Cuarto Poder
Cancún, imán del “turismo” ruso/Dolia Estévez
Cancún, meca del turismo mexicano, ofrece otro atractivo a los rusos además de playa, mar y sol: turismo de parto. Con anuncios en ruso en redes sociales, compañías e individuos se dedican a promoverlo, con paquetes “todo incluido”. Partos con atención médica supuestamente de primera, nacionalidad y pasaporte mexicanos para el bebé, tarjetas de residente en 2/3 días para la familia, con la opción de adquirir carta de naturalización y un segundo pasaporte presuntamente en dos años que, a diferencia del ruso, es aceptado sin visa en 156 países.
En 2022, 55 mil 014 ciudadanos de Rusia ingresaron a Cancún vía aérea, 55 por ciento más que de Ucrania, de acuerdo con la Secretaría de Gobernación. El ingreso total de rusos en todo México fue de 90 mil 270, 19.6 % más que en 2021.
La llegada de rusos a Cancún, la ciudad mexicana más visitada por extranjeros, bajó en los meses de la invasión rusa contra Ucrania, pero tras el éxodo por la movilización de reservistas en septiembre volvió a subir, tendencia que se mantuvo en el primer trimestre de 2023 con la entrada de 19 mil 778 rusos. Rusia es el país que más tarjetas de residente permanente recibió por motivo familiar en 2022, sin contar las naciones latinoamericanas expulsoras de migrantes. Sin embargo, no hay cifras oficiales sobre el ingreso de mujeres embarazadas rusas, como en Argentina donde cinco mil 819 rusas con embarazo avanzado entraron al país en tres meses entre 2022 y 2023.
En México, el turismo de parto, por ser informal, no está exento de peligros. Se sabe de varias muertes. Manuel Salvador “N”, médico sin licencia, fue demandado por la familia de una mujer rusa que murió dando a luz en la clínica Bonfil de Cancún en 2016. Fue sentenciado a prisión por negligencia por dos años y tres meses. El bebé sufrió trauma cerebral en el parto. Falleció meses después en Moscú. El intermediario que arregló el fatídico parto sigue operando en la impunidad.
Entre los “concierges”, como se conoce a los vendedores de turismo de parto, destaca la cuenta “SergeiKostenko.ru, babyCancun” en Facebook. Con imágenes de mujeres embarazadas, hombres besando barrigas y parejas sonrientes frente al mar turquesa que muestran tarjetas de residente y pasaportes emitidos por las oficinas locales del Instituto Nacional de Migración y de la Secretaría de Relaciones Exteriores, ofrece paquetes que varían entre 2 y 4 mil dólares, dependiendo de si es parto natural o por cesárea. “Mi compañía se encarga de todo”: info@babycancun.ru; Teléfono: 52 998 403 3856.
Más allá de los partos, Cancún es imán de rusos. Se les ve en todas partes. En fraccionamientos de residencias privadas, Airbnb, antros, Walmart; no platican ni saludan, me dicen cancunenses consultados. Paradójicamente, el turismo ruso en Cancún no existe como tal. La ocupación hotelera de rusos es muy baja, de acuerdo a fuentes de la industria. La mayoría son personas que huyen del reclutamiento militar o de la represión del régimen de Putin, pero que no tramitan asilo, así como hombres de negocio y funcionarios públicos que aprovechan el colaboracionismo del gobierno.
Si no han entrado más rusos es porque las sanciones económicas de Occidente han cerrado opciones. Aeroflot canceló su vuelo directo Moscú-Cancún porque no puede cruzar el espacio aéreo europeo. Turkish Airlines es la única aerolínea con vuelos Moscú-CDMX-Cancún, con escala en Estambul. Además, la mayoría de rusos tiene dificultades para pagar con tarjeta de crédito debido a las sanciones.
No es un delito viajar a México para tener un hijo mexicano (Artículo 30). El delito estaría en abusar de ese derecho para lucrar vendiendo documentos migratorios en plazos privilegiados mediante componendas con las autoridades mexicanas y pago de sobornos; en permitir que redes delictivas y falsos turistas exploten la política permisiva de puertas abiertas al turismo. En momentos en que la Rusia invasora abrió en su embajada en la Ciudad de México un centro estratégico de espionaje, con la anuencia de la SRE, como revelé en este espacio, no se puede descartar que detrás de la concentración de rusos y del turismo de parto en Cancún se esconda el largo brazo de los servicios de inteligencia del Kremlin. Tres espías rusos con nacionalidad argentina fueron encontrados recientemente en Eslovenia.
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