Ricardo Raphael acusa a Miranda Wallace de fabricar el secuestro de su hijo y dice temer por su vida
Sputnik Mundo, 1920, 19.08.2022
Desde hace más de tres años, el periodista mexicano Ricardo Raphael de la Madrid investiga lo que podría ser el caso más polémico del sistema judicial mexicano: el secuestro de Hugo Alberto Wallace, hijo de Isabel Miranda de Wallace, presidenta de la organización Alto al Secuestro.
El caso se remonta a julio de 2005, cuando Miranda de Wallace denunció el secuestro de su vástago y llenó Ciudad de México con espectaculares para dar con los presuntos responsables. Desde entonces, la mujer, de 71 años se ha posicionado mediáticamente como una de las principales activistas en el combate a este delito, siendo reconocida por los presidentes Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, y convirtiendo a su organización en un referente estadístico de este delito.Sin embargo, el caso ha estado plagado de irregularidades e incluso ha llevado a Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de las Naciones Unidas a exigir la liberación por tortura y violaciones graves de derechos humanos de Brenda Quevedo, una de las presuntas integrantes de una supuesta banda de secuestradores que no tiene nombre ni más víctimas localizables.
"Da la impresión de que a ella le urgía proteger a su hijo y a su familia, y que la mejor manera de protegerse y de protegerlo era fabricar no solo un secuestro, sino la muerte, y probablemente las personas elegidas, algunas de ellas, como presuntos responsables, no fueron elegidos al azar", asegura el periodista Ricardo Raphael en una entrevista para Sputnik, cuando vuelve a ser noticia que la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) revisará un amparo para liberar a otra de las principales acusadas del secuestro, Juan Hilda González Lomelí.
La intervención de la SCJN en el caso, de forma inesperada, ha despertado la indignación de Isabel Miranda al grado que acusa al propio presidente del Máximo Tribunal mexicano de obstruir la justicia y tener intereses detrás de la liberación de González Lomelí, por lo cual presentó una denuncia contra el presidente de la Corte, Arturo Fernando Zaldívar Lelo de Larrea, por amenazas y ejercicio indebido de funciones.
La respuesta por parte del titular de la máxima instancia judicial mexicana fue contundente: en México, la forma más confiable en la que se obtiene justicia, es con la intervención de la SCJN, a menos que el caso no sea así.
"Nada más les digo una cosa, si hoy es capaz de fabricar pruebas y de denunciar al presidente de la Corte, qué no habrá hecho contra personas indefensas cuando tenía todo el poder, protegida por Fox, Calderón y García Luna, qué no habrá hecho esta mujer", declaró Zaldívar Larrea, quien a su vez denunció este 17 de agosto a la excandidata panista a la Jefatura de la Ciudad de México por fabricar pruebas para desprestigiar al Poder Judicial Federal.
Un guion preparado
La sospecha de que Miranda de Wallace fabricó todo un caso surgió en Ricardo Raphael cuando, en una entrevista en vivo, ella mintió sobre la paternidad de Hugo Alberto, al decir que el padre es José Enrique del Socorro Wallace Díaz. El tema es relevante dado que una de las principales pruebas presentadas para sustentar la acusación de secuestro y asesinato fue una gota de sangre hallada meses después del secuestro en el departamento Perugino 6, en la Ciudad de México, correspondiente a Hugo Alberto. Para validar la pertenencia se realizó un examen de ADN que resultó positiva.
Sin embargo, en 2019, Carlos León Miranda afirmó ser el padre biológico de Hugo Alberto y reconoció que él ayudó a validar la prueba, a pesar de que en el documento final no aparecía su nombre y que el oficio fue firmado por Isabel Miranda, cuando se necesitan las firmas de ambos padres.
"Lo que hoy le puedo decir es que Hugo Alberto Wallace ofreció pruebas de vida, muchas, varias, posteriores al 11 de julio de 2005. Un año después habló con la madre de su segunda hija, Claudia Muñoz, le puedo decir que habló con su mejor amiga, un año después, Laura Domínguez, le puedo decir que quien era su pareja entonces, Geazul Ponce Julia vio a Hugo Alberto Wallace tiempo después. Tengo muchos testimonios mediante mi investigación periodística que permiten afirmar que estaba vivo", sostiene el periodista
Con cientos de testimonios y pruebas documentales, el columnista de Milenio Diario insiste en que Miranda de Wallace no sólo inventó la acusación de secuestro, sino que además fabricó tres expedientes judiciales más para sustentar la supuesta existencia de la banda que secuestró a su hijo.
"Ya había un guion dispuesto, se usa la maquinaria del poder para asegurar testimonios, fabricar pruebas que terminan por confirmar el guion", señala Ricardo Raphael, un periodista que incluso validó la versión de Miranda de Wallace en un principio.
Para el autor de libros como Mirreynato. La otra desigualdad, la motivación para fabricar el caso es el encubrimiento, pues "cuando alguien fabrica un delito es porque quiere encubrir un delito mayor", y todo apunta al propio Hugo Alberto, cuyo contexto no fue investigado en su momento. Ahora, Ricardo Raphael afirma que el hijo de Isabel Miranda tenía vínculos cercanos con Édgar Valdez La Barbie, operador del narcotraficante Arturo Beltrán Leyva, lo que se suma a una serie de eventos turbios que empañan tener el cuadro completo del caso.
"Exactamente un año después del secuestro de Hugo Alberto fue asesinada la hermana de Isabel Miranda en condiciones muy sospechosas", suelta el periodista como una de los tantos cabos sueltos que no han sido investigados a cabalidad por las autoridades, entre los que se incluyen las pruebas de vida de Hugo Alberto.
Aunque la Fiscalía General de la República al frente de Alejandro Gertz- Manero inició una carpeta de investigación en contra de Isabel Miranda por la simulación de pruebas, tras recibir una denuncia de la Secretaría Técnica de Combate a la Tortura, Tratos Crueles e Inhumanos del Instituto Federal de la Defensoría del Poder Judicial, la dependencia desistió de cualquier acción penal.
La deuda política
Según el periodista e investigador mexicano, la fabricación del caso corrió a cargo de José Santiago Vasconcelos, amigo de Miranda de Wallace, y quien fungió como exsubprocurador de la extinta Procuraduría General de la República (PGR). El funcionario murió en un accidente aéreo donde también falleció el exsecretario de Gobierno, Juan Camilo Mouriño, en noviembre de 2008.
Además de la amistad con Vasconcelos, Isabel Miranda también fue íntima del expresidente Felipe Calderón y de los procuradores generales que encabezarían la dependencia de procuración de justicia federal mexicano, posteriormente: Eduardo Medina Mora, Arturo Chávez Chávez, Marisela Morales y Arely Gómez, esta última procuradora durante la gestión de Enrique Peña Nieto.
De hecho, la influencia de Miranda de Wallace era tal que sus intenciones no pudieron ser frenadas por el propio exsecretario de Seguridad Pública de Calderón, Genaro García Luna, hoy en espera de un juicio por sus presuntos nexos con el Cártel de Sinaloa, y con quien mantenía una relación pésima.
El apoyo que los funcionarios federales dieron a Miranda de Wallace explica, al menos para el conductor de Canal Once, su intervención mediática para defender al Estado en casos polémicos como el de Florence Cassez e incluso en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
"Lo que ella pidió como favor desde el día uno fue que el Ejército la ayudara, esa institución es uno de los principales cómplices de lo que haya sucedido. Por eso les debe tantos favores, por eso se metió en el caso Ayotzinapa, por eso ha defendido a sus efectivos. Ella le pidió a Felipe Calderón que el Ejército se involucrara en la investigación del secuestro", afirma el comunicador.
Todo este entramado podría comenzar a cobrar sentido con el análisis del amparo de la Primera Sala, pese a que el propio Ricardo Raphael considera que aún quedan muchas dudas respecto al caso Wallace. De lo que sí está convencido es que la reacción de la presidenta Alto al Secuestro es "un brote anormal de comportamiento de una persona que ha tenido demasiado poder y no está soportando no tenerlo" o se trata "del último recurso que tiene para evitar terminar siendo imputada" por afectar la vida de al menos 40 personas de forma indirecta y de nueve de forma directa.
"El caso Cassez, el caso Lozoya, el de Presunto culpable, todos estos casos de gran discusión pública, ninguno reúne o condensa con tal nivel de precisión los fallos del sistema judicial mexicano, de todas sus autoridades, incluido su contexto mediático, como el caso Wallace", sostiene De la Madrid.
Durante la conversación telefónica, el periodista reconoce que teme por su vida pues en días recientes sufrió un ataque cibernético con el cual se obtuvo una llamada que hizo a Salvador Leyva Morelos, Secretario Técnico de Combate a la Tortura del Instituto Federal de Defensoría Pública (para pedirle una investigación interna sobre la actuación de los funcionarios a cargo del caso, entre ellos Rodrigo Archundia Barrientos, antiguo titular de la Unidad Antisecuestros de la PGR, y los encargados de Ministerios Públicos Fermín Ubaldo Cruz, Braulio Robles Zúñiga, Hugo Guevara Puerto, Dax Heverest García Vidal y Martha López Astorga.
Para Miranda de Wallace, la llamada es una prueba de la colusión del periodista con el Poder Judicial y de los intereses ocultos que hay en el caso. Para Ricardo Raphael, evidencia la influencia que ella aún tiene en el Gobierno, pues la conversación se obtuvo con el software de espionaje Pegasus, comprado por el Estado mexicano y a disposición únicamente de funcionarios públicos.
"Si llega a pasarme algo, espero que mis colegas periodistas sigan mi trabajo. Esa es la mejor protección que tengo", asegura el periodista, al tiempo que prepara un libro sobre el caso que podría ver la luz en 2023.
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