Columna EN PRIVADO/
Razones.com 2 de enero de 2010
LA ANTESALA DE LO INESPERADO.
Por Alfredo Originales.
El 2009 fue un año de mucha zozobra, desconcierto, desaciertos y quizá pocos aciertos en todos los órdenes del quehacer público, sobre todo en materia de seguridad que pinta un 2010 como alerta máxima.
La guerra que desató el presidente Felipe Calderón a principios de su mandato en el 2006 en contra del crimen organizado, está arrojando resultados inesperados, que quizá hasta el mismo ejecutivo federal no dimensionó a pesar de que advirtió en ese entonces que habría pérdida de vidas humanas.
El gobierno federal está metido en un verdadero problema al haber desatado a los demonios del poder factico cuyas ramificaciones están infiltradas en todas las esferas del poder, desde hace muchos años atrás, creando una incontrolable súper estructura paralela a los órganos de gobierno en sus tres niveles.
Por eso y sin ánimo de caer en un pesimismo a ultranza, pero reconociendo al mismo tiempo la osadía del presidente de la republica para retar a los barones del dinero informal en un intento de legitimización de su gobierno, hay que admitir que en esta lucha cruenta ha fallado la estrategia, inteligencia y logística que un enfrentamiento de esta naturaleza requiere.
Coincido con quienes sostienen que una lucha no se gana solo con armas y dinero, sino con estrategias, con inteligencia y con logística, y en este caso todo indica que el gobierno que preside Felipe Calderón abrió las hostilidades los primeros días de enero del 2006 sin estos requisitos básicos.
Este enfrentamiento entre el gobierno federal y crimen organizado abrió la cloaca en la cual quedó en evidencia la red de complicidades y corruptelas entre los diferentes órganos de gobierno, principalmente del poder judicial en toda su estructura policial y hasta militar, provocando un reacomodo en los carteles y células que les permita el reposicionamiento de plazas.
De ahí el disparo de crímenes, homicidios y ajustes de cuentas entre las mismas organizaciones criminales, situación que para muchos pudiera ser un objetivo no previsto por el gobierno que permitirá, por un lado, que al interior de los carteles se genere una limpia al eliminarse entre ellos mismos, y por el otro, recomponer esta actividad ilícita con instrumentos regulatorios no escritos pero si pactados entre las partes en pugna.
Entre estos, pudiera citarse rescatar el respeto a la sociedad civil, que en muchas de las veces es la que paga los platos rotos cuando se dan enfrentamientos entre sicarios en plena vía pública, como también la posibilidad de que en México se legalice el consumo de enervantes como lo está proponiendo el PRD ante el Congreso local de Sinaloa
Lo que sí es cierto de esta lucha es que el gobierno perdió el control de las hostilidades lo que ha generado un clima de inseguridad en todo el país por el numero alarmante de ejecuciones en cualquier lugar o parte del territorio, que aunque se presume son ajustes de cuentas entre el mismo narcotráfico, no deja de preocupar a la población por el grado de intranquilidad alcanzado.
En este escenario no escapa el poder económico íntimamente ligado al poder político y por ende al poder factico de las organizaciones criminales cuya mercancía más codiciada es la producción, comercialización y consumo de enervantes en todo el mundo, en el cual México y Sinaloa no son la excepción.
No sorprende entonces que hasta en los procesos electorales se insista en que este metida la mano de los carteles de la droga con la intención de incidir en que haya un lineamiento político económico con el futuro gobernante, de ahí los supuestos apoyos desmedidos antes y durante las campañas electorales.
En este sentido, el diputado panista Manuel Clouthier Carrillo, ha insistido que en Sinaloa gobierna la narcopolitica en clara alusión a los gobiernos priistas, calificativo que ha sido magnificado por la misma lucha intestina que libran en forma inédita el ex gobernador Juan Millán y el actual mandatario Jesús Aguilar Padilla por imponer al candidato de su partido.
La guerra sucia desatada al calor de las pasiones políticas económicas entre ambos grupos ha salpicado ya a uno de los precandidatos más visibles a quien lo ligan precisamente con el narcotráfico, como también empieza ya a circular vía internet lodo en contra del otro precandidato supuestamente cobijado igualmente por grupos metidos al mercado de enervantes.
El artero crimen del secretario de turismo Antonio Alfredo Ibarra Salgado con la marca nada equivoca del narcotráfico, viene a enlodar aún más este enfrentamiento entre Millán y Aguilar que sin duda alguna ya sembró la duda sobre la viabilidad del proyecto sucesorio del gobernador en turno cuyo alfil es –hasta este momento- el alcalde de Culiacán Jesús Vizcarra Calderón.
De igual manera cobra fuerza al interior de los grupos en pugna que el sobrecalentamiento provocado por la nominación priista alcanzó al senador Mario López Valdez, candidato del ex gobernador Millán Lizárraga, quien correría la misma suerte vizcarrista y con ello el surgimiento de un candidato hibrido como tercera opción para el tricolor.
En fin, este 2010 se antoja de pronósticos reservados en cuanto a la lucha cruenta entre el gobierno y el crimen organizado, así como a la nominación priista para las elecciones del 5 de julio venidero.
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