14 may 2009

El Presidente Caderón en Ciudad Juárez

Batalla contra el crimen da resultados: Calderón
Durante una visita a Ciudad Juárez, el Presidente llama al Congreso a aprobar reformas en materia de seguridad y a los gobiernos locales a "limpiar" sus policías
Por primera vez, el mandatario Felipe Calderón visitó una guarnición militar para conocer de manera directa los resultados de la puesta en marcha del operativo conjunto, con el cual se combate al crimen organizado
Al recordar que aquí se estableció el presidente Benito Juárez hace 143 años, Calderón anunció que de igual manera Ciudad Juárez será la punta de lanza para enfrentar a los enemigos de la Patria, porque las fuerzas armadas no se arredrarán.
Acompañado por General secretario, Guillermo Galván, el titular del Ejecutivo federal aseguró
que el gobierno no permitirá la acción de la criminalidad que ahora ha extendido sus operaciones a delitos como la extorsión, el robo y el secuestro.
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El Presidente Calderón en la Visita a las Tropas que participan en la Operación Conjunta Chihuahua
Jueves, 14 de Mayo de 2009 Discurso
Juárez, Chihuahua
Señor licenciado José Reyes Baeza, Gobernador del Estado de Chihuahua.
Señor Senador Gustavo Madero Muñoz, Presidente del Senado de la República.
Señor Diputado César Duarte Jáquez, Presidente de la Cámara de Diputados.
Señor licenciado José Reyes Ferriz, Presidente Municipal de Ciudad Juárez.
Señor Diputado Gerardo Fierro Archuleta, Presidente del Congreso del Estado.
Señor Magistrado Rodolfo Acosta Muñoz, Presidente del Tribunal Superior de Justicia.
Señor General Guillermo Galván Galván, Secretario de la Defensa Nacional.
Generales, jefes, oficiales y tropa del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos.
Soldados de México:
Como Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas me llena de orgullo estar con ustedes aquí en Ciudad Juárez. Aquí se constata el profesionalismo y la disciplina con la que ustedes, soldados de México, trabajan para proteger la integridad de las familias de Ciudad Juárez y de las familias chihuahuenses.
Vengo, en nombre de la República, a reconocer y agradecer su dedicación y sacrificio. Las mexicanas y los mexicanos enfrentamos el desafío histórico de dejar atrás la impunidad, la violencia y la ilegalidad.
Enfrentamos la misión que nos ha conferido la Patria, de liberar a México de las garras de la delincuencia.
Y vale la pena reiterarlo: que nuestra lucha no es únicamente por liberar a la niñez y a la juventud de las garras de la esclavitud que representan las adicciones; es también, y yo diría, es fundamentalmente, porque el crimen organizado ha orientado sus acciones en de la ciudadanía: extorsionando, robando, secuestrando y asesinando gente inocente, y eso no lo podemos permitir.
Las acciones de la delincuencia, en particular, tenían asolada a la población de esta, Ciudad Juárez, frontera de México. Tengo la plena convicción de que los problemas de los juarenses y de cualquier mexicano en contra nuestro territorio, son problemas de todos los mexicanos.
Y es por esa razón que las Fuerzas Federales y, señaladamente el Ejército mexicano, están presentes en ayuda de nuestros connacionales.
Tenemos la certeza, también, que esta acción destructora y corrosiva de los criminales que atemorizan y hostigan a los ciudadanos que quieren trabajar y vivir en paz, son atentados a la libertad y a la seguridad, que serán siempre combatidos por el Estado mexicano con toda su fuerza.
Es por ello que el Gobierno Federal ha puesto en marcha una estrategia integral de seguridad con acciones en el corto, en el mediano y en el largo plazo.
En el corto plazo, implementamos, precisamente, estos Operativos Conjuntos. Con eso apoyamos a las autoridades locales en aquellas zonas o regiones del país más afectadas por la delincuencia.
En estos operativos la labor de ustedes, soldados de México, ha sido clave para enfrentar y detener al crimen organizado porque gracias a su valentía y a su empeño asestamos día con día fuertes golpes a la estructura, organización y financiamiento de los criminales.
Está claro que, sin metáfora alguna, ustedes están dando una batalla por México, la están dando por todos los mexicanos y esta batalla está dando resultados. Su infatigable labor ha significado en muchos lugares y, particularmente aquí, en Ciudad Juárez, reforzar la autoridad del Estado mexicano.
Su presencia institucional ha significado afianzar el control del territorio en aquellos lugares donde la población está amenazada.
La autoridad y el respeto que inspiran nuestros soldados han significado también para la ciudadanía la esperanza de recuperar la seguridad, la tranquilidad y la paz, donde éstas han estado ausentes. Cada operativo en el que ustedes participan significa mayor tranquilidad, mayor esperanza y seguridad para los mexicanos.
Así ha sido, precisamente, aquí, en Ciudad Juárez, donde la violencia ha mostrado una disminución importante desde que están aquí ustedes, apoyando a las autoridades locales. Con ustedes en el frente la ciudadanía sabe que Juárez no tiene por qué ser una ciudad destinada a la impunidad, a la corrupción o a la violencia.
Las familias mexicanas se sienten seguras porque saben que son ustedes, nuestros soldados, quienes están protegiéndolos. Los mexicanos nos sentimos orgullosos de nuestro Ejército, porque su presencia es garantía de confianza, seguridad y, en pocas palabras, de presencia y viabilidad del Estado nacional.
Su trabajo, soldados de México, está rindiendo frutos y los mexicanos, por mi conducto, se los reconocen sinceramente. Sabemos bien, por otra parte, que la participación de las Fuerzas Armadas en tareas de soporte y refuerzo a la seguridad pública son tareas subsidiarias, que eventualmente deberán ser asumidas a plenitud por las autoridades civiles.
Es por ello que nuestra estrategia busca en el mediano plazo formar nuevas generaciones de policías y Ministerios Públicos confiables, honestos, eficientes y con mucho mayores capacidades para cumplir con su deber. Eso es lo que estamos haciendo en el Gobierno Federal.
Y estoy convencido que este esfuerzo se adopta o debe adoptarse con mayor celeridad en todas las policías y ministerios de los estados y los municipios del país. La presencia del Ejército permite a las autoridades locales depurar, reclutar, entrenar y reorganizar sus propios cuerpos de seguridad.
Pero bien sabemos que no puede y no debe ser permanente. De ahí nuestro respetuoso llamado a las autoridades locales, a fin de acelerar el paso en este proceso de recomposición institucional, que no debe detenerse y que debe continuar hasta su puntual cumplimiento en todo el país.
Para recuperar la seguridad de los mexicanos no basta con tener más y mejores policías, también necesitamos mejores leyes e instituciones; y a esa meta es a la que apunta nuestra estrategia en el largo plazo.
Por eso he enviado al Congreso de la Unión varias iniciativas de ley, las cuales, un buen número, han sido ya aprobadas por el Congreso en el Periodo de Sesiones recién terminado y externo mi reconocimiento a esa labor legislativa.
De ellas quisiera destacar algunas:
En primer lugar. Las modificaciones a la Ley de Seguridad Nacional, para definir con total claridad en la legislación bajo qué circunstancias y con qué procedimientos el Ejecutivo debe disponer de la participación de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad interior.
De lo que se trata es de dar mayor certidumbre jurídica y hacer más eficaz la intervención de las Fuerzas Federales, del Ejército y la Armada, donde las autoridades civiles lo requieran.
Hago un respetuoso llamado y hago votos porque el Congreso, en su próxima Sesión, pueda entrar al fondo de esta legislación medular para la vida del país.
En segundo lugar. Sabemos que ustedes se enfrentan a una delincuencia con armamento cada vez más potente. Para protegerlos a ustedes y a los policías que todos los días arriesgan la vida por defender la seguridad de los mexicanos, envié una iniciativa que propone prohibir y castigar la posesión de armas modificadas o con cartuchos que potencien el daño.
También propusimos castigar con mayor severidad la posesión y la portación colectiva de armas, su introducción ilegal y transporte; y esta iniciativa ha sido ya considerada y aprobada por las Cámaras del Congreso de la Unión, en ejercicio responsable de sus atribuciones.
En tercer lugar. Hemos propuesto al Poder Legislativo nuevas leyes para castigar con más severidad a quienes atentan contra la vida y la integridad de los servidores públicos encargados de la seguridad, así como a sus familiares.
No vamos a permitir que la delincuencia amenace o extorsione a los militares, a los policías o a los servidores públicos honestos que están trabajando por defender la seguridad de las familias mexicanas y el interés superior de la Patria.
Asimismo, necesitamos desde el lado de la sociedad actuar de manera preventiva mucho más intensa. Debemos actuar a través de la educación, educación en valores, porque sólo a través de los valores de los jóvenes podremos tener mejores ciudadanos.
Porque no hay mejor acción contra el delito que evitar, precisamente, que caigan en su poder y en su influencia jóvenes mexicanos.
Debemos fomentar también el sano esparcimiento en espacios públicos, en la práctica del deporte, de actividades culturales, de acciones que permitan construir mejor sociedad. Y necesitamos actuar y actuar mucho más en la prevención y tratamiento de adicciones entre los niños y jóvenes de México.
Necesitamos ser todos mejores ciudadanos, mejores padres de familia. Necesitamos hacer de nuestra sociedad una sociedad sana, que sea, precisamente, impermeable a la acción de la delincuencia.
En esta labor preventiva, tanto sociedad, como Gobierno, debemos trabajar unidos e intensamente.
México y los mexicanos sabemos que contamos con nuestras Fuerzas Armadas, como una institución ejemplar. Sabemos que contamos con todos y cada uno de ustedes para dejar atrás la sombra de la inseguridad y de la violencia, que nunca debió haber cubierto ninguna parte del territorio nacional.
En esta lucha, también hay que decir que en estos dos últimos años han caído ya 83 elementos militares. Desde aquí expreso mi mayor reconocimiento a estos héroes y pido que guardemos un minuto de silencio en la memoria de todos ellos.
(UN MINUTO DE SILENCIO)
Gracias.
La Patria ha contado en todo momento con su entrega y sacrificio, y por eso, desde el primer día de mi mandato, me comprometí a velar por la tropa, y por ello hemos buscando mejorar sus condiciones de vida.
Por eso se han aumentado de manera consistente los ingresos, y en particular, los sobrehaberes de los soldados, y también hemos creado nuevos programas de apoyo, tanto educativos como de vivienda.
Quiero refrendarles que a partir de ahora el Gobierno Federal garantizará, mediante una beca completa, los estudios universitarios y de bachillerato de todas las hijas y de todos los hijos de los soldados de México, en la carrera y en la universidad que decidan, sea pública o privada.
De esta manera, queremos retribuir en algo el noble e invaluable servicio que ustedes, mujeres y hombres de armas, brindan a la Patria.
Soldados de México:
Hace 143 años, en 1866, el Presidente Benito Juárez estableció su Gobierno en esta ciudad, entonces, Paso del Norte. Aquí resistió Juárez el asedio de quienes querían terminar con la libertad de los mexicanos, y desde este mismo punto emprendió su marcha triunfal para derrotar al Imperio de Maximiliano y restaurar la República.
Hoy, como ayer, esta ciudad es la punta de lanza para enfrentar a los enemigos de la Patria. En Ciudad Juárez derrotaremos al crimen organizado, porque nuestras Fuerzas Armadas no se arredrarán ni desistirán jamás.
Nuestro pueblo confía en el Ejército, porque el Ejército ha servido y seguirá sirviendo fielmente al pueblo al cual pertenece y a sus instituciones.
Como Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas reitero la gratitud de la Nación hacia ustedes y les instruyo a que sigan cumpliendo con su misión, con el arrojo, la responsabilidad, la disciplina y la lealtad que siempre les ha distinguido. El país lo necesita, la Patria se los agradece y los mexicanos se los reconocen.
Enhorabuena y muchísimas gracias.

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