Revista
Proceso
# 2074, 31 de julio de 2016..
Guerrero
en llamas y el gobernador sin control/EZEQUIEL
FLORES CONTRERAS
El
asesinato del alcalde de Pungarabato, el perredista Ambrosio Soto Duarte, la
noche del sábado 23 en Tierra Caliente, reavivó la animosidad en Guerrero. El
gobernador Héctor Astudillo no puede controlar la violencia en la entidad
–durante sus nueve meses de gestión ha habido alrededor de 2 mil asesinatos–,
pero él insiste en que se trata de una guerra entre bandas delincuenciales. Lo
cierto es que algunos personajes de su entorno están más que señalados por sus
nexos con las bandas criminales.
CHILPANCINGO,
GRO.– La ejecución del alcalde perredista de Pungarabato, Ambrosio Soto Duarte,
la noche del sábado 23 en la convulsionada región de la Tierra Caliente de
Guerrero y Michoacán, exhibió nuevamente el grado de infiltración de la
delincuencia en los tres niveles del gobierno y del Ejército.
El
priista Héctor Astudillo Flores lleva nueve meses en el gobierno, lapso en el
cual se han registrado oficialmente casi 2 mil homicidios dolosos, incluido el
de Soto Duarte, dos regidores y cinco funcionarios municipales en Acapulco,
Tierra Caliente y Chilapa.
El
domingo 17, un día después de la ejecución del regidor priista de Chilapa,
Miguel Ángel Salmerón Nava, Grupo Autofin, que encabeza el empresario Juan
Antonio Hernández, congregó a sus pares en la exclusiva zona Diamante del
puerto de Acapulco. Ahí, el mandatario afirmó que Guerrero es una entidad
segura porque la mayoría de personas asesinadas “no son turistas ni personas
famosas”.
Astudillo
promovió sus proyectos de desarrollo de la industria minera y portuaria que se
enfocan en zonas controladas por el narcotráfico. Ahí, según informó este
semanario hace varios meses, la sociedad padece la extrema inseguridad y
violencia, el desplazamiento masivo de personas y el colapso de la economía
local (Proceso 2054).
El
gobernador atribuye la ola violenta a la guerra entre bandas delincuenciales en
la entidad, mientras el fiscal estatal, Xavier Olea Peláez sostiene que los
grupos criminales están matando políticos “por la cuestión de la amapola”.
Las
bandas criminales respondieron el lunes 18 por la noche. Un comando disparó
contra la sede de la Notaría 19, propiedad del presidente del Tribunal Superior
de Justicia, Robespierre Robles Hurtado, en el fraccionamiento Costa Azul, en
Acapulco.
Los
agresores dejaron dos cartulinas con mensajes en los que acusaron al
gobernador, al fiscal y al propio notario de recibir dinero y “no cumplir con
el acuerdo” de liberar a David Canek Palma Analco, El Deivid, presunto líder de
una facción del Cártel Independiente de Acapulco (Cida).
El
fiscal Olea comentó que el ataque se debió a que un juez federal había liberado
al Deivid, quien había sido detenido en Morelos acusado por la Procuraduría
General de la República de presuntos nexos con el narco, pero fue reaprehendido
por agentes ministeriales y recluido en el penal porteño, acusado de homicidio
por la Fiscalía General del Estado.
Asimismo
anticipó un recrudecimiento de la violencia en Acapulco por los reacomodos de
las mafias, pues el grupo del Deivid controla el trasiego y venta de cocaína y
mariguana desde la zona exclusiva de Punta Diamante hasta los poblados del
municipio de Marquelia, en la región de la Costa Chica.
En
este contexto fue ejecutado el alcalde Soto Duarte y han sido detenidos
presuntos operadores del Cártel de los Beltrán Leyva en Acapulco junto a
jóvenes líderes priistas que exhiben el nivel de infiltración del crimen
organizado entre la clase política en la entidad.
Esta
situación confirma lo que Proceso ha documentado desde 2012. En el reportaje Guerrero:
contagio narco de autoridades, informó sobre los presuntos nexos de los
delincuentes con los entonces recién designados alcaldes, una historia que
conocía el entonces gobernador Ángel Aguirre Rivero, quien presuntamente tuvo
contacto con los narcos de la Zona Norte y la región de Tierra Caliente.
Omisiones
informativas
El
miércoles 27, integrantes del Grupo Coordinación Guerrero organizaron una
conferencia en Acapulco para anunciar la captura del empresario Joaquín Alonso
Piedra, presunto operador financiero de los Beltrán Leyva en el puerto.
Según
el coordinador de la División de Investigación de la Policía Federal, Omar
García Harfuch, la detención se realizó el día anterior durante el cateo a una
de las propiedades de Alonso Piedra, señalado públicamente como financiador de
campañas de políticos priistas y perredistas, incluida la de Astudillo.
No
obstante, las autoridades estatales y federales omitieron informar que en la
misma operación fue detenido uno de los hijos de Alonso Piedra: Iván David
Alonso Bustamante, un priista distinguido en la entidad y activo promotor del
voto en la campaña de Astudillo.
En
Guerrero, Iván David es coordinador de vinculación empresarial de la fundación
Colosio del PRI, que preside el notario Robles Hurtado, quien a su vez es hijo
de José Rubén Robles Catalán, secretario de Gobierno durante la administración
de Rubén Figueroa Alcocer, y quien fue ejecutado en 2005.
Al
morir Robles Catalán, a su hijo le otorgaron la patente notarial que hoy
ostenta. Antes del ataque a su notaría, Robles Hurtado fue vinculado
directamente con Alonso Piedra.
El
jueves 28 la agencia Apro, con base en documentos del Poder Judicial de la
Federación, informó que otro hijo de Alonso Piedra, Joaquín Alonso Bustamante,
interpuso dos amparos ante el Juzgado Tercero de Distrito del Vigésimo Primer
Circuito con sede en el puerto a favor de su hermano Iván David y su padre
(expedientes 767 y 766).
El
18 de noviembre de 2015, la revista de sociales La Costa difundió una publinota
sobre la toma de protesta del Comité Ejecutivo de Vinculación Empresarial de la
fundación Colosio en Guerrero. Una de las imágenes captó el momento en que Iván
David asumió como coordinador de vinculación empresarial de la organización
priista.
En
ese acto, en el exclusivo restaurante Tony’s Asian Bistro –propiedad del
empresario Tony Rullán, quien también ha sido señalado por sus presuntos nexos
con el narco y conocido por financiar campañas del PRI–, Iván David agradeció
directamente al presidente de la fundación Colosio en la entidad, Robespierre
Robles, y al presidente estatal del partido, José Parcero, “por tomar en
consideración” su proyecto.
En
ese convivio también estuvieron algunos diputados locales priistas, como Samuel
Reséndiz, pupilo de Manuel Añorve Baños, el exalcalde porteño señalado también
por sus presuntos nexos con el narco.
El
ocultamiento de la captura de Iván David por parte de las autoridades es
similar al de Ximena Bernal Vargas, líder del sector juvenil priista en la
entidad y media hermana de Gabriela Bernal, titular de la Secretaría de la
Mujer en el gobierno de Astudillo.
Bernal
Vargas fue capturada junto con Carlos Alberto Navarrete Sorian, El Ruso, en una
casa ubicada en la exclusiva zona Diamante del puerto.
El
viernes 23, el vocero estatal Roberto Álvarez anunció la captura del Ruso,
acusado de ser el brazo armado de los Beltrán Leyva, quien mantenía una
confrontación armada con la pandilla del Cida por el control de Acapulco, pero
no mencionó a Bernal Vargas.
Actualmente,
El Ruso, Bernal Vargas, Alonso Bustamante, así como otra joven de origen
colombiano y tres hombres más enfrentan un proceso penal por el delito de
delincuencia organizada, así como portación de armas y droga, según el
expediente 29/2016.
Otra
“omisión informativa” es la de Carlos Vargas Escobar, hijo del notario público
2 de Zihuatanejo, Carlos Francisco Vargas Nájera, abatido por militares en un
enfrentamiento armado durante la madrugada del domingo 24.
De
acuerdo con reportes oficiales, Carlos era hermano de Julio Vargas, exdirector
del Registro Público de la Propiedad y actual delegado del gobierno de
Astudillo en la región de la Costa Grande.
El
asesinato de Soto Duarte
De
acuerdo con reportes oficiales, la emboscada al alcalde de Pungarabato,
Ambrosio Soto Duarte –en la que también murió su chofer y resultaron heridos
dos agentes federales que lo escoltaban– ocurrió a las 23:00 horas del sábado
23 en el tramo carretero San Lucas, Michoacán-Ciudad Altamirano, en los límites
de Guerrero con Michoacán.
Desde
noviembre pasado Soto habló de la violencia que se vive en Tierra Caliente,
donde la delincuencia controla territorios completos y actúa bajo el manto
protector de autoridades de los tres niveles y del Ejército. En esa ocasión se
pronunció a favor del movimiento de autodefensa impulsado por los ganaderos de
la región ante la falta de apoyo oficial.
Al
siguiente día, Astudillo condenó el crimen y aseguró que todas las peticiones
de seguridad de Soto “fueron atendidas” por el gobierno estatal. Dijo que desde
octubre pasado incluso se mantiene un operativo policiaco-militar en la región
de Tierra Caliente.
Asimismo,
sus colaboradores filtraron a periodistas una “tarjeta informativa” en la que
se asegura que Soto Duarte fue ejecutado por el líder de Los Caballeros
Templarios en la región de Tierra Caliente de Michoacán y Guerrero, porque
supuestamente había pactado con el grupo antagónico de La Familia, que dirige
Johnny Hurtado Olascoaga, El Fish, afincado en el municipio de Arcelia y el sur
del Estado de México.
La
cúpula perredista criticó la maniobra del gobernador. El martes 26 el alcalde
de Acapulco, Evodio Velázquez Aguirre, en nombre de los presidentes municipales
del PRD urgió a la federación el esclarecimiento del crimen de Soto Duarte, que
fue, dijo, un golpe directo a la institucionalidad del país.
En
conferencia en la Ciudad de México, Velázquez pidió una reunión de trabajo de
los alcaldes con el secretario de Gobernación para pedirle una “real
coordinación” entre autoridades de los tres niveles.
El
jueves 28 el secretario de Gobierno de Guerrero, Florencio Salazar Adame,
responsabilizó a las administraciones pasadas del PRD por el grave problema de
impunidad, inseguridad, violencia y falta de recursos para atender las demandas
sociales que se viven en la entidad.
Y
justificó a su jefe Astudillo. Dijo que la inacción gubernamental se debe a que
el gobierno interino de Rogelio Ortega Martínez, así como los de Ángel Aguirre
Rivero y Zeferino Torreblanca, dejaron una administración quebrada y adeudos
que superan los 25 mil millones.
“En
otras palabras”, expuso Salazar Adame, “Guerrero vive las consecuencias de las
administraciones del PRD en esos años”.
Hasta
la fecha ningún exfuncionario ha sido sancionado a pesar de las irregularidades
y desvíos que han sido exhibidos públicamente –al igual que los casos
documentados por Proceso–. Según un informe de la Auditoría Superior de la
Federación, hubo un desvío de 19 millones de pesos del Fondo Federal para
Combatir la Violencia, ejercido en 2014 y 2015.
El
gobierno de Astudillo acusó directamente al presidente municipal de Acapulco,
Evodio Velázquez, de evadir sus obligaciones en materia de seguridad, y le
pidió asumir “con plenitud” sus responsabilidades.
“Ojalá
pronto Acapulco deje de ocupar el primer lugar nacional en el índice de
violencia”, le dijo.
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