Concepcion de La LLata y Acevedo, nació en Querétaro el 2 de noviembre de 1891, y desde muy joven se dedicó a la vida religiosa, ingresando a los 19 años a la Orden de las Capuchinas Sacramentarias. A partir de 1924, fue superiora del convento Hijas de María, fue más conocida como la madre Conchita, quien junto con el P. Miguel Agustin Pro S.J. y Luis segura Vilchez, fueron acusados de ser los autores intelectuales del asesinato del Presidente reelecto, Alvaro Obregon .
José de Leon Toral fue el autor material de la muerte del sonorense.
Aquel 17 de julio de 1928. la diputación Federal Guanajuatense ofreció una comida a Obregon, en el Restaurante "La Bombilla", sito en donde ahora se encuentra el Monumento a ese caudillo ( Insurgentes Sur, San Angel ) y cuando el conjunto musical entonaba su canción preferida, "El Limoncito", Leon Toral, quien estaba muy cerca de Obregón, dizque dibujándole una caricatura, le asesto 2 o 3 balazos en la cara y mató al Heroe de Celaya.
Se viene el juicio irregular y Toral, Luis Segura y el P. Pro son sentenciados al paredón y la Madre Conchita, es condenada a 20 años de cárcel , en Las Islas Marías.
De hecho, el día 18 de julio -un día después del asesinato de AO-, Acevedo es aprendida, interrogada y torturada. Meses después, es declarada culpable y condenada a prisión por 20 años, trasladándola a las Islas Marías el 14 de mayo de 1929..
El 29 de mayo de 1932 regresa a la ciudad de México, y contrae matrimonio; dos años después regresa al las Islas Marías.. El 20 de octubre de 1934 se efectúa la boda civil en las Islas Marías, y tras los privilegios otorgados, es liberada por órdenes del presidente Avila Camacho el 9 de diciembre de 1940, 8 años antes de cumplir su condena.
Cuando Concepción Acevedo de la Llata abandona los hábitos tenía más de 40 años, no tuvo descendencia..
Se sabe que la Santa Sede para proteger la integridad física y moral de La Abadesa, dispone díspensa de sus votos religiosos y autoriza se case con otro reo, Carlos Castro Balda; el délito de éste fue colocar un petardo en los sanitarios de la Cámara de Diputados, sin que causará mayores daños, eso fue en mayo de 1928.
Ese matrimonio fue convenido solo para apariencia y así la Madre Conchita gozara de garantías y cuidados de una mujer casada.
Se narra, que durante su estancia en las Islas Marías fue objeto de cuidados extraordinarios y de seguridad de parte del Gobernador de la prisión, teniendo calidad de interna privilegiada. De hecho, cuando Conchita llegó a la Penitenciaria el director era el general Francisco J. Múgica, personaje con quien entablaría una estrecha relación de amistad.
Cuando sale libre, ella y su esposo, Carlos , el gobierno del presidente católico Manuel Avila Camacho dispone una vivienda para ellos, a perpetuidad y ademas les asigna una pensión vitalicia para su manutención. misma que disfrutaron de ambos apoyos hasta el día en que murieron.
La vivienda era un departamento en un pequeño edificio, de tres plantas. en un edificio ubicado en lo que fue la calle Jalisco y hoy - oh ironias de la vida - es la Av. Alvaro Obregón.
Un viejo amigo, ya difunto tuvo la oportunidad de ir a vera antes de morir..
Comenta que llegó puntual al Depa # 2 y abrió la puerta el mismísimo Carlos Castro Balda "lo mire con curiosidad y al mismo tiempo escudriñando la vivienda : austera, limpia, cómoda, bien decorada - obvio, abundaban las Imágenes Religiosas, flores y una gran foto de S.S. Pio XII”.
La recibió la Madre Conchita, "postrada en su cama. muy vestidita con una capita de encajes, sabanas muy blancas y una gran Crucifijo en la cabecera. Una anciana bonita y muy maternal.
Agrega que le impresionó bastante.. "estaba yo mirando a alguien de quien solo había leído y que parecía pertenecer a la Historia, y ahí estaba ella viéndome e invitándome a que acercara; me pregunto mi nombre, si era casado, si educaba a mis hijos en la Fe Católica, si rezaba el Santo Rosario y me encomendó´a la Stma. Virgen y me dio la bendición.”
La madre Conchita murió en 1979 la Santa Sede dio permiso de ser amortajada con su hábito de monja. .
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