- Hablan los agentes/J. JESÚS ESQUIVEL
Revista
Proceso
No. 1901, 7 de abril de 2013
Al
intensificarse la guerra contra los cárteles del narcotráfico, un elemento ha estado presente en el país: La DEA, la agencia
antidrogas de Estados Unidos que permanentemente tiene personal trabajando aquí. Algunos de sus agentes
hablan ahora, dicen que suelen portar armas en México y platican que repetidas ocasiones le
informaron al gobierno mexicano dónde estaba El Chapo Guzmán… y no pasó nada. Éstas y otras historias
revela J. Jesús Esquivel, corresponsal
de Proceso en Washington, en el volumen La DEA en México. Una historia oculta
del narcotráfico contada por los
agentes, de próxima aparición bajo el sello de
Grijalbo. A continuación se adelantan fragmentos
de los capítulos 7 y 14 del libro.
La
Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos prohíbe de manera tajante a los
agentes y militares extranjeros la portación de armas de fuego dentro del territorio
nacional. En 1992, con la definición de las Reglas del Juego, a los agentes de la DEA
les quedó totalmente prohibida la portación de armas.
Sandalio
González, el agente jubilado de
origen cubano que dedicó gran parte de su vida al
trabajo nacional e internacional en la DEA, dice que la seguridad personal es
una parte muy importante en las operaciones antinarcóticos que se hacen en México y en Colombia.
-¿Los
agentes de la DEA que están en México portan armas?
–Sí, todos. Todos los agentes
llevan armas; sólo el personal de
inteligencia de las oficinas de la DEA no, pues son básicamente personas
dedicadas a trabajo burocrático
y que saben manejar las tecnologías para una investigación; son los que no salen a
los lugares donde se realizan las operaciones.
–¿Los
agentes de la DEA que están en México van armados sólo cuando emprenden una
operación encubierta, o siempre
andan armados?
–Siempre
se porta un arma; aunque no existe un tipo de arma reglamentaria para los
agentes de la DEA.
…)
–¿Los agentes de la DEA van armados a reuniones con funcionarios, policías o militares mexicanos?
–Sí.
–¿Y
lo saben ellos?
–Claro,
eso se sabe pero no se admite, así es la regla no escrita en México sobre la relación con los agentes de la
DEA. Ni los policías federales ni los
militares revisan a los agentes de la DEA; nunca lo hacen cuando se dan las
reuniones.
–¿Se
han dado incidentes cuando policías o militares mexicanos revisan a los agentes de
la DEA para ver si llevan armas?
–Ocurre.
Cuando nos querían chingar y sabían que andábamos fuera de las
oficinas, mandaban a un grupo de policías federales o a los militares a poner retenes en
la carretera. Te paraban y te jodían; te revisaban, te quitaban el arma o te detenían por un rato.
“Se
armaba un desmadre cuando esto ocurría, porque se resolvía el problema hasta que alguien en la embajada de
Estados Unidos tomaba el teléfono
y lo negociaba con alguien de la Secretaría de Gobernación, de la Secretaría de Relaciones Exteriores; con los mandos de la
Policía Federal, el Ejército o la Marina. En una
ocasión, casi estoy seguro de
que se habló a Los Pinos.”
–¿La
DEA ha buscado alguna solución
al asunto de la prohibición para portar armas en México?
–Hace
algunos años el gobierno de Estados
Unidos intentó resolver el problema. El
Departamento de Estado y el de Justicia le propusieron al gobierno mexicano que
si permitía que los agentes de la
DEA portaran armas en territorio mexicano, se autorizaría que los agentes
mexicanos portaran armas dentro del territorio estadunidense. En Estados
Unidos, en varios estados donde existen consulados mexicanos, hay agentes de la
PGR (Procuraduría General de la República). Pero la respuesta
del gobierno mexicano fue un rotundo no a la propuesta de Washington.
La
prohibición de portar armas a los
agentes de la DEA en México se maneja como una
especie de “arreglo entre caballeros” que se extiende al personal de otras
corporaciones:
“Los
agentes de la DEA no son los únicos
agentes de Estados Unidos que portan armas en México; seguramente esto ocurre también con los del FBI, los de
la ATF (Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos), con todos los
agentes de Aduanas y los de la CIA. Estos (últimos) no sé por qué carajos no admiten que son agentes de la CIA si
todo el gobierno mexicano los conoce. Según ellos son vicecónsules, pero ningún vicecónsul porta armas; solamente lo hace el ‘vicecónsul de la CIA’.”
–¿Se
puede decir que el gobierno mexicano vigila a todos los agentes de Estados
Unidos que están en México para asegurarse de
que cumplen con los mandatos que les ha impuesto?
–Sí, pero no creo que a todos
de la misma manera, porque en el caso de los agentes de la DEA, cuando estamos
en el extranjero no es en calidad de “agentes secretos”, como piensa mucha
gente.
“Cuando
estamos en el extranjero no estamos registrados como agentes o policías de la DEA. En algunos
países, que es el caso de México, los agentes se
registran ante la Secretaría
de Relaciones Exteriores como diplomáticos –political attache–; en otros, se les
concede una identificación diplomática bajo la calidad de
administrador técnico o de personal de la
embajada o del consulado. O sea que el gobierno del país anfitrión sabe muy bien quiénes son agentes y quiénes no, dónde viven, cuántos familiares tienen.
Todo, saben todo, pero en México
no pasa nada.”
¿Por
qué “El Chapo” sigue libre?
La
lucha militarizada de Calderón
dejó como herencia a los
mexicanos una herida que no cicatriza, que seguirá sangrando por mucho tiempo principalmente debido
a la impunidad en torno a su saldo de más de 60 mil muertos y más de 20 mil desaparecidos.
El
Chapo es el emblema del fracaso de Calderón y de Washington.
Pero,
¿por qué es un criminal intocable,
quien no obstante el respaldo de la Casa Blanca y del Capitolio no pudo ser
capturado o eliminado durante el gobierno de Calderón?
“Fue
por la enorme corrupción que se expandió en el gobierno de Calderón, por eso no lo atrapan”,
dice sin el más mínimo temor a equivocarse
José Baeza, el agente de la
DEA que salió de México en 2008, al culminar
su tercera etapa en la lucha contra el trasiego de los narcóticos.
“El
Chapo es un capo importante –explica Baeza–, de eso no hay duda. Pero nunca
podrá superar a Amado Carrillo
Fuentes. El Chapo se ha beneficiado de la publicidad de los medios de
comunicación y de todo lo que ha
dicho el gobierno mexicano sobre él. Se escapó de la cárcel (el 19 de enero) en 2001 y ya pasaron más de 11 años. ¿Por qué no lo arrestan? ¿A poco
el gobierno de México no sabe dónde está él ni dónde está su familia? –anota Baeza,
quien resume en dos palabras la respuesta a sus propias interrogantes–: por
corrupción.”
–¿En
realidad sabe el gobierno de México
dónde se encuentran El Chapo
y sus familiares?
–Claro,
ha recibido mucha información
de inteligencia de nuestra parte, de otras agencias (estadunidenses) y de sus
propios sistemas de investigación,
militares y civiles.
“Nunca
han realizado una investigación
a fondo para detener a su familia, que está disfrutando del dinero que acumuló El Chapo en el tráfico de las drogas. No lo
quieren tocar; no quieren tocar sus bienes ni sus ranchos ni sus negocios. Para
mí está muy claro: el gobierno de
Calderón no quiere ir contra él.
“El
Cártel de Sinaloa no está debilitado; al contrario,
se fortaleció por la corrupción en el gobierno federal,
en niveles muy altos. No hace falta ser un sabio para llegar a esta conclusión. ¿Por qué nadie ha detenido al
Chapo y a otros de sus socios, como a Ismael El Mayo Zambada García o a Juan José Esparragoza Moreno, El
Azul? Todos ellos llevan muchos años en el negocio, pero increíblemente nadie los detiene
y siguen libres.”
–¿De
verdad sabe el gobierno de México
dónde se esconde El Chapo y
los demás miembros del Cártel de Sinaloa?
–Sí, sí saben dónde están. Naturalmente lo saben,
y saben dónde están sus familiares. La tropa
o algunos jefes de la policía
que supuestamente los están buscando no se meten con
ellos ni con sus familiares porque saben quiénes los protegen y en qué niveles del gobierno.
–¿Quiénes protegen al Chapo y al
Cártel de Sinaloa?
–Eso
no me toca a mí decirlo. El día que en México arresten a ciertos
políticos van a descubrir
muchas verdades sobre los misterios del Chapo y del Cártel de Sinaloa.
–¿Qué sabe la DEA sobre El
Chapo?
–La
DEA tiene una larga lista de propiedades del Chapo, de sus ranchos, de sus
casas. Esa lista también la tiene el gobierno
mexicano. Antes era sólo nuestra, pero se la
dimos.
“En
varias reuniones con autoridades mexicanas les decíamos: ‘Mira, tenemos esta
información’. Ellos respondían preguntando si en el
lugar que les enseñábamos El Chapo se
encontraba en ese momento. Claro que eso no se los podíamos garantizar, pero les
explicábamos que esa propiedad le
pertenecía a él, y que para localizarlo
era necesario investigar sobre esa pista, que una operación importante toma tiempo.
No nos hacían caso.”
–¿El
Chapo tiene muchas propiedades en México?
–Muchas.
Recuerdo que una ocasión, a principios del
sexenio de Calderón, le dimos una información al Ejército acerca de un lugar
en Sinaloa al que iba a llegar. Era uno de sus ranchos, a donde supuestamente
fueron a buscarlo pero no nos avisaron cuando lo hicieron. Dos o tres días después nos llamaron para
decirnos: “Se nos peló, creemos que nunca llegó a ese lugar”.
Personajes
de leyenda
La
leyenda del Chapo comenzó a crecer de manera
desproporcionada a partir del viernes 19 de enero de 2001, cuando de la forma más absurda, en las narices
del gobierno de Vicente Fox, el jefe del Cártel de Sinaloa se fugó de Puente Grande, la cárcel federal de máxima seguridad de Jalisco.
A partir de entonces, y hasta la fecha, Joaquín El Chapo Guzmán Loera es el criminal más popular en México. Además de la constante atención que le han brindado los
medios, libros, historietas y corridos siguen contribuyendo a fraguar el mito
del capo; todo dentro de la llamada narcocultura que nació y se consolidó a costa del fracaso de la
guerra contra las drogas de Calderón.
(…)
La mayoría de los agentes de la DEA
que trabajan o trabajaron en México,
entrevistados para la elaboración
de este libro, dice que se atreverían a apostar lo que fuera a que, si el gobierno
mexicano quisiera, en menos de dos días capturaría al jefe del Cártel de Sinaloa.
Al
solicitarle una explicación sobre la falta de
voluntad del gobierno mexicano para atrapar al líder del Cártel de Sinaloa, el agente, sin revelar su nombre,
declara al respecto:
“No
es un misterio el lugar donde se esconde. Está en la Sierra Madre Occidental, entre Chihuahua,
Durango y Sinaloa. Lo digo porque esta información la hemos compartido con el gobierno mexicano, y
ellos a su vez en otras ocasiones nos lo confirmaron. Es más, te voy a contar dos
episodios que no se conocen públicamente
en México, para que la gente
saque sus propias conclusiones de las razones por las que Calderón no logró capturar al Chapo. El
primer episodio ocurrió el 19 de mayo de 2007, en
el pueblo de Coluta, que pertenece al municipio de Tamazula, Durango. Habíamos recibido información confidencial, por parte
de varios de nuestros informantes, de que El Chapo asistiría ese día a la fiesta de 15 años de la hija de un
compadre que tiene en Coluta. Todos estos datos, y algunos otros detalles que
por cuestión de seguridad no te los
puedo proporcionar, la DEA se los entregó al gobierno de México. La información la recibió la Presidencia, la Secretaría de Gobernación, la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), la Procuraduría General de la República (PGR), el Ejército y la Marina
mexicana.
“El
gobierno de Calderón mandó un pelotón del Ejército para capturar al
Chapo; fueron como unos 30 soldados, todos muy bien armados y equipados con
tecnología sofisticada. Los
militares llegaron a Coluta el día de la fiesta de 15 años, pero El Chapo se les
escapó. Increíble, porque Coluta es un
pueblo pequeño, pero los militares
mexicanos no pudieron o no quisieron atraparlo.
“Nos
explicaron que la gente de Coluta les dijo, después de que El Chapo se había fugado, que ‘el señor’ llegó con una escolta como de
50 personas, todos con armas de alto poder y con radios colgados en el pecho.
Que todos, incluido El Chapo, llegaron a Coluta en cuatrimotos. Que los
escoltas habían colocado varios
halcones a las orillas del pueblo y que cuando llegaron los soldados la gente
del Chapo (y él mismo) abandonó la fiesta.
“Los
militares mexicanos nos contaron que vieron a la gente del Chapo, y
posiblemente hasta al mismo capo, pero que no lo pudieron distinguir porque
todos iban vestidos con ropa y gorra de color negro. Que montados en las
cuatrimotos salieron disparados por varias direcciones del pueblo de Coluta y
que en el desperdigadero de gente no pudieron capturar a ninguno ni tampoco
identificar a Guzmán Loera. ¡Nadie esperaba
esa nueva táctica de las cuatrimotos!
El Chapo es inteligente, y en esa zona de la sierra de Durango es difícil que alguien te atrape
si vas en una cuatrimoto y quien te persigue se mueve a pie o en un Jeep. Lo
extraño fue que los militares no
usaron helicópteros. ¿Por qué no lo hicieron? Pues
porque al militar que iba al frente del pelotón no se le ocurrió, por lo menos eso fue lo que nos contestaron.
“El
segundo episodio es un poco más
complicado y por ello es más
difícil de creer la versión oficial del gobierno
mexicano sobre los hechos que ocurrieron a partir del 26 de junio de 2007. Ese
día, en la DEA se recibió información de que El Chapo visitaba
con frecuencia la población de La Angostura, en el
municipio de Canelas, Durango. Los reportes de los informantes afirmaban que se
iba a casar en La Angostura con una jovencita llamada Emma Coronel Aispuro. Que
este dato ya lo tenían confirmadísimo con gente del pueblo
y con la misma gente del Cártel
de Sinaloa.
“Entre
el 26 y el 29 de junio, la DEA obtuvo más información sobre el caso de La Angostura, y fuentes
distintas a las primeras confirmaban que la versión era muy fuerte en el sentido de que El Chapo se
iba a casar con la señorita Coronel Aispuro.
Luego confirmamos que la fecha de la boda sería el 2 de julio.
“Como
era de esperarse, toda esta información la compartimos nuevamente con las autoridades
correspondientes, recordándoles que entre el 29 de
junio y el 2 de julio había un espacio suficiente
para preparar un operativo. Nos respondieron que sería nuevamente la Sedena
(Secretaría de la Defensa Nacional)
la encargada de realizar la operación para agarrar al Chapo, vivo o muerto; y
aseguraron que en esta ocasión
no se les escaparía.”
(…)
“Los informantes que teníamos por la zona nos
reportaron que el día del matrimonio del Chapo
con Emma, el capo había llegado en una avioneta
acompañado de varios de sus
amigos. Pero que desde tres días
antes de la boda al pueblo de La Angostura llegaron en cuatrimotos más de 70 escoltas del Cártel de Sinaloa.”
El
agente de la DEA resguardado bajo el anonimato continúa su relato sobre el mismo
incidente:
“Los
escoltas del Chapo llegaron igual que a Coluta, vestidos con ropa y gorra de
color negro y armados con rifles de alto poder, granadas y otras armas pesadas
que habían colocado en una
avioneta que llegó desde el sábado. Los informantes
reportaron que la boda, el 2 de julio, se llevó a cabo sin ningún contratiempo, que casi todo el pueblo asistió a la fiesta. Que hubo música de la que le gusta al
Chapo, tequila, whisky y también
cerveza hasta para llevar. Sus escoltas tenían perfectamente bien controlada toda la zona.”
La
gente de la Sedena llegó a La Angostura hasta el
otro día de la boda, el martes 3
de julio. Pero como los soldados iban en autos y escoltados desde el aire por
un helicóptero, el ruido alertó al Chapo, quien otra vez,
junto con su gente, salió del pueblo rumbo a la
sierra montado en una cuatrimoto.
“Así es muy difícil detenerlos, porque nos
confundieron”, fue la respuesta que recibió la DEA de parte del gobierno mexicano. ¿Acaso los
militares no tenían ya el dato esencial de
que El Chapo usó cuatrimotos en Coluta?
¿Se les fue u otra vez lo dejaron ir?
El
Chapo”, beneficiario en el mayor escándalo bursátil de Colombia
RAFAEL
CRODA RAFAEL CRODA
Revista
Proceso
No. 1901, 7 de abril de 2013
Una
investigación de las autoridades de
Colombia contra la operadora financiera Interbolsa –que llegó a manejar la tercera
parte de las transacciones de la Bolsa de Valores de ese país– arroja “serios indicios”
de que lavaba dinero de cárteles internacionales.
Entre esas organizaciones delictivas figuran las que encabezan Daniel El Loco
Barrera y Joaquín El Chapo Guzmán, en complicidad con la élite empresarial
colombiana.
BOGOTÁ.- Las autoridades de Colombia
investigan las actividades delictivas de Joaquín El Chapo Guzmán en este país y se enfocan en dos rubros: el narcotráfico y el lavado de
dinero.
De
acuerdo con una investigación
en curso de la Fiscalía General de la Nación y de autoridades
estadunidenses, hay elementos para presumir que El Chapo está involucrado en una
operación de lavado de dinero que
señala hacia Interbolsa,
grupo financiero que hasta hace pocos meses era el mayor operador bursátil de Colombia.
Actualmente
esta compañía se halla intervenida por
el gobierno y en proceso de liquidación por la presunta comisión de varios delitos, entre
ellos manipulación de acciones, abuso de
confianza, evasión fiscal, estafa agravada
y lavado de dinero.
“Nosotros
creemos que hay serios indicios para pensar que a través de Interbolsa se lavaba
dinero”, dice a Proceso el vicefiscal general Jorge Fernando Perdomo. Más específicamente, explica, la
fiscalía busca determinar si los
cárteles de la droga lavaron
activos por medio de dicha empresa y si en esas transacciones estuvieron
involucrados capos del narcotráfico
como El Chapo y Daniel El Loco Barrera. Este último, colombiano, está detenido con fines de
extradición a Estados Unidos y en el
pasado fue socio de Guzmán.
El
caso de Interbolsa constituye el mayor escándalo bursátil en la historia de Colombia y existe la
posibilidad de que en su cartera de 21 mil 546 clientes –quienes sufrieron pérdidas de entre 200 y 500
millones de dólares– figuren testaferros
de varios narcotraficantes, además de Barrera y Guzmán.
Un
personaje clave para establecer los vínculos de Interbolsa con los cárteles de la droga es
Carlos Leyton Sinisterra, excorredor bursátil colombiano que fue directivo de Intervalores y
Proyectar Valores, propiedad de accionistas de Interbolsa.
Leyton
fue capturado por petición de Estados Unidos el
pasado 9 de noviembre en esta capital, bajo los cargos de lavado de activos de
cárteles del narcotráfico mexicanos y
colombianos.
La
Corte Suprema de Justicia de Colombia autorizó el pasado 13 de marzo la extradición de Leyton Sinisterra a
Estados Unidos al considerarlo responsable de “un plan de lavado de dinero”
mediante el cual transfirió
a Colombia “cientos de miles de dólares estadunidenses derivados de ingresos de narcóticos desde Estados Unidos
o México”, establece la
resolución del máximo tribunal del país.
El
representante (diputado) Simón
Gaviria, quien conduce una investigación del Congreso sobre el descalabro de Interbolsa,
dice en entrevista que Leyton Sinisterra “era fundamental en el lavado de
activos de las operaciones del Chapo Guzmán, pero posiblemente también de otros grupos al margen de la ley”, por lo que el 27
de marzo solicitó por escrito al Ministerio
de Justicia y a la fiscalía que detuvieran su
extradición –que para concretarse
debe ser autorizada por el presidente Juan Manuel Santos– en tanto no se
esclarezca si en Interbolsa se lavaron activos de dichos cárteles.
“A
Leyton se le detiene por sus vínculos
con El Chapo Guzmán y su estructura en México, y teniendo en cuenta
que él trabajó en una firma vinculada a
Interbolsa y a sus dueños, nos parece sano y
fundamental indagar sobre estos hechos”, recalca Gaviria, quien preside el
cogobernante Partido Liberal.
Leyton
Sinisterra es señalado por las autoridades
estadunidenses como articulador de una red de lavado de activos que operaba con
varios comisionistas de bolsa, entre ellos Fany Esperanza Gil Vivas –ejecutiva
de cuenta en Intervalores y Proyectar Valores–, Juliana Rubio Isaza, Margarita
Salinas Forero, Juan Alberto Charria Martínez, Héctor Álvaro Martínez Rujana, Hugo Sighinolfi Encinales, Daniel
Bernal Colmenares, Manuel Alfonso Madero Luzardo y Luis Glicerio Figueroa
Jaramillo.
Según el pliego de cargos
emitido por un tribunal federal del Distrito Sur de la Florida, Estados Unidos,
en el que se basa la solicitud de
extradición de Leyton Sinisterra,
tanto éste como Gil Vivas y sus cómplices “utilizaron
cuentas bancarias estadunidenses, un negocio en el estado de la Florida
(Logistical Engineering) y expedientes
comerciales falsos a fin de obtener permiso del gobierno colombiano para
recibir dólares estadunidenses en
una cuenta en Intervalores, S.A., una empresa comisionista de bolsa
colombiana”.
Los
directivos del grupo encabezado por Leyton Sinisterra ignoraban que Logistical Engineering, Inc., era una
empresa de fachada creada por el Servicio de Rentas Internas (IRS, por sus
siglas en inglés) de Estados Unidos y
controlada por el agente especial Kurt Evan Hartwell, quien entre 2004 y 2011
documentó las actividades criminales
de la red delictiva.
Los
involucrados en la operación
de lavado de dinero, la mayoría
de ellos ya extraditados a Estados Unidos y que en algunos casos colaboran con
las autoridades judiciales de ese país, realizaban transferencias desde casas de cambio
de México a Estados Unidos.
Leyton Sinisterra y su asistente Gil Vivas giraban las órdenes de pago bancarias
para trasladar esos recursos a Colombia y “lavarlos” en el sistema bursátil local. Las
transacciones eran justificadas como pagos de asesorías en ingeniería a la empresa Logistical
Engineering, controlada en Florida por el agente del IRS.
El
expediente entregado por las autoridades estadunidenses al gobierno de Colombia
para fundamentar las solicitudes de extradición de 11 de los involucrados le formula a cada uno
de ellos cargos por “concierto para delinquir agravado” y “lavado de activos”,
ya que “fue el propósito y el objeto de este
concierto trasladar a Colombia moneda estadunidense que constituía el producto de ventas de
estupefacientes ilícitos de Estados Unidos y
México, sin que las
detectaran ni confiscaran las entidades del orden público”.
Glicerio,
“El Pato” y “El Loco”
Según la investigación encubierta de Hartwell,
el agente del IRS, el principal operador de la red en México fue el ciudadano
colombiano Luis Glicerio Figueroa Jaramillo, conocido con los alias de Gonzalo
Figueroa o Gonzalo Jaramillo.
Tan
sólo entre noviembre de 2007
y junio de 2008 este sujeto realizó nueve transferencias por un total de 699 mil 705
dólares desde casas de
cambio mexicanas a la cuenta bancaria de Logistical Engineering en Florida.
El
6 de junio de 2012, en un documento que
valida la extradición de Figueroa Jaramillo,
la Corte Suprema de Justicia de Colombia señaló
que el acusado “dirigió una serie de
transferencias cablegráficas desde México y otros lugares
(incluyendo Suiza) y la consignación de las utilidades provenientes de la venta
ilegal de narcóticos realizada en Nueva
York y Puerto Rico a la cuenta de un negocio encubierto (Logistical Engineering),
que fue utilizado para disfrazar la transferencia de más de 4 millones de dólares estadunidenses de
utilidades provenientes de la venta de narcóticos, desde Florida a Colombia”.
Madero
Luzardo, otro de los implicados en esas operaciones y a quien se le conoce en
el mundo bursátil colombiano como El
Pato, es señalado en el expediente
09-20941 CR-LENARD del Tribunal Federal del Distrito Sur de Florida como el
principal cómplice de Leyton
Sinisterra en el envío de recursos desde
Estados Unidos a Colombia.
Madero
Luzardo y Figueroa Jaramillo fueron extraditados a Estados Unidos en agosto
pasado y ambos están en espera del juicio en
la Corte Federal del Distrito Sur de Florida junto con otros siete colombianos
que presuntamente participaron en la red de lavado de dinero.
El
presidente Santos aún no ha firmado la
extradición de Leyton Sinisterra. El
vicefiscal Perdomo explicó que la acusación contra el excomisionista
bursátil “obedece a unos nexos
que Estados Unidos identificó
con el lavado de dinero de cárteles
mexicanos, pero si éstos tienen que ver o han
influido en el tema de Interbolsa, es algo que todavía estamos valorando”.
De
acuerdo con el pliego de cargos en su contra, Leyton participó en el lavado de unos 6.7
millones de dólares de narcotraficantes
colombianos y mexicanos cuando fue gerente de mercadeo de Proyectar Valores,
entre 2007 y 2008. Después de que el gobierno
intervino esa firma en 2011 por violar la regulación financiera, hasta el
momento de su detención fue gerente de carteras
colectivas de Ultrabursátiles, otra corredora de
acciones cuyos socios están vinculados a Interbolsa.
“Es
mucha coincidencia y motiva todo tipo de suspicacias. Interbolsa era una maraña de sociedades que se
cruzaban entre sí, pero en las que siempre
aparecen como accionistas las mismas personas”, señala el representante
Gaviria.
Interbolsa,
que llegó a manejar la tercera
parte de las transacciones en la Bolsa de Valores de Colombia (BVC) –unos 4 mil
900 millones de dólares al mes–, fue
intervenida por la Superintendencia
Financiera el pasado 2 de noviembre ante los indicios de insolvencia y
de manipulación del mercado bursátil para favorecer títulos de empresas en las
que participaban sus socios.
Leyton
Sinisterra fue capturado el 9 de noviembre. Cinco días después, El Loco Barrera arribó a Bogotá extraditado desde
Venezuela, donde fue detenido en septiembre anterior después de meses de seguimiento
por parte de la DEA, la CIA, los servicios de inteligencia del Reino Unido y
las policías colombiana y venezolana.
El Loco fue el narcotraficante más buscado del país durante los últimos años; el presidente Santos lo consideró como “el último gran capo”
colombiano.
Informes
de inteligencia de la Policía
Nacional de Colombia indican que Barrera –socio del Chapo Guzmán que después se convirtió en su rival– llegó a manejar 40% de las
“exportaciones” de cocaína producida en Colombia y
a lo largo de su carrera delictiva traficó hacia el extranjero unas 900 toneladas de esa
droga, cantidad que en el mercado negro al mayoreo de Estados Unidos tendría un valor estimado de 22
mil 500 millones de dólares, equivalentes a
29% de la deuda externa colombiana.
El
expiloto de Barrera y actual testigo protegido de la DEA en Estados Unidos,
Jorge Mauricio Herrera Bernal, declaró que él transportó dinero de El Loco y de su socio Jaime Alberto Marín para blanquearlo en
Interbolsa.
De
acuerdo con su testimonio, las transacciones de lavado de dinero del
narcotraficante se planificaban en un departamento dentro de un lujoso conjunto
habitacional del norte de Bogotá,
adonde acudía la corredora de
Interbolsa Claudia Ibarbo. Herrera Bernal aseguró que algunas operaciones de blanqueo se realizaban
desde Panamá, donde Interbolsa tiene
una filial.
“Cártel financiero”
Interbolsa
contaba con filiales no sólo en Panamá, sino en paraísos fiscales, como Islas Vírgenes Británicas y en tres países más: Estados Unidos, Brasil
y Luxemburgo. En Curazao, la firma manejaba un Fondo Premium a través del cual se canalizaron
decenas de millones de dólares a la BVC para
“inflar” títulos como los de la
textilera Fabricato, que obtuvo un rendimiento bursátil de 214.1% en 2011 a
pesar de que la compañía –que tenía como accionistas a los
socios de Interbolsa– registró
pérdidas operacionales.
“Operaron
como un verdadero cártel financiero. Estamos
hablando de autopréstamos, operaciones
cruzadas entre sus empresas, uso del dinero de sus clientes para apalancar sus
propias posiciones (bursátiles) por medio de
transacciones repo (préstamos respaldados por
acciones) que excedieron todos los límites. Estamos hablando también de lavado de activos e
incluso de relación con el narcotráfico. Esto es algo muy
grave”, afirma en la entrevista el representante Gaviria, economista por la
Universidad de Pennsylvania e hijo del expresidente César Gaviria.
Las
irregularidades llegaron a tal punto que a la corredora bursátil y a su intrincada red
de filiales y empresas asociadas les resultó insostenible mantener la burbuja financiera que
habían creado y comenzaron a
tener problemas de liquidez. Cuando las autoridades intervinieron, el daño estaba hecho y los
clientes de la comisionista –que hacen esfuerzos desesperados por recuperar sus
fondos, excepto en los casos en que ese dinero proviene de algún ilícito– están condenados a pagar los
platos rotos: entre 200 y 500 millones de dólares, según estimaciones de los interventores oficiales que
ejecutan la liquidación del Grupo Interbolsa.
De
acuerdo con las investigaciones de la fiscalía general, los principales responsables en la debacle
de Interbolsa son el destituido presidente y socio de la firma, Rodrigo
Jaramillo; su hijo, Tomás Jaramillo Botero,
creador del Fondo Premium; el principal accionista de la firma, Víctor Maldonado; el
estratega financiero Juan Carlos Ortiz; el exvicepresidente del grupo, Jorge
Arabia; los operadores del Fondo Premium, Rachid Maluf y Juan Andrés Tirado; el presidente de
la Sociedad Administradora de Inversiones (SAI) de Interbolsa, Mauricio
Infante, y el inversionista de origen italiano Alessandro Corridori, quien
ejecutó la manipulación de acciones de
Fabricato.
Todos
ellos eran rostros conocidos para los lectores de las revistas de sociales y la
mayoría son miembros prominentes
de la élite económica colombiana. Rodrigo
Jaramillo solía viajar en un jet
ejecutivo Falcon y tiene un lujoso departamento en Key Biscayne, Florida. Su
hijo Tomás es coleccionista de
arte.
Al
respecto, el director de Investigaciones Económicas de la comisionista bursátil Correval, Daniel
Velandia, dice a Proceso que si bien el sistema financiero colombiano “está bien resguardado de
operaciones de lavado de activos, por la incidencia que hemos tenido en el país del narcotráfico, obviamente no faltan
quienes son expertos en tratar de eludir o dar la vuelta a la regulación; eso es algo que nunca
puede descartarse por completo”.
El
vicefiscal Perdomo explica que el equipo de 52 fiscales e investigadores
destinados al caso Interbolsa está enfocado en el análisis de 28 discos duros y de la documentación que se lograron requisar
en la sede del emporio financiero, ahora bajo ocupación judicial.
“Tenemos
trabajando en este caso peritos de la policía judicial, economistas, contadores,
administradores e ingenieros de sistema que primero están valorando la información que se ha recaudado hasta
ahora. También hemos obtenido datos que
han sido recabados por otras instituciones del Estado, como la División de Impuestos Nacionales
y la Superintendencia Financiera. Ya nos han entregado unos informes parciales
los agentes de la policía judicial que están haciendo una valoración de esos datos”, agrega
el funcionario.
Según la Unidad de Información y Análisis Financiero de
Colombia, en este país se lavan cada año unos 10 mil millones de
dólares, cifra equivalente a
2.87% del Producto Interno Bruto de 2012, y de ese monto las autoridades
judiciales sólo consiguen detectar e
interceptar mil 500 millones de dólares, el resto ingresa al circuito económico.
Para
el representante Simón Gaviria la importancia
de establecer si los propietarios, socios, directivos y ejecutivos de
Interbolsa incurrieron en lavado de dinero radica en que “si este delito se
tipifica, puede haber penas de hasta 20 años de prisión y extinción de dominio (incautación de bienes), mientras que
para los delitos financieros la pena máxima está en torno a los seis años y, con beneficios,
puede llegar a la mitad”.
Conexiones
en México/RAFAEL CRODA RAFAEL
CRODA
Revista
Proceso
No. 1901, 7 de abril de 2013
BOGOTÁ.- Por medio de una
empresa de fachada que instaló
en el sur de Florida, el agente especial del IRS Kurt Evan Hartwell documentó entre 2004 y 2011 cientos
de transferencias financieras realizadas por testaferros de narcotraficantes
mexicanos y colombianos para lavar dinero procedente de la venta de drogas en México y Estados Unidos.
La
operación encubierta, denominada
Stock Block (bloqueo de valores), ha derivado hasta ahora en la extradición de nueve comisionistas
de bolsa y asesores financieros colombianos a Estados Unidos y mantiene bajo
investigación a importantes empresas
bursátiles de este país. Sus alcances en México se mantienen en
reserva.
Las
transacciones financieras rastreadas por Hartwell iniciaban en México, Nueva York y Puerto
Rico con el giro de órdenes de pago electrónicas a favor de una
cuenta bancaria de Logistical Engineering, Inc., la empresa montada por el
agente del IRS, que supuestamente prestaba servicios de consultoría en ingeniería civil en Florida.
De
Estados Unidos, esos recursos eran transferidos a Colombia, donde el conocido
comisionista de bolsa Carlos Eduardo Leyton Sinisterra se encargaba de
blanquearlos en el sector bursátil
del país: una clásica operación delictiva de cuello
blanco.
Según pormenores de la operación encubierta
proporcionados por el Departamento de Justicia de Estados Unidos a las
autoridades colombianas, en la red de lavado de activos participaron
comisionistas de bolsa, asesores financieros y prestanombres que utilizaron
identificaciones de personas fallecidas para montar en Colombia un entramado de
empresas fantasmas, licitaciones públicas inexistentes y contratos falsos, todo con
el fin de blanquear al menos 6.7 millones de dólares.
Las
acusaciones 12-20091 CR-KING, 11-20491 CR-LENARD y 09-20941 CR-LENARD del
Tribunal Federal del Distrito Sur de Florida establecen que en la red de lavado
participaron al menos 11 colombianos, nueve de los cuales ya fueron
extraditados a Estados Unidos y cooperan con las autoridades de ese país. Los dos restantes son
Leyton Sinisterra y su asistente en las corredoras de bolsa Intervalores y
Proyectar Valores, Fany Esperanza Gil Vivas, quienes aún se encuentran detenidos
en Colombia.
El
pliego de cargos en su contra señala que “Leyton Sinisterra, Gil Vivas y otros
abrieron una cuenta en Intervalores para poder recibir y convertir dólares estadunidenses en pesos colombianos. Leyton
Sinisterra y Gil Vivas presentaron facturas y contratos (de Logistical
Engineering, Inc.) de servicio ficticios correspondientes a trabajo de ingeniería falso para poder ocultar
la verdadera naturaleza de los fondos ilícitamente obtenidos y lavar los ingresos de los
narcóticos. Un informante
confidencial que tenía trato directo con Leyton
Sinisterra y Gil Vivas suministró información del conocimiento y participación de ellos en el plan para
el lavado de dinero”.
La
investigación en México
El
congresista colombiano Simón
Gaviria encabeza una investigación legislativa sobre Interbolsa y le pidió al presidente Juan Manuel
Santos no firmar la extradición
de Leyton Sinisterra hasta que no se esclarezcan sus nexos con las operaciones
ilegales en la compañía y con narcotraficantes
como El Chapo Guzmán.
“La
información que pueda aportar Leyton
para esclarecer diferentes operaciones de lavado también debe llevar a
profundizar la investigación
en Colombia e inclusive en otros países, como México”, dice Gaviria.
Por
su parte, el vicefiscal general de Colombia, Jorge Fernando Perdomo, confirma a
Proceso que Leyton Sinisterra ha sido interrogado acerca de sus relaciones con
Guzmán. Omitió los detalles porque “se
trata de una investigación en curso; pero sí, esa línea investigativa es
clara”.
En
un documento que forma parte del expediente remitido por la justicia
estadunidense a las autoridades colombianas, se dice que entre septiembre y
noviembre de 2007 el comisionista de bolsa colombiano Manuel Alfonso Madero
Luzardo, El Pato, “hizo que se enviaran transferencias cablegráficas de negocios
cambiarios mexicanos y de un negocio mexicano dedicado a exportaciones de vehículos a la cuenta bancaria
de Logistical Engineering. Madero entonces hacía que se transfirieran los fondos cablegráficamente de la cuenta
bancaria de Logistical Engineering a su cuenta personal de cliente en
lntervalores con la ayuda de Leyton Sinisterra y de Gil Vivas.
“Para
poder justificar el recibo de dólares
estadunidenses en su cuenta en Colombia –continúa el documento–, Madero le proporcionaba a
Intervalores una factura falsa que afirmaba que Logistical Engineering le debía a él una cierta cantidad
especificada de dinero por servicios de consultoría presuntamente prestados para un proyecto de
ingeniería civil en Colombia. Estos
presuntos servicios de consultoría nunca se realizaron, ya que Logistical
Engineering era una empresa encubierta controlada por el Servicio de Rentas
Internas (IRS) de Estados Unidos.”
Casas
de cambio
El
Pato, extraditado a Estados Unidos en agosto de 2012, era una pieza clave de
este engranaje que, según la acusación 11-20491 CR-LENARD,
“transfirió cientos de miles de dólares estadunidenses
derivados de ingresos de narcóticos
desde Estados Unidos o México a Colombia”.
La
operación Stock Block que dirigió Hartwell y el fiscal
Frank H. Tramen aportaron a la Corte de Florida múltiples evidencias de lavado de dinero, como
“registros de transferencia electrónica de la Reserva Federal de Estados Unidos,
comunicaciones electrónicas (e-mail), registros
de negocios, transcripciones de conversaciones telefónicas grabadas legalmente,
grabaciones de audio y video de reuniones y reportes de entrevistas a
informantes confidenciales y otros testigos con conocimiento relevante a la
actividad delictiva en este caso. Además, un informante confidencial, quien tenía negociaciones directas
con Leyton Sinisterra y Gil Vivas, ha suministrado información de su esquema de lavado
de dinero”, se lee en los cargos contra los implicados.
Entre
las transacciones que se documentaron de esa forma aparecen varias realizadas
desde casas de cambio mexicanas que emitieron órdenes de pago a la cuenta bancaria de Logistical
Engineering en Estados Unidos. La mayoría de esos giros cablegráficos fueron realizados o
coordinados por Luis Glicerio Figueroa Jaramillo y El Pato, cuyos testimonios
ante la justicia estadunidense pueden desembocar en nuevas acusaciones.
El
mes pasado, funcionarios de la fiscalía general colombiana viajaron a Florida para
interrogar a los nueve extraditados por la operación Stock Block y
profundizar sobre la posible implicación de otras corredoras de bolsa de su país en el lavado de activos.
Además de Figueroa Jaramillo y
El Pato, están en manos de la justicia
estadunidense y esperan juicio en la Corte Federal de Florida Hugo Alejandro
Sighinolfi Encinales, Daniel Bernal Colmenares, Juliana Rubio Isaza, María Margarita Salinas,
Carlos Fernando García Córdoba, Héctor Álvaro Martínez Rujana y Juan Alberto
Charria Martínez, la mayoría de ellos comisionistas
de bolsa en Colombia.
Las
autoridades de Estados Unidos tienen grabadas varias horas de conversaciones de
los principales acusados con informantes que seguían instrucciones de Hartwell. Según la acusación, aquellos “siempre
dejaron claro que su negocio tenía que ver con recibir dólares procedentes de la
venta de drogas ilícitas en México y en las calles de
Estados Unidos, y entonces trasladar efectivo a Colombia”.
1 comentario:
Armas como luces de navidad
No es raro el vasto conjunto de operaciones encubiertas de la CIA en america latina de contrabando de drogas y armas. Como por ejemplo las negociaciones con Montesinos para cambiar drogas por armas.
Cuyo único objetivo es vender armas que son fasiles de detectar por los EEUU; eso explica porque que siempre saben donde esta el enemigo desde grandes distancias.
No son mejores soldados, solo tienen la ventaja de la tecnología.
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