"Asistimos horrorizados a los últimos eventos en Siria. Expreso mi firme repulsa por la inaceptable masacre perpetrada ayer en la provincia de Idlid", exhortando a "·cuantos tienen responsabilidades políticas, a nivel local e internacional, para que cese esta tragedia y se lleve alivio a esa querida población, desde hace demasiado tiempo extenuada por la guerra"..., dijo el papa Francisco al final de la Audiencia general en la Plaza San Pedro.
En ese lugar "han asesinado a decenas de personas indefensas, entre las cuales se encuentran muchos niños”, expresó el Santo Padre durante la Audiencia General del miércoles.
“Rezo por las víctimas y por sus familias, y hago un llamado a la conciencia de todos aquellos que tienen responsabilidad política, tanto a nivel local como internacional, con el objetivo de que pongan fin a esta tragedia y que den alivio a esta población después de tanto tiempo sufriendo la guerra”.
El Pontífice quiso dar ánimos también a todos los que participan en las tareas de socorro, incluso poniendo en riesgo sus vidas: “Animo, además, a los que se esfuerzan, incluso en medio de esta inseguridad y de esta tragedia, para prestar ayuda a los habitantes de esa nación”.
Tanto el Ejército sirio como las fuerzas rebeldes opositoras se acusan mutuamente del ataque.
Las circunstancias concretas no están todavía claras, pero la ONU, por medio de su Secretario General, António Guterres, lo ha calificado como “crimen de guerra”.
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud no ha dudado en calificar el suceso como “un ataque con agentes químicos”, a pesar de que Rusia ha apuntado a que la tragedia pudo deberse a la destrucción, por parte de la fuerza aérea siria, de un depósito químico bajo control rebelde...
En el Consejo de Seguridad de la ONU se ha propuesto un proyecto de resolución condenando el ataque químico registrado en el norte de Siria. Tanto Naciones Unidas como la UE han pedido responsabilidades por lo ocurrido. El ministro francés de Exteriores Jean-Marc Ayrault, consideró que “no hay duda sobre la responsabilidad del régimen de Damasco, del régimen sirio”, y el secretario de Estado de Estados Unidos, Rex Tillerson, aseguró que Irán y Rusia tienen una “enorme responsabilidad moral” por las muertes en el bombardeo.
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Siria; el Papa: horror por la masacre de IdlibDurante la audiencia recordó el atentado de San Petersburgo: «Los mafiosos responden al mal con el mal, porque no tienen esperanza»
AFP
Papa Francisco rezando durante la Audiencia general
Vatican Insider, ç
Pubblicato il 05/04/2017
IACOPO SCARAMUZZI
CIUDAD DEL VATICANO
«Asistimos horrorizados a los últimos eventos en Siria. Expreso mi firme repulsa por la inaceptable masacre perpetrada ayer en la provincia de Idlib», exhortando a «cuantos tienen responsabilidades políticas, a nivel local e internacional, para que cese esta tragedia y se lleve alivio a esa querida población, desde hace demasiado tiempo extenuada por la guerra». Papa Francisco pronunció estas duras palabras al final de la Audiencia general en la Plaza San Pedro, recordando particularmente el «grave atentado de los días pasados en el metro de San Petersburgo, que ha causado víctimas y desolación en la población». Durante la catequesis, Francisco subrayó que «los mafiosos creen que el mal se puede vencer con el mal», porque «no tienen esperanza».
«Asistimos horrorizados a los últimos eventos en Siria. Expreso mi firme repulsa por la inaceptable masacre perpetrada ayer en la provincia de Idlib, donde han sido matadas decenas de personas inermes, entre ellas tantos niños», dijo el Papa. «Rezo por las víctimas y sus familiares –continuó– y dirijo un llamamiento a la conciencia de cuantos tienen responsabilidades políticas, a nivel local e internacional, para que cese esta tragedia y se lleve alivio a esa querida población, desde hace demasiado tiempo extenuada por la guerra. Aliento asimismo los esfuerzos de quienes, aun en la inseguridad y dificultad, se esfuerzan por hacer llegar ayuda a los habitantes de esa región».
Prosiguiendo con el ciclo de catequesis sobre la experiencia cristiana, Jorge Mario Bergoglio dedicó la de hoy al concepto de «dar razones de la esperanza que habita en nuestros corazones», que aparece en la Primera Lectura del Apóstol Pedro, un texto que «hunde sus raíces directamente en la Pascua». «Nuestra esperanza no es un concepto –insistió Papa Bergoglio–, no es un sentimiento, no es un teléfono celular, no es un montón de riquezas: ¡no! Nuestra esperanza es una Persona, es el Señor Jesús que lo reconocemos vivo y presente en nosotros y en nuestros hermanos, porque Cristo ha resucitado. Los pueblos eslavos se saludan, en vez de decir “buenos días”, “buenas tardes”, en los días de Pascua se saludan con esto “¡Cristo ha resucitado!”, “¡Christos voskrese!”, lo dicen entre ellos; y son felices al decirlo. Y este es el “buenos días” y las “buenas tardes” que nos dan: “¡Cristo ha resucitado!”». Y la «esperanza que habita en nosotros, por tanto, no puede permanecer escondida dentro de nosotros, en nuestro corazón: sino, sería una esperanza débil, que no tiene la valentía de salir fuera y hacerse ver; sino nuestra esperanza, como se ve en el Salmo 33 citado por Pedro, debe necesariamente difundirse fuera, tomando la forma exquisita e inconfundible de la dulzura, del respeto, de la benevolencia hacia el prójimo, llegando incluso a perdonar a quien nos hace el mal. Una persona que no tiene esperanza no logra perdonar, no logra dar la consolación del perdón y tener la consolación de perdonar. Sí, porque así ha hecho Jesús, y así continúa haciendo por medio de quienes le hacen espacio en sus corazones y en sus vidas, con la conciencia de que el mal no se vence con el mal, sino con la humildad, la misericordia y la mansedumbre».
Por el contrario, «los mafiosos piensan que el mal se puede vencer con el mal, y así realizan la venganza y hacen muchas cosas que todos nosotros sabemos. Pero no conocen que cosa es la humildad, la misericordia y la mansedumbre. ¿Y por qué? Porque los mafiosos no tienen esperanza. ¡Eh! Piensen en esto. Es por esto que San Pedro afirma que “es preferible sufrir haciendo el bien, si esta es la voluntad de Dios, que haciendo el mal”: no quiere decir que es bueno sufrir, sino que, cuando sufrimos por el bien, estamos en comunión con el Señor, quien ha aceptado sufrir y ser crucificado por nuestra salvación».
En este sentido, concluyó, «cada vez que nosotros tomamos parte a favor de los últimos y de los marginados o que no respondemos al mal con el mal, sino perdonando, sin venganza, perdonando y bendiciendo, cada vez que hacemos esto nosotros resplandecemos como signos vivos y luminosos de esperanza, convirtiéndonos así en instrumentos de consolación y de paz, según el corazón de Dios. Así, adelante con la dulzura, la mansedumbre, siendo amables y haciendo el bien incluso a aquellos que no nos quieren, o nos hacen del mal. ¡Adelante!».
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