Discurso que el Papa improvisó ante voluntarios de JMJ Cracovia 2016
Francisco sostuvo un animado encuentro
con los voluntarios y el comité organizador de la Jornada Mundial de la
Juventud (JMJ)..
Agradeció a todos su ardua labor por el éxito de este
evento y les propuso tres actitudes de la Virgen María para avanzar en el
camino del servicio: la escucha, la decisión y la acción.
Queridos
voluntarios
Antes
de regresar a Roma, siento el deseo de encontrarles y, sobre todo, de dar las
gracias a cada uno de ustedes por el esfuerzo, la generosidad y la dedicación
con la que han acompañado, ayudado y servido a los miles de jóvenes peregrinos.
Gracias también por su testimonio de fe que, unido al de los muchísimos jóvenes
de todo el mundo, es un gran signo de esperanza para la Iglesia y para el
mundo. Al entregase por amor de Cristo, han experimentado lo hermoso que es
comprometerse con una causa noble.
Y,
así, he escrito un discurso, no sé si bonito o feo..., 5 páginas. Un poco
aburrido. Lo entrego... Pero me dicen que yo puedo hablar en cualquier lengua.
En cualquier lengua, porque todos tienen traductor. ¿Sí? ¿Hablo español?
[«Sí»].
Esto
de preparar una Jornada de la Juventud es toda una aventura. Es meterse en un
aventura y llegar; y llegar, servir, trabajar, hacer y después despedirse.
Primero, la aventura, la generosidad.
Yo
les quiero agradecer a ustedes, voluntarios, benefactores, todo lo que han
hecho. Quiero agradecer las horas de oración que han hecho. Porque yo sé que
esta jornada se amasó con mucho trabajo pero con mucha oración. Gracias a los
voluntarios que dedicaron tiempo a la oración para que podamos llevar adelante
[esto].
Gracias
a los sacerdotes, a los sacerdotes que los acompañaron. Gracias a las
religiosas que las acompañaron. A los consagrados. Y gracias a ustedes que se
metieron en esta aventura con la esperanza de llegar adelante.
El
obispo, cuando hizo la presentación, les dijo un ?no sé si van a entender la
palabra? un «piropo» ¿Entendieron? Les dijo un cumplido: ustedes son la
esperanza del futuro. Y es verdad. Pero con dos condiciones. ¿Quieren ser
esperanza para el futuro o no? [«Sí»].
Con
dos condiciones. No, no hay que pagar la entrada. La primera condición es tener
memoria. Preguntarme de dónde vengo: memoria de mi pueblo, memoria de mi
familia, memoria de toda mi historia. El testimonio de la segunda voluntaria
estaba lleno de memoria. Lleno de memoria.
Memoria
de un camino andado, memoria de lo que recibí de mis mayores. Un joven
desmemoriado no es esperanza para el futuro. ¿Está claro?
Padre,
¿y cómo hago para tener memoria? Hablá con tus padres, hablá con los mayores.
Sobre todo, hablá con tus abuelos. ¿Está claro? De tal manera que, si vos
querés ser esperanza en el futuro, tenés que recibir la antorcha de tu abuelo y
de tu abuela.
¿Me
prometen que para preparar Panamá van a hablar más con los abuelos? [«Sí»].
Y
si los abuelos ya se fueron al cielo, ¿van a hablar con los ancianos? [«Sí»].
Y
les van a preguntar. Y ¿les van a preguntar? [«Sí»].
Pregúntenles.
Son la sabiduría de un pueblo.
Entonces,
para ser esperanza, primera condición, tener memoria. «Ustedes son la esperanza
del futuro», les dijo el obispo.
Segunda
condición. Y si para el futuro soy esperanza y del pasado tengo memoria, me
queda el presente. ¿Qué tengo que hacer en el presente? Tener coraje. Tener
coraje. Ser valiente, ser valiente, no asustarse. Escuchemos el testimonio, la
despedida, el testimonio-despedida de este compañero nuestro a quien el cáncer
le ganó. Quería estar aquí y no llegó, pero tuvo coraje. Coraje de enfrentar y
coraje de seguir luchando aún en la peor de las condiciones. Ese joven hoy no
está acá, pero ese joven sembró esperanza para el futuro.
Entonces,
¿para el presente? Coraje. ¿Para el presente? [«Coraje»].
Valentía,
coraje. ¿Está claro? [«Sí»].
Y
entonces, si tienen... ¿Qué era lo primero? [«Memoria»].
Y
si tienen... [«Coraje»].
Van
a ser la esperanza... [«Del futuro»]
¿Está
clarito todo? [«Sí»]. Bueno.
Yo
no sé si voy a estar en Panamá, pero les puedo asegurar una cosa: que Pedro va
a estar en Panamá. Y Pedro les va a preguntar si hablaron con los abuelos, si
hablaron con los ancianos para tener memoria, si tuvieron coraje y valentía
para enfrentar las situaciones y sembraron cosas para el futuro. Y a Pedro le
van a responder. ¿Está claro? [«Sí»].
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