31 mar 2009

Gómez Mont en la Conago

Intervención del secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, ante la CONAGO
Monterrey N.L., a 30 de marzo de 2009 Discurso
Acudo con el alto honor de representar en esta reunión al Presidente de la República que en este momento se encuentra realizando una visita de Estado, de los intereses que hoy concurren a esta mesa, al Reino Unido. Es en razón de esta ausencia que me honro con su representación.
La democracia mexicana está en un momento fundamental de su consolidación. La necesidad de fortalecer las instituciones de la vida democrática nacional no proviene sólo de la inminencia del proceso electoral que se acerca.
No puede hablarse de la democracia consolidada como realidad, hasta que sean las instituciones las que brinden plenas garantías, derechos y certidumbre a los ciudadanos. A ello se ha abocado la lucha por la seguridad y la tranquilidad que el gobierno del Presidente Felipe Calderón enarbola.
México está inmerso en un proceso de renovación institucional, como se ha plasmado en las reformas constitucionales y legales en materia fiscal, energética, de excepciones, electoral y de seguridad y justicia,con los acuerdos nacionales por la seguridad, la justicia y la legalidad.
El momento que hoy vive el país exige que generemos las condiciones que permitan superar los rezagos del desarrollo nacional. Tenemos que enfrentar los grandes retos sociales: desigualdad, inseguridad, la zozobra generada por la crisis económica internacional. No podemos perder la sensibilidad con quien los vive como su realidad más persistente.
Es nuestra responsabilidad como gobiernos sentar bases sólidas sobre las que los individuos puedan realizar todo su potencial.
En materia de seguridad, sabemos todos que es indispensable contar con mejores procuradurías, mejores policías, mejores aparatos judiciales, que sirvan mejor a las personas. Estamos comprometidos, como nunca, a fortalecer al Estado a fin de garantizar la plena seguridad a los ciudadanos.
La legislatura actual, así como la venidera, revisarán aspectos fundamentales de nuestras aspiraciones políticas y sociales. Deben surgir políticas públicas encaminadas a elevar nuestra competitividad, a volvernos un país más productivo, más tolerante, más seguro y más democrático.
En este momento, se discute en el Congreso una iniciativa fundamental para seguir adelante en el combate a la inseguridad desde los tres órdenes de gobierno: la relativa al narcomenudeo. Un combate eficaz a este delito nos permite proteger mejor a nuestros hijos del flagelo de la droga.
Las vinculaciones entre este fenómeno y otros aspectos de la cadena criminal hacen además indispensable que las autoridades locales concurran en un combate y que la autoridad federal participe de su persecución cuando se compruebe la vinculación efectiva de este fenómeno con el crimen organizado.
Que no quepa duda: la lucha por la seguridad de los ciudadanos nos compete a todos con la misma responsabilidad. La interacción de atribuciones y de competencias, incluso en un fenómeno tan complejo como el narcomenudeo, debe convertirse en palanca de eficacia para fortalecer las capacidades de los más vulnerables.
No temamos nunca acometer nuestra labor, porque unidos, Federación y estados, somos más fuertes que cualquier reto que enfrentemos.
En este sentido, el gobierno federal saluda el reconocimiento que esta comisión hace de las Fuerzas Armadas de México. Se reconoce que este apoyo será fundamental en cuanto en las próximas semanas el Congreso de la Unión discuta el tema de reglas bajo las cuales van a participar las fuerzas de apoyo a la seguridad pública.
En este proceso de fortalecimiento institucional, es necesario que hagamos una reflexión profunda; que participemos con un debate crítico y autocrítico que contribuya a generar los consensos necesarios para el desarrollo nacional.
La CONAGO, como espacio privilegiado de diálogo e interlocución entre los distintos niveles de gobierno, ofrece una oportunidad valiosa para debatir las acciones de gobierno para construir un mejor país.
No podemos ser buenos gobernantes si no somos gobernantes sensibles; si no escuchamos y atendemos las valoraciones del mandato ciudadano. Esto es válido para los periodos de gobierno, pero también durante las campañas. Nuestra legitimidad radica en garantizar que no haya interferencias entre el proceso electoral y sus reglas.
Porque los candidatos son de los partidos, pero los gobiernos de los ciudadanos.
En este sentido, me complace enormemente que hoy se firmen los instrumentos en materia de civilidad, legalidad y transparencia para el proceso electoral federal de 2009. Así contribuimos a delinear el debate democrático al que obligan las elecciones en una democracia.
Debemos contar con mejores instrumentos de vigilancia del gasto y de ejercicio de los recursos. En ello debemos comprometernos todos y ser especialmente escrupulosos.
No vamos, por otro lado, a cancelar el debate político. El silencio no nutre a la democracia. Tampoco lo hace nuestra incapacidad para contrastar rutas alternativas para lograr el fin común de la paz y la seguridad. Por ello, la civilidad no implica dejar de debatir, sino hacerlo con franqueza, visión de futuro y con responsabilidad.
En el marco del federalismo moderno, es importante enfatizar la transparencia en el uso de recursos públicos. Para este año, las entidades federativas y municipios podrán hacer uso de los recursos del Fondo de Estabilización, de sus ingresos para compensar la caída de las participaciones federales. Este fondo fue creado para ahorrar parte de los ingresos petroleros excedentes que se obtuvieron en años recientes.
Anuncio que para el primer trimestre de este año, se contará con 11 mil millones de pesos, que se entregarán a partir de mediados del mes de abril, es decir, 45 días antes de la fecha consensuada de finales de mayo.
Estos recursos están disponibles, gracias al manejo prudente de las finanzas públicas del gobierno federal y deben ser utilizados responsable y transparentemente para mantener la fortaleza financiera de los órdenes de gobierno y el bienestar de los mexicanos durante la crisis y coyuntura que atravesamos.
En el contexto económico internacional el flujo ágil de los recursos hacia los municipios se vuelve imperativo y contribuye a fortalecer la dinámica de reciprocidad entre gobernantes y gobernados, así como a institucionalizar el gasto público. Eliminar la discrecionalidad, sin duda alguna, fortalecerá al Estado
mexicano.
Asimismo, la oportunidad en este gasto debe ser apuntalada mediante el Congreso de la Unión con la aprobación de las reformas en materia de participación en la aplicación del gasto que hoy se discute en el Congreso. Así pues, se eliminen las trabas que han dado lugar a subejercicios de los años pasados que hoy se volverían mucho más graves en el contexto de la situación económica por la que atravesamos.
Quiero reconocer a todos los presentes la voluntad de mostrarnos como una clase política que encara los problemas con los activos más importantes que tenemos como gobierno y como sociedad: unidad de propósito y la institucionalidad democrática. Éstas son importantes para solucionar todos los problemas que vive el país y, de manera preponderante, para devolver la seguridad a los ciudadanos.
La guerra que libramos por la seguridad y la paz es la muestra más visible de nuestro compromiso común. Estamos plenamente conscientes de que las cifras históricas de aseguramientos de dinero en efectivo, armas y drogas, no son consuelo para quien ha visto de cerca la violencia desatada por las bandas criminales o para quien ha llorado la muerte de algún ser querido.
Por ellos debemos de tener siempre un espíritu autocrítico y el cumplir nuestra responsabilidad cada día con mayor firmeza.
Mas las adversidades de este combate no deben ser motivo para soslayar el avance que estamos registrando, ni para poner en duda la urgencia de seguir adelante en la batalla de largo aliento por tener mejores instituciones de seguridad.
El objetivo es poder vivir mejor, en un entorno en que las instituciones sean capaces de ofrecer mayor tranquilidad. Hoy, en nombre del gobierno federal, les aseguro que, mientras más fortalecida esté la sociedad y lo estén sus gobiernos, más debilitado estará el crimen; mientras más ahínco pongamos en combatirlos, erradicaremos este problema de manera más pronta y eficaz.
Sumémonos todos a este esfuerzo; hagamos de la democracia y su inherente pluralismo el motivo de la fuerza para lograrlo. Gracias.

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