29 dic 2015

El fin de un Arzobispado/Roberto Blancarte P.

El fin de un Arzobispado/Roberto Blancarte P.
Milenio
Al Cardenal Norberto Rivera le queda poco menos de año y medio para tener que presentar su renuncia al Arzobispado Primado de México. Dado que nació el 6 de junio de 1942, en esa misma fecha, pero de 2017, cumplirá 75 años, y tal como lo establece el Derecho Canónico, tendrá que poner a disposición de la Santa Sede su cargo. 
Presumiblemente, en el transcurso de semanas o meses posteriores el Papa aceptará dicha renuncia y nombrará a otra persona para tal responsabilidad. Dado que el Arzobispo no ha aparecido como uno de los más entusiastas seguidores de Francisco, sino más bien, por su tendencia conservadora, como uno de sus opositores, es probable que el Papa no se tarde mucho en aceptar su dimisión.
Habrá que ver incluso cómo se da la relación durante la próxima visita del Papa a México, en la que el Arzobispo Primado será su anfitrión, por lo menos en la Ciudad de México. Y hay que recordar también que el Cardenal Rivera seguirá teniendo el derecho a participar en el cónclave, si éste llega a darse antes de junio de 2022, cuando cumpla 80 años.

En cualquier caso, Norberto Rivera no se quiere ir del Arzobispado sin dar pelea y sin insistir en algunos de los temas que, a pesar de su diluida gestión, ha querido promover. Uno de ellos, quizás el principal y la razón misma por la que fue promovido por sus amigos en El Vaticano, hacia fines del siglo pasado, es el de "la familia". Junto con ello está el de "la vida" y, de manera inevitable, todos los puntos que se relacionan con estos: aborto, eutanasia, células madre, clonación, y muchos otros temas que ahora discute la bioética.
Al Cardenal no se le conoció por sus intervenciones doctas o agudas. Más bien por sus posicionamientos conservadores y sus ligas dudosas con personajes como Marcial Maciel o con los Legionarios de Cristo. Luego se vio envuelto en escándalos de pederastia, sin que haya quedado muy clara su responsabilidad o irresponsabilidad en hechos de encubrimiento.
Se le acusó, aunque creo que más por sus posiciones anteriores que por alguna información verificable, de estar entre aquellos que se opusieron a las reformas propuestas por el Papa en materia de la comunión a homosexuales y católicos divorciados. Él lo negó y ahora dice estar esperando las enseñanzas del Papa y sobre todo su documento postsinodal en materia de familia.
Además, en su última homilía dominical del año, se lanzó contra el modelo de escuela que "malinterpretando el laicismo, ataca y ridiculiza la conciencia, los principios y las tradiciones del amor". Francamente, no se de qué está hablando el Cardenal. Y creo que él tampoco.
roberto.blancarte@milenio.com


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