El
sueño africano/ Paul Kagame, Uhuru Kenyatta y Yoweri Museveni
Paul Kagame is President of the Republic of Rwanda. Uhuru Kenyatta is President of the Republic of Kenya. Yoweri Museveni is President of the Republic of Uganda.
Traducción: Esteban Flamini Tribuna Libre
Project
Syndicate |7 de agosto de 2014
El
sueño de que el siglo XXI sea el “siglo africano” es poderoso y estimulante. Y
se está convirtiendo en realidad. La celebración de la primera Cumbre de
Líderes de Estados Unidos y África, que tiene lugar los días 4 al 6 de agosto
en Washington D. C., nos da ocasión propicia para detenernos a considerar las
bases (y los límites) del progreso del continente.
Aunque
en muchas regiones africanas el conflicto y la pobreza son todavía problemas
serios, nuestro continente es más estable que antes y también exhibe algunos de
los índices de crecimiento económico más altos del planeta. A lo largo de la
última década, decenas de millones de personas de toda África se integraron a
la clase media; nuestras ciudades crecen rápidamente y contamos con la
población más joven del mundo.
Pero
como a las palabras se las lleva el viento, los africanos no debemos dar nada
por garantizado. A pesar del ímpetu que muestra el continente, sabemos que la
historia es un reguero de sueños desperdiciados (y esto vale especialmente para
África).
De
modo que los africanos tenemos mucho por hacer si queremos aprovechar esta
oportunidad. Una de las tareas más urgentes que se nos plantea es crear
mercados subregionales de mayor tamaño, más integrados y que estén
profundamente imbricados con la economía global. Al fin y al cabo, hay multitud
de ejemplos (la Unión Europea, la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático,
el Tratado de Libre Comercio de América del Norte) de cómo la integración de
las regiones geográficas puede crear condiciones para lograr crecimiento y
prosperidad de manera conjunta, mediante la eliminación de barreras
comerciales, la armonización de regulaciones, la apertura de los mercados de
empleo y el desarrollo de infraestructuras compartidas.
En
pos de concretar esa visión en nuestra región de África, hemos creado la
iniciativa denominada Proyectos de Integración del Corredor Norte. En los
últimos dieciocho meses, Kenia, Ruanda y Uganda (a los que se sumaron Sudán del
Sur y más recientemente Etiopía) lanzaron catorce proyectos conjuntos cuyo objetivo
es profundizar la integración de África Oriental y facilitar el desarrollo de
la actividad económica en la región.
Los
resultados ya están a la vista. Hemos implementado una única visa para turismo
válida en los tres países. Se ha creado un único territorio aduanero, con lo
que se reducen drásticamente los procedimientos burocráticos y se eliminan
barreras no arancelarias. Además, se está diseñando una vía férrea de trocha
estándar que irá desde Mombasa a Kigali y Juba, pasando por Kampala, para cuyo
primer tramo ya se obtuvo financiamiento de socios chinos.
Para
dar estos pasos hubo que luchar contra prácticas profundamente arraigadas. Por
desgracia, en toda África las fronteras nacionales han sido muchas veces
obstáculos antes que herramientas para la cooperación intracontinental en temas
de comercio, seguridad, empleo y medio ambiente. Es muy común que a las
economías africanas les resulte más fácil comerciar y coordinar políticas con
países de otros continentes que con sus vecinos.
Nosotros
estamos decididos a cambiar esta situación, de lo que sirve de ejemplo la
iniciativa del Corredor Norte, en cuyo contexto cada uno de los tres gobiernos
se encarga de llevar adelante diversos proyectos clave.
Por
ejemplo, Uganda está abocada a la búsqueda de inversores para una nueva
refinería de petróleo, y lidera el desarrollo de una infraestructura regional
en tecnologías de la información y la comunicación, por la cual se eliminará el
cobro de roaming para los servicios de telefonía móvil entre nuestros países.
Kenia
asumió la tarea de desarrollar un mercado regional de bienes, obtener mejoras
en recursos humanos por medio de servicios de consultoría y educación, y
construir oleoductos para el transporte de petróleo crudo y refinado. Además
está explorando modos de expandir la generación y transmisión regional de la
energía.
Ruanda
está a cargo de armonizar las leyes inmigratorias y promover la libertad de
movimiento, tanto de ciudadanos como de visitantes. Otras de sus tareas
incluyen coordinar la seguridad regional (a través de la Fuerza de Reserva de
África Oriental), la gestión del espacio aéreo y la promoción de la oferta
turística conjunta.
Sabemos
que el éxito de estas iniciativas se verá en cambios concretos para los
ciudadanos de nuestra región; y sabemos qué debemos hacer para conseguirlo. La
clave del progreso no es levantar monumentos a figuras políticas o celebrar
cumbres, sino reducir el costo de las transacciones comerciales y elevar los
ingresos de nuestra gente.
A
veces, las burocracias son lentas porque están institucionalmente programadas
para subvertir el cambio. Pero los Proyectos de Integración del Corredor Norte
están pensados para generar y mantener la voluntad política necesaria para la
concreción de las diversas iniciativas.
Estados
Unidos ha sido siempre un importante socio de nuestros países, pero el camino
hacia la solución de nuestros problemas no pasa por las donaciones de los
contribuyentes estadounidenses. Solo nosotros, junto con nuestro sector
empresarial, podemos cumplir la tarea. En el proceso, esperamos forjar una
relación más profunda y “normal” con Estados Unidos, centrada en lo que podemos
hacer juntos, en vez de lo que los estadounidenses pueden hacer por nosotros.
África
siempre tuvo lo que necesita para ponerse de pie. Juntos, podemos lograrlo.
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