25 ene 2010

Sucesión en Sinaloa

Columna EN PRIVADO/ Alfredo Originales
Lunes, 25 de enero de 2010 00:24
DURO Y TUPIDO.
Vaya que le están pegando duro y tupido a Jesús Vizcarra Calderón. Si respira, porque respira, y si no, pues porque no.
Al alcalde de Culiacán le queda chico el Toluco, dicen los mal pensados. Si calla o evade cualquier pregunta, también le tupen. Y si responde o aclara, no satisface, además de que lo hace a destiempo.
Para nadie queda la menor duda que se trata de un linchamiento mediático a todo lo que da con toda la intención de desacreditarlo como posible candidato del PRI al gobierno de Sinaloa y para ello no se ha escatimado ni reparado en dinero, esfuerzos y recursos.
Cuando Vizcarra Calderón era candidato a diputado federal -2002- y después a la alcaldía de Culiacán -2007- sus adversarios dentro y fuera del PRI utilizaron fotografías similares a las que ahora de nueva cuenta hacen público en donde supuestamente tiene vínculos con el Mayo Zambada.
Sin embargo, en aquellos tiempos no se hizo mucho ruido como ahora en donde se ha echado mano hasta de medios nacionales con la misma intencionalidad de anularlo como posible aspirante a la gubernatura.
El argumento central de las acusaciones es que tiene parentesco con mafiosos y narcotraficantes y qué mejor prueba que una foto en donde aparece –hace 30 años- en un acto religioso al lado del Mayo Zambada.
Para sus detractores eso es más que suficiente para vincularlo con el narcotráfico y por lo tanto etiquetarlo como una amenaza y peligro para Sinaloa en caso de que llegase a gobernar la entidad, el cual pasaría a ser un narco estado.
Hasta aquí, la estrategia pareciera estar bien dirigida.
Sin embargo, un taxista del aeropuerto de Culiacán me hizo un comentario que me pareció interesante desde el punto de vista percepción ciudadana, sobre este ataque “despiadado”, según él, que han desatado en contra del alcalde de Culiacán.
-“Tanto escándalo porque aparece en una foto supuestamente con el Mayo, y ya por eso también él es narcotraficante o está asociado”-, me dice.
-“A ver. Si Vizcarra está vinculado con el narco, entonces los que lo rodean también están metidos en eso -¿o no?-
Y continúa mi interlocutor:
-“Mire, yo no soy letrado ni mucho menos, pero me gusta pensar las cosas. ¿En cuántas fotos aparece Vizcarra con el gobernador Jesús Aguilar?”- Ya por eso, ¿podemos dar por hecho que el gobernador está vinculado con el narco?”-
Y sigue:
-“Si Aguilar Padilla tiene relaciones con el narco y si Juan Millán lo puso como gobernador, entonces ¿el ex gobernador también está metido en este negocio?”-
-O si no, dígame, ¿en cuántas fotos aparecen todos ellos, (Vizcarra, Jesús Aguilar y Juan Millán) juntos?
-“No mi amigo, todo esto es un cochinero, se están peleando por el poder”- sentencia el trabajador del volante.
Pero todavía me llamó más la atención cuando él mismo se pregunta: -“Dicen que sí Vizcarra es gobernador el estado seria un narco-estado, -¿A poco Culiacán es un municipio-narco?, cuestiona.
Para terminar y en su coloquial expresión remata: -“Sera cierto o falso, lo que sí es un hecho es que Culiacán está mucho mejor, hay muchas obras, pavimento y otras… y no nos cobran”-
En lo que no hay dudas es que en la guerra y en el amor todo se vale. La cuestión aquí es en los métodos o estrategias para vencer o aniquilar a los contrarios.
También cobra fuerza la expresión de que “una mentira repetida mil veces termina por aceptarse como cierta”, de ahí la habilidad y destreza para saber dónde, cómo y cuándo reaccionar ante las embestidas precisamente para revertir los efectos deseados por los contrarios.
En este caso, hay muchas dudas sobre si la actitud del alcalde de Culiacán de guardar silencio en torno a las acusaciones ha sido lo más correcto estratégicamente, o si su desplegado periodístico de hace días fue un intento desesperado por acallar las voces o bien su anuncio de que a pesar de todo, sigue adelante.
En fin, es cuestión de días para conocer la agenda de daños y sus efectos.

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