“Sábado negro” para los fumadores en Rusia
A partir del 1 de junio de 2013, 44 millones de fumadores rusos se les prohíbe fumar en instituciones públicas, centros culturales, médicos y educativos, estadios y playas, así como a menos de 15 metros de las terminales ferroviarias y aéreas y las estaciones del metro.
La prohibición se extiende también a lugares de trabajo en el interior de edificios, oficinas de servicios sociales y órganos de autogobierno, ascensores y descansos de escaleras.
La publicidad del tabaco, presente hasta hoy en la prensa impresa, en el metro y en el transporte público, pasa a ser un tabú absoluto.
Los espectáculos y las películas que se produzcan a partir de ahora no podrán enseñar a personajes fumadores, a menos que sea un elemento inalienable de la obra artística o se trate de “informar a la población sobre los daños del tabaquismo”.
Desde el 1 de junio de 2014, la prohibición de fumar se aplicará también en trenes y barcos de largo recorrido, hoteles, mercados, restaurantes y andenes.
Activistas del movimiento nacional por los derechos del fumador califican de humillantes las nuevas condiciones impuestas por la ley. Un fumador medio, según ellos, incurrirá en 15-17 infracciones diarias tras la entrada en vigor de todas las restricciones.
Sus oponentes apoyan la iniciativa diciendo que promueve un modo de vida sano y el respeto a los demás.
Rusia es considerada el segundo mayor mercado de tabaco del mundo, por detrás de China. Uno de cada tres rusos fuma, y casi 400,000 mueren cada año a causa de enfermedades relacionadas con el tabaquismo.
La nueva ley antitabaco permitirá salvar entre 150,000 y 200,000 vidas humanas al año, afirmó el pasado mayo la ministra rusa de Sanidad, Veronika Skvortsova.
Las
cárceles rusas separarán a los fumadores de los no fumadores.
Comunicó este
martes el Servicio Federal Penitenciario ruso. “Separaremos
a los sospechosos, acusados y presos fumadores de los no fumadores. Les
internaremos en celdas diferentes. Hoy en día ya está prohibido fumar en las
cárceles fuera de recintos especiales”, indicó el jefe del departamento de
trabajo social, psicológico y educativo del Servicio Federal Penitenciario,
Valeri Trofímov.
Trofímov
señaló igualmente que el Servicio Federal Penitenciario está elaborando
recomendaciones para las familias de los menores recluidos solicitándo no
suministrarles tabaco. También dejarán de vender cigarrillos en los
penitenciarios para esta categoría de presos.
La
ley federal “De la protección de la salud de los ciudadanos frente a los
efectos del humo de tabaco y las consecuencias del consumo de tabaco” que entró
en vigor el pasado 1 de junio prohíbe fumar en la mayoría de los lugares
públicos, incluidas algunas zonas al aire libre, por ejemplo en las paradas del
transporte público o a menos de 15 metros de las entradas del metro.
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