23 oct 2021

Las columnas políticas hoy, sábado 23 de octubre de 2021

El C. Presidente no se ha dado cuenta en el daño que sus palabras hacen a la universidad pública, a nuestra máxima casa de estudio; la UNAM; no se da cuenta que las universidades son espacios de reflexión y conciencia crítica de la sociedad, no se les puede colocar de un lado -¿estas con melón o con sandía?-, ; no se les puede cercar para que se pongan d aun lado o de otro sino que espacios del pensamiento liberal, donde todos cabemos..; cat´licocos, conservadores, liberales, fifis, protestantes , judios, musulmanes, Todos..!


Desde Gustavo Díaz Ordaz, ningún presidente de la República se se había lanzado tan frontalmente contra la universidad....

Hoy don Sergio Garcia Ramírez escribe...:

"Escuché las invectivas del presidente de la República —jefe de una facción política— contra la UNAM. En la matinée a la que nos somete, ascendió el tono de la oratoria rupestre y volvimos a enterarnos del concepto que aquel funcionario —insisto, jefe de una facción política— tiene sobre la Universidad. Por supuesto, el orador padece ignorancia acerca de la institución a la que ofende. Deplorable y extraña ignorancia. Deplorable en quien ostenta la más alta investidura política de la República. Y extraña en quien debiera conocer bien a la Universidad, considerando los años que invirtió en ella hasta emerger con un título en la mano.

No es esta la primera vez que el Presidente arremete contra la UNAM. Lo ha hecho desde que asumió el poder. ..."

Pero ante los embates palaciegos la solidaridad con la universidad..Goya!

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Templo Mayor/ REFORMA

ADEMÁS del desgarre muscular que sufrió jugando beis en horas de trabajo, Andrés Manuel López Obrador se está arriesgando a una lesión en la mano si insiste en querer tronarle los dedos a la OMS.

EL PRESIDENTE está obstinado con apurar a ese organismo de la ONU para que avale ya, ya, ya, las vacunas contra Covid-19 de Sputnik y CanSino compradas y aplicadas por su gobierno y que no serán aceptadas por Estados Unidos para poder entrar a su territorio.

Y A PESAR de que el director del organismo, Tedros Adhanom, ya le contestó que, si tienen dudas, que manden a sus expertos, el gobierno de la 4T necea con presionar por la vía "diplomática" un asunto que es estrictamente técnico, pues la OMS no puede avalar vacunas sin tener las pruebas completas.

VAYA que la actitud presidencial deja claro oootra vez que la pandemia de Covid en México se maneja desde la política y no desde la ciencia.

POR CIERTO, cuentan que el subsecretario de Salud Hugo López-Gatell se tardó en enviar la carta con el reclamo a la OMS por las vacunas no avaladas, provocando un fuerte disgusto de su mero jefe.

Y QUE la respuesta de Tedros Adhanom, director general de ese organismo internacional, de que hasta el jueves no habían recibido comunicación alguna de México sobre el tema se sintió en Palacio Nacional como un cachetadón con guante blanco del que todos culpan a López-Gatell.

EL HACKEO a celulares de gobernadores ya es epidemia. Después del morelense Cuauhtémoc Blanco y el tamaulipeco Francisco García Cabeza de Vaca, ayer les ocurrió a la guerrerense Evelyn Salgado y al chiapaneco Rutilio Escandón. ¿No será que en su chat de WhatsApp de gobernadores hay un topo cibernético? Es pregunta con dos palomitas azules.

LA EMBESTIDA contra la UNAM desde Palacio Nacional metió en broncas a varios egresados militantes de Morena. Mientras algunos como la ex titular de la SFP, Irma Eréndira Sandoval, y el investigador John Ackerman callan como momias, otros le dieron tímidamente la razón al golpeteo presidencial.

EN SU AFÁN por quedar bien con el Jefe Máximo de la 4T, Claudia Sheinbaum se sumó a los ataques contra la universidad que le dio su formación académica, su licenciatura y sus primeras oportunidades profesionales. Sin su origen Puma, sería imposible explicar la carrera política de Sheinbaum, pero para mantenerse como la preferida de Palacio había que traicionar a la raza y olvidarse del espíritu.

EN CONTRASTE, Ricardo Monreal se resistió a la tentación de sumarse al coro y fue claro en su definición: "Siempre me pongo de lado de la UNAM". Esa respuesta sí amerita un Goya.

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 Evo se le coló a Marcelo/

Bajo Reserva/ EL UNIVERSAL

A quien sorprendió la reunión entre el exmandatario Evo Morales y el presidente Andrés Manuel López Obrador en Palacio Nacional, este jueves por la noche, fue al canciller Marcelo Ebrard. Nos detallan que el jueves por la tarde, al llegar a Palacio Nacional para una reunión con el Ejecutivo federal sobre el avance de la vacunación contra Covid, la prensa preguntó al titular de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) si acudiría Evo Morales, a lo que respondió que no. Sin embargo, unos minutos más tarde, bajo un fuerte dispositivo de seguridad y por esa misma puerta, ingresó el expresidente de Bolivia. Dos horas después y apenado, el canciller recordó que él había comentado que no habría reunión. “Yo ni sabía”, dijo entre risas. ¿Quién se saltó al encargado de la política exterior mexicana sobre este encuentro? Todo podría parecer un simple desliz, pero en estos tiempos de sucesión adelantada, cualquier malentendido corre el riesgo de ser deliberado.

Los “sin partido” se estrenan en batalla

Se encuentran por fin en el Senado las minutas de la Miscelánea Fiscal, la Ley Federal de Derechos y la Ley de Ingresos de 2022. Nos cuentan que los diputados federales de oposición pidieron a sus homólogos en el Senado eliminar, por lo menos, los tres aspectos más polémicos: el registro obligatorio de jóvenes al ISR; el tope a la deducibilidad de donaciones a ONG y la legalización de los autos chocolate. La gran pregunta es si la agrupación de legisladores conocida como “grupo plural” en el Senado tendrá alguna incidencia en el resultado. Los sin partido aún no han dado a conocer su postura sobre lo aprobado en San Lázaro; están a la espera de que se reincorpore el senador Gustavo Madero quien, por motivos familiares, no se ha presentado. Lo que sí han dicho es que no esperen de ellos posturas radicales, estridencias ni ridículos como el de hace unos días en la Cámara de Diputados.

Los empresarios y la reforma eléctrica

El jueves pasado se le vio nuevamente en Palacio Nacional a Alfonso Romo, exjefe de la Oficina de Presidencia. Poco después de las 16:00 horas, el exfuncionario que funge como enlace del presidente López Obrador con la iniciativa privada llegó al recinto histórico cargando documentos. Media hora más tarde el empresario salió de Palacio Nacional diciendo que sólo había sido “una visita de amigos”. Lo cierto es que el tema posible de conversación, nos dicen, fue en torno a la iniciativa de reforma eléctrica. Cada voto en el Congreso contará y no sólo la oposición está en conversaciones con los hombres y mujeres del negocio.

Regresan las grandes reuniones

Dado que México se ha hecho de 130 millones de vacunas contra Covid-19 y el semáforo verde prevalece en gran parte del país, ahora sí se prepara la 33 Reunión Anual de Embajadores y Cónsules de México, la cual está prevista para llevarse a cabo de manera presencial del 10 al 12 de enero de 2022. La última reunión de este tipo fue en enero pasado pero se realizó de manera virtual y con muchos problemas técnicos. Los diplomáticos están ansiosos de compartir varias preocupaciones, entre ellas las exigencias que se les piden con cada vez menor presupuesto.

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 ¡Goya, Universidad!/Sergio García Ramírez

El Universal, 

Sin sorpresa (porque hay costumbre) y con preocupación y malestar (también son costumbre) escuché las invectivas del presidente de la República —jefe de una facción política— contra la UNAM. En la matinée a la que nos somete, ascendió el tono de la oratoria rupestre y volvimos a enterarnos del concepto que aquel funcionario —insisto, jefe de una facción política— tiene sobre la Universidad. Por supuesto, el orador padece ignorancia acerca de la institución a la que ofende. Deplorable y extraña ignorancia. Deplorable en quien ostenta la más alta investidura política de la República. Y extraña en quien debiera conocer bien a la Universidad, considerando los años que invirtió en ella hasta emerger con un título en la mano.

No es esta la primera vez que el Presidente arremete contra la UNAM. Lo ha hecho desde que asumió el poder. En esta columna me he referido varias veces al encono presidencial contra la Universidad que lo alojó por mucho tiempo. En los primeros días del agobiante mandato apareció el intento de suprimir la autonomía de las universidades públicas. Entonces se dijo que la omisión de la autonomía en el proyecto de reforma constitucional se debió solamente a un ligero error de secretaría. ¡Vamos!

Luego llegó el acoso presupuestal, con propuestas de reducción de los recursos que el pueblo —no el gobernante en turno— destina a la Universidad. Y no han cesado los ataques a ésta a propósito de su régimen de ingreso, los emolumentos de sus académicos, el rumbo de sus investigaciones. Todo ha entrado en esta arremetida que alarma a quienes miramos entre líneas un asedio al ejercicio de la autonomía, que lo es de la ciencia y la libertad.

El Presidente —caudillo, creo que lo dije, de una fracción política— padece un insomnio que lo traslada a 1933, cuando los universitarios discutieron en un congreso de gran calado temas tales como la libertad de pensamiento y el ejercicio de la enseñanza y la investigación. En medio de vuelcos dolorosos, prevaleció finalmente la visión sustentada por Antonio Caso: la Universidad, recinto de libertades, no puede disciplinarse a una sola ideología. Su vuelo apunta hacia infinitos horizontes, hogar del pensamiento libre, la investigación científica, la creación artística. Desde ese congreso han pasado poco menos de cien años. Pero el Presidente, con un siglo de retraso, sigue considerando que no se han movido las manecillas del reloj. Con esta extraña visión conservadora, tan suya, frustra y pervierte la marcha de México hacia el porvenir. ¡Enorme riesgo para los jóvenes que cifran sus esperanzas en las universidades públicas, entre ellas —señera— la Nacional Autónoma de México!

El Presidente consideró que la UNAM ha prescindido de la orientación social que se halla en su origen y se ha plegado a proyectos neoliberales que ignoran las necesidades del pueblo. Absolutamente falso, cuando hablamos de una institución eminentemente popular que impulsa una parte sustancial de la investigación que se realiza en nuestro país. Y en esa ruta de desahogos, que menosprecian la verdad, el orador acumuló reproches a los estudios jurídicos que se hacen en la Universidad. Cuestionó diversas áreas, ofendidas en un alud de insostenibles descalificaciones.

Ojalá que algún día operen el conocimiento y la cordura —ambos heridos cada mañana— y el orador se esfuerce en crear instituciones que merezcan bien de la Patria (no ha creado ninguna) en vez de arremeter contra las que hoy la prestigian, elevadas y sostenidas por otros mexicanos con talento, esfuerzo y generosidad.

 Profesor emérito de la UNAM

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Caso Turín 46: Sheinbaum, AMLO y el desprecio al Poder Judicial/Néstor Ojeda

El Universal

Es una desgracia que un gobierno llegado al poder por la vía democrática pretenda desmontar a las instituciones que lo llevaron a la Presidencia de la República. A cada momento surge la vocación anti-institucional (no nos sorprendamos, hay que recordar el grito de “¡Al diablo las instituciones!” de AMLO) de la 4T que tiene bajo asedio a pilares de la democracia mexicana como el INE, la UNAM, el Banco de México y el Poder Judicial. 

El ejemplo más relevante fue el intento de prolongar de manera anticonstitucional el mandato del ministro Arturo Zaldívar como presidente de la Suprema Corte de Justicia, pero todos los días se vive el desprecio y acoso al Poder Judicial por parte de los gobiernos emanados de Morena.  

 Los casos de agresión y falta de respeto al Poder Judicial se viven cotidianamente; uno que puede llegar a ser emblemático es el desalojo fallido del predio de la calle de Turín 46 en la colonia Juárez de la Ciudad de México que pudimos ver prácticamente en vivo por televisión el pasado 15 de octubre. 

 Pero resulta que las cosas no fueron como reportaron las autoridades del Gobierno de la CDMX que difundieron extraoficialmente que se trató de un desalojo arbitrario. Los informes del Tribunal Superior de Justicia de la capital establecen que el desalojo fue resultado del fallo de la jueza 15 de primera instancia que ordenó realizar el lanzamiento para restituir a los propietarios legítimos el inmueble del que fueron despojados hace 10 años, fallo que fue notificado a los invasores. 

 Según esos informes se solicitó a la Secretaría de Seguridad Ciudadana el auxilio de la fuerza pública para realizar la diligencia, pero los mandos de Omar García Harfuch se negaron, pero no sólo eso, al momento del desalojo arremetieron contra los propietarios de Turín 46, sus abogados y contra el funcionario judicial que realizaba la diligencia, los golpearon, humillaron y arrestaron. El mando a cargo de los elementos de la SSC devolvió el inmueble a los invasores desacatando el mandato judicial. El mundo al revés. 

 Sin duda es un problema real el de los sin casa, pendiente que deben atender los gobiernos como el de Claudia Sheinbaum, pues el acceso a la vivienda es un derecho, pero también es un derecho el de la legítima propiedad. Es trabajo de la administración de la CDMX (y de los tres niveles de gobierno) armonizar ambos derechos. 

 Las autoridades capitalinas deben dar respuesta a los solicitantes de vivienda. Sin duda los invasores de Turín 46 tienen derecho a un hogar digno, pero no a través del delito de despojo. 

Es inaceptable es que sea la propia autoridad de la capital la que tolere y proteja la invasión de inmuebles, aunque se entiende pues las filas de Morena y el gobierno capitalino se encuentren muchos de los que antes promovían invasiones y despojos mediante organizaciones como la Asamblea de Barrios, el Frente Popular Francisco Villa o la Unión Popular Nueva Tenochtitlán (de donde viene el secretario de Gobierno Martí Batres). 

 Pero lo más grave del caso de Turín 46 es que el gobierno de la CDMX ignore los fallos del Tribunal Superior de Justicia y deje sin protección a los actuarios que cumplen la ley con esas diligencias y que sea la policía la que los violente y agreda en vez de evitar las invasiones. 

 Así las cosas ¿qué certeza tienen los chilangos sobre sus bienes? ¿A quién van a acudir si son víctimas de un despojo si la propia SSC protege las invasiones? ¿Qué haría Claudia Sheinbaum si un día de estos un grupo invade su casa y la despoja de su patrimonio? 

 Uno de los mayores fallos estructurales de México es la impunidad, la debilidad institucional producto de la falta de respeto a la ley y el caso del despojo de Turín 46 es un ejemplo de los cientos que se viven en la CDMX. 

VUELTA JAROCHA 

El presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, el veracruzano Sergio Gutiérrez, tiene la encomienda de lograr consensos en tiempos de tormentas; pero al lograr la aprobación del Presupuesto 2022 dio el primer resultado al presidente López Obrador. 

 En Palacio Nacional aseguran que si Sergio Gutiérrez mantiene el paso y transita con ese tipo de victorias el primer año de la legislatura, bien podría ser el elegido para buscar en 2024 la gubernatura de Veracruz y dejaría en la orilla a la secretaria de Energía Rocío Nahle, que ya andaba diciendo que tenía la carrera ganada. 

VUELTA AZUL Y ORO 

De plano el Presidente resbaló y gacho en su triste descalificación por “neoliberal” a la Universidad  Nacional. Preguntó dónde estaba la UNAM en 1999 y cuando surgió el movimiento “Yo soy 132” en la Iberoamericana: Pues en huelga estudiantil por el cambio al Reglamento General de Pagos del rector Francisco Barnés, quien por cierto fue sucedido por el hoy representante ante la ONU, Juan Ramón de la Fuente. Vaya toda la solidaridad y apoyo a la hoy atacada UNAM ¡Goya!  

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Lo que debe hacer y nunca debe hacer un periodista (y un Presidente)/Juan Pablo Becerra-Acosta M.

Si el Presidente utiliza cualquier recurso torcido de este decálogo para hacer política, entonces se nulifica a sí mismo. Se invalida. Se multiplica por cero

El Universal

El 7 de mayo de 2018, a unas semanas de los comicios presidenciales que llevaron al poder a Andrés Manuel López Obrador, publiqué una columna con esta cabeza:

“Lo que debe hacer y nunca debe hacer un periodista”.

Lo teclee porque estaba atónito (y también hastiado) a causa de la gran cantidad de mentiras que se esparcían por todos lados. Las redes sociales, las charlas de café, cualquier tertulia en el lugar que fuera estaba contaminada por las falacias que divulgaban todos los bandos en contienda, todos los simpatizantes de los candidatos. Todos, sin excepciones. Hasta amistades y familiares enfurecían ante los desvaríos que se adjudicaban uno y otros.

Entre esos grupos en conflicto, que igualmente daban información sesgada, tergiversada, manipulada, incompleta, fuera de contexto, también había no pocos periodistas y varios articulistas (no es lo mismo) que tenían amistades, intereses o complicidades con alguno de los rivales.

En medio de ese ambiente turbio, le narraba yo a los lectores que mi abuelo, Manuel, fue periodista. Fue cofundador de Excélsior y murió en 1968 siendo Director General de ese diario. Y que mi padre, también de nombre Manuel, igual fue periodista. Fue Subdirector de ese Excélsior hasta el golpe de 1974, patrocinado por el entonces presidente Luis Echeverría y perpetrado por el traidor en turno, Regino Díaz Redondo. Luego, desde 1977, Manuel fue fundador y Director General del unomásuno, aquel extraordinario periódico, parteaguas en el periodismo mexicano, que vivió hasta 1989, cuando otro golpe, éste patrocinado por Carlos Salinas de Gortari, y ejecutado por un traidor cuyo nombre de sepulturero no recuerdo, provocó la extinción del diario.

Y tecleaba yo en 2018 que, muchos años atrás, en 1982, a los 18 años, decidí que también quería ser periodista. ¿Qué me inculcaron entonces (mi padre a mí, antes mi abuelo a él) sobre lo que nunca debemos hacer los periodistas? Actualizo la lista que escribí hace casi tres años y medio…

1.- Mentir.

2.- Calumniar.

3.- Difamar.

4.- Ocultar información.

5.- Dar información incompleta.

6.- Distorsionar hechos.

7.- Sesgar acontecimientos.

8.- Tergiversar información.

9.- Sacar de contexto información.

10.- Manipular la información.

Estos ocho puntos también le están prohibidos a cualquier político que se ufane de ser honesto y que presuma ser diferente de aquellos priistas que tanto abominaron los mexicanos hasta que los echaron del poder dos veces. Esos ocho puntos le deben estar vedados a un presidente, a cualquier presidente.

Como al presidente López Obrador, que tiene derecho a criticar lo que considere criticable, todo lo que quiera... pero sin mentir. Sin calumniar, sin difamar, sin ocultar información, sin dar datos incompletos, sin distorsionar hechos, sin sesgar acontecimientos, sin manipular información, sin tergiversarla, sin sacarla de contexto. Sin generalizar, porque lo que haga o piense un grupo no representa a todos nunca, en ningún lado. Si en un condominio de avanzada hay un grupo priista conservador que va en contra de transformaciones, eso no significa que todos los vecinos del lugar hayan dejado de ser liberales y progresistas. Eso es un simplismo imperdonable en cualquier Jefe de Estado.

Si el Presidente utiliza cualquier recurso torcido de ese decálogo para hacer política, para criticar algo (ciertamente todo es perfectible, todo se puede transformar), entonces se nulifica a sí mismo. Se invalida. Se multiplica por cero y solo enrarece el ambiente, ya que sus peroratas no serán más que discursos incendiarios para desviar la atención de otros problemas que él no quiere que sean parte de la agenda mediática y política.

Digo, ya estamos grandecitos y nos las sabemos casi todas, y como él mismo dice: el pueblo no es tonto, es sabio, aunque sea manipulado y hechizado un rato…

BAJO FONDO

Ahora recupero y actualizo también la lista de lo que me inculcaron que sí debemos hacer y e interiorizar los periodistas:

-Cotejar la información. Aunque alguien te diga que cierta información es fidedigna, tú duda de todos y ve a cotejar todo lo que te dijeron.

-Verificar la información. Luego de que cotejaste, ve a verificar la información. Y vuelve a dudar de todos.

-Reconfirmar la información. Luego de cotejar y verificar, ve a reconfirmar la información con una tercera o sexta fuente.

Todo lo anterior también aplica para un presidente, cualquier presidente, el presidente de México: ¿quiénes le han hablado al oído a López Obrador durante estos casi tres años y le han mentido, lo han desinformado, le han dado información sesgada? ¿Por qué han abusado así de él, por qué han abusado de su confianza? Para implantar y desarrollar sus agendas políticas en distintas instituciones. Por codicia, pues. Mira, Presidente, este lugar está así y así, podríamos hacer esto, si quieres yo me encargo. “Veremos”, decía el Presidente, pero la discordia ya estaba implantada.

El enemigo de Palacio Nacional está… en casa, ahí ha estado todo el tiempo durante este sexenio, con varios rostros diferentes, pero siempre dándole información incompleta al Presidente. Dos de esos caballeros ya fueron expulsados de los pasillos palaciegos, pero no se fueron por desinformadores, los echaron por codicias políticas y traiciones, y la cizaña que sembraron ahí quedó, en el oído del Presidente, sin que éste tuviera el rigor de ir a verificar la veracidad de lo que le decían.

Por eso López Obrador, cuando requiere políticamente de alguno de esos venenos que le inocularon, lo suelta sin haber testado su autenticidad y logra su cometido: hacerse con el poder de la agenda mediática. 

 AL FONDO

Algo adicional de lo inculcado para periodistas…

-Más vale perder diez notas que ganar un desmentido (esto aplica para presidentes, por aquello de “tengo otros datos”, que si son ciertos, vale, pero si son falacias, qué vergüenza).

-Hay que saber contestar el teléfono (y el WhatsApp) para decir NO. Cuando te presionan por teléfono o mensaje para que publiques algo, niégate. Si aceptas una vez, salvo que sea algo de mucho interés periodístico, ya te jodiste: te pedirán favores permanentemente.

-Saber ignorar. Cada vez que te pidan que no publiques o transmitas algo, debes ignorar tal petición. Si aceptas una vez, ya te jodiste, porque te pedirán lo mismo una y otra vez: censurarte.

-Entender que los periodistas no somos el cuarto poder. Eso es un invento del priismo para cortejar y adular personeros de la tecla, la radio y la televisión.

-Asimilar que tampoco somos comité de salud pública que marca quién es respetable o tolerable y quién no. Eso es fascismo.

-Los periodistas no tenemos poder, acaso tenemos influencia, a veces, para ayudar a que cambien algunas cosas.

-Si simulas y sirves a algún gobierno o poder siendo periodista, para atacar o denigrar a alguien desde la trinchera de periodista, no eres periodista: eres otro funcionario (corrupto) disfrazado de periodista...

 jp.becerra.acosta.m@gmail.com

Twitter: @jpbecerraacosta

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Sobrevivientes/Jorge Volpi

en REFORMA, 23 Oct. 2021;

En alguna parte de su brillante La palabra que aparece (Premio Anagrama de Ensayo 2021), Enrique Díaz Álvarez cuenta cómo, después de luchar en las brigadas internacionales que combatían en España contra el fascismo, Simone Weil le escribe ni más ni menos que a George Bernanos, el escritor conservador y monárquico que era su reverso ideológico, para compartirle su desazón ante la barbarie de la guerra y los excesos cometidos en el bando republicano, tal como éste había denunciado los cometidos por los nacionales a los que había apoyado hasta entonces. A sabiendas de que sería acusada de traidora por sus correligionarios, Weil decide apostar por la verdad. El carácter excepcional de esta correspondencia radica en el diálogo entre dos militantes que se vuelven críticos de sus propios compañeros de batallas: un intercambio de ideas entre bandos opuestos que, hoy como entonces, resulta del todo improbable.

Igual que este episodio, que parecería remitirnos directamente a estos tiempos en los que cualquier acercamiento con quienes son percibidos como enemigos -aliados o críticos del Presidente, por ejemplo- es percibido como un acto de traición, el libro de Díaz Álvarez -antiguo coordinador de la Cátedra Nelson Mandela de Derechos Humanos en las Artes y profesor de la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM- está colmado de historias de disidencia y resistencia de una actualidad sobrecogedora.

De las peripecias experimentadas durante los vertiginosos años que culminan en la Segunda Guerra Mundial por Elias Canetti, Walter Benjamin, Rachel Bespaloff o Hannah Arendt a los poemas escritos por los prisioneros de Guantánamo, las batallas por la paz de Javier Sicilia o el retrato de las víctimas de la "guerra contra el narco" contenidas en la Antígona González de Sara Uribe, pasando por una relectura de La visión de los vencidos de Miguel León Portilla, el espeluznante reportaje de John Hersey sobre los efectos de la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima, las vivencias de los supervivientes de los campos de concentración recogidas por Claude Lanzmann en su monumental Shoah o los escalofriantes monólogos de víctimas y verdugos filmados por Everardo González en La libertad del diablo, Díaz Álvarez hila una visionaria contrahistoria del último siglo basada en los testimonios de quienes han vivido en carne propia las múltiples atrocidades de cada una de nuestras guerras recientes.

"En contextos de violencia e impunidad extrema", escribe en el prólogo, incluyendo sin duda el nuestro, "el testimonio suele ser el último reducto para hacer figurar -literalmente dar forma, hacer constar en algún lugar- una ofensa a quien solo cuenta con su palabra". Cada uno de los relatos que se engarzan y analizan minuciosamente en La palabra que aparece pertenece a quienes se han empeñado en ser árboles en medio del bosque a fin de narrar, desde su experiencia individual, los sufrimientos de millones. En todas las guerras que hemos librado -y Díaz Álvarez no evita una lúcida relectura de la Ilíada, el texto fundador en Occidente en torno a nuestra naturaleza guerrera-, desde aquellas que todavía enfrentaban a un cuerpo con otro hasta nuestras actuales guerras digitales -las de los drones, los asesinatos y bombardeos selectivos y los ataques terroristas-, son los testigos quienes pueden ofrecer un relato capaz de contradecir a los vencedores.

Un contrarrelato necesario en un momento en el cual, como señaló Achille Mbembe durante una visita reciente a la UNAM, el campo de batalla se ha desplazado de los soldados a los civiles: baste observar lo que ocurre en nuestro país, donde distintas "máquinas de guerra" -milicias urbanas, ejércitos privados, grupos criminales que usurpan las funciones del Estado con la complicidad de las instituciones- someten a comunidades enteras. Si algo podemos aprender de los testimonios estudiados por Díaz Álvarez es la urgencia por desmantelar el relato unívoco del poder -cualquiera que este sea- recogiendo las voces disidentes y críticas de quienes lo han padecido.

@jvolpi

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Los golpes de 'El Canelo'/Jorge Ramos Ávalos

en REFORMA, 23 Oct. 2021;

No me quería pelear con "El Canelo". Bueno, la verdad nadie se quiere pelear con Saúl "El Canelo" Álvarez. A menos, claro, que le paguen muchos millones de dólares -como a Caleb Plant con quien se enfrentará el 6 de noviembre en Las Vegas-. Y aún así, no; nadie quiere recibir sus golpes. Su jab de derecha y su gancho de izquierda son legendarios. Inolvidables. Destructores.

Yo quería entender a "El Canelo", no pelearme con él.

Hacía mucho tiempo que estaba buscando entrevistar a este boxeador que ha ganado 56 peleas (38 de ellas por nocaut). Solo ha perdido una, en el 2013, cuando "El Canelo" era muy joven y Floyd Mayweather estaba en el pico de su carrera. "No lo tomo como una derrota", me dijo desde su gimnasio en San Diego, California, antes de un entrenamiento. "La verdad lo tomo como un aprendizaje; estaba muy chico, tenía muy poca experiencia".

Hoy "El Canelo" -pelirrojo y de piel blanquísima, innecesario preguntarle sobre su apodo- está en otro momento. Es, sin duda, uno de los mejores boxeadores del planeta. Y parece que lo tiene todo: dinero, familia -se acaba de casar en una superboda en mayo que viralizaron las redes sociales-, salud y la reputación intacta.

"¿Qué te falta?", le pregunto, "¿por qué sigues peleando?". No lo pensó mucho. "Amo el boxeo, amo lo que hago", me dijo. "Yo soy una persona que, si voy a hacer algo, lo voy a hacer al 100 por ciento. Si no, mejor no lo hago".

Pero el peligro sigue ahí. Y le recuerdo de las graves secuelas mentales que el boxeo dejó en uno de los grandes, Muhammad Ali. "No piensas en eso", reflexionó. "Solo Dios sabe lo que te puede pasar arriba de un cuadrilátero. Te puedes subir y ya no puedes bajar. Esa es la realidad... Es un deporte muy peligroso".

Y luego me soltó un secreto. "Yo siempre me despido de mi familia antes de cada pelea porque uno no sabe si va a bajar o no. Pero al final de cuentas, lo que les digo es que no se preocupen, que voy a morir feliz porque es lo que amo".

No siempre fue así. Como el menor de siete hermanos y una hermana, alguna vez tuvo que vender paletas y helados en camiones en Guadalajara, donde nació. Pero pronto se dio cuenta de que pelear era más fácil que vender paletas y daba más dinero. Hoy puede comprarse muchas paletas y todo lo que quiera. Muchas veces.

Pero ¿hay el temor de perderlo todo? "No me da miedo", me dijo. "Pero me preocupo por el bienestar en el futuro porque ha sido la historia de siempre... en especial en el boxeo: tienen mucho y al final se quedan sin nada. Gracias a Dios he estado haciendo mis negocios... Y creo que debes de darte tus gustos porque para eso trabajas, ¿no? Creo que debes darte tus gustos y si se te antoja comprarte un carro o un reloj, pues puedes hacerlo, ¿no?".

"El Canelo" vive muy cerca de la frontera con México pero aún del lado americano. Alguna vez tuvo que negociar la liberación de un hermano que fue secuestrado. Pero no le gusta hablar de eso. "Eso ya pasó y son cosas que se dicen una vez y no se vuelven a repetir", me dijo y no se extendió más.

¿Qué te preocupa de México? "Más que nada la inseguridad", aseguró. "Últimamente, de unos tres, cuatro años para acá, ha habido mucha inseguridad". ¿Tú te sientes seguro en México? "Yo en lo personal sí. Pero sí se siente un poco raro. Se siente una vibra un poco rara. Me siento seguro pero no me siento a gusto".

A "El Canelo" no le gustan las comparaciones y menos que lo hagan con el boxeador Julio César Chávez. "Él en su tiempo fue el mejor", comentó. "Yo simplemente quiero hacer mi propia historia y dejar un legado en mi carrera".

¿Qué es lo que lo distingue de otros boxeadores? "La disciplina", apresuró, "lo que me distingue es la disciplina, las ganas de seguir aprendiendo día con día... No soy una persona conformista. Siempre quiero más. Quiero aprender más. Quiero seguir ganando títulos. Quiero seguir haciendo historia".

A los 31 años, ¿es momento de pensar en el retiro? Todavía no. "Me siento en mi mejor momento", me dijo. "Ahorita la verdad que no pienso en el retiro... Yo pienso, siete años más en el boxeo y a lo mejor se termina para mí... Uno nunca sabe".

Lo que sí sabemos es que "El Canelo" pelea dentro de unos días y Caleb Plant ya sabe con quién se está metiendo. Los golpes de "El Canelo" siempre dejan huella.

@jorgeramosnews

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