13 mar 2019

Las columnas políticas hoy, miércoles 13 de marzo de 2019.....

@fredalvarez
Jorge Mario Bergoglio, @Pontifex_es  lleva en 6 años 27 viajes internacionales en 41 países de mundo ha superado al hoy santo  Juan Pablo II que hizo 104 viajes internacionales en casi 26 años.

Felicidades!
#
Hace seis años...., era míércoles como hoy..
 A las 12:06 horas –hora de México-, salió humo blanco de la chimenea instalada en la Capilla Sixtina; el repique de campanas en la Plaza de San Pedro confirmó el signo de la nube: habemus papa. 
#
@fredalvarez
Con todo respeto a la justicia australiana, pero me resulto raro
 -¿perverso del juez?-,
que hayan decidido hacer un espectáculo mundial al condenar por TV en vivo al cardenal George Pell a seis años de prisión..
Y justo hoy aniversario del nomramiento de @Pontifex_es
#
Las columnas políticas hoy, miércoles 13 de marzo de 2019.....
Bajo Reserva /El Universal..
Persigue AMLO a chapulines delincuentes
Nos dicen que en una revisión de la nómina de empleados del gobierno, se encontró que había chapulines que brincaron de una dependencia de gobierno a otra. Es decir, que luego de haber sido denunciados en una institución por diversas ilegalidades, dichos personajes simplemente se iban a otra dependencia para poder seguir viviendo del erario. Nos comentan que el presidente Andrés Manuel López Obrador ordenó una limpia de esos casos, razón por la cual posiblemente haya, en el corto plazo, más despidos de burócratas.
Las memorias de doña Olga
¿Recuerda el caso de 3 mujeres indígenas acusadas de secuestrar a 6 agentes federales, en 2006? La ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación en retiro, hoy secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, exhibió que ese fue un caso de los tantos en los que se sembraron evidencias, pero además mal integrado, y que en su momento así se lo hizo saber a la Procuraduría General de la República. La funcionaria detalló que México ha sido un “verdadero”, sembradero de evidencia y advirtió que el día que se tenga tiempo, platicará lo que ocurrió con el caso de la francesa Florence Cassez. Así que en cuanto a doña Olga le quede un tiempecito libre entre las desmañanadas diarias y los bomberazos cotidianos, podría sentarse a escribir sus memorias, que podrían ser de mucho interés público dada la relevancia de los casos que le tocó resolver en la Corte.
Lo que la secretaria quiso decir
Al menos una docena de titulares de Órganos Internos de Control de las dependencias que conforman gobierno federal, siguen sorprendidos y con cuestionamientos tras el llamado que les hizo la titular de la Secretaría de la Función, Irma Eréndira Sandoval, para que “frenen” la simulación y que hagan “verdaderas” tareas de vigilancia. Doña Irma Eréndira, nos hacen notar, no dio más datos, ni habló de algún caso específico y, desde luego, no presentó alguna prueba. Nos dicen que muchos tomaron lo dicho por la secretaria como un regaño, otros como una ofensa, pero todos se preguntan ¿qué les quiso decir?
Los mensajeros de Napito
Muy ajetreada tendrá su agenda la abogada laborista Susana Prieto en su visita a la Ciudad de México. La litigante, quien ha asesorado a los trabajadores de las maquiladoras en Matamoros, Tamaulipas, para que se vayan a huelga, ha sido vinculada con el líder minero Napoleón Gómez Urrutia. Nos comentan que durante su estancia en la capital del país se reunirá con los sindicatos universitarios que están en huelga como el SITUAM y el STUACh. ¿Será que la abogada busca convencer a estas organizaciones para afiliarse a la central obrera de don Napoleón, la Confederación Internacional de Trabajadores?
#
Templo Mayor/Reforma
COMO QUE a Olga Sánchez Cordero se le está olvidando que ni los ministros de la Suprema Corte ni el Fiscal General son sus achichincles, por lo que resulta preocupante que quiera sentarlos para "revisar" por qué las cosas no están saliendo como quiere el gobierno.
PORQUE a menos que hayan cambiado la Constitución sin avisarle a nadie, se trata de entes autónomos que no tienen por qué ni para qué reunirse en privado. Y eso no es sólo en México, en Estados Unidos, por ejemplo, los ministros de la Suprema Corte no ponen un pie en la Casa Blanca ni como turistas... mucho menos andan negociando sus sentencias.
ES MUY SENCILLO: si la Fiscalía está insatisfecha con los fallos, para eso están las apelaciones. Y si cree que hay corrupción de los jueces, que les abra carpetas de investigación. Porque, si no se cree en el sistema de justicia, ¿para qué diablos lo tenemos?
LO CURIOSO es que si algo caracterizó a Olga Sánchez Cordero en la SCJN fue su postura garantista, misma que ahora tanto le incomoda. Como que ya no se acuerda, por ejemplo, que ella votó en favor de liberar a Florence Cassez por violaciones al debido proceso, pese a todas las pruebas en su contra.
CADA QUIEN su estilo de ejercer la mayoría: mientras Ricardo Monreal privilegia la negociación y los acuerdos en el Senado; en San Lázaro, Mario Delgado está trepado en la aplanadora morenista.
Y MAÑANA planea pasar por encima de la oposición para imponer la reforma que crea la figura de "revocación de mandato", sin tomar en cuenta otras opiniones al respecto. Una de las principales modificaciones que se están pidiendo es que esa votación no sea el mismo día de las elecciones para diputados federales en 2021.
LA RAZÓN es evidente: poner al Presidente en las boletas provocará una distorsión en los resultados, dado que su popularidad beneficiará de manera descarada a los candidatos de su partido. Y eso, aquí y en China, en Venezuela, en Cuba y en Corea del Norte se llama cargar los dados.
CARDIACA se está poniendo la sucesión en el Instituto Nacional de Cardiología, donde ya hay tres finalistas. Uno es Jorge Gaspar, quien seguramente anda con el pulso acelerado pues se le identifica con el viejo grupo dominante en la institución, lo cual le pone un tache con el nuevo gobierno. Los otros son Jesús Vargas, actual director de Investigación; y Marco Peña Duque, jefe de Hemodinamia de alto perfil académico, pero, sobre todo, con mucha mano izquierda. El próximo director enfrentará no sólo un reto médico sino también administrativo, dado el severo recorte que casi le causa un infarto al instituto.
#
Economía en marcha
JAQUE MATE / Sergio Sarmiento
Reforma, 13 Mar. 2019
"Las estadísticas son como
los bikinis: lo muestran todo
excepto lo esencial”. Popular
Las cifras de empleo y consumo que citó el presidente Andrés Manuel López Obrador en el informe por sus 100 primeros días de gestión son estrictamente correctas, pero engañosas. El mandatario argumentó, con base en estas cifras, que la economía "está en marcha; aún crece poco, pero no hay ni asomo de recesión, como quisieran nuestros adversarios conservadores o como pronostican con mala fe sus analistas".
"En este año, según datos del Seguro Social, se han creado 220,628 nuevos empleos y la recuperación del poder adquisitivo está mejorando el consumo interno. Las tiendas de autoservicio y departamentales reportan un incremento de 2.5 por ciento en las ventas de enero con respecto al mismo mes del año anterior".
Es verdad que el IMSS reportó 20,299,993 empleos formales en febrero de 2019, un aumento de 220,628 sobre los 20,079,365 de diciembre de 2018. El Presidente, sin embargo, omitió mencionar que en los mismos meses de enero y febrero de 2018 se crearon 278,033 empleos por lo que, si acaso, el resultado del inicio de este 2019 es decepcionante. Tampoco informó que en diciembre de 2018 se perdieron 378,561 empleos, la mayor cifra registrada por el IMSS. Una forma más correcta de reportar los resultados habría sido señalar que en los tres primeros meses de gobierno se perdieron 157,933 empleos formales (STPS, "Puestos de trabajo registrados en el IMSS"). No tenemos, por otra parte, ningún informe sobre el número de despedidos u obligados a renunciar a puestos de confianza o de honorarios en el gobierno.
Es verdad que el gobierno elevó el salario mínimo 16 por ciento en la mayor parte del país y 100 por ciento en la frontera, pero esto no se ha reflejado en una mejoría en el consumo. La Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD) reportó para enero de 2019, es cierto, un aumento en ventas de 2.5 por ciento anual a tiendas iguales, pero es un aumento nominal que no descuenta la inflación. La inflación anual en enero fue de 4.37 por ciento por lo que las ventas de la ANTAD no compensaron el aumento en precios. Estamos registrando una contracción, y no un aumento, en el consumo real.
Tiene razón el Presidente: no hay, hasta el momento, asomo de recesión, en buena medida porque no ha habido tiempo para ello. Una recesión se define popularmente como una contracción en dos trimestres consecutivos, pero todavía no tenemos las cifras del primer trimestre de 2019. La última recesión formal en México fue en 2009, cuando la economía cayó 5.3 por ciento. En 2013 hubo una contracción en el segundo trimestre, pero la economía subió 1.3 por ciento en todo el año. México, pese a lo que dice el Presidente, ha tenido uno de sus periodos de crecimiento más largos de la historia, desde 2010 hasta diciembre de 2018. No hay indicaciones de que se aproxime una recesión. Citibanamex ha señalado la "posibilidad" de una recesión, pero para este 2019 solo ha bajado su pronóstico de crecimiento de 1.7 a 1.4 por ciento.
López Obrador tiene, por supuesto, un optimismo abrumador. En su informe afirmó que, "si se acaba con la corrupción y se gobierna con austeridad, se puede obtener más crecimiento económico". En la mañanera de ayer reiteró que "México va a ser un ejemplo mundial". Ojalá. Por lo pronto su gobierno es todavía muy joven. Se han perdido empleos y ha caído el consumo real, pero esto es normal en un inicio de sexenio. El problema es que el Presidente, en lugar de reconocerlo, manipula las cifras.
· DESAUTORIZADO
 Apenas publicó el Financial Times la declaración del subsecretario de Hacienda Arturo Herrera de que "no autorizaremos" la construcción de una refinería, cuando AMLO declaró que la refinería sí va. La economía se maneja desde Palacio.
@SergioSarmiento
 #
Partidos: dinero en exceso/Eduardo R. Huchim
Reforma, 13 Mar. 2019
El dinero público destinado a los partidos mexicanos es excesivo y muchos actores políticos han hablado de reducirlo, pero nadie ha traducido su intención en hechos eficaces. En buena hora, los diputados Tatiana Clouthier y Mario Delgado (Morena) han anunciado la presentación de una iniciativa en ese sentido (Reforma, 06/03/19), pero apenas es el inicio de un camino largo e incierto porque para llevarla a buen puerto se requiere de una mayoría calificada en ambas Cámaras del Congreso.
Ello porque se trata de una reforma constitucional, circunstancia que evidencia la desmesura cometida en el pasado, pues los partidos son los únicos entes que reciben recursos presupuestales y tienen definida en la Constitución la forma detallada en que deben calcularse y asignarse. Dicho de otro modo, Morena no podrá por sí misma materializar esa iniciativa y es previsible que no todos los partidos simpatizarán con ella.
En 1997, el total del financiamiento público para actividades ordinarias fue de 1,031 millones de pesos. Veinte años después, lo que antes fue para todos correspondió a un solo partido, el PRI, que en 2017 recibió 1,004 mdp por ese mismo concepto. Cierto que se trata de cifras de valor nominal, pero aun así reflejan el exceso. En ese mismo lapso de 20 años, los partidos recibieron más de 66,000 mdp de las arcas federales.
Me apresuro a decir que considero correcto destinar dinero del presupuesto a los partidos y que el porcentaje de recursos privados para estos sea muy menor. Es más, el Congreso debería considerar la posibilidad de eliminar completamente los recursos de origen privado.
Desde hace algunos lustros, he venido proponiendo una forma sencilla de contener el exceso: mantener la fórmula actual para determinar el monto de la bolsa, pero a la hora de entregar los dineros, no se suministraría el monto total, sino una parte igual al porcentaje de participación de la última elección federal. Ahora, dos diputados de Morena promueven la reducción a la mitad de los montos actuales, pero su partido no posee los votos suficientes para, por sí solo, aprobar una reforma constitucional.
Prospere o no tal iniciativa, convendrá corregir una ostensible inequidad: la asignación en porcentajes de 30% igualitario y 70% de acuerdo con los votos obtenidos. Esa inequidad provocó que, por ejemplo, en 2018, el PRI fuera el más favorecido, con más de 1,600 mdp, mientras que el Partido del Trabajo tuviera 354 mdp, incluyendo en todos los casos financiamiento ordinario y de campaña. En 2019, Morena tiene más de 1,500 mdp y al menos dos partidos no alcanzan los 400 mdp.
Siempre he afirmado mi acuerdo con que la mayor votación sea premiada y mi desacuerdo con que la diferencia entre el partido más votado y el menos votado sea abismal. La fórmula 70-30 podría invertirse o, por lo menos, equipararse en un salomónico 50-50. Lo que no debe continuar es la actual disparidad.
Quizá el aspecto peor en esta materia es que, a pesar del monumental monto que reciben en conjunto los partidos, ese dinero no les basta y es frecuente que acudan a fuentes ilegales para proveerse de fondos (gobiernos, empresas y delincuencia organizada). Casi es un lugar común afirmar que el rebase de los topes de gastos de campaña es un deporte nacional, ante el cual se ha estrellado la fiscalización del INE y ha sido nula la actuación de la Fepade.
Cuando se habla de reducciones importantes a los montos presupuestales partidarios, suele decirse que tal disminución afectaría las posibilidades de ganar elecciones. La realidad es diferente: en 2018, el PRI tuvo -como ya se apuntó- el mayor monto de financiamiento y quedó en tercer lugar en la votación presidencial. En cambio, con menos del 40% de lo que correspondió al PRI (621 mdp), Morena se alzó con la Presidencia de la República y la mayoría en las dos Cámaras del Congreso de la Unión. El dinero, pues, no siempre es determinante para ganar. Y aun cambiados los papeles, el PRI tiene asignados para este año 849 mdp, más de lo que Morena recibió en 2018.
Comoquiera, riñe con la sensatez el que en 2019 los partidos vayan a recibir casi 5,000 millones de pesos de financiamiento púbico federal, al cual habría que añadir los también cuantiosos fondos estatales, y esto en un año en que no hay comicios federales. La necesidad de disminuirlo es innegable.
@EduardoRHuchim
#
Partidos: dinero en exceso/Eduardo R. Huchim
Reforma, 13 Mar. 2019
El dinero público destinado a los partidos mexicanos es excesivo y muchos actores políticos han hablado de reducirlo, pero nadie ha traducido su intención en hechos eficaces. En buena hora, los diputados Tatiana Clouthier y Mario Delgado (Morena) han anunciado la presentación de una iniciativa en ese sentido (Reforma, 06/03/19), pero apenas es el inicio de un camino largo e incierto porque para llevarla a buen puerto se requiere de una mayoría calificada en ambas Cámaras del Congreso.
Ello porque se trata de una reforma constitucional, circunstancia que evidencia la desmesura cometida en el pasado, pues los partidos son los únicos entes que reciben recursos presupuestales y tienen definida en la Constitución la forma detallada en que deben calcularse y asignarse. Dicho de otro modo, Morena no podrá por sí misma materializar esa iniciativa y es previsible que no todos los partidos simpatizarán con ella.
En 1997, el total del financiamiento público para actividades ordinarias fue de 1,031 millones de pesos. Veinte años después, lo que antes fue para todos correspondió a un solo partido, el PRI, que en 2017 recibió 1,004 mdp por ese mismo concepto. Cierto que se trata de cifras de valor nominal, pero aun así reflejan el exceso. En ese mismo lapso de 20 años, los partidos recibieron más de 66,000 mdp de las arcas federales.
Me apresuro a decir que considero correcto destinar dinero del presupuesto a los partidos y que el porcentaje de recursos privados para estos sea muy menor. Es más, el Congreso debería considerar la posibilidad de eliminar completamente los recursos de origen privado.
Desde hace algunos lustros, he venido proponiendo una forma sencilla de contener el exceso: mantener la fórmula actual para determinar el monto de la bolsa, pero a la hora de entregar los dineros, no se suministraría el monto total, sino una parte igual al porcentaje de participación de la última elección federal. Ahora, dos diputados de Morena promueven la reducción a la mitad de los montos actuales, pero su partido no posee los votos suficientes para, por sí solo, aprobar una reforma constitucional.
Prospere o no tal iniciativa, convendrá corregir una ostensible inequidad: la asignación en porcentajes de 30% igualitario y 70% de acuerdo con los votos obtenidos. Esa inequidad provocó que, por ejemplo, en 2018, el PRI fuera el más favorecido, con más de 1,600 mdp, mientras que el Partido del Trabajo tuviera 354 mdp, incluyendo en todos los casos financiamiento ordinario y de campaña. En 2019, Morena tiene más de 1,500 mdp y al menos dos partidos no alcanzan los 400 mdp.
Siempre he afirmado mi acuerdo con que la mayor votación sea premiada y mi desacuerdo con que la diferencia entre el partido más votado y el menos votado sea abismal. La fórmula 70-30 podría invertirse o, por lo menos, equipararse en un salomónico 50-50. Lo que no debe continuar es la actual disparidad.
Quizá el aspecto peor en esta materia es que, a pesar del monumental monto que reciben en conjunto los partidos, ese dinero no les basta y es frecuente que acudan a fuentes ilegales para proveerse de fondos (gobiernos, empresas y delincuencia organizada). Casi es un lugar común afirmar que el rebase de los topes de gastos de campaña es un deporte nacional, ante el cual se ha estrellado la fiscalización del INE y ha sido nula la actuación de la Fepade.
Cuando se habla de reducciones importantes a los montos presupuestales partidarios, suele decirse que tal disminución afectaría las posibilidades de ganar elecciones. La realidad es diferente: en 2018, el PRI tuvo -como ya se apuntó- el mayor monto de financiamiento y quedó en tercer lugar en la votación presidencial. En cambio, con menos del 40% de lo que correspondió al PRI (621 mdp), Morena se alzó con la Presidencia de la República y la mayoría en las dos Cámaras del Congreso de la Unión. El dinero, pues, no siempre es determinante para ganar. Y aun cambiados los papeles, el PRI tiene asignados para este año 849 mdp, más de lo que Morena recibió en 2018.
Comoquiera, riñe con la sensatez el que en 2019 los partidos vayan a recibir casi 5,000 millones de pesos de financiamiento púbico federal, al cual habría que añadir los también cuantiosos fondos estatales, y esto en un año en que no hay comicios federales. La necesidad de disminuirlo es innegable.
@EduardoRHuchim


No hay comentarios.: