11 ago 2013

Pasada la sorpresa, el gobierno, dispuesto a la extradición/


Pasada la sorpresa, el gobierno, dispuesto a la extradición/
J. JESÚS ESQUIVEL
Revista Proceso No. 1919' 10 de agosto de 2013,
WASHINGTON.- Ante la puesta en libertad de Rafael Caro Quintero, la Administración Federal Antidrogas (DEA) de Estados Unidos presentará al gobierno de México una nueva solicitud de extradición en su contra, que según fuentes oficiales podría concederse.
“Si la DEA entrega una solicitud de extradición fundamentada con delitos por los cuales Caro Quintero no ha sido procesado ni enjuiciado en México, el gobierno mexicano actuará en consecuencia”, confía a Proceso una alto funcionario de la Procuraduría General de la República (PGR).
Horas después de la puesta en libertad de Caro Quintero, se informó de manera extraoficial que Ernesto Fonseca, Don Neto, también podría dejar la cárcel gracias al beneficio de la preliberación por cuestiones de salud y edad, con la consecuente terminación de su condena en prisión domiciliaria. “Don Neto está muy enfermo, tiene 90 años y ya no se puede hacer nada por él”, dice al corresponsal un funcionario mexicano.
La liberación de Caro Quintero “agarró totalmente desprevenida a la DEA y ahora está en la tarea de revisar el expediente para formular un nuevo pedido de extradición en su contra, bien sustentado”, agrega el funcionario de la PGR, quien aceptó hablar bajo la condición del anonimato.
Caro Quintero es tal vez el hombre más odiado y buscado por la DEA, que lo acusa de ser el autor intelectual del secuestro, tortura y asesinato de Enrique Kiki Camarena Salazar, su agente en México, en 1985.
Al conocerse la excarcelación del antiguo capo, la DEA difundió un comunicado en el que señala: “Todos los días nos acordamos del último sacrificio que pagó el agente especial Camarena, y la DEA de manera vigorosa continuará sus esfuerzos para garantizar que Caro Quintero enfrente en Estados Unidos los cargos por los crímenes que cometió”.
Antes de expresar en ese comunicado “la profunda decepción” por la medida, la DEA actualizó en su página en internet la lista de los criminales más buscados, colocando la fotografía de Caro Quintero en el puesto número uno, es decir, por encima de Vicente Carrillo Fuentes, Ismael El Mayo Zambada, Joaquín El Chapo Guzmán Loera y Juan José Esparragoza Moreno, El Azul, entre otros capos mexicanos.
Antes de salir de prisión, Caro Quintero ni siquiera figuraba en la lista de los 20 narcotraficantes más buscados por la DEA.
“Nunca debió haber sido liberado. Es uno de los criminales más violentos que ha tenido México. Mató a muchos mexicanos, no sólo a Kiki Camarena, y espero que el gobierno de mi país solicite su extradición”, declara a este semanario un exagente de la DEA que en su momento fue enviado a México a trabajar en las investigaciones para capturar a Caro Quintero.

“Seguro ahora, al verse libre, regresará al mundo del crimen organizado”, añade el agente, quien rechazó que se le citara con su nombre y apellido debido a la delicada relación que actualmente mantiene la DEA con el gobierno de Enrique Peña Nieto.

El pasado viernes 9, a las dos de la madrugada, Caro Quintero dejó su celda en el Reclusorio Preventivo, dentro del complejo penitenciario de Puente Grande, Jalisco. Estados Unidos nunca renovó el pedido de extradición porque la justicia mexicana condenó al capo a 40 años de cárcel precisamente por los delitos de homicidio, narcotráfico y lavado de dinero, por los que pretendía procesarlo la justicia estadunidense.

Ahora la DEA revisa minuciosamente los expedientes del caso Camarena en Estados Unidos, ya que sólo puede solicitar la extradición si logra sustentar un delito por el cual Caro Quintero no haya sido procesado o juzgado aún por las autoridades mexicanas.

Aunque Caro cumplió sólo 28 de los 40 años de la sentencia, en términos legales ya no puede ser enjuiciado por los mismos delitos en Estados Unidos. Sin embargo, sobre él pesan actualmente tres encausamientos judiciales en ese país. Uno en el distrito federal de Tucson, Arizona, por nueve cargos relacionados con el tráfico de mariguana. El segundo en el distrito federal Oeste de Los Ángeles, California, con un cargo por distribución y tráfico de cocaína y mariguana, y otro por la posesión de sustancias controladas.

El tercer encausamiento, en el cual se sustentó la ahora prescrita solicitud de extradición a Estados Unidos, se encuentra en el distrito federal del Centro de California, por más de 30 delitos federales.

Entre los cargos pendientes en esta Corte federal contra Caro Quintero destacan: asesinato de un agente federal (Camarena), secuestro, tortura, fraude, cohecho, tráfico de drogas, crímenes violentos y posesión de sustancias prohibidas.
Herida abierta
Arrestado el 4 de abril de 1985 en San José de Costa Rica como parte de un operativo de la DEA, Caro Quintero es un criminal que marcó la lucha de Estados Unidos contra el narcotráfico en México.

Una vez que el capo salió de México tras el asesinato de Camarena, la DEA comenzó a filtrar a los medios de comunicación de su país los nombres de funcionarios, políticos y militares corrompidos por el narcotráfico. Desde entonces la exhibición de gente del poder en México coludida con los cárteles forma parte de la estrategia de la DEA.

Con la llegada del priista Peña Nieto a la Presidencia, las operaciones de la DEA en México han sido prácticamente paralizadas como consecuencia del elevado nivel de infiltración de esa y otras agencias en los asuntos nacionales, autorizadas por Felipe Calderón durante todo su sexenio.

Caro Quintero es una herida abierta para la DEA: le recuerda constantemente el gran problema de la impunidad que gozan los narcotraficantes y su capacidad corruptora. Por ello, hasta antes de que saliera libre, el gobierno estadunidense continuaba dirigiendo acciones legales en su contra.

El pasado 12 de junio el Departamento del Tesoro, por medio de la Oficina para el Control de Bienes Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés), aplicó sanciones a un nutrido grupo de personas y de empresas de Guadalajara, ciudad en la que junto con El Azul, entre otros narcos, Caro Quintero fundó su cártel a mediados de los años setenta del siglo pasado.

“Rafael Caro Quintero ha utilizado una red de familiares y otras personas como frentes para invertir su fortuna en compañías legítimas de bienes raíces en la ciudad de Guadalajara”, informó el Departamento del Tesoro cuando explicó por qué se congelaron los bienes y las cuentas de los sancionados en su jurisdicción y se prohibió a ciudadanos y empresas de Estados Unidos hacer negocios con ellos.

Los designados como cómplices más significativos del antiguo capo fueron sus cuatro hijos (Héctor Rafael, Roxana Elizabeth, Henoch Emilio y Mario Yibrán Caro Elenes), su esposa María Elizabeth Elenes Lerma, su nuera Denisse Buenrostro Villa; su secretario Humberto Vargas Correa, así como José Jesús Sánchez Barba y Mauricio, José de Jesús y Diego Sánchez Garza.

Igualmente se señaló a Beatriz Garza Rodríguez, Hilda Riebeling Cordero, Ernesto y Rubén Sánchez González, Michael Adib Madero, Diego Contreras Sánchez y a Luis Cortés Villaseñor.

Entre las empresas sancionadas por operar como frentes de lavado de dinero de Caro Quintero se enlistó a la gasolinera ECA Energéticos, El Baño de María, Zapatería Pronto, Hacienda Las Limas, Grupo Fracsa y Dbardi, Grupo Constructor Segundo Milenio, Restaurante Bar Los Andariegos (o Barbaresco) y Piscilánea (o Albercas y Tinas Barcelona).

Consultados sobre la posibilidad de que la DEA presente una nueva solicitud para extraditar a Caro Quintero, funcionarios de Estados Unidos y de México coincidieron en que una alternativa viable sería fincarle cargos de lavado de dinero, fraude y cohecho.

Aclaran que esa solicitud debe contener acusaciones concretas con fechas y nombres de todos los involucrados. El ya citado funcionario de la PGR enfatiza: “Lo que no podrá evitar el gobierno de Estados Unidos es que Caro Quintero apele a cualquier solicitud de extradición en su contra. Hay voluntad por parte de nuestro gobierno de arrestarlo nuevamente y extraditarlo, siempre y cuando la nueva acusación sea bastante sólida”.

Hasta la noche del viernes 9, representantes de la PGR se reunían con funcionarios de la embajada estadunidense en México para determinar la estrategia que seguirán en torno al caso Caro Quintero.

En cuanto a Ernesto Fonseca, las fuentes consultadas afirmaron que no será solicitado en extradición por Estados Unidos, ya que su salud es extremadamente precaria.


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