Los
chapitos y la lucha por la sucesión/ Jorge Fernández Menendez
Excelsior, 17
de Agosto de 2016
No
fue Iván Archivaldo Guzmán, el hijo de Joaquín El Chapo Guzmán, sino su hermano
Jesús Alfredo quien fue levantado con otros seis hombres, supuestamente todos
miembros del Cártel del Pacífico, en el restaurante La Leche, en Puerto
Vallarta. La versión ha sido confirmada por la procuraduría de Jalisco.
Más
allá de eso, el hecho es que Iván Archivaldo, El Chapito y su hermano Jesús
Alfredo Guzmán Salazar, de 33 y 30 años, respectivamente, hijos de El Chapo y
de María Alejandrina Salazar Hernández, intentaron reemplazar a su padre,
incluso antes de que éste escapara en julio de 2015 de El Altiplano.
En
realidad los otros jefes del Cártel de Sinaloa nunca han tomado demasiado en
serio a Iván y a Alfredo, aunque es evidente que su padre les dio juego y
poder. Las investigaciones de inteligencia aseguran que la relación de los
jóvenes con Ismael El Mayo Zambada y con Dámaso López, El Licenciado, los
verdaderos jefes y operadores del cártel desde que Guzmán Loera fue detenido en
2015 (e incluso antes, porque la clandestinidad y persecución había alejado a
El Chapo de la operación cotidiana del cártel) era y es mala. A ninguno de esos
dos líderes de esa organización criminal le gusta la publicidad y, sobre todo,
Iván Archivaldo había hecho lujo de violencia y exhibicionismo desde que era
casi un adolescente, incluso en redes sociales. Alfredo, no menos violento,
tenía un perfil más bajo, pero era muy cercano a El Chapo, tanto que fue el
encargado, por ejemplo, de transportar a Sean Penn y Kate del Castillo al
escondite de su padre en Sinaloa.
Esas
diferencias y distancia con El Mayo y El Licenciado, se profundizaban mucho más
con Nemesio Oseguera, El Mencho, líder de lo que había sido un brazo del Cártel
del Pacífico, pero que se ha constituido, cada vez más, en un grupo autónomo:
el Cártel Jalisco Nueva Generación, que es el que tiene pleno control de toda
la zona de Vallarta.
Mientras
de Alfredo conocemos más por su participación en redes sociales, mucho más
activa desde la anterior captura de su padre, El Chapito ya había sido detenido
el 13 de febrero de 2005, cuando la policía ministerial de Zapopan, en Jalisco,
apresó a cinco jóvenes en una camioneta Cherokee donde transportaban a otra
persona que había sido secuestrada con el objetivo de asesinarla, aparentemente
por un adeudo de un cargamento de drogas perdido en Texas. En las inmediaciones
de donde fueron detenidos estos cinco sicarios, se encontró muertas a dos
personas. Uno de los detenidos habló y se detuvo a otros tres miembros del
grupo, que portaban una pistola calibre .45. Uno de ellos se identificó como
Alejandro Cárdenas Salazar, pero en realidad se trataba de Iván Archivaldo
Guzmán Salazar y era el hijo de El Chapo, lo que fue confirmado en las oficinas
de la SIEDO en la Ciudad de México. También se descubrió que utilizaba otra
identidad: Antonio Magallón, alias El Ánima.
Pero
existía otra investigación contra Iván Archivaldo, vinculada al homicidio de
una pareja, entre ella una joven canadiense, ocurrido el 23 de abril de 2004 a
las puertas de un bar, derivado del enfrentamiento que sostuvieron con Alfredo
Gómez Díaz, quien acompañaba a Iván Archivaldo, cuando aquel quiso ligar con la
joven.
Luego
de la discusión, el grupo, en el que participaba el hijo de El Chapo abandonó
el bar y esperó en un automóvil BMW a que saliera la pareja del bar. Cuando eso
ocurrió partieron en su persecución, escoltados por una camioneta pick up.
Gómez Díaz disparó entonces contra los jóvenes y los mató. Los asesinos
huyeron. Pero el testimonio de un sobreviviente permitió identificarlos.
La
joven asesinada era Kristen Paige Deyell, una chica canadiense de 20 años de
edad, originaria de Calgary, Alberta, estudiante de intercambio en el ITESM de
Guadalajara. Fue ejecutada junto con su amigo mexicano, César Augusto Pulido
Mendoza, de 23 años. En su declaración ministerial, un joven sobreviviente dijo
que a las cuatro de la mañana cuando ellos se marchaban del lugar recibieron
una lluvia de tiros contra la camioneta que él conducía y donde iban Kristen y
César Augusto. La policía contó 20 orificios de bala en la camioneta. El
asesinato de Kristen fue un tema clave en el enfriamiento de las relaciones con
Canadá durante muchos años.
Más
aún porque El Chapito en forma insólita fue absuelto de todos los delitos de
los que se le acusaba y fue liberado por el juez (años después destituido y
procesado por presuntamente haber recibido dinero del Cártel del Pacífico),
Jesús Guadalupe Luna Altamirano, el 11 de abril de 2008, que exoneró a Iván, en
los delitos de delincuencia organizada y de realizar operaciones con recursos
de procedencia ilícita. Antes había sido absuelto del caso Kristen. Fue
liberado y desde entonces está prófugo.
El
hecho es que Alfredo e Iván Archivaldo estaban jugando un pulso con sus
adversarios internos y tienen muchos, demasiados, enemigos externos.
Paradójicamente, quizás en su situación los primeros son más peligrosos que los
segundos. No es inverosímil que Alfredo esté entre los levantados en Vallarta,
en el territorio de El Mencho, como no lo es creer que aquel ataque en
Badiraguato al rancho de la madre de Guzmán Loera, hace apenas algunas semanas,
sea parte, también, de la lucha por la sucesión de El Chapo.
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Y el texto de Héctor de Mauleón…en El Universal.
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