24 ene 2015

La Guardia Suiza y la Gendarmería vaticana

 La Guardia Suiza Pontificia nació en el año de 1506, cumplió 509 años . 
La Guardia tiene un triple papel: de honor, de vigilancia y de orden. Los efectivos vigilan las entradas noche y día. Todavía comandada por Daniel Rudolf Anrig, que está por dejar su puesto el próximo 31 de enero.

 Los requisitos para ser admitido son: ser ciudadanos suizos, de fe católica, tener una reputación irreprochable, haber hecho el servicio militar en Suiza, tener entre 19 y 30 años, medir por lo menos 1.4 cm, ser célibes y contar con un certificado sobre las capacidades profesionales por parte de un instituto de nivel medio-superior. 
La edad promedio de los reclutas helvéticos es de 23 años y el periodo de permanencia en la Curia es de 25 meses.

En cambio, la Gendarmería vaticana (cuerpo encargado de la defensa papal y de la Ciudad del Vaticano) desempeña funciones de policía judicial y de seguridad dentro del pequeño Estado. Sus agentes están al lado del Pontífice durante sus traslados en Italia o en el extranjero, además de vigilar el territorio vaticano. Para entrar a la Gendarmería hay que ser ciudadano italiano, de entre 21 y 25 años de edad. En casos excepcionales, pueden enrolarse ex-oficiales o funcionarios de las fuerzas de policía de otros Estados. 
La Gendarmería fue creada por  Pío VII en 1816.
En 2008, en San Petersburgo, el Vaticano firmó el protocolo de adhesión a la Interpol, la organización que engloba los cuerpos de policía internacionales. La misión es ocuparse de la seguridad y del orden público, desempeñar labores institucionales de policía, incluidas las fronterizas, judiciales y tributarias, para la seguridad de los lugares y de las personas. Y, en tiempos de mayores tensiones a nivel internacional, este es un gran desafío.

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