La PGR sabía de la operación Rápido y Furioso: EU
William Newell, miembro del operativo, asegura que se hizo lo posible por mantener a sus contactos al tanto de las investigaciones
José Carreño Figueras/ Especial
Excélsior, WASHINGTON, 27 de julio.— Funcionarios de la Procuraduría General de la República (PGR) habrían estado al tanto de la operación Rápido y Furioso, de acuerdo con William Newell, uno de los responsables del operativo.
En declaraciones hechas durante una audiencia convocada por el Comité de Supervisión y Reforma Gubernamental de la Cámara baja del Congreso estadunidense, Newell aseguró que hizo lo posible por mantener a sus contactos de la PGR al tanto de las investigaciones en el fracasado operativo.
“Desde el inicio de esta investigación a fines de 2009 hasta las primeras acusaciones en enero de 2011, hice todo esfuerzo razonable para mantener al representante de la PGR en Phoenix y a mis colegas de ATF en México enterados de esta pesquisa”, dijo Newell en una declaración escrita.
Newell tiene el nombramiento diplomático de agregado de la ATF para México, pero se considera difícil que llegue a ocupar efectivamente el puesto.
Carls Canino, actualmente a cargo de la oficina de ATF en México, señaló, sin embargo, que él y sus colegas en la capital mexicana “estábamos al tanto de esta investigación, pero nunca supimos de la política de “caminar” (dejar pasar) armas”.
Subrayó que el operativo como tal fue errado y puntualizó que se estima que se permitió la venta de unas dos mil armas.
Precisó que las armas incluyeron 34 fusiles Barret calibre .50, suficientes para equipar a los francotiradores de un batallón de la Infantería de Marina.
Lo ocurrido “es inexcusable”, indicó Canino.
Un reporte elaborado por personal del comité que preside el republicano Darrel Issa indicó a su vez que la responsabilidad por la operación podría ir más allá de la dirección de ATF y llegar a altos niveles del Departamento de Justicia, toda vez que ambas partes mantuvieron “en ignorancia” a funcionarios mexicanos y a sus propios representantes en México.
Pero en su presentación ante el Comité, Newell dijo “estar al tanto de numerosas discusiones a través de esta investigación entre agentes que trabajaban el caso con sus colegas en México, un diálogo que alenté. Además, y junto con nuestra oficina en Ciudad de México, invité a fiscales federales mexicanos a participar en sesiones informativas para proveerlos de hechos esenciales del caso”.
Afirmó además que estaba determinado a que cuando se identificara a los personajes clave de la organización criminal, “muy probablemente miembros de cárteles en México”, se daría apoyo total para proveer de esa información a la policía mexicana para que planteara sus casos criminales.
Newell destacó por otra parte que la meta de la investigación no era dejar pasar armas a México “y hasta donde sé, ningún sospechoso en este caso fue visto jamás en el acto de cruzar la frontera”.
Los agentes involucrados en la indagación, dijo, tenían la “meta estratégica” de identificar a los elementos clave ante los compradores para destruir la organización y que “tratamos de ser innovadores” en el seguimiento y confiscación de armas adquiridas por compradores “de paja”.
Insistió en que “cuando fue apropiado, durante la investigación, hicimos esfuerzos razonables para compartir y coordinar detalles relevantes con nuestras contrapartes policiacas mexicanas”.
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