenecía a una clase pudiente e intelectual. Muy cercanos a Alfonso XIII, al que invitaban y acudía a su casa cuando organizaban sesiones teatrales en familia. Antonio, de sangre jacobina, como él dejó escrito, con sueldo modesto como catedrático de francés y con gran éxito como poeta y dramaturgo, se convirtió en todo un símbolo para la II República. A la hora de sus encuentros en el jardín de la fuente del Palacio de la Moncloa o en el modesto café de Cuatro Caminos al que acudían, las ideologías y las clases sociales a las que pertenecían, importaban muy poco.
Este libro no dejará indiferente a los lectores; no sólo por la emoción de manejar documentos inéditos de Pilar sobre su relación con el poeta, sino por ser partícipe de ese tercer mundo que inventaron, un mundo en el que se encontraban cada noche y en el que aprendieron a ser libres de ataduras y prejuicios, donde vivieron la historia de amor más apasionada que uno pueda imaginar.
Pilar de Valderrama pertenecía a ese grupo de mujeres intelectuales que acudían cada tarde al Lyceum Club de María de Maeztu. Abogaban por el voto femenino y lideraban la vanguardia literaria con sus escritos y su interés por todo lo que acontecía a nivel social y político. Aunque luchó por no enamorarse, finalmente se rindió ante el poeta. "Dejar de querer quisiera./ Y en querer y no querer/ se me va la vida entera". Igual le pasó a Antonio Machado con sus versos a Guiomar: "¡Solo tu figura,/ como una centella blanca, en mi noche oscura!". Un hombre y una mujer frente a frente desafiando las normas establecidas. Solo la guerra consiguió separarles pero ni tan siquiera la distancia pudo hacerles olvidar.
La huida a Portugal de Pilar y su familia primero; después la salida camino del exilio del poeta junto a los suyos. Esa España rota en dos y cada uno en una de esas dos mitades, tampoco impidió que siguieran creando y escribiendo versos cargados de dolor y de ausencia. "Esos días azules" parafrasea el verso que se encontró en el gabán de Machado después de morir: "Estos días azules y este sol de la infancia". Los días azules son los días que yo retrato cargados de luz, de locura y de sentimiento. No hay edad para el amor cuando es verdadero, nos vienen a decir los amantes.
Este libro ha sido la experiencia más dura y a la vez más bonita vivida por dos personas que existieron y amaron en secreto. He intentado plasmar en la novela la intensidad de los momentos que compartieron, el diálogo entre ellos y, a la vez, he querido retratar a un tercer personaje: España. Mientras ellos afianzaban su relación, nuestro país pasaba de una dictadura a la II República y, finalmente, a la Guerra Civil que les separó para siempre. Confieso que al terminar de escribir este libro se me saltaron las lágrimas... No es solo una novela histórica, tampoco solo una novela de amor, ni solo un retrato de una época reciente. Son las tres cosas a la vez. He querido que el lector se convierta en cómplice y en el guardián del secreto que Pilar nos quiso transmitir antes de morir. "¿Cómo me conocerá la historia?", se preguntaba la escritora. "¿Cuál de mis dos nombres sobrevivirá al paso del tiempo: mi nombre real o el que me puso el poeta?". Nunca le estaré suficientemente agradecida a su nieta, por acudir a mí para que rescatara a su abuela del olvido. Pilar de Valderrama fue la verdadera Guiomar que enamoró al poeta hasta el final de sus días. Esos días azules. En el amor, la locura es lo sensato (Editorial Ediciones B), de Nieves Herrero,
No hay comentarios.:
Publicar un comentario