Los mártires de Barbastro fueron beatificados por Juan Pablo II el 25 de octubre de 1992.
Se estrena en
España la película “Un Dios prohibido”, que narra el
martirio de 51 miembros de la Congregación Claretiana durante la Guerra Civil
Española.
La película se centra en las últimas semanas de su vida, desde que son retenidos hasta que finalmente son fusilados. Durante ese tiempo, realizan diversos escritos donde hablan de su situación, de sus compañeros de cautiverio, de la gente que los vio. Estos escritos han sido el testimonio básico utilizado para narrar en versión cinematográfica este hecho real.
La casa de la comunidad claretiana fue asaltada el 20 de Julio de 1936 por milicianos revolucionarios. Los tres padres superior, prefecto y ecónomo fueron arrestados. El resto de claretianos fueron trasladados al colegio de los Padres Escolapios, donde fueron encerrados en el salón de actos.
Los carceleros buscaban la apostasía de los jóvenes aspirantes a sacerdotes, por lo que, por ejemplo, dejaron libertad en alguna ocasión para que mujeres y prostitutas entraran al salón, sin ningún tipo de respuesta por parte de los seminaristas.
Los claretianos encarcelados durante semanas dejaron su testimonio escrito en los lugares más insospechados del salón de actos: en el taburete del piano, en las tablas del salón, en las paredes...
Los padres superiores fueron fusilados el 2 de agosto, el resto los días 12, 13, 15 y 18 de agosto de 1936.
La película se centra en las últimas semanas de su vida, desde que son retenidos hasta que finalmente son fusilados. Durante ese tiempo, realizan diversos escritos donde hablan de su situación, de sus compañeros de cautiverio, de la gente que los vio. Estos escritos han sido el testimonio básico utilizado para narrar en versión cinematográfica este hecho real.
La casa de la comunidad claretiana fue asaltada el 20 de Julio de 1936 por milicianos revolucionarios. Los tres padres superior, prefecto y ecónomo fueron arrestados. El resto de claretianos fueron trasladados al colegio de los Padres Escolapios, donde fueron encerrados en el salón de actos.
Los carceleros buscaban la apostasía de los jóvenes aspirantes a sacerdotes, por lo que, por ejemplo, dejaron libertad en alguna ocasión para que mujeres y prostitutas entraran al salón, sin ningún tipo de respuesta por parte de los seminaristas.
Los claretianos encarcelados durante semanas dejaron su testimonio escrito en los lugares más insospechados del salón de actos: en el taburete del piano, en las tablas del salón, en las paredes...
Los padres superiores fueron fusilados el 2 de agosto, el resto los días 12, 13, 15 y 18 de agosto de 1936.
El hecho que
narra la película ocurrió el 20 de julio de 1936 en la localidad de Barbastro,
en Zaragoza.
El director de la cinta, Pablo Moreno, aseguró a ACI Prensa que eligió hacer esta película porque tenía un algo distinto. "La primera vez que entré en
el museo de los mártires de Barbastro, ví que aquí había una película, porque había
una historia estupenda sobre el perdón. Además es una historia de amor. Un
grupo de gente que por mantenerse fieles a lo que aman llegan hasta el final de
las consecuencias, una vida absolutamente coherente".
La actriz,
Elena Furiase, que también ha participado en esta película con el personaje de
“Trini la pasellesa”, asegura que decidió participar en el rodaje porque
"es una historia que pocas veces se ha contado.
El director de “Un Dios prohibido” subraya la fraternidad como uno de los valores principales que se destacan en la película; "el sentido fraternal es fundamental porque son chicos de poco más de 20 años que viven en comunidad una experiencia así de fuerte. Las lealtades entre ellos como comunidad, a su ideal, a su vocación. El perdón también es algo que en la película pesa muchísimo". Moreno afirma que a pesar de la adaptación cinematrográfica, el guión es fiel "prácticamente al 100 por ciento a los hechos que ocurrieron".
El director de “Un Dios prohibido” subraya la fraternidad como uno de los valores principales que se destacan en la película; "el sentido fraternal es fundamental porque son chicos de poco más de 20 años que viven en comunidad una experiencia así de fuerte. Las lealtades entre ellos como comunidad, a su ideal, a su vocación. El perdón también es algo que en la película pesa muchísimo". Moreno afirma que a pesar de la adaptación cinematrográfica, el guión es fiel "prácticamente al 100 por ciento a los hechos que ocurrieron".
Ramón Illa
Novich, protagonizado por Iñigo Etayo, es unos de los 51 jóvenes claretianos
martirizados en Barbastro y el que narra los acontecimientos que vive esta
comunidad secuestrada.
Etayo dijo que
"una de las cosas que más me ha impactado es interpretar a personas que
realmente existieron y con unos valores tan fuertes. Es una responsabilidad
enorme porque han sido mártires y es difícil estar a la altura, pero conforme
entradas en la historia y en las personas, como actor te dabas cuenta del
orgullo que supone interpretarlas".
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