Columna "DE ORDEN
SUPERIOR"
García
Ochoa y el Pentágono/Jorge Alejandro Medellín
La Silla Rota, 5 de febrero de 2013
1.- Como
suele ocurrir en situaciones delicadas, como la selección de funcionarios de
alto nivel en un país azotado por una crisis interna de seguridad, la prensa
norteamericana es la primera –y no el gobierno mexicano – en informar sobre
irregularidades en el nombramiento del secretario de la Defensa Nacional
(Sedena) que desde el 1° de diciembre de 2012 acompaña a Enrique Peña Nieto al
frente de esa dependencia.
2.-
Salvador Cienfuegos Zepeda, el divisionario de mayor antigüedad en el ejército,
ex comandante de la I Región Militar y amigo cercano del presidente
constitucional, fue uno de los militares que buscó afanosamente la titularidad
de la Sedena, no solo desde el inicio del sexenio calderonista, sino desde un
sexenio atrás.
3.- Al
final, en silencio pero seguro, fue el elegido de Peña. En el camino quedaron
el también pétreo, silencioso, recatado, Luis Arturo Oliver Cen, antes Jefe del
Estado Mayor de la Defensa Nacional (EMDEN) y hoy Oficial Mayor de la
institución.
4.- A la
lista se sumaron Carlos Demetrio Gaytán Ochoa (antes Subsecretario de la
Defensa y hoy director de Banjército desde diciembre 2012); Mario Marco Antonio
González Barreda (antes Inspector y Contralor General del ejército u hoy
director del ISSFAM); el encarcelado Tomás Ángeles Dauahare (antes
subsecretario de la Defensa Nacional y hoy bajo proceso penal por supuestos
nexos con e crimen organizado), y el amigable, caballeroso y accesible Augusto
Moisés García Ochoa (antes director general de Administración y hoy comandante
de la XI Región Militar en Torreón, Coahuila).
5.- Otros
generales parecieron añadirse en el último tramo selectivo a la lista, a la
famosa “terna” (que de terna nada tiene); Noé Sandoval Alcázar, actual
comandante de la IV Región Militar); Daniel Velasco Ramírez (antes, comandante
del Campo Militar Número 1-A y hoy comandante de la V Región Militar); Gustavo
García Vergara (antes, director de Educación Militar y hoy comandante de la I
Región Militar) y Rubén Serrano Herrera (actual Director de Industria Militar).
6.-García
Ochoa y los demás generales mencionados en una segunda camada de posibles
sucesores de Guillermo Galván Galván, viajaron en mayo de 2012 a Washington
aparentemente para explicar a sus pares del Pentágono los detalles de la
detención del general Dauahare y de otros militares sospechosos de nexos con el
narco.
7.- Los
generales viajeros acudieron en realidad a dos sesiones de sondeo y
calificación para allanar el camino a la selección del nuevo titular de la
Sedena.
El
palomeo de los militares estadunidenses descalificó, según revela el New York
Times en su edición de ayer, a García Ochoa por supuestas relaciones peligrosas
con algún cártel de las drogas y por manejos oscuros con el presupuesto
destinado a operaciones de inteligencia y suministro de materiales de guerra.
8.- De
acuerdo con el artículo de Ginger Thompson y Randal Archibold, las dudas sobre
la lealtad de García Ochoa hacia el ejército y hacia el país en su guerra
contra el narco comenzaron cuando él era coronel, en 1997. Fue el año en el que
el militar creó el mítico Centro de Inteligencia Antinarcóticos (CIAN).
9.- Meses
antes, había encabezado operativos contra el cártel de Juárez para detener a
Amado Carrillo Fuentes. La historia extra oficial dice que lo logró al menos en
dos ocasiones y que en ambas intentó negociar con el capo o escuchó de él
sólidas propuestas para no ser detenido. La misma historia no oficial recuerda
que El Señor de los Cielos pudo evadir los operativos militares sin mayores
problemas.
Esa es la
historia que desde hace 16 años mantienen viva en sus archivos tanto la DEA
como el Pentágono, y que hoy resurge para tratar de apuntalar los señalamientos
contra García Ochoa, sin que existiera en todos estos años acusación formal
alguna en su contra dentro o fuera de México.
10.- La
otra parte de los señalamientos que lo marcan ahora como personaje poco
confiable para sus contrapartes norteamericanas (los reporteros del NYT dicen
tener documentos desclasificados de 1997 con datos de la DEA sobre lo ocurrido
con Amado Carrillo) gira en torno a las revelaciones que hace un año hizo El
Universal sobre la compra de equipos de espionaje y contraespionaje por casi 6
mil millones de pesos para operaciones contra cárteles de la droga.
11.- El
material consistía básicamente en avanzados sistemas de escucha, intercepción y
decodificación de toda clase de comunicaciones usadas por narcos. Para el
Pentágono y para el senador demócrata por el estado de Vermont, Patrick Leahy,
los manejos de García Ochoa como administrador general de la Sedena fueron
menos que claros. Lo ocurrido congeló durante semanas la asistencia de la
Iniciativa Mérida a México.
12.- El
triunfo de Enrique Peña Nieto colocó de manera automática al general Salvador
Cienfuegos Zepeda al frente de la Sedena, sucediendo a Guillermo Galván, en
cuya administración se compró el equipo de espionaje con conocimiento del
propio Cienfuegos (entonces Inspector y Contralor General).
13.- Los
acomodos y reacomodos en la Sedena a la llegada de Cienfuegos tardaron más de
lo común y se prestaron a toda clase de versiones. Estas incluyeron supuestos
cobros de factura por la guerra intestina desatada en la sucesión militar, así
como movimientos y ajustes en Regiones, Zonas y cargos para romper con los
grupos al interior del ejército y llevar una administración menos viciada.
14.- A
cuenta gotas, los generales Gaytán Ochoa, González Barreda, Oliver Cen, Daniel
Méndez Bazán y Guillermo Moreno Serrano fueron ubicados por el alto mando tras
el visto bueno del Pentágono (quien dude que esta práctica existe y es una de
las aristas de la relación México-EU, revise la historia).
15.- El
único que no aparecía por ningún lado era precisamente el general Augusto
Moisés García Ochoa, quien acabó siendo nombrado comandante de región en
Torreón, el corazón de la violencia del narco. Prueba de pruebas.
16.-
Ahora: ¿la tardanza de Cienfuegos en nombrarlo en la XI RM se debió a que tenía
que aguantarlo mientras Sedena y Washington comprobaban la rectitud del
militar?, ¿Se debió a lo contrario para retenerlo mientras se ahondaba en el
caso?, ¿Si tantas dudas había en Washington, por qué no se le detuvo?, ¿Qué
dicen de todo esto Cienfuegos y Peña Nieto?, ¿No lo sabían?, ¿No lo vieron
venir como parte de las presiones políticas ante un modelo de seguridad que no
funciona y un día antes del 5 de febrero?
Lo único
curioso, por decir lo menos, es que lo reporteros del NYT revientan la nota en
Estados Unidos cuando en México se revela que el general secretario Salvador
Cienfuegos investiga posibles malos manejos financieros de algunos mandos
durante el régimen anterior.
Paradójica
la situación para un militar como García Ochoa, ubicado dentro y fuera del
ejército como un enlace constante y de muy alto nivel con sus pares del
Pentágono y la DEA, revestido de una impecable hoja de servicios y de una
armadura de tacto y roce político que muchos generales envidiarían.
Todo esto
resulta sin duda muy oportuno.
@JorgeMedellin95
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