Una táctica de manual/
De Juan Velediaz
ESTADO MAYOR, 10 de enero del 2017
Eran mensajes que hablaban de un descontento en las fuerzas armadas que abría la posibilidad a un golpe de Estado. La fantasía se mezcló con las medias verdades y se difundió con rapidez en redes sociales, mensajería instantánea y diversos comentarios en Internet. Rumores de índole varia acompañaron la realización de actos vandálicos, que en principio se quisieron ver como parte de las protestas sociales registradas en calles y avenidas de diferentes ciudades del país, contra el aumento a los precios de la gasolina. El 2017 comienza con un escenario social muy complicado para la administración del presidente Enrique Peña Nieto, quien a decir de varios analistas, habita en una “burbuja” alimentada por sus más cercanos colaboradores, donde todo marcha bien y lo que ocurre es transitorio y no permanecerá.
México, 10 de enero.- Fue un rumor que se difundió hace unos días, su origen no pudo ser confirmado, pero se lo adjudicó alguien que se identificó como “el R-65 cuadrilla #701 nueva generación al mando del patrón “Chapo Guzmán””. Con palabras altisonantes para sus “adversarios”, estaba dirigido a los habitantes de Querétaro, y decía:
“Esta noche le toca a Querétaro liberarse del abuso de estos hijos de la chingada policías mierderos de todo el estado, vamos a colgarlos en puentes vamos a cortar sus cabezas todo gracias a los zetas que están con la mierda de la reforma de peña nieto, por eso hoy vamos estar hacer retenes en zonas como carretera huimilpan, México Querétaro, constituyentes pueblito, celaya cuota y celaya libre así como bernardo quintana vamos a tomar Querétaro vamos a cerrar todo el centro De Querétaro hasta matar a los 130 policías que ya tenemos identificados vamos a quemar sus casas por pasados de verga no es broma los zetas serán abatidos esta noche, hoy se mueren el pueblo debe ser libre como el patrón siempre lo a querido por eso hoy no salgan después de las 10 de la noche estaremos levantando a los hijos de puta de los zetas y policías que están aliados con ellos y a los buchonsitos que le juegan al narco y se los va a cargar la chingada si los encontramos en los retenes estaremos uniformados de policías y militares así que no opongan resistencia no quieran grabar por que los vamos a desaparecer a la verga. Información importante para el pueblo compartan y tomen sus precauciones o serán abatidos”.
El mensaje fue uno más de los varios de distinta índole que comenzaron a circular hace unas semanas, poco antes de que concluyera el año, coincidiendo con el alza en la cotización del dólar y el anuncio del aumento a los precios de la gasolina. La escalada de incrementos en los bienes de consumo con el consecuente efecto inflacionario, generaron una irritación que abonó a los llamados a salir a las calles a protestar, al tiempo que se incrementó la generación de rumores.
¿Quién está detrás del rumor?
Desde hace más de 40 años en el país existen evidencias documentadas del uso del rumor como herramienta de propaganda para la desestabilización social. La mayoría de las ocasiones, ha sido el propio gobierno el encargado de difundir los rumores como un recurso que a la par de generar temor, sirve para lanzar operativos policiales como justificante para la represión.
El rumor como “método científico de desinformación”, se tenía bien establecido como herramienta en documentos de la Dirección de Investigaciones Políticas y Sociales, la hoy desaparecidas DIPS de Gobernación, uno de los brazos del espionaje gubernamental –junto a la DFS (Dirección Federal de Seguridad)—, que sirvieron para el control social en tiempos del viejo régimen priista.
“El rumor es una voz que corre entre el público, es una versión vaga, sorda y continuada” Para que el rumor funcione y circule se necesitan dos condiciones básicas, uno que el asunto en cuestión debe revestir importancia; y dos, el rumor debe contener diversos grados de ambigüedad.
“La ambigüedad es inducida por la ausencia o parquedad de la información: por la naturaleza contradictoria o por la desconfianza hacia los hechos. El rumor se difunde y continúa su trayectoria preferentemente en un medio social homogéneo, en virtud de los activos intereses que intervienen en su transmisión. La influencia de estos intereses exige que el rumor sirva ampliamente como elemento de racionalización, es decir, que explique, justifique y atribuya significado al interés actuante, aunque carezca de veracidad”, dice uno de esos manuales rescatado del Archivo General de la Nación, elaborado a finales del sexenio de José López Portillo (1976-1982), y publicado en el libro “La otra guerra secreta. Los archivos prohibidos de la prensa y el poder”, escrito por el periodista y profesor Jacinto Rodríguez Munguía, editado en el año 2007.
Uno de los puntos de partida que se encuentra en el capítulo seis, donde se recoge el contenido de un manual del rumor elaborado por Gobernación, es que desde siempre, en México la falta de información propicia la ambigüedad, la confusión y el rumor.
Esto hace necesario establecer con claridad que cada rumor tiene su público. Los hay de tipo financiero, político y de seguridad. “Los rumores de tipo político circulan principalmente entre la clases política actuante y en espera de actuar. Sin embargo, el rumor más efectivo es el que llega de manera casi simultánea a todos los estratos de la sociedad”, escribe el autor.
Al en boca en boca, se pasó al recurso de la prensa escrita en la segunda mitad del siglo XX. Por estos días corresponde al mundo cibernético donde el Internet por medio de las redes sociales, le ha dado otra dimensión a la difusión de los rumores.
“La predisposición a aceptar y transmitir el rumor es aún mayor en un ambiente de intranquilidad social, de información, contradictoria o cuando la credibilidad de los agentes informativos se ha deteriorado notablemente”.
“En el sexenio de Echeverría, la propaganda acelerada de las más variadas versiones respecto de las medidas económicas del gobierno y del futuro del país, comenzó con la devaluación de agosto de 1976. El enfrentamiento con los empresarios y las acusaciones y veladas amenazas que se cruzaron entre éstos y el gobierno, además de las dificultades económicas y la aparente incapacidad del gobierno para controlarlas, dieron como resultado que en los últimos meses de ese sexenio se fuera generando una atmósfera en la que “todo puede suceder” y por lo tanto fuera propicia para los rumores”.
“En el curso del tiempo, el rumor más grave fue que se preparaba un Golpe de Estado: primero que ocurriría el 16 de septiembre y, después, el 20 de noviembre. También corrió la especie de que el general (Hermenegildo) Cuenca Díaz (secretario de la Defensa Nacional en el gobierno de Echeverría) había sido asesinado o que estaba en el campo militar No. 1.
“Después del 20 de noviembre se empezó a decir que Echeverría, para seguir en el poder, se daría un autogolpe de Estado, (en su momento se habló de enmiendas constitucionales y de reelección). Finalmente, lo relacionado con la pretensión de un nuevo maximato”.
Las analogías con lo que ha ocurrido en el país en estos primeros días del 2017, son varias y de diferente índole. Los llamados a la toma de las calles y el bloqueo de carreteras y casetas de peaje en los principales accesos a la Ciudad de México, así como los plantones en los pasos fronterizos en algunas entidades del norte de la república, han traído detrás la difusión de rumores de que algo se iba a salir de control, de que era inminente la violencia y de que habría que tomar precauciones.
La realización de saqueos en tiendas departamentales, robos y actos de pillaje en tiendas en entidades como Veracruz, Estado de México, Chiapas y Nuevo León, son mencionados en la prensa escrita como “fuego amigo” al interior del PRI, organización política que estaría dividida en estos días ante la crisis social y política que enfrenta el gobierno de Enrique Peña Nieto, por lo que una facción habría movido a sus huestes para realizar este tipo de sucesos vandálicos y marcar distancia rumbo a la elección presidencial del 2018. Desde ya, ha comenzado a despuntar que a la par del descontento social, se incrementarán los usos y abusos del rumor como el viejo recurso de manual de propaganda.
Juan Veledíaz
No hay comentarios.:
Publicar un comentario