La encuesta de Reforma se realizó mediante entrevistas "cara a cara" en viviendas de 1,515 ciudadanos de las 32 entidades del país.
Las encuestas publicadas hasta hoy coinciden en otorgarle a Peña Nieto una ventaja de dos dígitos (Excélsior/BGC, El Universal/Buendía y Laredo, El Sol de México/Parametría y Milenio/GEA-ISA).
Dice Federico Arreola –ideólogo de AMLO-que esta encuesta esta mal realizada: “La que no pudo estar bien realizada es la encuesta de Reforma que acercaba a AMLO a 4 puntos de EPN. Según Reforma, en un mes Peña Nieto cayó cuatro puntos y AMLO creció siete. Ese fue un engaño, o el engaño lo trae ahora el diario en Reforma en su portada. Porque hoy martes 19 de junio, Peña Nieto sube cuatro puntos y AMLO baja cuatro.
Se pregunta ¿Qué va a hacer Andrés Manuel con la actual encuesta de Reforma? ¿Aceptarla? ¿Rechazarla? Creo que Reforma le ha dado un golpe bajo a Andrés Manuel López Obrador.
“Si AMLO aceptó la encuesta de Reforma que lo ponía a cuatro puntos de EPN, debe aceptar la que lo pone a 12. AMLO pensó que Alejandro Junco de la Vega, dueño de Reforma, era un tipo confiable. Se equivocó.”
Falta la encuesta de Covarrubias que es proclive a AMLO se difundirá el 27 de junio.
Recomiendo leer completa la columna hoy de Leo Zuckerman en Excélsior:”Por qué creo que Peña va a ganar la elección presidencial?
Por qué creo que
Peña va a ganar la elección presidencial?/ Leo Zuckerman
Excélsior,
19 de junio de 2012
Desde
luego que asumo el riesgo que conlleva dicha predicción para mi credibilidad
como analista político.
Se trata de un
análisis numérico. Tomo los datos de dos encuestas independientes y serias. La primera
es la de Buendía y Laredo publicada ayer en El Universal. A los encuestados se
les pidió que contestaran qué tan seguros están de votar por el candidato de su
preferencia: 37% contestó que están convencidos de que sufragarán por Peña y
siete por ciento expresó que todavía tienen dudas de votar por el candidato
priista. Si se suman estos dos grupos de votantes, aparece 44% de las
preferencias a favor de Peña reportadas por el encuestador. Por lo que toca a
López Obrador, 27% de los electores dicen que votarían por este candidato: es
la adición de 23% de convencidos y cuatro por ciento dudosos. Vázquez Mota
cuenta con 25% de las preferencias electorales: 20% de seguros y cinco por
ciento de dubitativos. Finalmente, Quadri tiene dos por ciento de convencidos y
uno por ciento de dudosos para un total de tres por ciento.
Hagamos el
siguiente ejercicio para ver las probabilidades de López Obrador y Vázquez Mota
de alcanzar a Peña y empatarlo. Dejemos al candidato priista tan sólo con 37%
del electorado que ya está convencido de votar por él. Digamos que el siete por
ciento restante lo abandona estas dos últimas semanas de campaña. Veamos,
entonces, qué necesita López Obrador para empatarlo en las preferencias. El
tabasqueño, primero, tiene que mantener 27% de votantes que dice que sufragarán
por él, tanto de convencidos como de dudosos. Para alcanzar a Peña necesitaría
diez puntos porcentuales más. ¿De dónde los podría obtener? Sólo de los
votantes que todavía tienen dudas de votar por Peña, Josefina y Quadri, que
suman un total de 13 puntos porcentuales. Ergo, AMLO requeriría pasar a su
buchaca 73% de los 13 puntos de electores dubitativos de los otros tres candidatos.
No es imposible, pero se ve muy difícil lograrlo en el poco tiempo que queda.
Para Josefina está aún más complicado. De
nuevo asumamos que Peña se queda con sólo 37% de votantes que dice estar
convencido que sufragarán por él. La panista, en cambio, amarra 25% del total
que trae entre seguros y dudosos. Estaría, por tanto, a 12 puntos de distancia
del priista para empatarlo. Los tendría que conseguir de los 13 puntos de
votantes dubitativos de Peña, López Obrador y Quadri. Esto significaría que la
panista requeriría obtener 91% de este electorado que todavía tiene dudas. Otra
vez: no es imposible, pero se ve increíblemente difícil que suceda.
El
análisis es similar en la última encuesta de Consulta-Mitofsky. En ésta Peña
trae 37% de votantes “duros” y siete por ciento de “volátiles”. Dejemos al
priista con este 37% que, por cierto, es el mismo porcentaje que reporta
Buendía y Laredo de votantes convencidos con este candidato. AMLO, por su
parte, suma 30% de las preferencias: 25% de “duros” y cinco por ciento de
“volátiles”. Estaría, entonces, a siete puntos porcentuales de alcanzar a Peña.
¿De dónde los podría sacar? De los 12 puntos de preferencias volátiles de
Josefina, Peña y Quadri. En este caso estaríamos hablando de capturar 58% de
los votantes dubitativos de sus tres adversarios. ¿Imposible? De ninguna
manera. ¿Dificilísimo? Sin lugar a dudas.
Otra
vez, el caso de Josefina se ve más complicado que el del AMLO en la encuesta de
Consulta-Mitofsky. Dejemos a Peña con 37% de su voto “duro” y a Josefina con
25% de la suma de sus electores “duros” y “volátiles”. Le faltarían 12 puntos
para alcanzar al priista. Coincidentemente hay 12 puntos porcentuales de
preferencias “volátiles” de Peña, AMLO y Quadri. Es decir, para empatar al
candidato del PRI, la candidata del PAN debe quedarse con el 100% de los votos
“volátiles” de los otros tres candidatos. Esto sí que raya en lo imposible.
Se
trata, como dije, de un análisis numérico con base en dos encuestas
independientes y serias. Por si quedan dudas, en el mercado de predicción de
eventos de intrade.com, los apostadores le están otorgando 85% de ganar la
elección presidencial a Peña, 17% a AMLO y tres por ciento a Josefina.
Extrañamente
yo todavía no sé por quién voy a votar, pero tengo más certeza de quién va a
ganar. Con los números en la mano, me atrevo a predecir que el próximo Presidente
de México será Enrique Peña Nieto. Y desde luego que asumo el riesgo que
conlleva dicha predicción para mi credibilidad como analista político.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario