29 oct 2019

Balaceras del jueves negro en Sinaloa… con el tufo de la DEA

Balaceras del jueves negro en Sinaloa… con el tufo de la DEA
Por Redacción Ríodoce
Publicado el 27 de octubre de 2019 en la edición 874 del semanario Ríodoce.
Sobre la visita de la DEA y de funcionarios de Alabama y Nueva Orleans a Sinaloa, el gobierno del estado fue soltando la información a pedazos, desarticulada y turbia. Primero fue una filtración a Ríodoce, horas después una declaración de Carlos Hernández Leyva, subsecretario de Seguridad Pública de Sinaloa, donde destaca la necesidad de proyectar ante el gobierno de los Estados Unidos la reducción de los índices delictivos en la entidad.
Nunca, en ninguna declaración ni en ningún comunicado se dijo que en un viaje programado con personal de la DEA y autoridades de Alabama y Nueva Orleans, habían estado en un enorme laboratorio para producir metanfetaminas —cristal— que dos semanas antes el gobierno estatal y la Marina habían destruido.
Esto se conocería después del operativo fallido para atrapar a Ovidio Guzmán López el jueves 17 de octubre.
Las preguntas eran muchas, pero sobre todo ¿Qué buscaban los de la DEA al venir a Sinaloa ahora en papel de supervisores de lo que está haciendo el gobierno estatal? ¿El gobernador y su gabinete de seguridad dimensionaron los riesgos?

En un principio no se dio a conocer la reunión con el director interino de la DEA, Uttam Dhillon, hasta que Ríodoce cuestionó directamente al gobernador sobre el tema. Entonces se boletinó prácticamente lo mismo que habíamos publicado y se añadieron fotografías del evento. Pero de la visita al narcolaboratorio, nada.
Si se acordó que esta parte de la visita de la DEA y de los funcionarios de Alabama y Nueva Orleans se mantuviera en secreto, los gringos no cumplieron, porque al llegar a Estados Unidos se dedicaron a presumir sus “logros”. Narraron para medios impresos, radio y televisión, los pormenores de la visita y hasta describieron el “asombro” con que vieron las dimensiones del laboratorio destruido. Se habían tomado fotografías —como lo hubieran hecho en un día de campo— que luego subieron a sus cuentas de twitter y que compartieron con la prensa. En varias de ellas aparece Cristóbal Castañeda Camarillo, el secretario de Seguridad Pública de Sinaloa.
El 18 de septiembre, la televisora WAFF difundió un amplio “reportaje” donde da cuenta, sin tapujos, de la visita de la DEA a Sinaloa y su presencia en el narcolaboratorio.
“El fiscal federal Jay E. Town y el agente especial adjunto de la DEA a cargo, Clay Morris, ofrecieron información de un reciente viaje encubierto a México y al hogar del Cartel de Sinaloa”, dice la nota. Los funcionarios habían ofrecido una conferencia de prensa ese miércoles.

La delegación había sido seleccionada por la DEA —según la información— y se reunió primero en la Ciudad de México con funcionarios “del más alto nivel” el 11 de septiembre. Al día siguiente estuvieron en un laboratorio de metanfetamina en Sinaloa, que recientemente fue asegurado por las autoridades mexicanas.
El agente Clay Morris es uno de los que estuvieron durante esa visita a Sinaloa y declaró a la televisora que “con el apoyo de la policía estatal en Sinaloa, trabajarán para llevar ante la justicia a las personas que están en la cima de estas organizaciones”.
Al día siguiente, el diario Alabama Local News publicó a detalle la visita al “vientre de la bestia”, como llama a Sinaloa. Le narraron a la reportera Carol Robinson, el asombro que les causó ver la cantidad de drogas que se producen a poca distancia de Culiacán.
“Todos hemos visto y presenciado muchas cosas durante el año. Te cansas de ver cadáveres y los efectos de las sobredosis”, dijo Clay Morris, Agente Especial Asistente a Cargo de la Administración de Control de Drogas en Birmingham. “He visto y hecho muchas cosas importantes en todo el mundo y ver eso… te deja con una impresión y renueva tu lucha. Es asombroso”.
Escribe la reportera:
“Bajo estrictas medidas de seguridad proporcionadas por fuerzas policiales estadounidenses y mexicanas fuertemente armadas, la delegación viajó 5,500 millas en poco menos de 72 horas para “ver, oír y oler” la sofisticación del tráfico ilegal de narcóticos allí. El mensaje general, dijeron, era claro: el tráfico y la producción de drogas en México está dominando el tráfico de drogas en los Estados Unidos. La heroína, la metanfetamina, el fentanilo y la cocaína originarios de Colombia, todos se están trasladando a los Estados Unidos desde México”.
Dice que el viaje al lugar donde estaba el laboratorio destruido se hizo en un helicóptero Black Hawk del Cuerpo de Marines de los EE. UU, pero en realidad se realizó en un Black Hawk de la Marina de México. También que el laboratorio había sido destruido 15 días antes por la DEA cuando en realidad lo hicieron elementos de la Marina y de la SSP de Sinaloa y donde un agente estatal resultó herido de bala. En otras notas derivadas de la misma conferencia de prensa, se dice que el laboratorio lo destruyeron “las autoridades mexicanas”.
“Fue peligroso. Tuvimos que usar aplicaciones encriptadas en nuestros teléfonos para comunicarnos, incluso porque sabíamos que los carteles sabían que estábamos en la ciudad. La gente sabía que estábamos en la ciudad y sabían por qué estábamos allí y no les gustó ”, dijo Town. “Lo que vimos fue exactamente lo que pensamos que íbamos a ver, y más”.
Estuvieron frente a un laboratorio que hasta su incautación había producido 3 toneladas semanales de metanfetamina cristalina.
El Fiscal de Distrito Barry Matson, otro de los visitantes, dijo que en sus 30 años de carrera, nunca había visto algo así. “He estado en bustos de laboratorio de metanfetamina que abarcaban una casa entera o un área grande, pero nada en cuanto a la superficie y el tonelaje y la inmensidad de lo que experimentamos allí”.
Por eso las especulaciones y las preguntas. El jueves 24, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo, dijo que la DEA no tuvo nada que ver en la fallida operación para aprehender a Ovidio Guzmán López.

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