28 jun 2011

Día de la lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas

El Presidente Calderón en la Ceremonia conmemorativa del Día Internacional de la lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas
27 jun 2011 | Discurso 
Muy buenas tardes a todos.
Don Antonio Luigi Mazzitelli, Representante Regional para México, Centroamérica y el Caribe de las Naciones Unidas, de la Oficina Contra la Droga y el Delito.
Diputada Yolanda de la Torre Valdez, Presidenta de la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables. Bienvenida.
Diputada Claudia Edith Anaya Mota, Presidenta de la Comisión de No Discriminación de la Cámara de Diputados.
Doctora María Elena Medina Mora, Directora del Instituto Nacional de Psiquiatría.
Estimados Secretarios.
Distinguidos invitados especiales.
Representantes de la sociedad civil.
Señoras y señores:
Bienvenidas, bienvenidos todos a la Residencia Oficial de Los Pinos, la casa de todos los mexicanos, que hoy abre sus puertas para conmemorar este Día Internacional de la Lucha Contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas.
Es una fecha que, asumimos nosotros, debe centrarse en la prevención, y debe centrarse en mejorar la calidad de vida de miles de personas que son víctimas de las adicciones.
La complejidad de este grave problema, sabemos bien, demanda acciones firmes, no sólo del Gobierno, sino de toda la sociedad.
Hay que reconocer que México ya no es sólo un país de tránsito de droga, sino que se está convirtiendo, también, aún en una escala muy pequeña, pero se está convirtiendo en un país de consumo.
En 2008, cuando se hizo la última Encuesta Nacional de Adicciones, un millón 200 mil mexicanos eran consumidores de drogas ilícitas, y el seis por ciento de nuestra población era adicto a alguna droga legal o ilegal.
Ya le he instruido al Secretario de Salud que adelantemos lo más posible la nueva Encuesta sobre Adicciones, es increíble que se hagan cada cuatro, cada seis años. La anterior había sido 2004. 2002, seis años. No. Es absurdo, pero ojalá la podamos hacer este año y no esperarnos al 14, que sería el ritmo que se tenía en ese tema.
Creo que deberían hacerse anualmente, aunque no en la misma escala, pero a final de cuentas, en estadística, una muestra bien diseñada, es una muestra eficaz, independientemente de que sea una muestra monumental, como acostumbramos hacer para el Censo o para ésta, de Adicciones. En fin. Más allá de la metodología, hay que hacerlo.
El hecho es que tenemos una realidad, una realidad de aumento del consumo que debemos atacar, tanto del lado de la demanda, como del lado de la oferta de drogas ilícitas y con una serie de políticas integrales.
Si algo recuerdo, por cierto, de la diferencia entre encuestas 2002-2008, es que la cocaína, aún en pequeñas proporciones de población, se había duplicado en el consumo. Estamos hablando casi de un millón, se había pasado del uno al dos por ciento, esa era la cifra, estamos hablando de un millón de mexicanos nada más y nada menos.
Por el lado de la demanda, tenemos claro que las adicciones son un grave problema de salud pública. Eso lo tiene bien claro mi Gobierno. Es un problema, la adicción es un problema de salud pública y, como todo problema de este tipo, la solución debe estar, en gran medida, en la prevención del problema
Por eso hemos invertido casi cinco mil millones de pesos, algo que no se había invertido nunca en el país, en programas especializados contra las adicciones. Más del doble, por ejemplo, que lo que se había invertido en la Administración anterior en estos mismos  años. Y gracias a esta inversión inédita hemos logrado que la prevención y el tratamiento de adicciones se amplíe y llegue a lugares donde era prácticamente inexistente.
Como padre de familia, para mí también es muy doloroso ver a jóvenes, incluso a niñas y a niños, convertirse en víctimas de las adicciones. Es muy triste ver a los chiquitos, que son nuestro futuro, caer en lo que yo he señalado es una esclavitud, la esclavitud del Siglo XXI son las adicciones, que truncan sus sueños, destruyen su salud y minan las posibilidades de la sociedad misma.
Por eso en 2007, como ya citaba Margarita, presentamos el Programa Nacional de Adicciones, con el cual nos comprometimos a crear en esta Administración los Centros Nueva Vida para la atención primaria de las adicciones.
Y así, en cuestión de tres años, ya tenemos 323 Centros Nueva Vida en el país, que sumados a las 113 Unidades de Centros de Integración Juvenil, son la Red de Prevención y Tratamiento de Adicciones más grande de América Latina.
En esta Administración, solamente, se ha atendido a más de tres millones y medio de personas a través de ellos, además del programa que ha impulsado Margarita y muchas organizaciones de la sociedad civil para prevenir las adicciones, el Programa Nueva Vida.
Así que también quiero agradecerle de todo corazón a Margarita, mi esposa, quien desde el Sistema Nacional DIF, ha respaldado esta campaña, que es básicamente una campaña de información. La parte más importante de la prevención es esa, la información para una nueva vida. Y la información es clave para que cada joven, como ha dicho ella, pueda asumir libremente la disyuntiva de probar o no la droga, de tomar la decisión, de tomarla o rechazarla, que tenga la información de lo que esa droga implica. Obviamente, en menores de edad es muy difícil hablar de que puedan tomar una decisión en absoluta libertad.
Cuando alguien es ya adulto, mayor de edad, cuando se asume que se tiene la plena responsabilidad de los actos y decisiones, evidentemente podemos hablar de esa libertad, mientras no.
Pero en cualquier caso, los jóvenes deben tener la información que los haga libres al momento de tomar una decisión y que haya siempre un lugar al cual puedan acudir, un Centro Nueva Vida, en este caso, para pedir ayuda.
Al mismo tiempo, en el Gobierno Federal estamos trabajando para ofrecerles tratamiento médico a quienes ya son víctimas de adicciones, ya sea adicciones a las drogas o al alcohol, o a otras sustancias.
El Seguro Popular, por ejemplo y éste es un dato muy importante, ya incluye la cobertura para la atención de problemas de adicciones y salud mental. Un gran avance que se ha dado en la reforma que se ha hecho del Seguro Popular y el Sistema de Salud, en los años recientes.
También, otra cosa que hay que decir es que la sociedad ha sido clave para acompañar ese esfuerzo institucional, y por eso la organización de foros, donde se puede escuchar a las organizaciones ciudadanas, a expertos, a investigadores, con el objetivo de encontrar las mejores formas de prevenir y de atender las adicciones.
Hoy, este intercambio de ideas comienza a dar frutos, y qué bueno que los dé, como haber creado el Centro Nacional de Prevención y Control de las Adicciones, el CENADIC; o bien, la Unidad de Investigación Biopsicosocial en Adicciones del Instituto Nacional de Psiquiatría.
También, quiero destacar la actualización del Programa de Prevención y Tratamiento de Adicciones, que contempla metas, como reducir 10 por ciento la población de jóvenes entre 12 y 17 años de edad que consumen drogas ilícitas por primera vez; instalar 11 nuevos Centros Nueva Vida y crear el Observatorio Nacional en Tabaco, Alcohol y otras Drogas.
Éstas son acciones importantes, pero, lo sabemos muy bien, insuficientes totalmente, para el tamaño del reto, para el tamaño del desafío. Así que, se requiere la participación de toda la sociedad.
Tenemos que enraizar la cultura de la prevención contra las adicciones. Tenemos que enraizar, generalizar, hacerlo algo tan habitual entre los jóvenes, que sea esta prevención la primera línea de batalla, en la casa, en la escuela, en el grupo de amigos, en las comunidades, en los lugares de reunión.
Y ahí es donde tenemos que inculcar a los hijos los valores y la información que les permita rechazar las adicciones.
La otra cara del problema de las drogas, es la oferta de droga. Y quiero ser enfático en un punto fundamental. Se habla mucho e incluso es un término que se utiliza mucho, porque se acuñó en los Estados Unidos, en la era del Presidente Ronald Reagan, el tema de la guerra contra las drogas. Se habla mucho de que el Gobierno mantiene una guerra contra las drogas.
Pero, la realidad es que no estamos específicamente orientados a este tema. Nuestro esfuerzo es mucho más amplio, mucho más general. Es una lucha por la seguridad, más que un enfoque específico en drogas.
Es decir, lo que estamos librando es una lucha integral por ofrecer a las mexicanas y a los mexicanos un país más seguro, y un entorno también más saludable. Un país donde la gente de trabajo no sea robada, no sea secuestrada, no sea extorsionada.
Un país donde los niños puedan ir, las niñas, los niños, tranquilamente a la secundaria, sin que los molesten en el camino. Un país donde las víctimas de un delito reciban apoyo y, sobre todo, reciban justicia, de la que tanto se carece en el país.
Aquí hay algo muy importante que todos debemos tomar en cuenta. A final de cuentas, las drogas asesinan, las drogas ilegales y su comercio asesinan. Matan al producirse, matan al distribuirse y matan al consumirse.
Gran parte, una enorme mayoría de las muertes que ha sufrido México en los años recientes, especialmente de jóvenes, han sido muertes violentas asociadas a la producción o a la distribución de drogas, y causadas por quienes lucran inescrupulosamente con esas sustancias.
Nuestra mayor preocupación, entonces, es la consecuencia de un problema medular; es decir, el impacto en la sociedad que generan esas drogas, que es la inseguridad, la violencia, los secuestros, la extorsión y, en general, esta distorsión, este disturbio de la vida comunitaria que vive México.
Se ha dicho también que el combatir a la inseguridad o el combatir al narcotráfico es lo que genera la violencia que se vive en algunas zonas del país, y que entonces bastaría que el Gobierno Federal simplemente dejara que los criminales siguieran haciendo todas estas cosas, incluyendo la producción, la venta y el tráfico de drogas, para que la violencia termine.
Esta es una tesis equivocada, por varias razones.
Primero. Porque México dejó de ser sólo un país productor o sólo de tránsito, y también se ha convertido en un país con mercados de consumo y, en consecuencia, los grupos criminales operan con una lógica distinta.
Pasamos de un modelo, como dije el jueves, de un modelo de narcotráfico tradicional, que buscaba primordialmente pasar la droga a Estados Unidos, a un modelo de narcomenudeo, en el que los delincuentes, además de lo que hacían siempre, ahora buscan colocar esa droga entre los jóvenes mexicanos.
Y la diferencia radical no es sólo terminológica, entre narcomenudista y narcotraficante. Es radical, porque el narcotraficante, si bien es un tema muy preocupante y que nos preocupa mucho, corrompe a la autoridad para pasar por ahí. El narcomenudista corrompe o intimida a la autoridad para quedarse ahí.
Uno lo que quiere es pasar su mercancía rápido al otro lado. El otro quiere colocar su mercancía ahí. El primero, por lo mismo, busca salir sin ser visto y rápido; y el segundo busca meterse y busca quedarse en una comunidad para controlar las tienditas, para ser el dueño de la plaza. Pero para ser el dueño de la plaza y que no se meta nadie más que él, es porque busca ser visible, es porque se vuelve violento, porque quiere que su violencia intimide a otros grupos, intimide a la autoridad o intimide a la sociedad.
Por eso no sólo asesina, sino que además, asesina y decapita y hace cosas verdaderamente crueles, porque quiere infundir temor. Es como si estuvieran marcando su territorio y eso, evidentemente, es lo que genera violencia.
Cuando una organización criminal, en la búsqueda del dominio de esos mercados choca contra otra, es cuando se dan estos choques violentos, feroces, que han marcado y llenado de tristeza y de dolor a miles de familias en México.
En este nuevo modelo de control territorial, el control de plazas, el control de los puntos de venta, lleva en sí mismo el otro fenómeno, de que el crimen trata de apoderarse de las comunidades. Y una vez que ya lo logró, porque desplazó a un Alcalde o lo compró, o lo corrompió o lo mató, entonces, como dueño de la plaza, se vuelve la autoridad este criminal y entonces él, el que extorsiona es el que asalta, es el que viola impunemente, es el que cobra cuota.
Y como dije también, es una suplantación de la autoridad. Si por definición la autoridad es la que tiene el monopolio de la fuerza pública, ellos ponen su propia fuerza por encima de la fuerza pública.
Si por definición autoridad es aquella que hace las leyes, ellos ponen sus leyes y quieren que sus leyes sean las que se cumplan. Si por definición la autoridad es la única que cobra impuestos, ellos cobran cuota, a los comerciantes, a los ganaderos, a los madereros, a los agricultores.
Por eso he dicho que sí tenemos un problema grave de drogas que hay que combatir. Pero no es el único, ni es, precisamente, el problema per se que estamos combatiendo. El problema es la criminalidad, que lastima a la gente con su violencia, venga asociada o no con un asunto de drogas.
Antes, quizá, no se asociaban estos fenómenos de violencia, porque no había esta táctica de tomar territorios. Ahora sí, y ese choque es como un cortocircuito entre dos cables, o dos grupos, que generan esos actos de violencia.
Ante eso, cuál puede ser el imperativo ético.
Creo que puede  ser sólo uno: usar toda la capacidad del Estado para defender a las familias de esos criminales y, al mismo tiempo, trabajar para reconstruir instituciones de seguridad y justicia,  y fortalecer el tejido social.
Amigas y amigos:
Éste es un tema muy complejo. Lo sé. Pero creo que es importante abordarlo a cabalidad y reflexionar  a fondo sobre él.

Como ustedes saben, el jueves pasado tuve un encuentro con representantes de la sociedad civil, en especial con familiares de víctimas de la violencia causada por el crimen organizado.
Fue un diálogo muy franco, muy emotivo, muy difícil, pero que demostró que, por encima de cualquier diferencia,  cuando hay buena voluntad, la sociedad y el Gobierno compartimos la búsqueda de soluciones.
Y, desde luego, compartimos el sentido de urgencia para reducir la violencia criminal. Queremos reducir esa violencia. Queremos poner un alto a la impunidad que han sufrido esas víctimas. Queremos atender con mayor sensibilidad y eficacia a ellas y a sus familias, y renovar la capacidad de las instituciones frente al problema de la inseguridad.
Este encuentro ha abierto varias oportunidades muy valiosas, pero quiero centrarme, el día de hoy, en una de ellas: la oportunidad de fortalecer la participación de los ciudadanos. En qué. En resolver, precisamente, los problemas que a todos nos atañen.
Por eso es tan importante lo que ustedes han hecho. Una  sociedad participativa, que trabaje con los jóvenes, con los niños, en evitar que caigan en las garras de las adicciones.
Una sociedad participativa que nos exija a los gobernantes, al Presidente de la República, sí, pero a todos los gobernantes, de todos los niveles, para que todos trabajemos con firmeza, precisamente, en resolver este problema.
Una sociedad participativa, que nos exija a todos los Gobiernos y de todas las fuerzas políticas, a tener una clara definición sobre lo que realmente se está haciendo o dejando de hacer en materia de seguridad.
Una sociedad que nos exija a todos los Poderes, no sólo a los Ejecutivos, también al Legislativo, también al Judicial, para que todos abramos las puertas y los oídos, y estemos sensibles y trabajemos para resolver el justo clamor de la sociedad por un México más seguro, donde se termine la impunidad.
La situación que vive el país en materia de seguridad, por otra parte, no debe darle paso, simplemente, a la crispación, al encono, al odio, más odio aún, sino debe darle paso al diálogo, al entendimiento, a las soluciones y al trabajo de todos.
Sé, y estoy totalmente de acuerdo con ello, que la sociedad mexicana quiere un México con justicia y sin violencia. Yo también quiero un México con justicia y sin violencia; un México sin crimen, un México sin impunidad.
Así que debemos transformar ese entendimiento social en un consenso activo de todas las autoridades, de todas las fuerzas, para impulsar con hechos muy concretos, la seguridad y la legalidad en todo el país.
Así lo entendemos en el Gobierno Federal. Y por eso seguiremos trabajando hombro con hombro con la sociedad civil para construir un México de seguridad, de leyes y de libertades. Un México de paz, con justicia y dignidad, que anhelamos y que los mexicanos merecen.
Y por eso seguiremos trabajando con las Naciones Unidas, con los organismos internacionales, con los estados, con la sociedad, trabajando y sin descanso, hasta lograr ese México que todos queremos.
Muchas gracias.

Diversas intervenciones en la Ceremonia conmemorativa del Día Internacional de la lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas
27 jun 2011 | Discurso
-MODERADOR: Hace uso de la palabra el ciudadano doctor Carlos Tena Tamayo, Comisionado Nacional Contra las Adicciones.
-DR. CARLOS TENA TAMAYO: Licenciado Felipe Calderón Hinojosa, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos; licenciada Margarita Zavala, Presidenta del DIF Nacional; doctor José Ángel Córdova Villalobos, Secretario de Salud; señor Antonio Luigi Mazzitelli, Representante Regional para México, Centroamérica y el Caribe de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito; distinguidos Secretarios de Estado; señoras y señores Legisladores, representantes de organismos internacionales y organizaciones de la sociedad civil; autoridades y funcionarios Federales y estatales; Secretarios de Salud de las entidades federativas que nos acompañan; distinguidos asistentes:
Hoy nos reúne la Conmemoración del Día Internacional de la Lucha Contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, fecha que nos invita a reflexionar sobre la importancia de enfrentar este problema de manera articulada y organizada.
Ha quedado claro que una mayor disponibilidad de drogas incrementa su consumo, lo mismo ocurre cuando la percepción del riesgo disminuye. De aquí, la trascendencia de las acciones que se realizan en nuestro país para contrarrestar su tráfico y oferta, con la valentía y responsabilidad de muchos mexicanos, hombres y mujeres.
Estos esfuerzos ejemplares se ven acompañados con una estrategia encaminada a reducir el uso indebido de drogas, estrategias que se han implantado de manera simultánea como lo ha instruido el Presidente Felipe Calderón desde el inicio de su Administración, una requiere de la otra para lograr el resultado que se persigue, disminuir el consumo de drogas y con ello, los daños a la salud, la desintegración familiar, la deserción escolar, el bajo rendimiento laboral, la violencia, los actos delictivos, los accidentes, las muertes y, sobre todo, el gran sufrimiento que acarrea.
Para atender el lema de este año: Acción Mundial en Pro de Comunidades Saludables Libres de Drogas, debemos resaltar que la prevención de las adicciones comienza con una comunidad unida y que trabaja por el bienestar de su gente.
Y es así, que nos adherimos al llamado de la ONU convocando a las familias, los maestros y maestras, los integrantes de las organizaciones sociales y religiosas y a la comunidad en general para continuar en la suma de esfuerzos, y consolidar un frente común en el que todos participemos para atender el importante desafío que representan las adicciones.
Se reconoce que el consumo de drogas en los jóvenes es un problema mundial. En nuestro país, la Encuesta Nacional de Adicciones 2008 señala que, con relación a 2002, se registró en la población en general, un incremento en el consumo  de  drogas  ilegales, el cual fue mayor en los jóvenes entre 12 y 17 años; además, en ellos, la prevalencia de consumo anual fue ligeramente más alta.
Por eso, se han dirigido acciones específicas para atender la problemática en este grupo de la población. No obstante, es importante señalar que la gran mayoría de jóvenes adolescentes mexicanos no consumen drogas ilegales, y nunca lo han hecho; por el contario, muchos de ellos ya participan como promotores voluntarios para reforzar el mensaje  del daño que ocasionan, y de que la vida se puede disfrutar sin drogarse, así como de la importancia de solicitar ayuda si identifican la tendencia a hacerlo, o si ya están consumiendo.
Es importante convencer a otros jóvenes de la relevancia de saber decir no a la peligrosa propuesta de que participen en la distribución o venta de drogas. Es un espejismo de bienestar y, en ello, no hay ninguna posibilidad de un buen futuro.
Trabajamos, gracias al compromiso de diversas dependencias Federales y Secretarías de Estado, de las y los maestros de México, de miles de voluntarios  y organismos de la sociedad civil, y con el importante  liderazgo de la licenciada Margarita Zavala, en una estrategia de prevención, a través de la Campaña Nacional de Información para una Nueva  Vida.
A través de ella, se difunden las consecuencias negativas del consumo de drogas, cómo identificar de manera oportuna los factores de riesgo, y a los jóvenes que se han iniciado en el consumo, y propicia en ellos el desarrollo de habilidades para que mantengan una actitud positiva y autoestima alta, y sepan resistir a la presión que reciben para que consuman drogas.
En nuestro país, a los criminales que trafican drogas, se les trata como tales, y son sometidos a la acción de la justicia; y a quienes tienen dependencia, se les considera enfermos.
Insistimos en la necesidad de eliminar el estigma negativo que, en ocasiones, la población les ha dado, y tratarlos como lo que son: personas que tienen una enfermedad crónica, que amerita tratamiento.
Todos tenemos claro que no hay sidosos, ni leprosos, ni locos, sino personas que tienen una enfermedad llamada SIDA, lepra o enfermedad mental. De la misma manera, proponemos que dejemos de hablar del adicto o drogadicto, y los identifiquemos como una persona con una adicción, con una enfermedad.
A pesar de que en muchas ocasiones se considera que la adicción es una enfermedad devastadora, existe una buena noticia, y es que al igual que otras enfermedades crónicas como diabetes o hipertensión, la enfermedad de la adicción puede responder al tratamiento, y también se puede controlar. Pero, además, es posible evitarla.
Entonces, hagamos todo lo que esté a nuestro alcance para contribuir a que nuestros jóvenes no la contraigan, y ayudemos a quienes ya la padecen para que reciban atención. Así, lograremos disminuir el uso indebido de las drogas en nuestro país.
Señor Presidente:
El día de hoy las dependencias del Gobierno Federal que tenemos una tarea explícita para contribuir a reducir el uso indebido de drogas, reafirmamos nuestras metas y renovamos compromisos para 2011 y 2012.
Desde la Comisión Nacional contra las Adicciones, estamos trabajando para contar con el Observatorio Nacional, a través de un sistema en línea que nos permita tener información oportuna para la mejor toma de decisiones.
Además, estamos atentos para identificar las mejores prácticas e implantarlas. En esto incluimos el intercambio académico, científico, como el que se acordó durante la reciente Conferencia Binacional entre el Instituto Nacional sobre Abuso de Drogas, de Estados Unidos, y el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente, de México.
También, continuaremos reforzando la red de atención, teniendo como eje los Centros Nueva Vida, y articulando y evaluando los esfuerzos de las diferentes dependencias de Gobierno y de la sociedad para ofrecer más y mejores resultados.
Estoy seguro que en la prevención de las adicciones y en el apoyo a las personas que las sufren, seremos más eficaces, en este compromiso todos somos uno.
Gracias.
-MODERADOR: Toma la palabra el señor Antonio Luigi Mazzitelli, Representante Regional para México, Centroamérica y el Caribe de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito.
-SR. ANTONIO LUIGI MAZZITELLI: Ciudadano Felipe Calderón Hinojosa, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos; licenciada Margarita Zavala, Primera Dama de los Estados Unidos Mexicanos; doctor José Ángel Córdova Villalobos, Secretario de Salud; doctor Carlos Tena, Comisionado del CONADIC; señores y señoras:
Cada año el 26 de junio la Oficina de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito publica el Reporte Mundial de Drogas, documento en el cual datan mercados de drogas ilícitas y sus principales tendencias de producción, tráfico y consumo.
Este año, además, la comunidad internacional celebra los 50 años de la Convención Única sobre las Drogas, que en 1961, heredó y puso al día el sistema de fiscalización de drogas, inaugurado a comienzos del siglo pasado con las primeras convenciones de fiscalización del opio.
Desafortunadamente las crónicas diarias, manchadas por la violencia del narcotráfico, nos hacen olvidar la verdadera naturaleza del problema de las drogas, como también las razones que justifican eventos como el que estamos celebrando hoy en día.
Las drogas, el consumo de drogas, matan.
La publicación del Reporte Mundial en el Día Internacional, nos provee de una oportunidad para hacer una reflexión seria, corresponsable y profunda sobre el flagelo de las drogas y cómo enfrentarla, ya sea como individuos, familia, comunidad y Estado.
El Informe que se acaba de publicar nos dice que aún así con éxitos y derrotas hay que seguir adelante en la lucha por un mundo libre de la esclavitud de la droga. En 2010 en todo el mundo unos 210 millones de personas, es decir, el 4.8 por ciento de la población entre 15 y 64 años de edad consumieron sustancias ilícitas alguna vez durante el año; entre ellos, 0.6 por ciento es considerado como consumidores con problemas de adicción, es decir, enfermos graves.
Si los números globales de consumo no cambiaron mucho, sin embargo, cambió el tipo de consumo. Frente a una estabilización y reducción del consumo de la cocaína y, en particular, en los mercados de Estados Unidos, y de la heroína.
El Informe destaca un importante aumento del consumo de las drogas sintéticas y de los productos farmacéuticos, que aún así, bajo régimen de venta controlada, encuentran siempre más fácilmente canales de distribución paralelos ilegales.
El cannabis sigue siendo la droga más producida y más consumida en el mundo y la que más consumidores lleva a los servicios de tratamiento.
En cuanto a la producción, Afganistán sigue siendo el principal productor de opio. En las Américas, los cultivos de amapolas de México como también de Guatemala, siguen brindando heroína al mercado de Estados Unidos.
Y en este respecto, estamos convencidos que el diálogo llevado a cabo con la PGR-CENAPI, SEMAR y UNODC sobre un proyecto destinado a fortalecer la capacidad de las autoridades mexicanas en analizar datos de cultivos ilícitos pueda de pronto materializarse y así facilitar las actividades de erradicación.
De concretarse, señor Presidente, podremos de manera conjunta dar cuenta de los primeros resultados de esa iniciativa en esta misma fecha el año próximo.
En lo que refiere al cultivo de coca, ésta disminuyó significativamente en Colombia, mas hubo aumento en Perú y en Bolivia. La manufactura de cocaína muestra una tendencia muy similar.
Señor Presidente:
Como usted ya reconoció, la droga-dependencia es una enfermedad, no es un delito. Los únicos criminales del mundo de las drogas son los traficantes, los miembros del crimen organizado que usan el miedo, la corrupción, la violencia para procurar sólo y únicamente sus intereses.
Para ellos que no haya clemencia, que no haya espacio en ninguna sociedad, que paguen por sus delitos. Aún si dolorosa, la estrategia que México está llevando adelante, está ya empezando a ofrecer sus resultados.
Los mexicanos merecen una seguridad democrática, respetuosa de las leyes y los derechos individuales, una seguridad brindada por policías profesionales.
Los mexicanos merecen una justicia pronta, cierta, y que le ofrezca toda garantía de no abuso.
Son éstas reformas importantes, que requieren tiempo, antes de consolidar sus resultados.
Ante esto, y frente a la violencia del crimen, hoy, quiero recordar a las víctimas de esa guerra para la justicia y la seguridad  en México y en toda la región, por su valentía y por sus sacrificios.
Son aquellos que mueren en el cumplimiento de su deber en todo el mundo: policías, miembros de las Fuerzas Armadas, fiscales, jueces, periodistas,  líderes sindicales, ciudadanos inocentes. A todos ellos, y a sus familias, nuestra solidaridad y más sentido pésame.
Pero hoy, en este día, sobre todo, queremos dar voz a quienes mueren, víctimas por el consumo de drogas, como también a sus familias. Más de 200 mil personas, en su mayoría jóvenes entre 17 y 36 años, mueren cada año en nuestra aldea global por consumir drogas.
Y, en este día, queremos hacer un reconocimiento a la loable, y cada vez más indispensable labor  de los operadores de los servicios de prevención, tratamiento, rehabilitación y reinserción sociales; a los institutos de investigación, universidades, y centros  de información, que apoyan a diario el combate a las drogas y sus efectos en nuestras sociedades. A todos ellos, nuestros agradecimientos más sinceros.
Señor Presidente:
La Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y  el Delito reconoce los esfuerzos del Gobierno de México en el combate a las drogas. Comprendemos que se trata del futuro del país, de su estabilidad, del derecho a la vida, a la salud, y a la seguridad de miles de personas. Estamos conscientes de la importancia de sumar, y no restar.
Los esfuerzos emprendidos por el DIF y CONADIC, a través de los Centros y de la Campaña Nueva Vida, así como el Centro de Investigación, el Instituto Nacional de Psiquiatría, el Programa de Acción para la Prevención y el Tratamiento de las Adicciones, junto con el Programa contra la Farmacodependencia, son ejemplos de avance institucionales en materia de reducción de la demanda.
Y no quiero omitir mencionar la importancia de la reforma de la justicia penal, que su Gobierno ha impulsado, la cual fomenta la justicia alternativa y restaurativa. Experiencias pilotos de tribunales de droga, como el de Nuevo León, marcan los pasos a seguir.
Es buscar estas soluciones innovadores al consumo de droga. Es tratar de ofrecer respuestas integradas al consumo de droga que sean respetuosas de los derechos de los consumidores, como del derecho a la seguridad de la sociedad.
Y esperamos, también, pronto poder contar con la presencia de ustedes y de la Primera Dama, a la inauguración del Centro de Excelencia Regional en Políticas y Estrategia de Intervención y Prevención de las Adicciones, que CONADIC y UNODC están negociando.
Este Centro, junto con el que la INEGI y UNODC acaban de lanzar, la investigación y análisis de estadísticas criminales de justicia penal, por cierto respaldaría el liderazgo regional de México en la búsqueda de soluciones basadas en la evidencia, en la lucha contra la droga y el crimen organizado.
Todos estos esfuerzos, sumados con aquellos emprendido por las organizaciones no gubernamentales, por la sociedad civil y el sector privado dan cuenta, señor Presidente, del compromiso de los mexicanos con sus futuras generaciones.
Señor Presidente:
En el combate a las drogas no hay ganador o perdedor. La guerra contra las drogas es una guerra que tenemos que combatir y no gestionar, porque de droga mueren nuestros hijos y el futuro de nuestras civilizaciones.
En este combate lo que siempre tiene que prevalecer el compromiso con los principios básicos de los derechos humanos y de la salud, y la búsqueda de políticas públicas que logren operar conjuntamente sobre la oferta y la demanda, con un enfoque equilibrado e integral.
Esto sólo se puede lograr con la participación de todos. Y sabemos que en esta lucha, el mundo puede contar con usted y con todo México.
Gracias.
-MODERADOR: A continuación veremos el video Avances y Logros en Materia de Prevención y Tratamiento de las Adicciones.
(PROYECCIÓN DE VIDEO)
-MODERADOR: Tiene la palabra la señora Margarita Zavala.
-LIC. MARGARITA ZAVALA: Muchas gracias.
Señor Presidente, Secretarios, miembros de las organizaciones sociales y, desde luego, saludo también con mucho gusto a CONADIC, al Comisionado; y a quienes representan en sus propios estados los Consejos Estatales Contra las Adicciones o los Institutos Contra las Adicciones, como es en el caso del Distrito Federal.
Yo creo que todos los que estamos aquí compartimos la idea de que el reto de la adicción es uno de los retos más importantes de nuestro siglo y que debe ser atendido de manera integral.
Por eso, por un lado, se tiene que trabajar el tema de la oferta y todo lo que tiene que ver con la administración de justicia y la persecución del delito.
Pero, por otra parte, es fundamental, incluso, también para darle más sentido o darle sentido y valor a todo lo que se hace en ese camino, trabajar en el tema y en el camino de la prevención y el tratamiento de las adicciones, para así reducir, efectivamente, la demanda de las sustancias adictivas, y pensar que atrás de ello no está exactamente la sustancia, sino la persona, sus amigos, sus familias, nuestro país.
Desde hace tres años, en el marco del Día Internacional de la Lucha Contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, señalamos que una de las acciones, de las tareas prioritarias del Gobierno Federal es, desde luego, el trabajo en la prevención.
Por eso, a través de la Secretaría de Salud, el Consejo Nacional Contra las Adicciones y el Sistema Nacional DIF, nos empeñamos en trabajar en la Campaña Nacional de Información para una Nueva Vida.
En el DIF, saludo también a su Titular a nivel nacional, estamos convencidos de que la familia es el primer centro de prevención contra las adicciones, digamos el primer centro de atención primaria contra las adicciones, pero que es necesario que, además, la familia cuente con información y con herramientas.
Por eso, empezamos a trabajar con información a través de los propios funcionarios y dirigido especialmente a mamás y a papás.
El objetivo es informar a la población, y particularmente a las familias, sobre los riesgos que representan las adicciones y la forma de prevenirlos.
Me sumé personalmente, y nos sumamos como DIF, a este compromiso y a aceptar esa responsabilidad compartida. Desde entonces, la Campaña Nacional de Información ha llegado a más de 700 mil promotores, pero también es cierto que a este esfuerzo se han sumado otras dependencias. Está también, por ejemplo, el trabajo que se ha hecho en la Secretaría de Educación Pública, a través de sus materiales específicos hacia maestros, no sólo hacia los alumnos, sino también a los maestros de primaria, que han de recibido este curso cerca de 40 mil, y de secundaria, que estamos hablando ya de unos 290 mil maestros que han recibido estos cursos.
A través de la Secretaría de Desarrollo Social logramos capacitar e informar a más de 200 mil promotores, por ejemplo, utilizando programas que nos permiten llevarle a las mamás, a las mujeres, 10 recomendaciones para evitar que sus hijos entren a las drogas.
Hemos trabajado también con la Secretaría del Trabajo una serie de programas para trabajar en los lugares laborales, así como materiales que están por salir próximamente.
A través de la Secretaría de la Defensa Nacional, la de Marina, hemos trabajado en la capacitación a quienes prestan el Servicio Militar Nacional y también la Marina, a través de todos los elementos de Sanidad Naval que en su constante relación con la población lleva también esta campaña de información.
Lo mismo, el trabajo que han hecho el IMSS y el ISSSTE a través de sus propias clínicas hasta los lugares más remotos.
Hemos trabajado estos materiales, que han sido realizados gracias a CONADIC, pero también, quiero decirle que desde el principio estuvieron trabajando con nosotros algunas fundaciones: la Gonzalo Río Arronte, que está aquí presente; también la Fundación de Oceánica, los de Monte Fénix, Centros de Integración Juvenil, que han colaborado en la elaboración de estos materiales y, desde luego, la colaboración del Instituto Nacional de Psiquiatría, encabezado por la doctora María Elena Medina Mora.
Hemos contado, además, con el esfuerzo de muchas organizaciones sociales, algunas especializadas en el tema de adicciones, que están aquí presentes, y  que llevaban muchos años, muchos años de trabajar, digamos, en la soledad.
Pero también, a esta misma Campaña, se han sumado, también, los de la Cruz Roja. Veo aquí que están algunos de ellos. El día de hoy me informaban que los jóvenes, que los Juventinos y voluntarios habían ya trabajado con 127 mil niños y jóvenes que habían participado, precisamente, en la capacitación de esta Campaña Nacional de Información; algunos como promotores y otros como receptores, precisamente, de estos materiales que se han realizado.
Por muchos años, México sólo podía dar respuesta, hasta el momento, del internamiento y del tratamiento. Toda la parte anterior no se había trabajado. De ahí, que el esfuerzo de la Secretaría de Salud, y del Consejo Nacional contra las Adicciones, y lo correspondiente a los estados, ha sido de una enorme ayuda a México, y a esta tarea.
Porque a una mamá o a un papá sólo podía llevar a que los atendieran, a un hijo, una hija, o cualquier familiar; hasta que ya estaba en momento de internamiento, y no había información, precisamente, para prevenir, incluso, el  primer consumo.
Ahora, a través de estos 323 Centros Nueva Vida, se trabaja en la prevención, también en la detección oportuna, en la orientación y en la consejería.
A través de estos Centros, que además, quiero decirles, están llenos de jóvenes profesionistas, que están dando su talento y su tiempo al servicio, también, de los propios jóvenes y de nuestro país, hay ya una respuesta. Esta respuesta que, además, se une a través de esta red de atención para las adicciones, en los que están presentes, también, los Centros de Integración Juvenil, y todos aquellos Centros de Ayuda Mutua, que junto con Fundación Oceánica y la Fundación Carlos Slim para la Salud, se está trabajando en la capacitación y profesionalización de estos Centros.
Quiero resaltar, además, el trabajo que se ha hecho en el sistema de investigación y en la realización de los materiales del Instituto Nacional de Psiquiatría, así como su trabajo, que ya, también, se ha resaltado, hacia otros países.
Estamos convencidos de que en ésta área social y humana del problema, es donde hay un espacio para todos los mexicanos. Por eso, es importante seguir trabajando para la prevención de las adicciones y hacerlo de la manera más coordinada posible.
Yo quiero aprovechar para pedirles a los papás, a las mamás, a los maestros, o quienes tienen contacto con los jóvenes, que se acerquen a los Centros Nueva Vida. Estos Centros no son, precisamente, para quien tiene la adicción, sino para quien quiere informarse sobre ella.
Estos Centros ayudan a la prevención, cómo tratar la prevención en nuestras familias, cómo tratarlo en un salón de clases. Y al mismo tiempo, si hay ese problema, también sabrán detectar, orientar y aconsejar oportunamente.
Pero como todos los esfuerzos de la sociedad y en materia de salud y de desarrollo, es la propia población la que los tiene que hacer suyos.
Además, quiero referirme a que el día, el año pasado, justamente, a raíz de este día que hoy recordamos, se presentaron las conclusiones de los Foros Regionales de Trabajo hacia un Modelo Integral para la Prevención y Atención en las Adicciones, en las que estuvieron presentes, además, en las mesas de alto nivel, Diputadas y Diputados del Congreso de la Unión, que también están aquí presentes y que lo agradecemos.
Y estos foros de trabajo que fueron organizados por el DIF Nacional en diferentes regiones forman parte ya del Programa de Acción Específico: Prevención y Tratamiento de Adicciones, en su actualización 2011-2012.
Muchos jóvenes que se han capacitado y miles, millones de mamás, de papás, de maestros, no tenemos, no tengo la menor duda de que hay esperanza para ellos, para saber, para saber lo que podemos hacer frente a las adicciones.
Tenemos que aceptar que es tarea de todos nosotros, de toda la sociedad. Por eso, agradezco enormemente a los papás que han acudido a los Centros Nueva Vida, o a los DIF Estatales y al Nacional para recibir la información.
A los maestros que se han capacitado les quiero dar también las gracias por estar pendiente de nuestros hijos, y que sabemos que es una demostración de lo mucho que los quieren.
A los funcionarios públicos y personas involucradas en todos los programas sociales, que han llevado esta información hacia las personas beneficiarias de estos programas, les agradezco enormemente su compromiso para informar a los papás, a los jóvenes.
A todas las organizaciones que han llevado durante muchos años, pero especialmente durante estos años, han trabajado, precisamente, para hacernos más felices, para hacernos libres; les agradezco todo el trabajo de estos años pero, sobre todo, su paciencia, su perseverancia y su insistencia.
Las adicciones roban los sueños, desaparecen el futuro, destruyen las familias, nos debilitan como sociedad y enferma a nuestros jóvenes; les quita sus sueños, les quita a sus amigos. Al final de cuentas, sabemos que no estamos hablando de las sustancias, sino que estamos hablando de las niñas, de los niños, de los jóvenes, de nuestras familias.
En el DIF siempre lo seguiremos planteando, que cada niña, cada niño, cada joven es una historia en proceso de construcción.
Las drogas, la adicción es una amenaza a esta historia. De nosotros depende que cada historia tenga la mejor de las posibilidades.
Ellos ya decidirán, pero debe tener las mejores de las posibilidades para que sea una historia de esperanza, para ellos, desde luego, pero también para sus familias, para sus papás, para sus amigos y, por supuesto, para nuestro país.
Queremos ver a nuestras niñas, a nuestros niños, a nuestros jóvenes, caminando siempre libres y con el futuro de ellos y de México en sus manos.
Muchísimas gracias.
-MODERADOR: Toca el turno de hacer uso de la palabra al ciudadano doctor José Ángel Córdova Villalobos, Secretario de Salud.
-SECRETARIO JOSÉ ÁNGEL CÓRDOVA VILLALOBOS: Buenas tardes a todas y a todos.
Maestro Felipe Calderón Hinojosa, Presidente de México; licenciada Margarita Zavala, Presidenta del DIF Nacional; compañeros Secretarios; señor Antonio Luigi Mazzitelli, Representante Regional para México, Centroamérica y el Caribe de la Oficina de las Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito; señor Comisionado Nacional Contra las Adicciones; señoras y señores representantes de organismos internacionales; autoridades Federales y estatales que nos acompañan; amigos todos.
Todos los mexicanos deben tener el derecho a una vida libre de adicciones, que les permita contar con las mismas oportunidades para desarrollarse a plenitud.
Es el reto que el Presidente Felipe Calderón asumió desde el inicio de su Administración, y por el cual ha convocado a una alianza entre sociedad y Gobierno, a fin de informar sobre las consecuencias de las drogas y evitar que los niños y jóvenes caigan en las acciones del crimen, o se les induzca a las adicciones.
Por ello, gracias a la voluntad política y económica del Ejecutivo Federal y el Congreso de la Unión, se ha logrado tomar decisiones importantes.
Contamos con un marco normativo actualizado que nos faculta para enfrentar de mejor manera los problemas de las adicciones y donde las entidades federativas participan activamente en un esquema de corresponsabilidad, con importantes aportaciones Federales.
A poco más de cuatro y medio años, en la gestión del Presidente Calderón, se reconoce a nivel internacional y nacional que ha habido  avances significativos, los cuales constituyen, ya, un legado, para las generaciones futuras.
Hemos  modernizado las estructuras nacionales para consolidar los esfuerzos de prevención, atención y control de las adicciones, fortaleciendo la rectoría del Estado mexicano.
Ahora, contamos con la Comisión Nacional contra las adicciones y  el Centro Nacional para la Prevención y Control de las Adicciones. Lo que nos permite, también, atender el rezago en los servicios de tratamiento, y llevar la prevención a todos los rincones del país, con la puesta en marcha de una red articulada de  Centros de Prevención y Atención en Adiciones, que permite garantizar la prestación de servicios con calidad en todo México.
Asimismo, con el trabajo intersectorial, con las Secretarías de Educación Pública, Trabajo, Desarrollo Social, el Instituto Mexicano del Seguro Social, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado y  el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, entre otros, y los Consejos Estatales contra las Adicciones, en el marco de la Campaña Nacional de Información  para una Nueva Vida, se ha impactado a más de 17 millones de personas sobre los efectos negativos del consumo de las drogas, a fin de que tomen mejor sus decisiones, pues de ellas dependen su salud, su libertad, y su vida.
En este extraordinario esfuerzo de coordinación, quiero reconocer el liderazgo de la licenciada Margarita Zavala, quien, con su entusiasmo y compromiso, ha logrado convocar a más de mil 800 personas, entre expertos y representantes de las organizaciones  e instituciones líderes en este campo, así como a la población interesada y preocupada por este problema de salud.
A deliberar, como lo mencionaba, en forma propositiva, en tres foros regionales y un foro académico, que han permitido establecer las líneas estratégicas que llevarán a la actualización 2011-2012, este programa, que hoy haremos entrega al señor Presidente.
Los programas contra el tabaquismo, contra el alcoholismo y el abuso de bebidas alcohólicas, contra la farmacodependencia y el de la acción específica  o prevención, y tratamiento de las adicciones, cuentan con un enfoque integral y multisectorial, sustentado en la responsabilidad compartida de sociedad y Gobierno.
Con 79 compromisos puntuales, de 76 instituciones y organismos de todo el país, que se habrán de impulsar en lo que resta de la presente Administración para hacer frente a este problema y tener buenos resultados.
Este día, en que conmemoramos el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, compartimos la  preocupación por este problema de salud mundial pero, también, la constancia de la sociedad mexicana y de sus instituciones, para hacer un frente común para reducir el problema del consumo de drogas y sus consecuencias.
Compartimos, también, la inquebrantable voluntad de un Gobierno convencido en la necesidad de garantizar a las generaciones futuras  un México sin drogas, a fin de avanzar en la construcción del México que todos queremos: más justo, equitativo y sano, en donde  todos, verdaderamente,  podamos  vivir mejor.
muchas gracias.

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