Responden columnistas a titular de SFP
REFORMA / Redacción
Cd. de México (31 diciembre 2019).- Luego de que Irma Eréndira Sandoval acusó a Denise Dresser y Sergio Aguayo de atacarla, los columnistas de Grupo REFORMA respondieron a la titular de la Función Pública.
Ayer, la funcionaria federal aseguró que esos ataques le hacen "lo que el viento a Juárez".
"Los mezquinos ataques de los mismos de siempre, como @DeniseDresserG y @sergioaguayo, me hacen lo que el viento a Juárez. La #4T vive y la lucha sigue", tuiteó.
Al respecto, Denise Dresser dijo a Sandoval que los "mezquinos" ataques que ahora le molestan son similares a los que ella hizo contra Virgilio Andrade por exoneraciones cuestionables.
"Mi estimada: si las críticas te hicieran lo que el viento a Juárez, no tuitearías al respecto. Como decía Shakespeare: 'la dama protesta demasiado'.
"Y los ataques "mezquinos" que te molestan son idénticos a los tuyos sobre Virgilio Andrade luego de sus exoneraciones cuestionables", le respondió la politóloga.
Sergio Aguayo lamentó que la Secretaria evada temas de fondo sobre verdad, justicia y combate a la corrupción.
John Ackerman e Irma Sandoval me descalifican con adjetivos sonoros por mi columna "Inmolaciones" (publicada en REFORMA el 27 de diciembre).
"Es una pena que evadan temas de fondo sobre verdad, justicia y combate a la corrupción. Responderé en mi columna del 8 de enero con hechos y razones", escribió Aguayo en su cuenta de Twitter.
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/ Inmolaciones/Sergio Aguayo
Reforma, 27 de diciembre
La de Virgilio Andrade fue por abyección, la de Irma Eréndira Sandoval por convicción. Ambos fracasaron y de manera estrepitosa. Enrique Peña Nieto y Manuel Bartlett siguen instalados en sus nichos VIP del "Santuario de los Presuntos Corruptos".
El origen es idéntico: investigación periodística de calidad. Rafael Cabrera, Daniel Lizárraga, Irving Huerta y Sebastián Barragán, del equipo de Aristegui Noticias, expusieron la escandalosa historia de la Casa Blanca de Angélica Rivera y Enrique Peña Nieto. Arelí Quintero -asociada de Carlos Loret de Mola- mostró el enriquecimiento inexplicable de Manuel Bartlett. Los dos textos descansan sobre firmes columnas documentales, disponibles para los interesados. El gobierno federal respondió enviando las revelaciones a la ventanilla de la Secretaría de la Función Pública (SFP).
Virgilio, licenciado por el ITAM y maestro por la Universidad de Columbia, es el típico funcionario priista, en su versión tecnocrática neoliberal. Mil usos, brincó de la banca de desarrollo al Consejo del Instituto Federal Electoral, luego fue asesor en diversas áreas de la Secretaría de Gobernación y de la Presidencia de la República y se hizo un lugar en la historia de la corrupción como el titular de la SFP, en donde intentó limpiar la imagen de Enrique Peña Nieto.
Virgilio sabía que sería descuartizado por la opinión pública cuando exonerara al Presidente; hizo un esfuerzo por justificarse abriendo los expedientes de su investigación al escrutinio público. Aunque el gesto fue poco apreciado, su breve informe sigue estando escoltado por miles de cuartillas, todavía alojadas en el portal de la SFP.
La doctora en Ciencia Política Irma Eréndira Sandoval viene de universidades públicas. En México, la Nacional Autónoma de México y la Autónoma Metropolitana, en Estados Unidos, la de California. Es una académica bien formada: tiempo completo del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM y Nivel III en el Sistema Nacional de Investigadores. Entiende la importancia de apuntalar sus afirmaciones con referencias, citas y anexos. En un sólido libro del 2011 dedica 28 páginas a la "Bibliografía y hemerografía". Por esos antecedentes, desconcierta lo descuidado del informe más importante de su carrera pública.
El texto de 29 cuartillas es lamentable tanto en el fondo como en la forma. Sólo investigó el año que lleva Bartlett como funcionario de la 4T. No escarbó las finanzas de la pareja de 20 años ni a los respectivos hijos; probablemente enriquecidos por la cercanía con el político. Se excusó diciendo: "ninguno de ellos es servidor público" y la relación sentimental "no cumple con los supuestos jurídicos de cónyuge o concubina".
Informa haber realizado "alrededor de media centena de diligencias ante 15 instancias públicas y privadas de los órdenes federal y estatal". Dedica 10 cuartillas a enumerarlas y cierra su escrito con un cronograma de las diligencias realizadas. Las 6,541 palabras carecen de anexos o documentos de respaldo. En síntesis, Bartlett se portó bien durante el último año, pero seguimos ignorando el origen de su fortuna.
El informe y las declaraciones posteriores de la funcionaria se encuadran en la tradición de los funcionarios que esperan ser creídos por su jerarquía y porque así lo decretó el titular del Ejecutivo. El abucheo ha sido generalizado y quienes la defienden reaccionan lanzando adjetivos sin contenido fáctico.
La historia se escribe con el choque de relatos que van destilando verdades. Como vivimos en la era de la razón, se imponen las historias creíbles por su argumentación y solidez informativa. Las filias, fobias e ideologías cuentan, pero bastante menos. Con estos criterios, los informes de Virgilio e Irma Eréndira son incapaces de abollar los reportajes de investigación.
Buena parte del espacio del "Santuario de los Presuntos Corruptos" sigue ocupado por funcionarios priistas -como Enrique Peña Nieto-. Un espacio más pequeño (y cuco) lo ocupan los panistas. Ya están habilitando la sección para los impresentables de la 4T -como Manuel Bartlett- señor de las sombras y los escándalos.
Esta historia continuará. Peña Nieto y Bartlett seguirán siendo investigados. Las inmolaciones de los dos titulares de la SFP quedan como ejemplos del significado de la disciplina hasta la ignominia.
Colaboró: Mónica Gabriela Maldonado Díaz.
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Auto-sabotaje/Denise Dresser
Reforma, 23 de diciembre de 2019
Ah, cómo dicen que son diferentes pero cómo actúan de forma idéntica. El lopezobradorismo tan parecido al peñismo en cuanto a su falta de voluntad para identificar y sancionar el conflicto de interés. Los artífices de la auto-denominada Cuarta Transformación haciendo lo mismo que los gobiernos que la precedieron. Investigaciones a modo a través de instituciones politizadas para encubrir a amigos y embestir a enemigos. Interpretaciones estrechas y formalistas de la ley que desvirtúan su espíritu y coartan el objetivo para el cual fueron creadas. Así como Virgilio Andrade utilizó a la Secretaría de la Función Pública para exonerar al ex presidente Peña Nieto por la Casa Blanca, Irma Eréndira Sandoval puso a la SFP al servicio de AMLO para encubrir a Manuel Bartlett y a su "pareja sentimental". Al mimetizar el pasado, empañan el presente y arruinan el futuro. Porque no son los adversarios de la 4T quienes dañan su desempeño; más bien es víctima de su propio auto-sabotaje.
Auto-sabotaje contenido en una investigación de sólo 29 cuartillas repleta de argumentos pueriles, posturas indefendibles, ausencias cuestionables y la encomienda clara de exculpar a Bartlett. En ninguna parte aparece lo que la Unidad de Inteligencia Financiera y el SAT debieron haber aportado. En ningún sitio se investiga el origen de las propiedades de la señora Abdala y los hijos de la pareja y si el patrimonio que poseen es congruente con sus ingresos. En ninguna página del escueto informe se indaga el uso o disfrute de los 25 bienes, una forma de enriquecimiento "oculto u ocultado" señalada en el artículo 60 de la Ley de Responsabilidades Administrativas. Más bien Irma Eréndira Sandoval hizo lo mejor que pudo para interpretar la normatividad de tal modo que Bartlett no fuera culpable. Que como sus hijos y su novia no son servidores públicos por lo tanto no se les puede investigar. Que como no son dependientes económicos del director de la CFE, él no está obligado a declarar sus bienes en su declaración patrimonial. Que a Bartlett sólo se le aplica la ley a partir del 1o. de diciembre de 2018. Que las lagunas legales impiden culpabilizarlo.
Argumentos elaborados para permitir el uso de prestanombres, para evadir lo que el gobierno no quiere saber ni sancionar mientras reconvierte a la CFE en monopolio estatal. Todo aquello que la secretaria de la Función Pública optó por ignorar por consigna presidencial. Cómo Bartlett dejó de registrar propiedades a su nombre cuando se volvió senador del PT. Cómo -justo en esa fecha- se multiplicaron de forma acelerada los inmuebles a nombre de su pareja y los hijos de ambos. Cómo la familia empezó a adquirir propiedades vertiginosamente en las zonas más caras de la Ciudad de México. Cómo los bienes raíces fueron comprados a precios más bajos que los del mercado. Cómo no hay registro de que Julia Abdala fuera dueña de alguna propiedad o empresa antes de su relación amorosa con Bartlett. Cómo los terrenos a nombre de uno de sus hijos se adquirieron cuando tenía 24 años y apenas salía de la universidad. Mucho ruido inexplicable, y pocas nueces explicadas en el mini-informe de la Función Pública.
Irma Eréndira Sandoval podrá seguir quejándose de la campaña en su contra, podrá continuar argumentando que la crítica es por ser mujer y no por actuar de manera incongruente, podrá seguir desacreditando a quienes hicieron la investigación periodística aunque no se ha desmentido un solo dato que presentan, podrá continuar subrayando que no se contó con ningún elemento que sugiriera el uso de prestanombres porque no se encontraron "instrumentos jurídicos" que lo acreditaran. Podrá seguir victimizándose. Pero eso no cambiará la percepción que su comportamiento ha creado: es y será la Virgilio Andrade de este sexenio. Objeto de críticas y burlas ganadas con cada hoja de una investigación planteada de antemano como una exoneración, y reforzadas por recurrir a las mismas formas que él empleó. La funcionaria que presumió una nueva "ética pública" acaba de demostrarnos cuán flexible, moldeable y discrecional es. La Dama de Hierro, convertida en figurita de lladró; la Robespierre con una guillotina de plástico; la implacable que resultó serlo selectivamente. Y al doblarse como lo hizo para proteger a Bartlett, no sólo se daña a sí misma. Su inmolación se vuelve otro auto-sabotaje para la Cuarta Transformación.
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López Obrador no es Peña Nieto/John M. Ackerman
La Jornada, 30 de diciembre de 2019
Los casos de la Casa Blanca de Angélica Rivera y las propiedades de Julia Abdalá no tienen similitud alguna. El primero ejemplificó a la perfección la corrupción estructural y la captura del Estado por intereses privados característicos del viejo régimen. El segundo fue un caso fabricado por los intereses más mezquinos con el fin de vengarse tanto por la contundente defensa de la soberanía nacional de Manuel Bartlett como por la valiente cruzada contra la corrupción encabezada por Irma Eréndira Sandoval.
Después de las elecciones de 2012, la esposa de Enrique Peña Nieto, y también Luis Videgaray, aceptaron lujosas residencias a precios fuertemente descontados de parte de un poderoso contratista del gobierno federal que posteriormente recibiría jugosos contratos de los mismos funcionarios a quienes había apoyado. El intercambio corrupto, el cínico quid pro quo, fue evidente para todos y todas.
En contraste, ni el titular de la Comisión Federal de Electricidad ni su pareja sentimental, Abdalá, han recibido residencia o prebenda alguna como resultado del trabajo del primero en la administración pública federal. Es más, ni siquiera existe alguna acusación o denuncia al respecto.
El único pecado de Bartlett durante la actual administración fue su exitosa renegociación de los contratos leoninos y corruptos firmados por el gobierno de Peña Nieto con la empresa transnacional Sempra Energy, cuya filial en México, IEnova, es dirigida por Carlos Ruiz Sacristán, antiguo secretario de Comunicaciones y Transportes con Ernesto Zedillo. La posición firme de Bartlett logró ahorrar al pueblo mexicano por lo menos 600 millones de dólares, algo que los intereses corruptos simplemente no perdonan.
En venganza, estos intereses recurrieron a su periodista favorito, el experto en montajes Carlos Loret de Mola, para intentar obligar al gobierno de López Obrador a despedir a Bartlett. Lo que presentó Loret no fue un ejemplo deperiodismo de investigación de buena factura (Sergio Aguayo dixit), sino la divulgación por encargo de información recabada por los servicios de espionaje del viejo régimen. Aguayo insulta la inteligencia de la ciudadanía y desprestigia al verdadero periodismo al comparar el sicariato de Loret con las investigaciones del equipo de Carmen Aristegui.
Aun así, la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval,comprobó una vez más su compromiso con los más altos estándares profesionales al utilizar todas las herramientas a su alcance para indagar y averiguar cada elemento aportado por el ex empleado de Televisa. Se comprobó fuera de cualquier duda que Bartlett no había mentido en su Declaración Patrimonial ni incurrido en algún acto de corrupción o conflicto de interés durante su cargo actual, tal y como está asentado en el Informe Técnico correspondiente (véase: bit.ly/39xwQkW).
Se procedió sin filias ni fobias y con un absoluto compromiso con el Estado de derecho, de la misma forma en que se había procedido en los casos de otros funcionarios tanto del viejo como del nuevo régimen, incluyendo Rosario Robles, Emilio Lozoya, Carlos Lomelí y Miguel Ángel Lozada Aguilar.
Pero al demostrar su integridad e independencia de los poderes fácticos, al rechazar las presiones mediáticas y negar a prestarse al montaje de Loret, ahora Sandoval es quien se ha convertido en el enemigo público número uno del viejo sistema.
Como dinosaurios heridos, los viejos comentócratas se lanzan con furia en contra de la titular de la SFP porque supuestamente tendría que haber comprobado el origen lícito de las propiedades de Abdalá y sancionado a Bartlett por su participación en el fraude de 1988.
Quienes así opinan evidencian tanto su total ignorancia de la ley como su mezquina complicidad con los intereses más oscuros. La institución responsable de investigar un posible enriquecimiento ilícito de la señora Abdalá es la Fiscalía General de la Nación y la Secretaría de la Función Pública no tiene competencia alguna en asuntos electorales.
Esta indignante cruzada en contra de una de las funcionarias más emblemáticas de la administración actual la promueven las mismas voces antiobradoristas que siempre han insistido que todos son iguales. Son quienes se hicieron de la vista gorda durante el fraude electoral de 2006, promovían el voto nulo en 2012 y hoy buscan desesperadamente desactivar la fuerza de la Cuarta Transformación.
Lo que en realidad no ha cambiado no es el gobierno federal, que hoy está dirigido por un grupo de ciudadanos en las antípodas del régimen anterior, sino la vieja comentocracia que no hace otra cosa que repetir las mismas fórmulas caducas y enclenques de siempre.
Personajes como Aguayo y Denise Dresser, para sólo mencionar un par de ejemplos, creen que se lucen asestando golpes bajos al nuevo régimen democrático, cuando en realidad sólo evidencian su profundo conservadurismo. Pierden legitimidad y rigor al confundir la gimnasia con la magnesia y hacen el juego sucio a los poderes fácticos en su cruzada contra la transformación que hoy se vive en la Nación.
www.johnackerman.mx
Twitter: @JohnMAckerman
Ego sum qui sum; analista político, un soñador enamorado de la vida y aficionado a la poesía.
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