A su regreso a Roma, en el vuelo papal, Marco
Ansaldo, de La Repubblica, le pregunta al papa Francisco:
-Santidad, la represión en Turquía en los siguientes 15
días del intento de golpe según la totalidad de los observadores internacionales
dicen que fue peor que ese hecho. Se dio en tres categorías. Se habla de más de
13 mil arrestados, de una purga. Anteayer el presidente turco ha dicho ante las
críticas externas ha dicho que piensen en hacer las suyas. ¿Usted por qué hasta
ahora no ha intervenido, no ha hablado?
¿Teme alguna repercusión sobre la minoría católica?
Papa
Francisco: Cuando he debido decir alguna cosa que no le gustaba a Turquía, pero
de lo cual estaba seguro, lo he dicho y con las consecuencias que ustedes
conocen. No he hablado ahora porque no estaba seguro todavía con las
informaciones que he recibido sobre lo que sucede allí.
Escucho
la información que llega a Secretaría de Estado, también de algunos analistas
políticos importantes… Estoy estudiando la situación con los asesores de la
Secretaría de Estado y la cosa aún no está clara.
Es
cierto, siempre se debe evitar el mal a los católicos, esto todos lo saben,
pero no al precio de la verdad. Está la virtud de la prudencia, se debe decir
esto, cuando, como, pero en mi caso ustedes son testimonio de que cuando he
debido decir algo referente a Turquía lo he dicho.
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