El
fin de un Arzobispado/Roberto Blancarte P.
Milenio
Al
Cardenal Norberto Rivera le queda poco menos de año y medio para tener que
presentar su renuncia al Arzobispado Primado de México. Dado que nació el 6 de
junio de 1942, en esa misma fecha, pero de 2017, cumplirá 75 años, y tal como
lo establece el Derecho Canónico, tendrá que poner a disposición de la Santa
Sede su cargo.
Presumiblemente,
en el transcurso de semanas o meses posteriores el Papa aceptará dicha renuncia
y nombrará a otra persona para tal responsabilidad. Dado que el Arzobispo no ha
aparecido como uno de los más entusiastas seguidores de Francisco, sino más
bien, por su tendencia conservadora, como uno de sus opositores, es probable
que el Papa no se tarde mucho en aceptar su dimisión.
Habrá
que ver incluso cómo se da la relación durante la próxima visita del Papa a
México, en la que el Arzobispo Primado será su anfitrión, por lo menos en la
Ciudad de México. Y hay que recordar también que el Cardenal Rivera seguirá
teniendo el derecho a participar en el cónclave, si éste llega a darse antes de
junio de 2022, cuando cumpla 80 años.
En
cualquier caso, Norberto Rivera no se quiere ir del Arzobispado sin dar pelea y
sin insistir en algunos de los temas que, a pesar de su diluida gestión, ha
querido promover. Uno de ellos, quizás el principal y la razón misma por la que
fue promovido por sus amigos en El Vaticano, hacia fines del siglo pasado, es
el de "la familia". Junto con ello está el de "la vida" y,
de manera inevitable, todos los puntos que se relacionan con estos: aborto,
eutanasia, células madre, clonación, y muchos otros temas que ahora discute la
bioética.
Al
Cardenal no se le conoció por sus intervenciones doctas o agudas. Más bien por
sus posicionamientos conservadores y sus ligas dudosas con personajes como
Marcial Maciel o con los Legionarios de Cristo. Luego se vio envuelto en
escándalos de pederastia, sin que haya quedado muy clara su responsabilidad o irresponsabilidad
en hechos de encubrimiento.
Se
le acusó, aunque creo que más por sus posiciones anteriores que por alguna
información verificable, de estar entre aquellos que se opusieron a las
reformas propuestas por el Papa en materia de la comunión a homosexuales y
católicos divorciados. Él lo negó y ahora dice estar esperando las enseñanzas
del Papa y sobre todo su documento postsinodal en materia de familia.
Además,
en su última homilía dominical del año, se lanzó contra el modelo de escuela
que "malinterpretando el laicismo, ataca y ridiculiza la conciencia, los
principios y las tradiciones del amor". Francamente, no se de qué está
hablando el Cardenal. Y creo que él tampoco.
roberto.blancarte@milenio.com
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