Crónica: Versiones de la muerte de un narco legendario. Para el Ejército, fue capturado cuando huían sus escoltas. Pero el único detenido en el operativo declaró que no había escoltas sino una masajista y un jardinero.
Reforma, 2 noviembre 2010).- REFORMA / Staff
A Ignacio Coronel Villarreal "Nacho Coronel" le sorprendió el Ejército mientras una terapeuta le aplicaba un masaje relajante en su residencia de Paseo de los Parques 1464, en Zapopan, Jalisco.
No tuvo capacidad de reacción, el tiempo sólo le alcanzó para hacerse de un rifle AR-15 con su cargador, una pistola cromada y disparar a lo que se moviera. Todavía logró matar a un soldado y herir a otro, pero la ausencia de su aparato de seguridad le costó la vida. No hubo ningún pistolero que se batiera por el capo.
La tarde del 29 de julio aparentaba ser tranquila para el líder del Cártel de Sinaloa, pues después del masaje, sólo iba a esperar a un plomero que instalaría un regulador a la caldera de su alberca. En la residencia también estaba un jardinero.
Era una casa que Coronel había elegido sólo para su descanso y en la que tenía una camioneta Subaru 2009 roja, un Ford Grand Marquis 1998 y una camioneta Hummer H3-D 2010, su favorita.
"Nacho" se hacía llamar "Carlos Lamadrid" para no despertar sospechas con los vecinos y esa tarde vestía un pants blanco marca Adidas.
Un parte informativo de la Secretaría de la Defensa Nacional y el testimonio de Hiram Francisco Quiñones Gastélum, detenido en la casona de Colinas de San Javier, son los únicos documentos oficiales que relatan los últimos momentos de la vida del traficante.
A las 13:20 horas, Coronel estaba en su recámara del primer piso en manos de la masajista y Quiñones dormitaba en la sala principal. Un balazo y un grito del podador del pasto, desde la estadía de empleados del jardín, acabaron con la tranquilidad.
Había cruzado el zaguán un Teniente de Artillería, seguido de un Sargento Segundo de Zapadores, un Teniente de Caballería y un Capitán Segundo de Sanidad, la avanzada de un contingente que empezaba a dispersarse en el jardín para rodear la casona.
"Subí corriendo al cuarto del señor (Coronel) y por la ventana veo a un soldado sobre la barda que da a la calle, quien me grita que alzara las manos y al voltear a la sala veo muchos soldados y me dice que vaya hacia ellos, yo me bajo como 3 escalones y me agarra uno de la camisa y de las greñas me tumban.
"Quedé viendo hacia una barda donde hay unas recámaras y un desnivel, y me dice varias veces que quién está adentro, yo les respondo que un señor y la masajista y me preguntan que si estoy armado y les digo que no, que sólo traigo un teléfono que traigo en la mano", relató a la SIEDO el sinaloense Quiñones Gastélum.
Luego de que la masajista salió de la habitación de Coronel, lo último que Quiñones alcanzó a ver fue a los militares que subían al primer piso.
Quiñones recuerda que en ese momento los soldados gritaron al capo duranguense: "¡Salga del cuarto!". Y no vio más. La respuesta fueron disparos y cristales que volaron en añicos.
"No pude ver, porque estaba tirado y un militar me pisaba la espalda, pero me preguntaron si había más personas de seguridad, a lo que respondí que no y ellos insistentemente me volvieron a preguntar, respondiendo de nueva cuenta que no había nadie más, que solamente la persona que estaba en la habitación y que ya estaba muerta", dijo el detenido.
El parte del Ejército relata que Coronel cayó fulminado, apenas unos segundos después de que abatiera al primer soldado que entró a la recámara en que el capo estaba guarecido en solitario.
Al compadre de Joaquín "El Chapo" Guzmán, el parque no le alcanzó para más.
"Al tratar de ingresar a la habitación fue agredido (un soldado) por disparos de arma de fuego, recibiendo varios impactos, por lo que repelimos la agresión en virtud de que dicho sujeto no dejaba de dispararnos, cayendo de repente dicho sujeto sobre las escaleras y cerca de su pie derecho un arma AR-15 con su cargador y de lado izquierdo una pistola cromada.
"(El militar) permanecía tirado en el piso, trasladándolo al Hospital Militar, pero más tarde se nos informó que falleció", dice el parte castrense.
Una vez tendido el cuerpo de "Nacho" en un desnivel de la pieza, los militares reconocieron toda la casa. Hallaron 7 millones 163 mil 100 dólares en efectivo, 31 relojes finos, 11 anillos, esclavas, cadenas, dijes, radios Nextel y celulares.
Había además 7 fusiles, 8 pistolas, 50 cargadores para armas largas y varios cartuchos.
Y también encontraron una Laptop que presumiblemente contiene una "narconómina".
"De la masajista y el jardinero no volví a saber nada, no sé qué haya pasado con ellos", dijo Quiñones Gastélum, en su testimonio del 29 de julio.
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Según militares fue operativo de Inteligencia
2 noviembre 2010).- REFORMA / StaffLa Secretaría de la Defensa Nacional asegura que llegó hasta Ignacio Coronel Villarreal "Nacho Coronel", por una denuncia que reportó la presencia de sujetos armados afuera de una residencia que resultó ser de su propiedad.
En la versión del Ejército, "Nacho" fue muerto de forma relativamente fácil, porque toda su escolta que estaba afuera de su casa huyó a la llegada de los militares y lo abandonaron a su suerte, con un solo pistolero.
"(La denuncia decía) que eran gente de 'Nacho Coronel', al parecer se llevaría a cabo una reunión importante por la cantidad de gente armada y vehículos que había, y que en ese momento tenían cerrada la calle Paseo de los Parques, antes y después del número 1464; que corrían a la gente que pasaba por allí y que era la segunda vez que cerraban esta calle", dice el parte informativo suscrito por los militares que llevaron a cabo el operativo.
El Ejército llegó a Colinas de San Javier a las 13:20 horas, por la calle de Acueducto, y al tomar a la derecha los militares aseguran que se toparon con sujetos que portaban armas largas a bordo de una Pick Up blanca RAM, un Mercedes Benz gris y una camioneta clara Cherokee.
Todos se dieron a la fuga y, según el documento, se desató una "persecución" en esta colonia residencial de Zapopan, de la que prácticamente todos los pistoleros lograron darse a la fuga. Los testimonios de los vecinos a la prensa, no reportaron una situación de esta naturaleza.
Los soldados afirman en su informe que dos de los sicarios ingresaron a la casa de Paseo de los Parques, dejaron la puerta abierta y por eso ellos ingresaran al inmueble sin orden de cateo, pues había flagrancia.
"Gritó uno de ellos que tenían granadas, que no se acercaran, por lo que ingresan (a la casa), reiterándoles (los militares) que no dispararan y que salieran con las manos levantadas", indica el informe.
"Nacho Coronel" presuntamente era uno de esos sicarios que estaba en la calle y entró corriendo a la casa, aunque en el papel los militares no lo sabían.
A la advertencia de las Fuerzas Especiales del Ejército, no hubo respuesta y entró un primer grupo de cuatro soldados por la puerta principal.
"En ese momento, salió un sujeto obeso con un fusil a quien le gritaron que dejara el arma y el Capitán Segundo de Sanidad le logra quitar el fusil AK 47 matrícula 202866, con un cargador abastecido con 32 cartuchos útiles. Lo controlan y custodian mientras que el Teniente de Artillería sube por las escaleras".
Al detenido le sometieron y enseguida los militares ingresaron a la residencia. El segundo hombre, "Nacho Coronel", según la versión del Ejército se resguardó en una habitación, desde donde comenzó a disparar a todo lo que pasara por la puerta.
Mató al primer soldado que tuvo a la vista, hirió al segundo, pero no dio al blanco con el tercero y fue liquidado.
Fue entonces cuando interrogaron al único detenido.
"Hiram Francisco Quiñones Gastélum (dijo) que se había enfrentado porque pensaba que se trataba de gente de la contra y que se encontraba en el lugar porque hacía años trabajaba para Ignacio Coronel Villarreal, y que era la persona que se encontraba en la habitación", expone el parte.
Quiñones proporcionó los domicilios de Calle Gabriel García Márquez 455, Colonia Rinconada Novelistas y Paseo del Acantilado 3339, en Colinas de San Javier, Zapopan, donde dijo que fueron a esconderse los demás pistoleros, indica el parte.
Apenas 24 horas más tarde, en el primero de estos inmuebles los militares abatieron a Mario Carrasco Coronel "El Gallo", sobrino de "Nacho"" y a quien colocaban como su sucesor.
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