18 oct 2017

Santa Sede desmiente rumores de deceso de papa emérito: Fake News!

Santa Sede desmiente rumores de deceso de papa emérito: Fake News!
Está bien para un hombre de su edad....
Desde hace unos días, a través de la red social de mensajería instantánea Whatstapp, se ha propagado el rumor de que la salud de Benedicto XVI se habría resentido gravemente y otros mensajes en los que se asegura que incluso habría muerto.
¡Falso!

Sin embargo, la Vice directora de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Paloma García Ovejero, ha desmentido de forma categórica ambos rumores.
Hoy mismo, en España los bulos han ido a más y son muchos los que están recibiendo mensajes en los que se da por hecho que el Papa emérito habría muerto.
Ayer, el Secretario personal de Benedicto XVI, el Arzobispo Georg Ganswein, también tuvo que salir al paso de los rumores sobre el estado de salud del Papa emérito y explicó cómo está realmente Joseph Ratzinger.
“El hermano Georg Ratzinger ha vuelto a casa ayer. Ambos han pasado un buen tiempo, creo que han sido de los mejores días”, explicó el Arzobispo haciendo ver que el estado de salud del papa emérito no ha sufrido cambios.
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Retrospectiva...
La mañana de lunes 11 de febrero de 2013 nos despertamos en México con una noticia de primera magnitud, Joseph Aloisius Ratzinger (1927-), papa  número 265, más conocido como Benedicto XVI se atrevió a romper una tradición de siglos: retirarse en vida, lo que soñaron varios de sus predecesores y no pudieron concretar. Nadie en La Stampa- la sala de prensa del Vaticano-, esperaba la noticia; había en ese momento apenas cuatro periodistas. 
El papa leyó su renuncia en latín, lo que resultaba difícil de entender, y  Giovanna Cirelli de la agencia de noticias ANSA, gracias a que sabía el idioma entendió lo que estaba pasando en el consistorio convocado, y con sabia decisión periodística y sabiendo que si se equivocaba se jugaba el cargo, escribió pocas líneas que partieron a las 11,47 horas Urbi et orbi- a la Ciudad de Roma y todo el Mundo-, como un flash: "Il Papa lascia il pontificato dal 28 febbraio". 
Y como era de esperarse la noticia se viralizó de inmediato por todo los rincones del mundo. Andrés Beltramo corresponsal de la agencia Notimex, no teniendo el acceso directo, pasó la noticia a la redacción pero perdió la nota aunque él fue el primero en enviar el twitter. Los otros periodistas se “colgaron” de la nota y ampliaron su informe. En algunos minutos, la sala de prensa se fue llenando de periodistas de todo el mundo, incrédulos ante la impresionante noticia.
En México, por los cambios de horario nos despertamos con la gran noticia. 
Muy temprano el periodista Mario Campos del Instituto Mexicano de la Radio, me pidió a botepronto mi opinión al respecto. http://www.blogs.imer.gob.mx/antenaradio/tag/fred-alvarez. 
Le dije tranquilo que la renuncia anunciada esa mañana no era para mi una sorpresa sino que era algo esperado, y que muchos analistas veíamos esa posibilidad.
 Le comenté a Mario al aire que eso lo había expresado un año antes en la revista Código Topo del 5 de marzo de 2012. Además que no había mucho que adivinar, ya el propio papa Benedicto XVI había declarado meses antes al periodista alemán Peter Seewald que entendía como derecho –y a veces deber- que el papa dimitiera cuando piense que no se encuentra capaz física, mental o espiritualmente para desarrollar sus obligaciones.
La renuncia fue una novedad de facto pero no de iure, históricamente los casos de renuncia al pontificado han sido escasos: cuando mucho tres en toda la historia: Benedicto IX (1032), Celestino V (1294) y Gregorio XII (en 1415). 
Pero Benedicto XVI es el segundo en hacerlo libremente. El primero fue el austero monje eremita Pedro Angelari da Morrone, más conocido Celestino V, quien fue elegido papa en julio de 1294 y seis meses después renunció al darse cuenta de que el cargo superaba a sus cualidades. 
En diciembre de 1294 leyó una bula de renuncia y murió dos años más tarde. Fue canonizado en 1313. Su renuncia fue acompañada de polémica acerca de la facultad de un Papa para dimitir. El debate fue resuelto por su sucesor Bonifacio VIII que justificó la renuncia de su predecesor siempre que lo hubiera hecho libremente. Esta decisión históricamente fue aceptada como precedente legal, de modo que el  Canon 332, 2º dice: “Si el Romano Pontífice renunciase a su oficio, se requiere para la validez que la renuncia sea libre y se manifieste formalmente, pero no se requiere que sea aceptada por nadie”. Es decir, la renuncia deber ser libre tal y como lo señala el canon 188, debidamente manifestada y no aceptada por alguien.
Punto.

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