Las ¿ladies? de Polanco/Adela Micha
Excélsior 25 de agosto de 2011
Les dicen las “ladies de Polanco” pero ni son ladies ni son de Polanco. Y no es un asunto menor, porque nadie, bajo ningún motivo o pretexto, está por encima de la ley, y nadie debe atentar con palabra o con obra contra el principio de autoridad. Yo no sé en qué hemos fallado como sociedad para llegar a esto. Ver cómo dos mujeres se hacen de palabras, profieren insultos a gritos contra agentes, en plena vía pública y hacen gala de prepotencia, insolencia. Yo también me las sé, pero me sorprende y me enoja mucho que como sociedad podamos ver esas escenas, de gritería histérica contra agentes que, los vemos, se quedan quietos, sin actuar. Y es que ante la imagen de corrupción que hay de la policía o que los culpan con frecuencia de falta de capacidad o de violar los derechos humanos, estos agentes optaron por quedarse parados, quizá por temor a que el asunto incluso se les revirtiera.
Fue el domingo 21 a la 1:45 de la madrugada en la esquina de las calles Presidente Masaryk y Lafontaine, sí, en Polanco. La escena la captan las cámaras de video de la Secretaría de Seguridad Pública. Y el escándalo surge cuando estas imágenes llegan a YouTube y una de las agresoras es identificada: se trata de Azalia, participante de la primera edición de Big Brother, programa que conduje. Y, bueno, sus declaraciones buscando “defenderse” llegan después a Twitter. “No tengo por qué dar explicaciones. Si soy yo o no, ¿qué?” El tono y el arrebato los conocemos. Pero eso es mal menor, lo grave es que desde el principio hay insulto, dolo. “A seguir ladrando perros” señala a quienes escribieron al pie de las imágenes de YouTube. Sí, es ella. Pero seguimos leyendo en Twitter y hay además señalamientos, acusaciones, graves, de robo contra la policía. Y escribió y asegura: solo se defendió.
Según su versión, los policías le pidieron que se bajara del vehículo porque aseguraban que las placas estaban reportadas como robadas. Señaló también que la bajaron “pistola en mano”. En el video sólo se ve que les grita “pinches asalariados”. Y todos somos asalariados. El que trabaja, recibe un salario. Y no hay trabajo indigno. Pero el acento es de ofensa pública y eso nadie debe permitirlo. Porque más allá de que haya habido o no alcoholímetro, de que hayan ido o no en estado de ebriedad, a nadie debe permitírsele ofender a la autoridad.
Ayer en mi programa de radio hablé con Manuel Mondragón, secretario de Seguridad Pública del DF. Me dijo que el hecho no va a quedar impune. “Naturalmente se va abrir una averiguación previa, nuestro jurídico está precisamente en eso”. “Ya se habló con el procurador para que la investigación sea por lo que resulte”. También que no es cierto lo del robo de la cartera, pero sí preccisó: “No te puedo adelantar qué pueda resultar, si hay alguna situación de orden penal o de otro orden que en un momento dado pueda brincar y que se analice hasta las ultimas consecuencias”. Y es que en verdad yo así lo creo y siempre he sido muy puntual en reprobar a quien no respeta el principio de autoridad. Debemos ser muy cuidadosos en mantener el respeto hacia nuestras instituciones. Y nadie debe permitir que haya insulto, ofensa, agravio hacia la policía, por el más elemental respeto, pero también porque es lo menos que esperamos de las autoridades hacia la sociedad. Estaremos pendientes sobre la evolución que siga este expediente porque, insisto, no es cosa menor. Y, repito, ni son ladies ni son de Polanco.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario