JENARO VILLAMIL
Revista Procesó No. 1919' 10
de agosto de 2013,
Andrés Manuel López Obrador se
lanza contra el gobierno de Peña Nieto, el PRI y los partidarios de la
privatización de Pemex: “Ellos ven el robo, el saqueo, como algo normal. Y lo
complementan con el cinismo”. “Estamos hablando del mejor negocio del país. Es
la preparación de un gran golpe, de un gran atraco”, sostiene el tabasqueño en
una extensa entrevista con Proceso. Añade que el Pacto por México se
resume en la privatización del petróleo; todo lo demás, dice, es aderezo, y
para cubrir el atraco pretenden reformar el artículo 27 constitucional.
La reforma al artículo 27
constitucional es lo que faltó durante 30 años de privatizaciones para entregar
la renta petrolera mexicana –“el negocio más grande del mundo”–, advierte
Andrés Manuel López Obrador, candidato presidencial de las izquierdas en 2006 y
2012 y principal convocante de la movilización social del próximo 8 de
septiembre.
En extensa entrevista con
Proceso, López Obrador aporta cifras y expone su propuesta alternativa. Niega
que Pemex esté quebrado y rechaza que pueda compararse con el modelo noruego.
Cita incluso al magnate petrolero John D. Rockefeller:
“En esencia, lo que quieren es
robarse las utilidades del petróleo. No hay nada que justifique la reforma del
27 (constitucional). Rockefeller decía: ‘El mejor negocio del mundo es el
petróleo’. Y el segundo mejor negocio del mundo ‘es el petróleo mal
administrado’. Ese es el caso de México. Por eso es la tentación. Se quieren
quedar con la gallina de los huevos de oro.”
Y agrega: “No se trata de una
colonización mental. Es una enajenación por codicia.
“Todos los integrantes de ese
grupo se han convertido, para decirlo amablemente, en negociantes; no son
servidores públicos. Hablamos del actual director de Pemex, Emilio Lozoya,
exdirectivo de la empresa española OHL, pero el anterior (director de la
paraestatal Juan José) Suárez Coppel ya está trabajando en una petrolera
extranjera a la que le entregó contratos.”
López Obrador argumenta que el
nivel de rentabilidad de la extracción de crudo en México “es el más alto del
mundo”: cuesta 10 dólares producir cada barril y se vende a 100 dólares. Según
sus cálculos, si no fuera por los gastos en contratos de servicio, la
extracción de cada barril podría costar sólo cuatro dólares. “Yo considero que
puede costar cuatro dólares, ahí traes 60% de sobreprecio por corrupción”, advierte.
–¿Ese sería el objetivo de la
figura de “producción compartida” que quieren incluir en la iniciativa que
presentará el Ejecutivo federal? –se le pregunta.
–Sí. Para explicarlo mejor:
los que buscan quedarse con la renta petrolera no se conforman con los 10
dólares por barril. Tengo información de que quieren 60 dólares por barril y
dejarle 40 dólares a la nación. De ese tamaño es el hurto.
–El actual secretario de
Energía, Pedro Joaquín Coldwell, dijo que si no hay reforma a Pemex, en 2016
importaremos petróleo…
–Es un mentiroso. Tengo un
informe oficial de Pemex que asegura lo contrario. Desde luego son informes que
les presentan a los inversionistas extranjeros. No es cierto que Pemex esté
quebrada como empresa.
Y aporta datos. Según un
informe de la propia paraestatal, dice, ésta obtiene ingresos por 125 mil
millones de dólares anuales, así como utilidades por 77 mil millones de
dólares, el mismo nivel de ganancias de la petrolera Exxon, la más grande del
mundo. El informe, cuya copia tiene Proceso, fue elaborado en julio de 2012.
Continúa: “Es un negocio
redondo. No es cierto que haga falta inversión si se obtienen muchos recursos
de Pemex. El problema es básicamente de orientación del presupuesto. Está mal
orientado y hay muchísimo despilfarro por los altos salarios de la élite de la
burocracia y los grandes lujos. Nada más como muestra un botón: el avión de
Peña Nieto costó 7 mil millones de pesos”.
Según el impulsor del
Movimiento Regeneración Nacional (Morena), apenas el 11 de julio último Pemex
Refinación entregó a la compañía española OHL un contrato para la construcción
de una planta de hidrógeno en la refinería de Cadereyta, Nuevo León, y 46
hectáreas de la recién cerrada refinería de Pajaritos fue vendida al exbanquero
Antonio del Valle.
“La privatización es un
proceso. No olvidemos que en 1992 Salinas le entregó a Antonio del Valle el
Banco Internacional. Y ahora Peña le entregó Pajaritos para hacer lo que
debería estar haciendo el Estado: impulsar la industria petroquímica.”
–¿Prevén una movilización
mayor a la de 2008 en la jornada que se iniciará el 8 de septiembre?
–No sé. Si llegan al
Zócalo el 8 de septiembre es porque ya advirtieron el grave peligro
que significa la entrega del petróleo, que es entregar por entero la soberanía.
Si se modifica el 27, van a tener elementos los gobiernos extranjeros, de
acuerdo a las leyes internacionales, para decidir sobre el destino del país.
–¿Qué futuro tendrá el Pacto
por México? –se le pregunta.
–Fue la envoltura para esto.
El Pacto contra México, como lo rebautizamos, se resume en la privatización del
petróleo. Todo lo demás es aderezo. Estamos hablando del mejor negocio del
país. Es la preparación de un gran golpe, de un gran atraco.
–Carlos Salinas también tenía
formación e información y no se atrevió en su sexenio a modificar el 27
constitucional. ¿Por qué estos políticos de Atlacomulco están tan decididos a
hacerlo?
–Porque están completamente
enajenados y no tienen siquiera sentido histórico. Te aseguro que Peña Nieto no
ha leído el artículo 27 constitucional ni conoce la historia de la
Constitución.
“Peña es un personaje
escenográfico, frívolo, incapaz de entender lo que son estos procesos.”
–¿Incluso peor que Carlos
Salinas, El Innombrable?
–Salinas es inteligente para
la maldad, Peña es inconsciente.
–¿Le “hace falta calle”, como
se dice, a ese tipo de políticos?
–Sí, nada más que lo que la
vida no da, la Presidencia no presta.
El proyecto calderonista y el
de ahora
Se le pregunta a López Obrador
si ve diferencias entre el proyecto de 2008 y el que pretenden impulsar ahora.
–¿Observa diferencias
políticas y programáticas?
–Es el mismo proceso que han
llevado a cabo en lo general desde hace 30 años. Aplicando una política
privatizadora en todo. No se podía entender la pretendida privatización del
petróleo de nuestros días sin el proceso que se ha llevado a cabo desde 1993;
porque ya estamos hablando de la parte final, de lo que no pudo privatizar
Salinas.
“Pemex es lo más codiciado, porque
es el mejor negocio del mundo, por eso mismo es una gran tentación.
“Ayuda mucho que ya la gente
se haya dado cuenta de que las privatizaciones no benefician ni al pueblo ni a
la nación. Esa es una diferencia. Ya es más claro: privatizar es sinónimo de
corrupción, de despojo, de saqueo.
“También ayuda mucho que ya se
ensayó en 2008. Y aunque avanzaron en el propósito, no pudieron reformar el
artículo 27 constitucional. Y ahora la tirada es reformar el 27 para la
privatización del petróleo. Si no lo logran, van a querer seguir reformando
leyes secundarias para alcanzar el mismo propósito, pero es claro que el
objetivo es la reforma al artículo 27 constitucional.
–¿Calderón fue ambiguo?
–No se habían atrevido a
tanto.
–Los contratos de riesgo, ¿no
tenían que pasar por una reforma al 27 constitucional?
–Debían de pasar por una
reforma al 27 porque están prohibidos, pero lo han venido haciendo con leyes
secundarias desde la época de Miguel Alemán y se reactivaron con Fox. Calderón,
siendo secretario de Energía, entregó contratos incentivados, que es
prácticamente lo mismo, a Repsol para la extracción de gas en la cuenca de
Burgos y a Halliburton en Chicontepec.
–¿Por qué, para ellos, es
necesario reformar el artículo 27?
–Es una presión del extranjero,
porque las empresas extranjeras quieren seguridad legal, quieren legalizar
escrupulosamente el hurto, el saqueo, porque con una reforma a leyes
secundarias, contraria al 27, hay posibilidades de revertir los contratos.
Serían reversibles. Esto lo están pidiendo las compañías extranjeras.
–¿Qué compañías en específico?
–Exxon, la Shell –que es El
Águila–, y otras empresas: Repsol y OHL.
–¿Por eso está Emilio Lozoya
Austin en Pemex? ¿Cómo es esa relación?
–El actual director general de
Pemex fue miembro del Consejo de Administración de OHL, a la cual ya le entregó
un contrato. Lozoya ya le entregó un contrato.
–¿En este periodo?
–Sí. Para una planta de
hidrógeno.
La renta petrolera, “el gran
negocio”
Insistente en el tema de la
defensa de Pemex, desde sus inicios como político del PRI y de la oposición en
Tabasco, zona petrolera, López Obrador conoce el tema. Lo apasiona.
“Yo nací en zona petrolera, mi
padre fue petrolero. Llegó a Tepetitán trabajando como explorador. Ahí conoció
a mi madre. Y todo mundo sabe en el sureste que la extracción de petróleo se
hacía con una cuadrilla de 10 trabajadores: un técnico, un jefe de pozo, un
trabajador que se conocía con el nombre de ‘chango’, que se colocaba arriba de
la torre para la perforación, y tres o cuatro ayudantes de piso. Eso era todo.
“Ahora ya no hay esos equipos
de perforación de Pemex. Todo se contrata. Te sale carísimo. Pero lo mismo
sucede con la exploración. Llegamos a tener la mejor tecnología a través del
Instituto Mexicano del Petróleo. Las refinerías se hacían y diseñaban por
técnicos mexicanos. Abandonaron eso”, insiste, al tiempo que su dedo índice
toca la superficie de su escritorio.
López Obrador explica que
existen tres componentes del negocio petrolero: el costo de extracción del
barril, la utilidad obtenida y darle valor agregado a la producción con
petroquímica y refinación:
“Actualmente hay un estimado
de 10 dólares por barril. Debería costar cuatro dólares si no hubiera la
corrupción que hay en exploración y perforación. Estos contratos están basados
en un sobreprecio por los servicios que contrata Pemex que, calculo, es de seis
dólares de sobreprecio.
“Aun costando 10 dólares, se
vende en 100. Son 90 dólares de ganancia por barril. No hay ningún negocio en
el mundo que deje esta utilidad. En este caso porque no se le paga renta a la
naturaleza. No es producir, es extraer.”
–¿Debería pagarse una renta al
medio ambiente?
–Debería destinarse ese dinero
al desarrollo y a la conservación del medio ambiente, no a destruir la
naturaleza; a buscar, por ejemplo, fuentes alternativas de energía, porque el
petróleo es un recurso no renovable.
“En fin, no existe nada de
eso.”
En el caso del abandono de las
refinerías y de la petroquímica, López Obrador argumenta que en la importación
de gasolinas “hay un negocio de 30 mil millones de dólares para los que compran
y nadie sabe, ningún mexicano sabe, aun cuando existe el IFAI, quién compra la
gasolina, a qué precio.
–¿No es Pemex quien compra?
–Sí, es un área de Pemex, pero
entran intermediarios, al grado que nos cuesta tres pesos por litro traer la
gasolina del extranjero. Es tan jugoso ese negocio que eso es, entre otras
cosas, lo que impide la construcción de las refinerías.
–Con 30 mil millones de
dólares se podrían construir tres refinerías.
–Así es. Por sentido común, si
tienes la materia prima, por qué no le das valor agregado, generando empleo en
el país y obteniendo más utilidades.
“Mientras no se vendió
petróleo crudo al extranjero, la economía de México creció 6%. Desde 1938 hasta
Echeverría (1970-1976) se procesaba toda la materia prima. Se cambia la
política. Empiezan a exportar petróleo crudo por la presión de gobiernos y
empresas extranjeras y ya no hay crecimiento económico en el país.”
–Otro elemento, en apariencia
novedoso, es el tema de la explotación del gas shale. ¿Es necesario abrir la
inversión privada?
–Eso es una zanahoria, como lo
de las aguas profundas. En el caso de las aguas profundas, en 2008 quisieron
utilizar eso para hacer los cambios legales argumentando que no teníamos
tecnología. La verdad es que si cambias el marco legal no es para ir a buscar
el petróleo en aguas profundas, porque ellos lo saben muy bien dónde está el
petróleo. Es incierto lo de aguas profundas.
“En tierra y aguas someras hay
mucho petróleo. Pero querían cambiar el marco legal no para ir a perforar a
aguas profundas, sino para sacar el petróleo de donde hay y ellos saben
perfectamente: en Tabasco, Campeche, Chiapas.
“Es lo mismo que con el gas
shale. Vamos a cambiar el marco legal para permitir la extracción del gas,
pero, al mismo tiempo, vamos sobre lo que realmente nos importa.”
“Lo que deja realmente dinero,
el negocio, es el petróleo. Rockefeller decía: ‘El mejor negocio del mundo es el
petróleo… y el segundo mejor negocio del mundo es el petróleo mal
administrado.”
Las presiones de las
petroleras
Proceso le pregunta a López
Obrador si sintió la presión de las empresas petroleras durante la campaña de
2012.
“No”, responde, “porque yo
definí desde el principio que no íbamos a permitir más privatizaciones. Por eso
considero tener autoridad moral”.
–También se ha dicho que López
Obrador siempre dice no, que siempre se opone a todo…
–Hubo cosas en las que siempre
fui muy claro y una de esas posturas tuvo que ver con la privatización. Declaré
que no íbamos a hacer ninguna privatización.
“Y dije otra cosa en el
proyecto alternativo de nación. Que en la industria energética, en particular
con el petróleo, íbamos a iniciar un proceso para dejar de vender petróleo
crudo al extranjero porque íbamos a procesar la materia prima.
–¿Existe entonces un proyecto?
–Sí. Está en los textos que he
escrito sobre eso. Está en los artículos de la campaña. En el último libro.
“El proyecto que propongo es
primero integrar todo el sector energético. Es algo distinto a lo que han
venido haciendo. Desde que estaba Salinas, con el mismo propósito privatizador,
comenzaron a desmembrar a Pemex, crearon cuatro empresas. No olvidemos que
estaba Francisco Rojas como director de Pemex, porque querían vender por
partes.
“Cuando hasta en términos
empresariales y de negocios está demostrado que es mucho mejor la integración.
Exxon y las grandes petroleras del mundo actúan integrando todo el proceso. Y
ese es el proyecto nuestro.
“Desde que se pueda manejar
desde la exploración hasta la perforación, la refinación y hasta la industria
eléctrica. Eslabonando todo.
“Desde luego esto implicaba la
reindustrialización de Pemex con la construcción de las refinerías, para dejar
de comprar gasolina al extranjero; rescatar a la industria petroquímica.”
–¿Y la refinería de Hidalgo?
–No les conviene, por lo que
hablábamos de la compra de la gasolina. En un momento de ofuscación Calderón
habló de que iba a hacer la refinería. Dije en su momento que iba a terminar el
sexenio y no iban a pegar ni un ladrillo. Creo que sólo han bardeado el terreno
porque eso no les importa. Lo que les interesa son los negocios.
“Todo este grupo se ha
convertido, para decirlo amablemente, en negociantes, no son servidores
públicos.”
–¿Hay una colonización mental?
–No es una colonización
mental. Es una enajenación por codicia.
“Ellos piensan que todo esto
es normal y es muy grave, porque incluso quieren trasladar esto a la sociedad.
Quieren que todos los mexicanos nos convirtamos en corruptos. Que veamos esto
con mucha naturalidad porque el que no piensa así, está loco, no está cuerdo.
“Ellos ven el robo, el saqueo,
como algo normal. Y lo complementan con el cinismo.”
Noruega y la campaña mediática
Un ingrediente más en esta
coyuntura: la campaña mediática a favor de la reforma.
–¿Es más fuerte ahora o es lo
mismo? –se le pregunta.
–Es lo mismo. Ya empezaron.
–Está hasta en las
telenovelas, como en La Rosa de Guadalupe…
–Les va a costar mucho, a
pesar de la campaña mediática, porque la gente no ha visto beneficio con las
privatizaciones y es muy grande el robo que quieren cometer.
–En Televisa y en otros
espacios nos quieren decir que Noruega sí privatiza.
–Vamos a aclarar eso. ¿Cuáles
son las diferencias?: Primero, en Noruega no comparten la renta, que es lo que
quieren hacer en México. La utilidad es del pueblo noruego. Aquí lo que quieren
es privatizar la ganancia. Lo que les importa es la renta petrolera, no Pemex.
“Segundo, en Noruega no hay la
corrupción que hay en México. No hay casos como el de Raúl Salinas de Gortari,
en donde Peña lo exonera y deciden devolverle los bienes para pagarle el favor
a Carlos Salinas. Y mencionamos un solo caso de México, para no caer en el caso
de Romero Deschamps, que es un corrupto, pero en escala Romero está hasta
abajo, en comparación con estos saqueadores de cuello blanco que no pierden
siquiera su respetabilidad. Suele pasar eso: echarle la culpa a ciertos
personajes y olvidarse de lo otro.
“Y lo tercero es que en
Noruega una parte de las utilidades del petróleo se guarda para las futuras
generaciones por ley, porque parten del criterio de que el petróleo no es sólo
de la actual generación, sino de los de atrás y no pueden derrochar la herencia
que les pertenece a los que vienen detrás.
“Es totalmente distinto el
modelo noruego. Dicen: ‘En Noruega hay empresas trabajando’ y en Pemex también.
Estamos hablando de OHL, Halliburton. Nada más que una cosa es contratos por
servicios y otra cosa muy distinta que se queden con la utilidad.”
La sombra del general
–¿Por qué ahora quieren meter
a la figura del general Lázaro Cárdenas en la reforma? –pregunta Proceso.
–Es una perversidad
–responde–. Además sin ningún sustento. Este viernes (9 de agosto) se
publicó una carta del ingeniero (Cuauhtémoc) Cárdenas con un fragmento de la
carta que el general (Lázaro Cárdenas del Río) envía a (Jesús) Reyes Heroles
(cuando estaba en la dirección de Pemex), en el periódico La Jornada.
–¿Es para influir el
movimiento que encabeza o está dirigido para los sectores resistentes en el
PRI?
–Es en general. Ellos quieren
encubrir el atraco. Argumentan que es anacrónico el 27 y que debe haber la
reforma.
“Hablan sin entender las
circunstancias. La ley reglamentaria del 27 fue así: el general Cárdenas la
envía a finales del 38, la aprueban a finales del 39 y la publican a finales
del 40. ¿Por qué? Porque estaba en pleno apogeo la presión extranjera por la
expropiación. Además la Constitución desde entonces establece que no se pueden
entregar concesiones en materia de petróleo.
“Además el general se adhiere
a la decisión que se toma de cancelar los contratos de riesgo. Es cosa de ver
los discursos de Jesús Reyes Heroles. Decía: son contratos de riesgo para la
nación, no para las empresas extranjeras.
“Lo anacrónico es la
corrupción. Los artículos fundamentales de las constituciones no se modifican
en ningún país del mundo.
–¿Cómo es la legislación de
Estados Unidos en materia petrolera?
–En el caso de la legislación
de Estados Unidos el dueño del suelo es dueño del subsuelo y en el caso nuestro
la tradición desde la Colonia es que se podía entregar el suelo, pero el
subsuelo era de la corona. Porfirio Díaz lo que hace es cambiar esa tradición y
ajustar la legislación mexicana a la anglosajona y entrega el suelo y el
subsuelo a los extranjeros. Eso lo corrige la Revolución, porque Carranza y los
constituyentes establecen el dominio del suelo y del subsuelo por la nación.
–¿Cambian el concepto de la
propiedad de la corona por el de la nación?
–Exactamente. Eso no les gustó
nada a las empresas extranjeras y llevó muchísimos años poder aplicar ese
principio.
“No se pudo aprobar desde el
17 hasta el 38 la Ley Reglamentaria del Petróleo porque las empresas petroleras
tenían el dominio del sureste, tenían guardias blancas, era un Estado dentro de
otro Estado. Había amenazas de invasión extranjera. Incluso se habló de la
creación de una República independiente.
“Todo esto es un asunto
fundamental para la historia. Éstos, de manera irracional, quieren regresarnos
al Porfiriato.”
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