12 sept 2008

Rincón y Zamarripa


Rincón y Zamarripa, in memoriam/José Ramón Enríquez
Publicada en Reforma (
www.reforma.com), 12-Sep-2008;
Vi por última vez, en Mérida, al entrañable Gilberto Rincón Gallardo porque asistió a la representación de una obra que montamos los de Teatro Hacia el Margen. También del teatro era muy buen amigo. Él y Silvia, su esposa, quisieron llevarse nuestra obra a la Ciudad de México, al centro cultural que dirige Lídice, su hija, en la que fuera su casa en la Romita.
Sintonizaron con nuestra obra porque su tema era la defensa del diferente y la denuncia contra la homofobia. Creador de la idea misma de la CONAPRED, Gilberto había hecho de la lucha contra cualquier discriminación una categoría política capaz de aglutinar a la sociedad civil y de transformar desde abajo nuestra muy incipiente democracia.
Una idea que no le surgió, al dejar el PRD sino que estaba en el centro mismo del debate, en el Partido Comunista allá por los años 70. Es para mí inolvidable la Tesis 34 del XIX Congreso del partido porque me tocó defenderla. La redactó Rincón y aunque sabíamos que era demasiado breve y esquivaba el término "gay" u "homosexual", era un escándalo para las izquierdas de aquellos años, sobre todo para el PC cubano que consideraba "escoria" a los homosexuales, una "desviación" reaccionaria.
Fuera de un puñado de anarquistas, tan sólo los troskistas defendían los derechos de los gays. Por eso vale la pena recordar líneas de aquella tesis:
"EL PCM considera que la práctica de la sexualidad de cada persona es un asunto de la vida privada de los individuo... No existe una sexualidad proletaria o revolucionaria, ni una sexualidad burguesa o reaccionaria. No existen formas de sexualidad normales, aceptables o morales, ni otras anormales o inmorales... El PCM se solidariza con las luchas y movimientos dirigidos contra cualquier forma de discriminación, represión u opresión, ideológica o política, basada en algún comportamiento o una norma sexual."
Eran días de lucha frontal y valiente. Rincón fue un luchador frontal y valiente. Cuando se recuerda hoy su educación y su talante dialogador no se debe olvidar que se daban dentro de una intransigencia fundamental contra lo que consideraba injusto. Nunca transigió con la injusticia, y eso le valió muchas entradas en prisión. Su buena educación y su apertura al diálogo no significaban oportunismo, ni demagogia ni, en una palabra, los vicios priístas de nuestra política.
Si recuerdo aquel XIX Congreso no puedo olvidar el XX, en el cual los comunistas nos disolvimos para dar paso al PSUM. Fue un acto de autocrítica y de patriotismo que honra a una generación de dirigentes como Rincón y como Arnoldo Martínez Verdugo. En la muerte del primero, que me dolió como si de un hermano mayor se tratara (en realidad ese es el sentido de la palabra "camarada"), no puedo dejar de honrar al segundo.
Pero si Rincón y Arnoldo fueron para mí los dirigentes, hubo una serie de jóvenes, bastantes muchos menores que yo, que empujaron vitalmente para la transformación del país y de sus izquierdas. También lloro hoy la muerte de uno entre ellos: José Guadalupe Zamarripa.
No repuesto del dolor por perder a un camarada dirigente, he tenido que sufrir la pérdida de otro camarada, más joven que yo, pero maestro y guía en infinidad de momentos.
Tampoco su nombre puedo desvincularlo de otro, el de su hermano: los Zamarripa, Pepe y Roberto. Puesto que la lejanía geográfica no me ha permitido dárselo personalmente, vaya para Roberto un abrazo que él sabe fraternal y dolorido.
Más allá de discrepancias (y el fenómeno sociológico llamado AMLO ha creado muchas entre muchos) siempre hemos sabido quién es quién en las luchas por la democracia y por el socialismo (¿no era ese el lema del PSUM?). Gilberto Rincón Gallardo y Pepe Zamarripa fueron demócratas de toda la vida y también fueron socialistas limpios que lucharon por lo que creyeron. Y oyeron al oponente, no para hundirlo sino para construir dialécticamente una alternativa para el país.
Es decir, ambos supieron debatir. A la hora de sentir sus muertes, siento también la ausencia de ese debate entre las izquierdas que hoy por hoy se ha convertido en infame vocerío.
panicoes@hotmail.com

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